En la era cuántica,
se han graduado en las academias de la vida, una pléyade de Millennials en las complejas
artes del enriquecimiento duro, puro y riesgoso, por su carácter “amoral”. Para
otros, legítimo. Cuyo pergamino es “LA CORRUPTA CAPACIDAD DE ENRIQUECIMIENTO RÁPIDO”.
Mientras más joven y pronto: mejor. Las Instituciones donde practicar y ejercer
esa rica profesión, son: las del propio Estado, donde se maneja grandes sumas
de dinero de los ciudadanos. Los alumnos: los descendientes de viejos y sabios
malandros que han trajinado esas Escuelas, con éxito. Por mencionar algunas: “La
de los Pobres”, “Modelo Exitoso”, “Como ser Banquero”… Alvarito, siempre “tan
talentoso”, tenía una enciclopedia, y una lista de académicos extranjeros, que enseñarían
a este pueblo zarrapastroso: cómo “SER RICO EN CUATRO AÑOS”.
En cada región
se fundan academias que promueven profesionales ya descritos. Del barrio de tierra
y polvo, emigran lejos del mundanal ruido; carro de alta gama; vecinos
aburguesaditos; centros de recreación exclusivos; Miami, la Meca de adoración
al consumo, y por si acaso, al refugio; damas con desdén a su pasado… En fin,
Son otros, porque ahora, manejan empresas y gruesas chequeras.
En los diez
años del Mandatario anterior; el Gobierno fue múltiple y polifacético. Gran
parte integrado de nuevas generaciones, Intelectuales, eficientes
profesionales, oportunistas; y los muchos, decididamente corruptos. El Cuántico
fue y es, el cachiporrero de esta pandemia amoral vigente. Otros, a lo mejor
mas decentes, o ya ricos, se esfumaron en el anonimato precautorio; para
enrolarse, luego, en nuevas aventuras.
Pero el
apocalipsis que nos amenaza son: la muerte por la pandemia; y la desintegración
social provocada por el canibalismo del dinero, y su traidora destreza con el
puñal en manos de semejante ejército de corruptos, ladrones y delincuentes de
toda monta, que viven al acecho para hendir la daga en el pecho de los pobres. Un escombro humano arrastrado en una silla,
Maestro Perfecto del Canalla, ajeno por su incomprensión e incompetencia a lo
que sucede a su alrededor, espera como Penélope, la llegada de sus héroes que han
garantizado su impunidad. Luego, la huida a algún Paraíso a orillas del mar.