Arq. Vicente Vargas Ludeña
Inicialmente surgió la idea de tratar simultáneamente estos
temas: ¡TRUMP ANTISISTEMA! - BRASIL, Y SU ORGÍA PERPETUA - LOS PAPELES DE
PANAMÁ Y VENEZUELA EN SU LABERINTO. En el desarrollo del DOSSIER, que es, como
se titularía el texto; la importancia de esos acontecimientos me obligó a
separarlos por su extensión para ser colgados en el BLOG, independientemente.
Parte del título de este artículo es prestado; corresponde al profundo ensayo
de Vargas Llosa sobre Madame Bovary.
Estos acontecimientos
se desarrollan en línea geográfica vertical de norte a sur, en el hemisferio.
Son trascendentes en la esfera global de la humanidad. Las vertiginosas
narrativas económicas, sociales y políticas modifican rápidamente la aparente y
apacible cotidianidad Son trascendentes en la esfera global de la humanidad.
Las vertiginosas narrativas económicas, sociales y políticas modifican
rápidamente la aparente y apacible cotidianidad. La interpretación de esos relatos
no es de fácil aprehensión porque la esencia de los modelos apenas muestra un
vago boceto. Están refundidos en las catacumbas de los que diseñan el nuevo
orden mundial. Es la moderna cristiandad que modificará la visión de una nueva
humanidad.
Las hegemonías que alientan un mundo diferente, según sus
propias teorías, traen la impronta de un mandato divino. La estratificación de la sociedad que la
historia nos ha mostrado; los sacerdotes del nuevo antropocentrismo pergeñan
una pirámide más “chata”. Son los albores del moderno esclavismo: amos y
esclavos. El segmento medianero no tiene ubicación entre el poder y el súbdito.
El título es pertinente dadas las características de las
orgias políticas, sectarias y morales que vive actualmente Brasil. Lo que nos
conduce a concluir que el País perdió el rumbo. Que la sociedad misma se devora
entre la ira y la esperanza. Los marginados que son millones se acercaron un
momento al banquete pero la realidad los despertó, y debieron volver a su
oscuro y despiadado mundo. La favela no es solo el espacio físico donde se
encumbran los desclasados, es una interpretación del mundo desviado, y un
estilo de vida.
Igual que el resto de América
Latina, Brasil, es el producto de un coloniaje patrimonialista. Portugal no era diferente, inclusive 500 años después,
de la España colonialista de profundas y arraigadas estructuras feudales. Los
conquistadores llegaron para rapiñar y evangelizar; a pesar que en la región
descubierta no existieron etnias con rasgos culturales significativos. De
cualquier manera la iglesia santificaba el exterminio y enriquecía su alforja.
Doscientos años de esclavismo expresan por si solo el dominio de la economía
primaria; sustentada en la explotación agrícola de la tierra y otros productos
de extracción minera de gran valor y demanda en la Europa que emergía a la
modernidad.
Los países del Atlántico latino
americano crecieron pujantes por la demanda de mano de obra calificada para la
época, la que promovió una interminable y variada inmigración desde Europa y
Asia. Los grandes terratenientes y mercaderes les urgía crear imperios económicos
para compartir con las monarquías; y estas a su vez, otorgarles reconocimientos
apergaminados de aristocrática realeza. Brasil llegó tarde y mal a los
rescoldos del capitalismo periférico.
En la posmodernidad ese continente,
contenido en Sur América de variada composición étnica y cultural, con la
población de descendencia negra más densa del Brasil del hemisferio; la
multiculturalidad condujo a la construcción de estereotipos que vendieron por
el mundo: y el País se convirtió en icono del fútbol; del milagro
económico-industrial brasileño -como los
milagros no existen volvió a su cruda realidad-; del carnaval y sus
desenfrenos; la multiplicación de las religiones y las sectas que aparecieron
para aplacar las iras de la inequidad, y las de “dios” por los desenfrenos de
Sodoma y Gomorra. Las oligarquías y sus relaciones imperiales alimentaban el
circo. No había quien alimente los estómagos. En eso apareció Lula.
Las elites para constituir un
Estado-nación, necesitaban acuerdos de los más variados: políticos,
ideológicos, económicos, inscribirse en las relaciones de poder internacional,
etc. Todas esas necesarias relaciones y consensos debían sucumbir en el fangal
de la descomposición moral: la corrupción seria el norte. Se impondría Darwin
con su ley del más apto para depredar y montar los imperios necesarios del
poder y la riqueza a cualquier precio.
