25 noviembre 2015

RUIDO DE SABLES


PORQUÉ CALLAR, SI NACÍ GRITANDO

Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                 24/11/15
Algún día, alguien  dedicará sus capacidades intelectuales para escribir los procesos militares y políticos que caracterizaron históricas épocas en Latino América. Hoy, solo existen breves semblanzas de las pretéritas fuerzas armadas. Más bien, de la época contemporánea, por su cercanía temporal tenemos en la memoria  los recuerdos más sombríos en el hemisferio hispano: plagaron de satrapías militares el Continente. Desde las guerras de  independencia, hasta inicios del siglo XX,  nos han contado de épicas batallas y héroes helenos, buena parte de esos relatos fueron quimeras o mitos. Claro que hubo combates, vencedores y vencidos, vidas cegadas y esperanzas rotas. Pero, también hubo beneficiarios.
Las fuerzas armadas y sus miembros han estado omnipresentes en la vida de las sociedades; siempre como una estructura del poder y como aparato represivo de los Estados. Esta característica es la más controvertida en la historia. Independiente de su implícita función parasitaria en el seno de las naciones.
Estas cualidades exhibieron hace pocos días militares activos ecuatorianos del alto mando con todas sus galas  en una audiencia judicial pública que se juzga a ex militares implicados en crímenes de lesa humanidad; y el más rancio, y patético sector de efectivos retirados; rezagos escolares de la Escuela de las Américas, pupilos de sabios maestros en estrategias antisubversivas de Estados Unidos. Rostros y retóricas sedientas de patriotismo, dignidad, civismo, heroísmo y otras monsergas  propias del lenguaje militar. Valores que según ellos, son consustanciales, solo en la vida militar.
Este ruido de sables nos despierta y anuncia que el gorilismo made in USA no está muerto. Lo singular del fenómeno es que los miembros activos, presentes en el acto, fueron para la época de los crímenes que se juzgan, a lo mejor, solo bachilleres; y los carcamales, que periódicamente protestan carecen de autoridad moral para solidarizarse en públicos reclamos en los momentos actuales. La motivación era otra, en la exhibición de doradas charreteras y filosos sables: la reelección de Rafael Correa.
La reelección de Correa es una amenaza continental, sin que tenga el más remoto rasgo de bolchevique ni musulmán. Pero por razones regionales es necesario desmigajar esos gobiernos progresistas.
Sin embargo surge de pronto imponderables, y el asediado aspirante a la reelección patea el fichero de candidaturas y propone un galimatías político electoral de difícil interpretación; y deja al cotarro desconcertado. Las especulaciones ante esa espesa neblina reelectiva son múltiples, como lo son, los posibles escenarios de corto, mediano y largo plazo. Así mismo, hasta el momento existen más preguntas que respuestas.
¿El miedo se convirtió en pánico ante las acechanzas internas y externas de la derecha?
La crisis económica del País o el Leviatán financiero mundial lo arrinconaron contra las cuerdas y amenazan con el manejo del dólar como patrimonio del imperio. A pesar que a éste le conviene. Sin embargo sin moneda el Ecuador se consumiría en brazas ardientes.
¿Se volvió inmanejable el circulo de felones y corruptos, como le sucedió al Papa anterior, que prefirió retirarse a los claustros a rezar por los pecadores?
¿El ruido de espuelas y sables le infundió otra variedad de pánico?
¿Se agotó el discurso revolucionario y soberano de este siglo?
¿Apareció el desencanto y el cansancio?
Correa no comprende que si la derecha recupera el poder, como lo están haciendo en otros Países, él será la primera víctima propiciatoria. O, es que, ya está negociada la huída a los cuarteles de invierno y cubierta la retirada. Porque algunos lobos hambrientos lo tienen en su menú.
