Arq. Vicente Vargas Ludeña
En la vida política ecuatoriana, no nos es extraño, tener o
vivir impresiones intensas; o algo que nos deja especialmente asombrados. En el
pasado partidocrático se vivieron tiempos de contradicciones intrínsecas a las
relaciones de poder, agudas lucha de clases, pasados administrativos incestuosos,
etc. Pero con grandes esfuerzos e inéditos personajes apareció un sol que iluminaba
los caminos y calentaba las esperanzas, superadas por un fuerte liderazgo. El
horizonte antes proceloso, esos tiempos
se volvieron calmos, prometedores y esperanzadores... No es panegírico, es un
reconocimiento que trascendió las fronteras.
Cuando esas
condiciones vividas súbitamente estallan, decimos que estamos frente a un
fenómeno emocional de perplejidad, asombro, no fácil de interpretar, peor aún de
explicar: primero a nosotros mismos, luego poder compartir con los demás. La
perplejidad también es artera, paralizadora porque nos limita las acciones y
las reacciones.
La presencia en el poder del actual Presidente de la
República, en seis meses de accionar, cambió el imaginario colectivo; la
semiótica del poder, la política, las relaciones entre sociedad y estado, la
ética y la estética. En fin. Cuando se sumergió en la ética política trastocó
las propiedades y atribuciones del delito y del delincuente: el corruptor y el
corrupto. Y los límites que le impuso a éste fenómeno fueron solo el dinero.
Esta práctica se volvió totémica. Y leitmotiv para elaborar un constructo del
pasado que hunda en las profundidades de lo ignoto al protagonista principal:
Rafael Correa. Su conducta, la de Lenin Moreno, según él no riñe con lo moral.
LA TRAICIÓN –con mayúsculas- no es acto delictual y corrupto; súmale a eso su
postura de un hipócrita renegado, porque se arrepiente del pasado que
compartió; engañando, no a pocos, a multitudes como hoy, torpemente intenta
burlarse del ciudadano.
Lleva seis meses luchando contra molinos de viento, sin saber
a dónde llegar. En el camino va dejando desgarradoras huellas de un Caronte en
el inframundo protegido de una jauría de Cancerberos que cuidan, aplauden, no
se avergüenzan de su pasado; y dinamitan lo que presenciaron, y algunos también
ladrillos levantaron.
Hablar de felonía y traición, aquí ya no cabe, se ha dicho
mucho, lo siguen haciendo y gritándole los que van saliendo de la perplejidad.
Yo, he realizado parangones fotográficos de zafios de personajes con este
perfil: Alvarito es una réplica de Guillermo Lasso. Estos son radicalmente ricos,
tontos y crédulos. Los amazónicos –Lucio Gutiérrez y Lenin Moreno- son
decididamente felones y traidores, y de un mediocre baremo intelectivo. Se han envestido
de Presidentes de la República, y jamás comprendieron donde estaba ubicado el
centro de gravedad del poder. Lenin Moreno peregrina evangelizando al pueblo; que
aprendió de predicador, cuando su mundo se derrumbó por el plomo que un “Juanito Alimaña” –según su versión- le descoyuntó su
armadura esquelética: motivador para los que tienen el mundo de su yo, mil
metros bajo la tierra. Eso es lo es lo que es. Un atesorador de rencores y odios,
consigo mismo, primero; luego encona con las personas que nunca alcanzará su
estatura. Todos nos equivocamos cuando aceptamos el rostro oculto de un
personaje ruin, hábil para urdir los más arteros y bajos sentimientos.
No todo está perdido, la ciudadanía que discierne el momento político,
y discrimina a los actores principales que lideraran, la nueva era; se sumarán
en un proyecto de corto, mediano y largo plazo. Nadie duda de la capacidad de
convocatoria y liderazgo de Rafael Correa.
1.- Alianza País dejó de existir, Efialtes Amazónico y su ejército
de traidores mataron al Movimiento y su Proyecto político. Lenín Moreno se lo
tragó cual gigantesca pitón. Esa era su misión. El mismo no ha enviado un solo
gesto de reconocimiento al Movimiento. Más bien lo ha denostado a gritos. SE REQUIERE“CREAR”
UNA NUEVA ESTRUCTURA POLÍTICA CON TODA SU PARAFERNALIA SEMIÓTICA.
2.- Desplegará a lo largo y ancho de la Patria brigadas para
incorporarlas al nuevo amanecer. Combatir sin tregua ni piedad la Consulta-inconsulta
de la derecha.
3.- Organizar y movilizar a la ciudadanía consciente la recolección
de firmas, para la Convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.
4.- La Constituyente nos salvará destituyendo a un gobierno
aberrante, traidor, ignaro, y con salud y fuerzas físicas que durarán días contados.
Todo esto previo inventario de los mercenarios del Efialtes Amazónico,
y su respectiva fumigación de todo corrupto y traidor.
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