27 octubre 2016

OBSCENIDADES DE LA DERECHA POLITICA


Arq. Vicente Vargas Ludeña
La candidatura presidencial de Guillermo Lasso es un fenómeno inescrutable. De ambiciones incompatibles con su bajo nivel intelectual y moral. Es un emulo de Álvaro Noboa: Acaudalado, tonto y crédulo: sus áulicos lo han convencido que cualquiera puede ser Presidente y él, siendo cualquiera, merece ser Presidente. Es un huracán, arrastra toda la basura que encuentra a su paso. La selección de su compañero de fórmula presidencial no puede ser más evidente y sospechosa. La tarea crapulosa la desempeñará este sujeto. Es necesario desprestigiar al gobierno de Correa hasta el paroxismo. El será muy funcional y eficiente en esa faena, que Lasso por su limitado discurso hasta para insultar es soso, lo necesitará para la diatriba en la que, el binomio, ha demostrado excelencia. Pero juega con candela porque de ser Presidente, un supuesto no consentido, la formación moral que tiene su compañero, la felonía y ser venal es privilegio de los tránsfugas políticos.  Siempre es la primera arma que usa el crápula traidor. Será, el del trabajo sucio de la campaña. Es deseable que el candidato Lasso, exponga las cualidades morales, intelectuales, políticas y otros valores por los que eligió a esta persona.
El otro escenario lleno de desaguisados son las traiciones, anticipados desastres en el coto de caza de Jaime Nebot: el Parido Social Cristiano. El mayorazgo ejercido sin oposición está claudicando y su final se dibuja desoladoramente triste. Lo es, porque después de tantos años, conjuntamente con su mentor, látigo en mano arriaron los poderes y las Instituciones en el País a su antojo y caprichos hasta el desastre. Hoy, ni  su MUCHACHA, siempre útil para cualquier mandado, se le escapó de su órbita; ahondando su soledad.
La danza de los arlequines politicastros de un escenario y una comparsa determinada, terminan en otro escenario bailando otra zarzuela con otros fondos musicales. En tosco castellano, el tránsito de tránsfugas migrando de un grupo a otro en busca de un “puestito” en las candidaturas: es hilarante. Pero demuestra lo sinvergüenzas que son estos patriotas. Sin rubor pasan de una tienda a otra; dando mil explicaciones que ni ellos mismos las creen ni las entienden.

La demostración de esta tragedia moral que vive la sociedad ecuatoriana, es que la calidad moral, la estolidez, la carencia ideológica, sus desaforados fines abyectos, la escatológica importancia que tiene la Patria para estos granujas; es una tarea, también moral de la sociedad. Comprender los alcances de la tragedia  de la Nación, de las instituciones políticas, económicas, culturales, y de estos actores políticos que se reproducen cíclicamente. Y participar en el conocimiento del fenómeno interviniendo en las decisiones comunitarias, y principalmente adquiriendo educación y cultura política; para evitar que estos malandros se burlen de nuestra ingenua pasividad. 

25 octubre 2016

R.I.P. el P.S.C.

“Requiescat in pace, el Partido Social Cristiano”

