Arq. Vicente Vargas Ludeña
La arquitectura metafísica que la filosofía crea para una
cabal comprensión del “ser” y las “cosas”; desde el más sutil esencialismo son
macroestructuras que se levantan para sostener un corpus y la existencia misma
en su compleja plenitud: el ser, la naturaleza, el universo total; y todo aquel
esquema que pueda aparecer en la mente humana. Los pilares de diversos
materiales que sostienen el pensamiento en plena evolución dialéctica son: la
ontología –el ser-; la teleología –los fines-; y la axiología: lo valores
estéticos, éticos y morales. En el conjunto del tema que nos preocupa, este, es
el de más importancia en el seno de lo político.
¿Por qué tanta epistemología para explicar lo simple y cotidiano
de nuestra existencia social de la realidad actual que vivimos? Simple. Porque
el nuevo gobierno que hemos elegido: el Sr. Presidente de la República Lenin
Moreno; inició una tertulia plagada de entelequias, abstracta, con misceláneos
interlocutores y hasta habitantes de barrio “lumpen” –no bajo-. Porque, según
él, dialogar es posible con quien quiera, donde quiera y lo quiera. Eso, es
verdad. Cualquier viandante lo puede hacer. No así. El Primer Magistrado de una
nación. Dos personas que desde las antípodas, en nada convergen y conversan,
buscan un propósito, un telos –un fin-. ¿Cuál es ese común afán? Durante los
diez años de gobierno fueron irreconciliables, durante la campaña electoral,
igual. Los “contradictores” algún karma los vincula. Se descarta el espíritu cristiano.
El bien nacional está en duda; cuando ha retornado después de veinte años los más
despreciable, perverso y dañino de la política nacional.
Los axiomas de sus sustratos filosóficos para diseñar El Plan
de Gobierno y armar su Gabinete empieza: “la ideología la iremos armando,
construyendo en el devenir y desarrollo de nuestras acciones. Por ahora, no la
necesitamos”. “No temamos al diálogo, ni a las diferencias”. Entre otras
máximas dialécticas.
Ser un “hombre bueno” en el poder, no basta. Es conocida la
tragedia que lo postró a nuestro Presidente. Esto parece que lo motivó e impulsó a romper
barreras de toda índole; que para otros habría sido un agujero negro en sus
vidas; siendo tragados por la inercia y el pánico. Con La motivación, el auto
superación, independiente de sus cualidades intrínsecas emprendedoras en el
marco que la sociedad le ofrecía; transformó su vida como los demás: sin rémoras
ni complejos.
Pero la silla Presidencial que ocupa HOY no entra en el
manejo solo de los valores y la motivación. La teleología es el punto final de
lo que anhelamos y buscamos: la Nación
de todos y para todos. La axiología en su fino alcance de la comprensión de los
valores y su aplicación no funciona para cambiar el destino. Aquello es válido
en grupos de reflexión de una vida degradada. O no. Puede ser también en deseos
de mejoramiento de sus conductas y
acervo de valores que hayan construido para
sobrevivir en una cada vez más compleja sociedad. La escala de valores
que cada uno arma para su vida, es proporcional a la heterogénea sociedad que
vive el sujeto. Claro está. Nadie puede vivir sin valores. Sólo los cadáveres
carecen de ellos.
No puede el mandatario de una Nación ejercer el poder, solo
con un discurso axiológico, de lo estético, ético o moral. Peor aún con un panegírico
de dios, del buen cristiano, o la bondad,
como son las alegorías de los curas en la parroquia a una pequeña
feligresía.
El Presidente Lenin Moreno debe comprender que el Estado –nación
no está compuesta por congregaciones de sacerdotes, obispos; tampoco solo por
granujas. Somos un País heterogéneo, desigual, inequitativo, polarizado. El
carácter de clase social, promueve estilos de vida diferentes y desiguales
–unos riegan sus jardines, lavan sus carros con abundante agua; mientras otros
compran como el pan en la tienda, el agua para su consumo mínimo. Eso Sr.
Presidente no lo modifica con un tratado de valores. Ni diálogos, encuentros,
perdiéndole el miedo a las diferencias.
El PODER se ejerce con un proyecto de sólidos y enérgicos
principios, ideología socialista, y una lucha sin tregua contra la burguesía rentista y
patrimonialista. Ellos, en USTED no ven un Mandatario, sino un operador de sus
negocios. Le irá peor, al no satisfacerles sus faenas de enriquecimiento fácil
y corrupto.
Sr. Presidente, ojala no suceda, pero las elites están
preparando la fiesta. El pasado político y económico está, virando la esquina,
y no sea Usted, quien los conduzca al “FESTIN”.
En Venezuela la derecha fascista, desde la muerte de Hugo Chávez,
diariamente intentan oscurecer o borrar la memoria de su líder; creen que
aquello contribuirá a un rápido olvido y la vuelta a sus mieles centenarias del
poder. Rafael Correa está en el imaginario colectivo; Usted aún no alcanza esas
cotas. Si su lealtad al pueblo que lo eligió, le devuelve con decencia,
honradez y cambios profundos; diríamos que en el Ecuador se está multiplicando
una raza de gigantes. Caso contrario, agrandará la engalanada galería de
Mandatarios canallas.
Este texto es un colofón para otro que escribí, cuando lo
declararon Presidente: “DOSSIER PARA LENIN MORENO”