¿El problema existencial y ontológico, no le es compatible con una sólida y verdadera ideología para transitar y trascender por el poder?
¿Se consumió el marketing y desaparecieron los estrategas de imagen?
Acaso están sobredimensionando y confundiendo la imagen, con la devoción de las masas a las imágenes de las Vírgenes que se veneran y peregrinan en el País. Los pueblos no logran diferenciar las características intrínsecas de los modelos políticos, y se descarrían con facilidad por donde la mercadotecnia los arrastra. Precisamente la orfandad cultural y la manipulación de la derecha despolitiza y desideologiza a las masas, concluyendo: todos son iguales.
Lenin Moreno, es la carta que el movimiento gobernante tiene para este naipe marcado, dicen vocerías oficiales. El ex Vicepresidente Moreno, es la expresión vivida de un hombre bueno. Nada más. Si Correa es un heterodoxo ideológico, un Splenda  que endulza pero sin calorías. Lenin Moreno es más radical, como los ángeles, sin sexo: negado ideológicamente. No existe el poder sin una estructura política apuntalada  con ética y doctrina. Alianza País dice que dispone de otros cuadros para enfrentar una presidenciable, son sueños de medio día dormido de pie en cualquier esquina. La derecha con el ejército de mediocres y rufianes que abundan en sus cuadros les gana la elección presidencial.  Los social cristianos desempolvan de sus prontuarios y maquillan las “fichas”, con los que han llenado históricamente el Parlamento, y con esos granujas repletan la Asamblea.
Alianza País no tiene una estructura política, en consecuencia carece de cuadros políticos. Se negaron a la formación de una organización política. Ojo, no señalo partido. El movimiento político existente es una muchedumbre amorfa, que entran empujándose unos a otros. Tiene recursos humanos técnicos, pero no políticos. El mismo Correa está adquiriendo un titulo de tercer nivel político desde el poder y en la calle, lo que antes no lo hizo. En la etapa estudiantil balbuceaba políticamente en los pasillos del claustro universitario. Y eso, era solo asomarse a la ventana del mundo de la política. Es importante ser académico, inteligente, activista; pero en el poder ser político es supremamente importante. El Presidente Putin de Rusia está dando lecciones del manejo político global en una coyuntura peligrosa, enfrentándose al imperio. Y con sabias posturas maneja hasta los límites al fascismo  que intenta devorar al planeta.
Evo Morales es un paradigma, en este momento crucial para América Latina. Sin los recursos  y especulaciones teóricas, académicas, financieras y más, ha montado una estructura política de gran envergadura y sólidos principios ideológicos. El conoce por dónde debe conducir a esa Nación, Bolivia. A pesar de tener como compañero un  Vicepresidente de elevada estatura moral, política e intelectual: Álvaro García Linera, aún no lo exhibe como su potencial reemplazo. Analogía que no existe en Ecuador. Es el mismo Evo, que se lanza nuevamente en busca de lo que está iniciado y no lo puede abandonar. Tampoco nadie debe reemplazarlo, no hay razones para ello. Evo es la efigie contemporánea de milenarias y ciclópeas arquitecturas  humanas.
No se requiere de disquisiciones teoréticas, filosóficas o metafísicas para saber lo que acontecerá de aquí en adelante en la pugna por la primera magistratura. La derecha ha vencido en sus propósitos: orillar a Rafael Correa como candidato, lo cual, su camino se vuelve llano para transitar a la meta. La seudo izquierda, como siempre, será el cancerbero mientras las oligarquías festinan la Patria. Amén.


