23 diciembre 2015

¡RENACERÁ ESPAÑA!


Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                                          22/12/15
La presencia de España no ha estado alejada históricamente de nuestras regiones.  Acostumbrados a  conocer semblanzas de los conquistadores, colonos y curas. La Iglesia Católica como mantra presente en la cotidianidad de nuestras vidas, repartiendo –léase vendiendo- bendiciones e indulgencias; a cambio de metales preciosos que provocaban placeres y bienestar en la Península; y también, como aparato ideológico reproductor del poder político.
Después de la independencia,  las elites locales no encontraban en la metrópoli imperial ninguna identificación con el pensamiento moderno. El referente intelectual,  cultural y de placer se trasladó a Paris. Hoy, para esas clases sociales es Miami; no precisamente culta e intelectual, esa ciudad es basurero moral de la región y gran parte del mundo.
Sin embargo debe reconocerse que la Guerra Civil española, expulsó por el mundo: guerreros por la libertad, filósofos, científicos, artistas y pensadores que contribuyeron a elevar la estima de algunos Países donde se radicaron. En la posmodernidad no ha cambiado mucho, a pesar que no existen espejitos ni abalorios; hoy deambulan por estos lares, políticos de pequeña estatura, conspicuos usuarios de las puertas giratorias, que se bajan del poder y entran a la nómina de las trasnacionales a ejecutar su influencia para corromper a gobiernos de países dependientes. Felipe González, Aznar entre otros,  son invitados  a divulgar democracia, libertad, derechos humanos y otras monsergas. Es de  fácil deducción la calidad de estadistas de estos esperpentos que gobernaron España por largos periodos. Feli-pillo en la cumbre de su racionalidad comparó a Pinochet como un monje trapense, frente al fascista y asesino de Nicolás Maduro. Aznar es otra triste figura de vergonzoso papel: lacayo de George W. Bush y Tony Blair en la aventura genocida en Irak.
España siempre vivió lejos de Europa. Ha existido un enorme deseo y frustrados proyectos de compartir el desarrollo científico-técnico, la capacidad industrial y financiera de las grandes metrópolis de la centralidad europea. Pero sus rémoras medievales  subsisten hasta hoy. El parangón fatal que existe entre México y España es patético. Ambas naciones con pasados esplendidos, en el devenir les correspondió vecinos de otras dimensiones: Estados Unidos y Europa, en uno y otro caso. Ninguno asimiló ni por osmosis como fenómeno químico o por contagio como peste, el impetuoso desarrollo de las Naciones de Norte.
La transición de la muerte, a la vida. De la negra tiranía, a la libertad. Del miedo, al valor. De la dictadura a la democracia. Del retraso, al progreso. De la esperpéntica vida política, al orden y respeto al poder. La sociedad española y el mundo estuvieron pendientes, como si fueran sus propios destinos. Pero un País pobre, dependiente, condenado por primigenios destinos, no podía aspirar a otro cosa que, las potencias le brindarían: un nuevo gobierno fraguado en cenáculos de las elites del capitalismo global, y lo que el Club Bilderberg diseñaran. Felipe González salió seleccionado para encarar el suigeneris orden jurídico-político de la democracia española: monarquía a la carta y gobierno parlamentario. Debía ser “socialista”, era preciso borrar las pisadas de la bestia.
Este engendro ha pervivido cuarenta años. Europa integró a España a su seno, algunas cosas cambiaron con el impulso de las naciones del norte. Pero en lo esencial nada cambió. Las elites patrimonialistas y rentistas se modernizaron; los caminos fáciles de enriquecimiento se pavimentaron con nuevos billetes; el Estado siguió siendo una cantera para extraer riquezas personales; la aristocracia siempre cerril a los cambios, jamás comprendió que se vivía en otra época; la Iglesia, ¡Ah la Iglesia! Con todo su boato púrpura  oleando al poder político de las burguesías. Hasta que un día todos los jardines colgantes de Babilonia se desprendieron. Volvió la realidad lacerante, despertando a todos de un sueño, que habían vivido en un “País de Jauja”.