El golpe de Estado que desplazó a
Dilma del poder, ha sido ampliamente analizado, explicado y documentado: una
gavilla gansteril se coaligaron con todas las fuerzas internacionales –léase
Embajada de los Estaos Unidos- y asaltaron la Presidencia de la República. El
espectáculo en ambas Cámaras de legisladores que sus integrantes ofrecieron al
mundo, fue el equivalente a una orgia surrealista de ritos satánicos, sexo,
sadismo real e imaginario, cuadros oníricos al estilo Chirico en esa
arquitectura planetaria –Brasilia-, mágicas y fantásticas realidades; todos
danzando y embriagados alrededor de la víctima. En el bacanal invocaban el más
asqueroso basural de divinidades, ídolos y afectos de seres lumpescos. Estos
granujas que volvieron un carnaval el impeachment invocaron en el momento del
voto a todo lo imaginable que el realismo mágico lo permitía. La mayoría lo
hicieron por “dios”. A la madre que los parió. A las amantes que los quieren. A
sus hijos y esposas que los esperan. Por los evangelios. Para evitar que los
niños aprendan sexo en las escuelas. Para que dejen de dar dinero a los
desocupados. Por lo militares que torturaron a Dilma. Para que se acabe el
comunismo. Por un País evangélico. Con el voto contra su víctima que tenían en
el cadalso, consagraron su odio y demostraron la más variopinta estupidez que
sus genialidades les permitía.
El fenómeno religioso tiene el mismo carácter
abyecto que los negros estadounidenses le imprimen a sus creencias. Al esclavo
le quitaron las físicas cadenas, pero, lo volvieron a encadenar con la biblia
bajo el brazo; la diferencia es que, en el primer caso, el amo debía alimentarlo, ahora el liberto tenía que
buscar su sustento. Estas prácticas de catequización devienen de un
megaproyecto de dominación elaborado y puesto en práctica por los tutores del
nuevo orden mundial: la fundación Rockefeller.
Las organizaciones sectarias de la
fe, en Brasil, son de la más variada y elaborada estructura: protestantes,
bautistas, mormones, la iglesia universal y un largo etcétera de creencias
mágico-hechiceras. Claro está, con la omnipresencia de “santa madre” iglesia
católica. Mientras en Europa y gran parte del mundo desarrollado las sociedades
se alejan más de estas aberraciones metafísicas, en el hemisferio siguen siendo
funcionales ideológico-políticas para el
sistema. Todas las sectas actualmente, como en su apogeo la iglesia católica
subastaba en metálico y en físico las indulgencias –garantía inequívoca de un
pase al paraíso- acumulando su inmensa riqueza, aquellas sin ningún pudor se
vuelven poderosas económicamente sobre las espaldas de millones de almas
desvalidas y cerebros agusanados. Los empresarios promotores de la Iglesia
Universal se abastecen en los supermercados de pacas de algodón, tanques de
aceite inocuo, envasan agua del grifo; y venden a los ingenuos y balurdos
creyentes, advocándolas de reliquias sagradas traídas desde Jerusalén.
En Brasil se constituido un sistema
paralelo: la política, la religión y la economía aderezados por la corrupción
sin límites ni fronteras. No se explica de otra manera que los acusadores de
Dilma de actos irregulares, los dos tercios de estos angelitos –porque desde
ya, pertenecen al ejército de ángeles y arcángeles que moran en el cielo-
tienen copiosos prontuarios de sus fechorías.
Aquí vale una digresión: un aristócrata de la
Capital ecuatoriana, que siempre ha
creído tener rezagos de aristócrata, se engola cuando pontifica, de apellido Gándara, mediocre burócrata
diplomático en varios gobiernos oprobiosos y lacayos, hace una apología al
tapetazo legislativo que le dieron a Dilma en Brasil; argumentando que fue
constitucional. Su postura resume hipocresía y odio reaccionario. En Ecuador el
parlamento se convirtió varias veces en único y ultimo juez; y defenestró
varios presidentes, en los cuales ascendía a “momia coctelera” . Lo mismo
sucedió en Paraguay, Honduras y en Venezuela la Asamblea afila las uñas para
golpear el “gong” de la batalla final. Este sujeto en el ocaso de sus devaneos
justifica vanamente el marco constitucional, con la ilegitimidad. Para el
reaccionario todo lo que no está en sus referencias cerebrales y los esquemas
del imperio, no existe.