24 agosto 2018

LA ESTUPIDEZ Y LA MISERIA


La satisfacción que los individuos
parecen encontrar en su miseria
refleja el esfuerzo creativo
necesario para cultivarla.

Arq. Vicente Vargas Ludeña
En el año 1988 el Ing. León Febres Cordero entregó el mando Presidencial al Dr. Rodrigo Borja. El nuevo gobierno asumió el poder con todas las consecuencias, que fueron desastrosamente públicas del régimen anterior. Aquí se busca establecer las paradojas entre la ruindad de dos gobiernos contrastados con su antecesor, el uno; y posterior el otro. Lo ruin y miserable son hitos de esas caricaturas del poder político.
Febres Cordero jamás fue un estadista, ni siquiera un gobernante de un Estado de Derecho constituido. Fue un mercader en el poder. El carácter facho de su gobierno, su extracción de clase, la ninguna comprensión de los procesos globales, su mayoral personalidad lo disponía no a gobernar, sino a someter, escarnecer a sus enemigos o adversarios políticos. Sus ejes predominantes en el poder eran los negocios del Estado. Su pasión y destreza en el manejo de armas de fuego, le inspiró crear un estado de guerra contra el “comunismo”. En esas batallas de fantasía persiguió y desapareció muchas personas, otras cayeron en una guerra virtual declarada por el minúsculo führer. Desafió a los militares; hasta que estos tomaron la justicia en sus manos a través de un levantamiento en una unidad militar –Taura-. Donde las armas rugen, la sangre brota. Hubo muertos, y la vida del protagonista principal flotó en la levedad del tiro de gracia que nunca llegó. Como eso no sucedió: la muerte del Presidente, la majestad del poder que dijo representaba sirvió para trapear el piso; hasta el soldado de bajo rango pero indignado lo humilló empalmándole el “culo”.  Las transacciones de representativo valor se realizaban en el propio despacho de la Presidencia, donde ahí mismo se celebraban con champaña por el “éxito” de los resultados. En consecuencia los negocios no reflejaban el desarrollo de las obras, sino el enriquecimiento de sus miembros. En una somera Auditoría la Contraloría estableció, que desde el edecán, los ministros, y todo aquel que se mojaba el ojo presenciando aquello salió imputado y prontuariado con  numerosas y gruesas glosas de peculado. Su gabinete integro terminó en el exilio -Miami-.
El Dr. Rodrigo Borja, asumió las funciones que le otorgó el pueblo ecuatoriano, recogiendo escombros de un Estado en crisis sistémica, sobre todo ética y moral: un pueblo desmoralizado y vencido por la tragedia ocasionada por el gobernante anterior. En pocas ocasiones, al inicio de sus funciones su relato fue denostar o perseguir a su antecesor. Y más bien forjó su propia clave: recuperar la majestad del Estado y del poder antes deshecha, vomitada con casquillos y pólvora esparcidos por la valentía del mayordomo que había sido huésped en la casa del Pueblo. La valoración del gobierno del Dr. Borja fue mediocre, desde su visión ideológica y dentro de los cánones que el imperio permite a los gobiernos de su patio trasero. Pero supo asumir sus responsabilidades históricas, la ciudadanía le negó rotundamente sus anhelos de volver al poder.
Hoy 2018, “han vuelto las golondrinas sus nidos a colgar” de las cornisas del poder del Estado. Un séquito de completos carcamales, tal vez sosegados, pero no, con menos codicia han sido sacramentados por otro zafio, el actual e impresentable gobernante.
“La vida nos da sorpresas”. Después de 29 años elegimos en las urnas un esperpento, un fantasma que, si acaso no se hubiera descubierto la rueda, su movilidad seria arrastrándose por el piso. Fea y repugnante figura imaginarse una vida rastrera, físicamente. Pero cierta, moralmente. Esta figura repta por los pantanos de su incierta vida heredada de remotos tiempos de su aciaga existencia.
Aunque resulte pleonástico. Para una cabal comprensión se debe resaltar la maldición que encara el Presidente actual en el Ecuador. Casi todos los analistas, simpatizantes o detractores han descrito con precisión el tamaño de degradación moral que este escombro humano, ocultó para los aliados y compañeros de ruta en el gobierno del cual él fue parte íntima durante diez años.  
Lleva apoltronado en el despacho presidencial 456 días; y no ha salido de su cerebro una propuesta coherente con el Plan que expuso y ofertó en la campaña. Tampoco ha podido explicar el programa de gobierno que la derecha le entregó para su aplicación. Los segundones y corifeos que igual papel jugaron con sus propios pasados, después de saborear el desprecio ciudadano, y comprender que una estructura desquiciada y desquiciante, nada tenían que hacer, van abandonado la cueva que el escombro físico y moral ha construido para sí.
A diferencia del pasado descrito aquí, y parangonando con lo que ya es historia. La narrativa miserable que esgrime hasta el cansancio: que el gobierno anterior de Rafael Correa, le entregó un Lázaro –de País-, al que debía resucitar y echar andar. Justificación que nadie se la traga. Como siempre, su amoralidad la apuntala en su yo insignificante; con su incapacidad física, pretende despertar conmiseración. Ninguna generación presente y futura reconocerá el doblez del alma de un individuo que llegó a la más alta representación del pueblo, en el Poder Político.
El gobierno del ex-Presidente Rafael Correa D. ya consta en la historia: virtudes y defectos; errores y aciertos; afectos y desafectos; empatías o antipatías; valoraciones internas e internacionales, inexistentes en el pasado. El Ecuador paradigmático apareció en el mapa. No serán suficientes todas las canalladas que el esperpento pueda montar: primero, para encubrir sus limitaciones intelectuales y morales; y luego denostar por los siglos de los siglos el odio que engendra su pequeñez de espíritu y  escombro anatómico.
 QUEDA CLARO QUE RECONOCIMIENTOS y VALORACIONES COMO LAS TUYAS, SON DE VALOR ESCATOLOGICO. ESCORIA HUMANA.