12 noviembre 2015

ODIO Y DESASOSIEGO

PORQUÉ CALLAR, SI NACÍ GRITANDO

Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                                            10/11/2015
La cotidianidad planetaria es el cráter de un volcán, donde materia y energía jamás tienen reposo. Los fenómenos físico-químicos acumulan fuerzas incontenibles que explotan luego de cierta e inquieta calma. La dialéctica de la sociedad cumple con sus propias  leyes: la economía, la política, la religión, y todo el contingente ontológico que define al ser: los valores, aspiraciones, ideología, fines y otros que organizan a los individuos en Naciones y Estados, siendo la expresión vívida de un mundo en conflicto permanente, eterno y fatal.
Las potencias hegemónicas, para el logro de sus objetivos, practican la teoría reduccionista del bien contra el mal. –Estados Unidos en un acto de desprecio al mundo y a la inteligencia, se autocalifican de “imprescindibles” por el carácter manifiesto otorgado por alguna divinidad desconocida-. Entonces, el problema es nada más que ético. Así, si la humanidad siguiese los decálogos éticos emanados de la centralidades imperiales, reinaría sobre la faz: la armonía, solidaridad, libertad y la tan “anhelada “democracia. Los genocidios que obligadamente  se deben cumplir en aras de la paz universal, son nada más que breves y pequeños tropezones en la marcha triunfal hacia el bien infinito. Las aporías del bien que nos machaca el imperio, son eso, una inviabilidad a cualquier razonamiento.
Estamos viviendo el ápice del desarrollo y aplicación de las leyes  de la sociedad civilizada, en las que salieron ganando las más primitivas: “el hombre lobo del hombre”. La destrucción, muerte y estampida que el imperio provoca, ahora, en Medio Oriente, en nada se diferencian de las atrocidades que  el Tercer Reich provocó en la Segunda Guerra Mundial. La presencia de las mismas Naciones,  la complicidad y colaboración, es igual. Solo cuando el plomo de sus propias armas llegó hasta sus goteras, solo ahí, enfrentaron al monstruo que habían engendrado. Hoy, cuando famélicas multitudes sin destino pisan sus fronteras, miden la dimensión del genocidio que están provocando en esa región.
Igual que ayer el imperio invade, destruye con todo su poder de fuego pueblos enteros, dejando fantasmas de odio que desfilan por sus calles de escombros sin rastros humanos. Aplica todo su breviario militar, político y económico. Tras esto, le sigue una trashumancia interminable de seres que caminan cual zombis de un continente a otro. Luego se enfrentan al vértigo de otro continente xenófobo que se niega a compartir, ahondando el desprecio a los otros que ellos mismos flagelaron.
Una vez más, Europa es causante y escenario de migraciones sin rumbo y ni fin, que no buscan cobijo y pan, solamente, sino que sus vidas pasadas, en sus pueblos pasados ya no existen. Se escaparon de la muerte. Nada llevan consigo: solo desasosiego
Estados Unidos es el artífice de este Nuevo Orden Mundial. A pesar de esto, no sufre más que la afrenta y vergüenza -que además le vale mierda- de ser un Estado Canalla. A sus playas, el mar no le expulsa bellos niños muertos, que  tormentas oceánicas arrebatan de los brazos a sus lánguidos y extenuados padres en la huída del apocalipsis. A sus playas le llegan gusanos, traidores, ladrones y toda la basura humana que escapan de los Pueblos que buscan dignidad y soberanía; esas estirpes son trofeos que exhiben al mundo; luego los convierten en agentes y verdugos de los lugares que abandonaron. Las guerras que provoca su “imprescindible destino manifiesto” de nación, a la que todos deben someterse, las lleva a cabo en otras geografías, lejos de su apacible y placentero amarican way of life.
Lo que sucede en el planeta mundo, se replica en Estados débiles, llenos de contradicciones internas; y que en algún  momento fueron presas de ambiciones imperiales; dividiéndolas en miniaturas territoriales de acuerdo a sus riquezas naturales y a la geopolítica mundial. Ecuador, Colombia o Perú por ejemplo, ¡Cuan diferente son!  Ahora mismo, responden al mismo patrón económico, cultural, político; están incrustados en la misma matriz hegemónica. Sus existencias están atadas,  marcadas y arrastradas al paso de los éxitos o derrumbes financieros y económicos que  viva el imperio. Pero, el estigma de la decadencia esta camino hasta llegar al maldito destino; porque la orgia moral que se ha propuesto vivir, es el inicio de la destrucción total de las sociedades. La historia lo confirma: Babilonia, Roma… terminaron su esplendor, nada más que en la memoria.