Arq. Vicente Vargas Ludeña
Después de la caída del Muro de Berlín, el imperio reacomodó sus estructuras: militares, económicas, hegemónico-políticas, mediáticas e ideológicas –desarrollaron denodados esfuerzos por desaparecer la ideología de la conciencia colectiva, permutándola por consumismo-; el universo lo volvieron uno y único para las elites mundiales. Al neoliberalismo lo diseñaron y construyeron como marca de consumo planetario. Todos los rincones de la tierra lo cundieron y plagaron de un nuevo orden material; y por supuesto, también de un “hombre nuevo”. Con sangre y fuego marcaron a las naciones y a sus pueblos. Medio Oriente, hoy, es una bestial desgarradura, desvergonzado e implacable afán de hegemonía global. En América Latina quedaron girones de sus pueblos y naciones desde la década de los sesenta con gobiernos sátrapas impuestos por los Estados Unidos –los militares de cada País fueron los cancerberos y representantes-. Algunas Naciones están restañando esas heridas, mientras otros siguen afincados  -Chile, Perú, Colombia (enfermo terminal), México y otros- en el modelo marcado por el FMI, y el Departamento de Estado de Norte América. También hay de aquellos –Argentina y Brasil… que regresaron cual hijos pródigos al regazo del sistema financiero global y a compartir sus actividades gubernamentales con la Embajada correspondiente.
 La izquierda se licuefactó. La dialéctica de la historia, y la epistemología del sistema mundo presente, quedó atrapada en los manuales del marxismo más ortodoxo. Mientras el capitalismo cambiaba a un rostro más inhumano y despiadado. Conforme hemos repetido: con el 3 % de electores se volvieron rosca con la derecha. En ese idílico abrazo, hasta hoy, fueron felices.
Debemos admitirlo, el neoliberalismo, expresión suprema del capitalismo, también animal fagocitario de su propio engendrador, terminó venciendo. Sus victorias contra los enemigos son con armas, el hambre y la pobreza. Los derrotados por ese monstruo: la clase media, trabajadores y los marginados. En las protestas en Chile por la mega estafa de la seguridad social, un viejo jubilado impotente aceptó su derrota frente al capitalismo salvaje impuesto a sangre, terror y vidas. “Nos ha vencido el sistema, hoy lucho por los que vienen atrás”, dijo. Hoy todas estas víctimas, son fichas marcadas de un tablero podrido. Son objetos abandonados en las calles de las ciudades enseñando sus lacaras de la derrota. Con toda su razón el magnate del mundo financiero, Soros: afirmaba que su clase social, está ganando todas las luchas.
A pesar de tan lóbrego horizonte para el 99 %; las estructuras políticas partidarias del establishment no están respondiendo mecánicamente, como si sucedió en el paroxismo de miedo que el imperio aplicó a las naciones y a sus pueblos. El sistema no puede expresarse en las masas y en las estructuras políticas conocidas tradicionalmente. Los partidos políticos carecen de un discurso que los fortalezca, o por lo menos sostenga a esas agrupaciones en el mismo hilo conductor histórico. Cada vez son más débiles y en vías de extinción. Las campañas mediáticas despolitizadoras e desideologizadoras, están tallando a las organizaciones sociales y políticas quedando al juego de las contingencias geoestratégicas, económicas etc. Mientras el miedo, también, va cambiando de bando. Las masas están repensando su propia existencia, con nuevos brotes de expresión política.
El balancín partidario en Ecuador que subían y bajaban del poder y en la Región  hemisférica, se desequilibró. El guinguiringongo: liberal-conservador del pasado se trasladó; o mejor, estas fueron penetradas, por estructuras ideológicas europeas: Social Democracia, Democracia Cristina, Social Cristiano, Verdes o el Arco Iris. En cada País le pusieron su propio apellido. En Ecuador ID, DC, SC y sus derivados hermafroditas: CFP. PRE, PC, MPD. Tal vez cuando nacieron alguna impronta ideológica los diferenciaba. Más tarde el neoliberalismo necesitaba funcionar cual Frankenstein. En consecuencia  terminó fagocitando toda traza de partido ideológico. El fenómeno que bosquejo de los partidos políticos en Ecuador, es semejante con menor peculiaridad folklórica que en Europa o EE. UU.