11 agosto 2018

DECODIFICACIÓN DE LA RETÓRICA DE LENIN MORENO


Arq. Vicente Vargas Ludeña
Después de instalar a sangre y fuego el neoliberalismo en Chile, su evangelizador Milton Friedman y caído el muro de Berlín, los poderes hegemónicos globales, debían modelar el hombre nuevo en el seno del capitalismo sin que nadie obstaculice sus objetivos. Estos –los individuos- como todo proceso dialéctico deberán volverse reproductores eficientes del sistema. 
De los pensadores importantes de la época mencionemos a Francis Fukuyama y su obra “El fin de la historia y el último hombre”, que surgen para apuntalar, darle un marco filosófico y epistémico al nuevo orden y al nuevo ser, fundamentada en el reconocimiento. El hombre difiere de los animales, afanosamente busca el reconocimiento de los otros hombres. “Cuando el miedo natural a la muerte lleva a un combatiente a someterse, nace la relación amo y esclavo”.
La autoestima tiene sus raíces en esa relación con ribetes narcisistas. No siempre. Es el THYMOS griego que modela la búsqueda de la autovaloración y autoestima. Más tarde la búsqueda del éxito, -el éxito es el mejor de los éxitos dice: Dewey en su filosofía pragmática norteamericana- a veces a cualquier costo.
Estos antecedentes son la cantera de la corriente psicológica, con verdaderas escuelas vanguardistas, muchas con fundamentos científicos irrefutables, para interpretar la inmensidad y la profundidad del ser humano en la postmodernidad. Hagamos honor a aquellos sabios: Freud, Adler, Maslow, From…entre otros.
De aquí deriva un ancho río de empíricos, y listos unos, que especulan con el estrés del consumismo, con la adicción a la drogas, con la tragedias personales y sus vivencias extremas. Para todos los cuales tienen una receta que los ayudará en el thymos de sus precarias existencias. En la década del ochenta los ricos y famosos peregrinaban al extremo oriente a sumergirse en las espiritualidades de culturas milenarias, en las aguas, humos, templos, picachos, campanillas, exóticas togas, meditar y buscar explicación a sus vertiginosas y febriles vidas, que en los cenáculos del placer y el consumo no encontraban respuestas, ni les satisfacía los oropeles de sus existencias.
Apareció una literatura de tranvía que almas rotas por algún sentimiento pesaroso, por un plomo que lo desvertebró, sus vidas se tornaron pesadilla. Claro que tienen una escala, de la más simplona a veces coadyuvada por alguna religión –los omnipresentes dioses, están en todo sinsabor, sanan todo, nada escapa a su omnipotencia-; hasta los teóricos exitosos, verdaderos GURUS de la autoayuda, motivación, y superación. Parece que la temática y lectores se agotan. Hoy aparece un nuevo súper hombre “el coach”, iconos que la sociedad debe consumir. Son entrenadores conocedores de las cuitas humanas, igualmente diseñadores de sueños emprendedores, tras el éxito pleno y total.
En el balance final todos los autores escarban los mismos senderos, la misma gramática, su semiótica la modifican: “Quien se comio mi queso”, “La culpa es de la vaca” “Piense y hágase rico”, “De la pobreza al poder”. Etc. Prolongado… La semántica, la misma. Despertar en el lector contradicciones evidentes de una vida azarosa. A cada quien le ofrecen un espectro de enunciados de acuerdo a los resabios de infelicidad ligeramente distinta. Para muchas personas desdichadas en prolongados sinsabores, la Biblia suele ser el ancla para detener sus naufragios.
Luego cada creador de personajes, escenas, tragedias, dulzuras, que la vida presenta con mayor frecuencia diseña su propia marca; y mide el éxito de sus invocaciones por las tiradas de libros que editorialistas llenan las secciones de libros y revistas de los supermercados. Deepak Chopra, Wayne Dyer, Cuauhtémoc Sánchez, Paulo Coelho, la lista es larga.
Lenin Moreno tiene esa, y única formación intelectual. Su universo cognitivo es el que aprendió en sus largas y dolorosas sesiones de grupos de autoayuda; voraz lector de esos manuales. Lenin Moreno es eso, y todo que lo alentó a vivir. Con sus propias limitaciones intelectuales, lo prueba su ningún trazo en una cuartilla de sus conocimientos del tema o cualquier otro. Por todo aquello su relato político está estructurado como si la sociedad, la Nación, el Estado que gobierna fueran millones de vidas transfiguradas en la desdicha. Jamás ha expuesto una escala de valores indispensables, de los cuales son relevantes en su diario vivir y que él practica; a su vez permitan ser íntegramente portadores de un mensaje: cívico, patriota y ciudadano. Su discurso es elemental. Las invocaciones a la compleja física cuántica, es una variante de los trillados esquemas de culpas, traumas y taras que el mismo ha padecido. Los valores como la lealtad, fidelidad, honestidad y otros que coadyuvan la armonización de la sociedad. Lenín Moreno se los ha metido por el forro.