La cuestionada Primavera Árabe, también pisó tierra en la Península. Además pocas diferencias existen con los países donde se inició. Aunque la aristocracia española se rascaba el trasero, porque el fenómeno, según ellos, no era igual de desgraciado de los otros pueblos del Mediterráneo. A pesar, que las características socio-económico y político tenían los mismos rasgos. Tal vez la indignación de los “indignados” del 15M, fue más creativa e intelectual. Menos contagiada por manos perversas del imperio, y ajena a los fanatismos religiosos; cosa que en los pueblos árabes la consigna era: el islam y la presencia de fuerzas oscuras extranjeras.
El punto de quiebre de esa bastardía de una España caricaturesca, es que la multitud se tomó los lugares públicos en diferentes ciudades; y se asentaron por largos periodos de tiempo. La multitud es plural; se compone de innumerables diferencias internas que nunca podrán reducirse a una unidad, ni una identidad única. Hay diferencias de cultura, raza, etnicidad, genero, sexualidad, formas diversas de trabajo, de vivir, de ver el mundo y diferentes deseos. La multitud de esas acampadas, luego se propagan al otro lado del mar: a Occupy Wall Street. Es una multiplicidad de tales diferencias singulares. Es importante señalar este fenómeno posmoderno porque de aquí saldrán diferentes escenarios y actores políticos. Podemos en España, Syriza en Grecia, guerras y destrucción fanática en Medio Oriente. En América Latina hay algo de esto con nuevas formas de ejercer el poder del Estado y su relación desde la multitud. Multitud no es masa, ni el ambiguo pueblo.
El verdadero rostro de España lo desvelaron los indignados -la multitud-. Sin embrago no es fácilmente comprensible, que habiendo conmovido los cimientos del poder, y su sistema jurídico político, tres meses más tarde, en un proceso electoral regular como tantos del pasado; la historia se repita con toda su sorna tragicómica. Eligieron abrumadoramente al Partido Popular -PP-. Alguien en un twitter me respondió que los habían traicionado; que su programa de campaña decía una cosa y en el poder estaban haciendo otra. Yo, le respondí que los traidores fueron los electores, porque los elegidos estaban para eso: Traicionar.
Han transcurrido cuatro años -2011/ 2015- desde que los protagonistas de la transición y herederos de Franco, en compañía de una monarquía patuleca y corrupta concluyeran la tarea iniciada por otro partido político de la misma ralea: el PSOE. Descoyuntaron la Nación, atracaron sin pudor los dineros de las gentes, los echaron de sus casas, se acabó el empleo, cada quien debió tomar el mejor camino que tenía por delante. Rajoy, no es que no sea decente, como le dijera Pedro Sánchez; es que, es un canalla y ladrón. En una sociedad organizada, este rufián no merecía permanecer una semana más en la dirección del Gobierno; porque además, junto a él, hacían fila mensualmente otros funcionarios, recibiendo  cohechos de los contratistas. Es antológica la cara de sinvergüenza saludando y dando la mano a otros mandatarios de la región escarnizando, de ese modo, al pueblo español. Se ha burlado de todos. Miente que el País está saliendo de la crisis por las medidas implementadas por su gobierno. El jamás diseñó ninguna medida social o económica, todas vinieron del Banco Central Europeo, del Fondo Monetario Internacional, y el ajuste fiscal de la Comunidad Económica Europea. Su gestión en el gobierno, desmanteló cualquier asomo de dignidad y soberanía, y está a punto de saltar por los aires la integridad territorial con las aspiraciones secesionistas de varias regiones.
Para ratificar la incomprensión sobre la voluntad de la gente de votar por esos especímenes: PP y PSOE; hoy vuelven a ser las estructuras políticas más aceptadas en las elecciones del domingo 20 de este mes. Pero esta vez, apareció un detalle: PODEMOS. Será la tercera vía. Será el comienzo del ALBA europeo.
 Esto ratifica lo que sostengo desde hace tiempo: España tiene un pie en su pasado medieval geocéntrico; y el otro, en la sepultura de Franco. Al pueblo la monarquía le otorga nobleza; y la Iglesia Católica miedo al infierno. Los murales de la Capilla Sixtina están poblados imaginariamente por españoles. Muchos se ven reflejados en esos colores celestiales.  Los réprobos, incrédulos e iconoclastas blasfeman a escondidas

