Arq. Vicente Vargas
Ludeña
Nótese como al ir
culminando sus metas nuestro CANALLA, el de la silla rodante, cada vez le
importa menos el País. Nada era importante ayer, hoy menos, fuera de sus anhelos.
La escalera que había construido para el ascenso a las cumbres de su mezquino y
amoral éxito, está, peldaño a peldaño casi llegando a la cúspide. Sin embargo, simultáneamente
empieza a brotarle en su alma algún que otro sentimiento noble y tierno: en la
niñez sus juegos en la selva los realizaba con venenosos ofidios, o con salvajes
felinos; las canciones, también, son su catarsis. Pero hay momentos que procura
callarlos, pues no le es dado el poder gozar de la bella condición de un sentir
honrado, hasta después de terminar con lo que hoy tiene encomendado: servir de
mascarón de proa de intereses oligárquicos e imperiales; y con ello terminar brillantemente
su carrera canallesca.
Faltan aún, algunas leguas
por rodar para ser bueno, debe consolidar su fama y labrar sólidamente su
fortuna cimentando su nombre. El canalla cuando se retira, exige reconocimiento
y yergue su pecho con diáfana decencia. Es la norma en la academia de los
canallas.
Nada es perfecto, a medida que avanza en su porfía
canalla, más la aborrece para los suyos. Los INA…propiados momentos que vive
con la pesadilla de haber permitido involucrar
a su sangre en los vericuetos que él, con éxitos los sabe hacer, a
solas. A pesar de su infame reciedumbre como líder de la canallería, este
episodio le produce INA…petencia, al conocer más que nadie, que en el mundo, no es el único CANALLA;
y que, la cohorte que lo rodea está plagada de canallas, mañana le hundirán por
la espalda la puñalada trapera. Tal como, todo CANALLA, LO SABE HACER
EXITOSAMENTE, CON ARMAS COMO: LA TRAICIÓN, LA FELONÍA, LA AMORALIDAD…
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