07 agosto 2018

MENSAJE A RAFAEL CORREA D.


Arq. Vicente  Vargas Ludeña
La perplejidad nos asalta con una perversa intermitencia, desde que Lenin Moreno, - VERDADERO MONSTRUO- asumió el cargo que los electores le encomendamos; acicateado con sus patologías el desquiciamiento de la estructura del Estado-nación, de la sociedad y depredando la ética y moral ciudadana.
La pregunta, sin respuesta es ¿Como un MONSTRUO de esa calaña no pudo ser detectado, percibido por Usted y su equipo de colaboradores, de los cuales muchísimos lindera el mismo rasgo: traidor y oportunista?
Como todo fenómeno, engendro de sus propias aberraciones patológicas, este sujeto rebasa todo lo imaginable, y está dispuesto a agotar todos sus hálitos de vida que le quedan –que son pocos-; en la campaña contra el pasado del cual él formó parte.
Su última inspiración, fue recientemente en Colombia, en la que expresaba que Usted – Rafael Correa- era un medio, un tolerante, un alcahuete del narcotráfico en el Ecuador. Es decir, teníamos un Presidente, perteneciente a las urdimbres del narcotráfico. Ergo: éramos un Narco-Estado.
Ya lo he señalado antes. Lenin Moreno no gobierna, ha delegado el poder a las oligarquías, la Embajada de los Estados Unidos, la Iglesia,  movimientos sociales y políticos de triste trayectoria; y al hampa lumpesca, encabezada por Bucaram. Para sí, se ha reservado un fragmento del poder, que así, lo encargaron las fuerzas arriba descritas: a perseguir a Usted hasta los confines de la tierra. En sus tiempos libres, que son muchos, se somete a la limpieza corporal de la mitad de su humanidad.
El Ecuador sin detenerse, va rumbo al precipicio sin nada que lo detenga. Por supuesto, mientras este MONSTRUO  con su silla metálica ocupe los espacios de Carondelet.