14 diciembre 2015

“ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ”


Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                               Mayo, 24 del  2011
“Los toros, la siesta, el ajo, el aceite y el odio entre hermanos, todo muy pintoresco, muy español”. Es una expresión narrativa en la estupenda novela de María Dueñas: “El tiempo entre costuras”, que delata como los extranjeros percibían la España previa a la guerra civil 1939; y hasta, con cierta ironía sobrellevaban la tensión entre derechas e izquierdas, la influencia total que la iglesia católica tenía sobre el Estado y la sociedad en general. Más aún, cuando se instauró la República destronando la monarquía, el papel de los curas fue decisivo para agudizar las contradicciones. Esta visión desde el mundo hacia España y los españoles, en la actualidad, poco ha cambiado.
Pocos pueblos de Europa soportaron la influencia musulmana, como lo hiciera España; 800 años, ni un día más, como diría un gallego. Simultáneamente a su liberación de los moros, se encontraron un continente, que luego depredarían: la raza y sus riquezas, por 300 años, a la vez.
Cuando Europa se iluminaba con la ILUSTRACION Y LA RACIONALIDAD, los españoles holgazaneaban con la riqueza encontrada en América; no la producían, solamente la recogían rufianes, la transportaban rufianes y la disfrutaban holgazanes. Mientras los enciclopedistas franceses se esforzaban por acopiar el conocimiento, la sabiduría de la humanidad; los españoles se empeñaban en perfeccionar, en nombre, siempre, de dios y la virgen santísima: la Santa Inquisición. Es decir marchar en sentido opuesto de la luz, adentrándose, siempre, en la oscuridad de la caverna.
Tampoco la revolución industrial del norte de Europa, modificó los paisajes y sus ancestrales campiñas de viñedos y olivares. No tenían urgencias para reemplazar la yunta de bueyes en el arado por una máquina para roturar la tierra. Por supuesto, tampoco, les importaba ninguna diletencia ontológica -su leitmotiv ha sido eternamente teológico- inventar, investigar, etc. La vida contemplativa plagada por la religión y la molicie, les consumía los sesos. Salvo unos pocos pensadores de menor cuantía y artistas -especialmente de la plástica- que han aportado al acervo universal.
En mayo de 1968, el mundo bullía en rebeldía, especialmente la juventud, porque los sistemas sociales y económicos de ese entonces, lo mismo que ahora, no daba abasto a un pensamiento  sin límites que se había abierto a la posmodernidad. Esta vez, España, tampoco estaba presente. Los españoles seguían bajo la férula de Franco, Caudillo por la gracia de dios,  regresándolos al Medioevo y los sojuzgándolos 40 años ¡Qué resistencia!... Ya lo demostraron con los moros.
Cuando la gran Europa decide mancomunarse, debe, obligadamente incorporar a España. No es bueno tener un vecino haraposo, mientras los otros visten futremente; para lo cual inyectan ingentes  recursos económicos para mejorar la vestimenta del vecino pobre. Eh ahí, su falso esplendor económico. Eh ahí, su moderno pasado histórico. Hemos repasado su trayectoria, no ha estado, no está, ni lo estará en el tren de los vencedores de la pobreza, tampoco en el vagón del desarrollo científico- técnico.

