Arq. Vicente Vargas Ludeña 29/07/2015
En el devenir de una década se ha
constituido una no despreciable coalición de fuerzas nacionales e
internacionales, con un indeclinable afán reaccionario y cuasi-fascista en América
Latina. Poseen claros objetivos y misiones: recuperar los poderes que dinámicas insurgentes se tomaron la
dirección de los Gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia Brasil, Argentina,
Nicaragua y recientemente, El Salvador. Para todas esas naciones existe una
hoja de ruta desestabilizadora y una geográfica distribución de las tareas que
deben cumplir las oligarquías locales, cortejadas por un sequito de políticos
tránsfugas, la izquierda habitante del pantano, indígenas descalificadas, caso
Ecuador, y una variopinta clase media saturada de odio, rencor e ignara. Ver el Blog, http://vichevargas.blogspot.com/.
Este conjunto de fuerzas políticas locales, viven diariamente al conjuro de la
agenda que los think tank de Washington tienen diseñada para deshacerse de
estos gobiernos que no le son obsecuentes en las acciones imperiales del
“destino manifiesto”. Como si lo son otras Naciones del Continente, cuyos
pueblos mayoritariamente son los “condenados de la tierra” de F. Fanon: México,
Colombia, toda Centro América etc.; pero sus portafolios de negocios, banca y macroeconomía están en el primer
mundo.
Ya se ha debatido sobre los caminos
que han elegido los alucinados opositores para recuperar el pantanal que
dejaron, la hegemonía regional del amo imperial, las migajas que recogían del
suelo la izquierda delirante y los dirigentes indígenas. Las opciones son: el
GOLPE, el más seguro, el más rápido, pero el más tortuoso; las elecciones,
igualmente plagadas de incertidumbres sin garantía de ninguna especie; no
tienen una figura presentable que medianamente emule sus raíces y acerbo, a las
del futuro candidato Rafael Correa. El azar es una carta no recomendable en
este juego de tronos. Ellos, y el imperio no están dispuestos a esperar. Ver el
Blog, http://vichevargas.blogspot.com/
Las dos vías que disponen en el diseño,
están repletas de abismos, peligros, contradicciones, sin descartar teñir las
calles de sangre. Pero lo más patético que atraviesan los opositores, es que
con ese conjunto de carcamales políticos que están constituidos, es imposible
la estructuración de un Plan coherente y creíble que supere lo hasta aquí conseguido
en estos los últimos años. En Venezuela desde el primer día que Chávez se sentó
en Miraflores, desde aquel momento no han cesado las conspiraciones más
refinadas, académicas, militares, garimberas, terroristas, asesinas y más. Y no
han podido recuperar el poder que lo convirtieron en botín las oligarquías.
La oposición política en Ecuador es
una facción de energúmenos que nada tienen que proponer, que han fracasado
históricamente, que riela cada cual su propio destino sin ningún horizonte por
delante. Recuerdan que tuvieron u ayer, pero no recuerdan la materia que estaba
constituido ese pasado. Sin embargo el alcalde de Guayaquil, en su propia
marcha con euforia desbordante expresó aquel día, que: “Correa existió hasta
hoy, porque mañana hemos recuperado el pasado de libertad, democracia y
progreso”. La lectura es que, con la manifestación callejera había conseguido
despojar a Correa del poder; que luego habrá un mañana como el de ayer:
maravilloso. ¡Oh, que tamaña ofensa a la más tupida inteligencia! ¡Cómo, estos
escombros morales reivindican el ayer como cima de gloria y laureles! Y no como
“SIMA MORAL”, lo que verdaderamente fueron: “DELINCUENTES Y LADRONES”.
En el País han transcurrido nueve
años de relativa armonía, lenta recuperación de la autoestima ciudadana, de
pisar fuerte en un exigente horizonte que pone las esperanzas al alance de los
sueños; de bregar en la institucionalización de un Estado cuyos harapos los
“rebeldes”, los “dignos”, los libertos” de hoy, ayer con esos se vestían de
luchadores y patriotas. Es innegable que el Gobierno de hoy, en el Ecuador, no
ha habido en los anales de la posmodernidad. El político banquero cuando le
convenía en su discurso proclamaba que existe un Proyecto Político en el País
que lo ejecuta el Gobierno actual, y que él, lo impulsará más allá de lo
imaginable.
Pero, los enemigos liderados por la
plutocracia y por residuos lumpescos de la partidocracia, descubrieron las
grietas que ciertos protagonistas del Gobierno presentan en el ejercicio de sus
funciones. Especialmente inocultables las negras grietas morales que están
haciendo crujir el andamiaje del poder político. En el reino del caos, la
corrupción contamina toda emoción y
sentimiento, cunde el desaliento, destruye la autoestima, flagela cualquier
esperanza. Ese inframundo moral ya los vivimos con los que hoy quieren
liberarnos, pero claro, ellos conocen las entrañas del Hades por eso lo
denuestan. En Alianza País existen
visibles puntos negros que la sociedad los visibiliza pero nada ni nadie pueden
desmancharlos, sino el propio Gobierno. No resulta muy convincente la
sugerencia del Presidente que no hay corrupción; y que si la hay que presenten
las denuncias y sus pruebas. Los órganos de Control, de Inteligencia están
dentro del Gobierno, no exija que desde afuera realicen ese trabajo; porque
desde afuera tiene tufo de revancha, envidia, menos de transparencia; pero
desde adentro resulta cristalino, oportuno y ejemplarizador. El gobierno en su
conjunto debe ser el garante que el oprobio de ayer nunca más volverá. En
consecuencia que las grietas que ponen en peligro la estabilidad del régimen
deben ser selladas de inmediato y para siempre y a los delincuentes
escarmentarlos. Es urgente e
imprescindible una catarsis social y ciudadana de transparencia y honestidad,
recordad que es el activo y patrimonio más valioso que este Gobierno ha
mostrado al mundo. No está en duda los inteligentes y saludables cuadros morales que acompañan al
Presidente, tampoco son suficientes esas virtudes; se requieren un alto nivel
doctrinario, ideológico y por supuesto político. Porque ahí está la diferencia,
establecer lo axiológico y teleológico entre el neoliberalismo rapaz del mercado
y el dinero; y el ejercicio del poder social y ciudadano.
Es preciso recordar que gran número
de “patriotas cooperantes” en el gobierno actual migraron de Sodoma y Gomorra
–Social Cristianos, Bucaramistas, Izquierda
Democrática, lo otros Cristianos, Avanza (estos “patriotas” son un viejo
paradigma del tránsfuga sin escrúpulos), Suma y resta, Etc- abortos de la partidocracia.
Ellos navegan en embarcaciones propias de sus contratistas y proveedores que
conocen todos los procelosos mares de la contratación pública.