La campaña electoral actual en Estados Unidos, está revelando que la democracia, fraternidad y libertad que Alexis de Tocqueville tanto admiró y se convirtió en panegirista del naciente País en memoria de su Francia revolucionaria, dejó de existir. Donald Trump se encargó de desnudar a la Dama y apagar la antorcha de la Estatua de La Libertad. Un candidato bribón y una compulsiva y maníaca aspirante a la Presidencia, continuaron demoliendo el bipartidismo que con W. Bush ya dio pasos a su desaparición. Claro, el Partido Republicano es el laboratorio en descomposición de una estructura partidaria. Es universal que la campaña Trump-Clinton es un vertedero de inmundicias que solo se veía en América Latina. En Estados Unidos lo político subyace a la cotidianidad del consumismo, y poco, o casi nada importante es, en la vida de la sociedad. ¿Cuán trascendente es la existencia de dos partidos políticos en el contexto  de un nuevo sistema económico, si ambos agendan los mismos intereses corporativos; y especialmente el infernal juego financiero que debe administrarse desde las metrópolis del dinero? La virtud del bribón de Trump le corresponde a su discurso ajustado al pasado histórico de trapacías de su Nación,  y empezó a demoler al Partido que había inspirado y alentado sueños imperiales. El Partido después de esta faena electoral no volverá a ser el mismo.  Categorías similares valen para el Partido Demócrata. En el Nuevo Orden Mundial estos esquemas políticos son obsoletos.
En España se replica el fenómeno. El PSOE –Parido Socialista Español- es otro escombro, camino al basurero del quehacer político-ideológico. Su trayectoria mimetizada en el contexto del poder de un Estado que todo está pegada con remembranzas imperiales semifeudales. Es objeto de conocimiento la trayectoria de aquella agrupación política; para concluir que no es socialista, ni obrero, ni española. Su origen  está en Europa del Este, Alemania en concreto. El inefable Felipe González es delfín y sepulturero, a la vez. Por supuesto que las epistemologías que anuncia el neoliberalismo son la cicuta para el exterminio. El Partido Popular es una estructura mafiosa siciliana. Vive de la memoria del fascismo franquista y de los poderes fácticos que se han multiplicado. La monarquía no merece desperdiciar un pensamiento. Esta fuera de tiempo y lugar.
El reinado del Partido Social Cristiano en Ecuador, también fue sometido a las inexorables leyes de la dialéctica. Después de 32  años de omnipresencia de esta representación oligárquica en el poder central, un periodo de cuatro años, primero, y después de la toma del Municipio de Guayaquil desde el cual irradiaban a todo el País su fuerza y capacidad plutocrática, agotaron hasta los rescoldos los espacios y sus discursos vacíos y atrabiliarios en los dominios corruptos. Su poder oligárquico iba cambiando  de manos, eliminando por generación espontánea a los segundones y demás acólitos de los rituales del poder. La muerte de su más importante mentor, Febres Cordero, significó también la agonía del P.S.C. Nebot jamás fue un líder, un guía, un conductor: fue un vulgar capataz, un simple arriero –con una pequeña diferencia que no eran acémilas los arriados- de su cada vez más lánguida cofradía de creyentes, convencidos que también algún día podrían pertenecer a esas elites.
El omnímodo poder de la burguesía social cristiana, en este proceso electoral agotó todo el combustible que lo promocionaba. Hoy, no solamente se ha quedado más solo que nunca, sino que su partida de defunción está sellada, como las de sus contertulios históricos: CFP, PRE, ID, DC, MPD, PC y otras malezas que debieron ser borrados de los registros del Supremo Electoral.
El momento que vive la sociedad global es una oportunidad para organizar una estructura ideológica partidaria que interprete la crisis mundial; alertarse a los peligros y amenazas que acechan desde el imperio de un desastre bélico de alcance planetario. Las miserias morales, intelectuales, cognitivas; provocan pesimismo, frustración; descalifican al sujeto social, indignan. La gavilla de hampones de Petroecuador, es un ejemplo que avergüenza a todos, a pesar que otros celebran por tener una oportunidad electoral para la bronca. Las circunstancias históricas para una revolucionaria organización política exigen: una elevada condición ética, un deseable nivel intelectual –Alvarito y Lasso son antípodas de lo exigido-, rigurosa formación académica de los protagonistas, -no basta, con no ser muerto de hambre como señala una sílfide de derecha y de las pasarelas, participante de CREO-; imprescindible una recia y sólida estructura ideológica; y una entrega hasta el sacrificio. Bolivia está marcando los senderos que se deben transitar, por supuesto que están llenos de abrojos y abismos.
 El Nuevo Orden Mundial requiere de organizaciones diferentes, nacidas de la acumulación de fuerzas sociales, con fuertes liderazgos, y un conocimiento exhaustivo de la realidad contemporánea. No para hacer la revolución, sino solo, para detener el exterminio de la población. Ya, la humanidad encontrará  nuevos senderos.