Los frenéticos áulicos que han gobernado a placer estos Países siguiendo lo decálogos del capitalismo rapaz, no otorgan un instante de tregua a quien intente construir una alternativa de esperanza. ¡Qué pequeña y laxa es nuestra memoria! Estrellas pop del desastre económico, social y político, están saliendo a la escena pública a exhibir desvergonzadamente sus recocidas recetas toxicas del neoliberalismo con las cuales ellos gobernaron; provocando hambre, pobreza, desamparo de las mayorías, y enriquecimiento -del ahora aritméticamente- comprobado 1 %. Esto no debe suceder. Estos personajes deben estar donde los jueces un día los situaron, pero nunca se dejaron agarrar, en la cárcel.
La estructura surgida en estos avatares, ahora en Ecuador, los medios constituyen las armas de destrucción masiva; lo popes del neoliberalismo, son como los técnicos del tiempo atmosférico, pitonisan el Armagedón económico, sin acertar jamás. La trinchera mediática hace lo suyo, De aquí, como la pólvora, se disemina la pirotecnia del odio; no de las elites, ellos saben que nunca pierden en los cataclismos financieros y económicos, a ellos solo les llega lejana la onda expansiva, como viento boreal; es a los pobres que los escombros del desastre los mata. Esa tragedia intentan revivirla desde la las teorías económicas del FMI.
La estupidez humana no tiene límites ni fronteras; si ayer una gavilla de rufianes destruyó económicamente el País, en una nueva oportunidad los volverán a llamar al gobierno. En España es más patética la tragedia, después de un extraordinario movimiento popular: El 15 M, de características asamblearias en la Puerta del Sol; volvieron a elegir a los mismos que antes habían depredado a la nación, pero ahora, lo hicieron con más vehemencia y desvergüenza. Todo el neoliberal Gobierno actual está imputado y prontuariado por su pasado y presente rapaz. Cuando la moral desde el poder se derrumba la Nación desaparece. “La secesión de Cataluña y otras regiones es inevitable. España es una entelequia. Franco así la ideó: en la Edad Media”.
 Existe una ley de atracción moral entre el pueblo y las oligarquías corruptas. En el Momento más álgido de la vida, donde la miseria se adueña de los individuos, se pierde el horizonte moral, se extingue el sentido de pertenencia, autoestima, acervo político-ideológico y demás valores: los que vengan a gobernar ya no importa. Ecuador ha caído varias veces en ese corsi e ricorsi maldito. Para vergüenza y escarnio fueron Presidentes entre otras fichas: Bucaram, Alarcón, Gutiérrez y otros del mismo pelaje; como símbolo del pantano que nos hundíamos y advertencia de buitres al acecho.
La clase media en los países del tercer mundo, es una amenaza a su propia existencia. Viven satisfechos con lo que han alcanzado, les aterra regresar al pasado, no les es grato las reminiscencias de sus barios bajos; algunos no pierden el sueño de seguir escalando otros espacios urbanos de mejor calidad, con vecinos de mejor calidad. Su cultura política es elemental, su educación la reciben de los medios, esa es su fuente nutricia del odio y la pasión. Son maleables y títeres de sus propios sueños, mentalmente se mimetizan en las clases altas, piensan como ellas y terminan siendo útiles a ellas. En cada región del País adquieren su propio rasgo: en Guayaquil se asimilan al regionalismo, leitmotiv de la plutocracia costeña, y tensan la cuerda entre mono y  serrano. A pesar de la mayoría tener: de inga o de mandinga. En este segmento social, se ha incubado el odio más reactivo a Rafael Correa, sin beneficio de inventario. Ya advertimos, las oligarquías no lo odian a Correa, lo ignoran; ellos tienen sus propias estrategias para volver al poder. La clase media de nuestras sociedades, sabe que nunca estará en el poder, les basta reptar para deambular por los muros. Con aquello consagra sus sueños de perro.

 El lumpen proletario es indiferente; salvo sindicalistas u obreros que valoran la utilidad de una visión  política. Los marginados crean su propia cultura de la pobreza -según Oscar Lewis- ellos no son diletantes de ideología o política, salvo cuando brigadas burguesas los invaden con  promesas a cambio del voto. En ellos existen otras urgencias cotidianas, el odio y la pasión no está en su menú. El odio está latente desde que nacen, porque ese mundo que les tocó vivir es injusto y cruel.