Arq. Vicente Vargas Ludeña
La candidatura presidencial de Guillermo Lasso es un fenómeno
inescrutable. De ambiciones incompatibles con su bajo nivel intelectual y
moral. Es un emulo de Álvaro Noboa: Acaudalado, tonto y crédulo: sus áulicos lo
han convencido que cualquiera puede ser Presidente y él, siendo cualquiera,
merece ser Presidente. Es un huracán, arrastra toda la basura que encuentra a
su paso. La selección de su compañero de fórmula presidencial no puede ser más evidente
y sospechosa. La tarea crapulosa la desempeñará este sujeto. Es necesario
desprestigiar al gobierno de Correa hasta el paroxismo. El será muy funcional y
eficiente en esa faena, que Lasso por su limitado discurso hasta para insultar es
soso, lo necesitará para la diatriba en la que, el binomio, ha demostrado
excelencia. Pero juega con candela porque de ser Presidente, un supuesto no
consentido, la formación moral que tiene su compañero, la felonía y ser venal
es privilegio de los tránsfugas políticos. Siempre es la primera arma que usa el crápula
traidor. Será, el del trabajo sucio de la campaña. Es deseable que el candidato
Lasso, exponga las cualidades morales, intelectuales, políticas y otros valores
por los que eligió a esta persona.
El otro escenario lleno de desaguisados son las traiciones,
anticipados desastres en el coto de caza de Jaime Nebot: el Parido Social
Cristiano. El mayorazgo ejercido sin oposición está claudicando y su final se
dibuja desoladoramente triste. Lo es, porque después de tantos años,
conjuntamente con su mentor, látigo en mano arriaron los poderes y las
Instituciones en el País a su antojo y caprichos hasta el desastre. Hoy, ni su MUCHACHA, siempre útil para cualquier
mandado, se le escapó de su órbita; ahondando su soledad.
La danza de los arlequines politicastros de un escenario y
una comparsa determinada, terminan en otro escenario bailando otra zarzuela con
otros fondos musicales. En tosco castellano, el tránsito de tránsfugas migrando
de un grupo a otro en busca de un “puestito” en las candidaturas: es hilarante.
Pero demuestra lo sinvergüenzas que son estos patriotas. Sin rubor pasan de una
tienda a otra; dando mil explicaciones que ni ellos mismos las creen ni las
entienden.
La demostración de esta tragedia moral que vive la sociedad
ecuatoriana, es que la calidad moral, la estolidez, la carencia ideológica, sus
desaforados fines abyectos, la escatológica importancia que tiene la Patria
para estos granujas; es una tarea, también moral de la sociedad. Comprender los
alcances de la tragedia de la Nación, de
las instituciones políticas, económicas, culturales, y de estos actores políticos
que se reproducen cíclicamente. Y participar en el conocimiento del fenómeno interviniendo
en las decisiones comunitarias, y principalmente adquiriendo educación y
cultura política; para evitar que estos malandros se burlen de nuestra ingenua
pasividad.
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