España tiene un extraño parangón con México. México es a Estados Unidos, lo que España es a la gran Europa. Si alguna relevancia tuvo en el pasado, el uno, con su enorme civilización mesoamericana; el otro, con sus aportes al imperio romano y algún otro rasgo en la conformación de los Estados en Europa; en la modernidad, ni por ósmosis percibieron el avance arrollador de sus vecinos de arriba de sus fronteras. En el un caso, Europa caminó impetuosamente hacia delante sin regresar a ver. De ahí, el decir: que África empieza al sur de los Pirineos, tiene su razón. Peor papel harían los mexicanos con su vecino, también del norte, que los absorbió hasta el exangüe. Lo curioso del parangón es que, México y España persisten en su incapacidad de asimilar la civilización de ningún tipo de sus desarrollados vecinos. Esto, los conduce a la paradoja de mahoma y la montaña. Como no han podido traer a sus naciones la ciencia, la tecnología, el bienestar etc.; emigran, mejor, a esos paraísos. Así lo han hecho históricamente. Y lo seguirán haciendo.
En la era global las estructuras económicas, políticas y militares adquirieron nuevas formas de organización geopolíticas y de dominación. Hoy mismo -27 de mayo- Barak Obama, representante militar del imperio, en su visita a una parte de sus aliados en Europa, ha expresado que las iniciativas del liderazgo mundial les pertenecen, y que no han delegado a ninguna potencia sus dominios. El cambio de fichas en el tablero político de los países árabes, es la tarea inmediata, acompañada del sambenito del terrorismo; justificación que les permite la intervención militar en cualquier lugar del planeta. Es decir: “en el mundo se hace, lo que nosotros diseñamos de acuerdo a nuestros intereses”. Este  panorama de diagnostico reservado para los países en la zaga, como España, Portugal, Grecia, Irlanda y otros, poca esperanza de autonomía económica y política les queda. La consecuencia de esa dependencia, es la incompatibilidad del poder jurídico-político de los Estados con el poder corporativo y financiero mundial. El nuevo orden económico planetario ni siquiera requiere de los Estados para organizar las sociedades grandes o pequeñas, ricas o pobres. Los gobiernos actuales son los encomenderos del sistema global, son los que intermedian a través de sus naciones el capital financiero, bancario, el mercado y el consumidor. No existe el ciudadano. El contenido de la sociedad no es ontológico. Es mercado y consumidor. Toda esta macabra parafernalia, organiza, independiente de la voluntad de los individuos y los gobiernos, el peldaño último, que remata en la cúspide de la pirámide: el bíopoder. Antiguo derecho de vida y muerte que el soberano –hoy el mercado- detenta, convirtiendo la vida en objeto administrable por parte del poder. Frente a este acorazado global, poco pueden hacer indefensos países atravesados por una historia decadente, sin iniciativas científico-técnicas, corruptos, domeñados por creencias religiosas alienantes y poblados por políticos de baja catadura.
“España, aparta de mí este cáliz”…, dice César Vallejo en su desgarrador poema, frente a la amenaza fascista de la falange  de la extrema derecha cavernaria. Y, como aquél mito del cristo en el Gólgota, con el miedo al sufrimiento y la muerte, no desea saborear el desastre futuro de la madre patria. Pero, una madre, es una madre. …“y si cae España, -digo, es un decir-, /salid, niños del mundo, id a buscarla”. Termina el poema invocando en su lamento el futuro inmediato de España.
Eso es, lo que la juventud española esta haciendo desde el 15M en la plaza, La Puerta del Sol en Madrid y demás lugares de otros pueblos; buscando una España, que, cuando nacieron les dijeron que les pertenecía. Más, cuando crecieron, la habían secuestrado cuatro tunantes: los políticos, los banqueros  -¡cuándo no! y ¡dónde no!- la santa madre iglesia católica -siempre tan santa- y el imperio.

Los españoles no son árabes, eso esta claro; aunque los últimos, demasiadas huellas dejaron. Pero España, no tiene marcadas diferencias con los musulmanes, no solo por su pasado colonial, sino porque tampoco, ninguno, ha podido construir estables y prosperas sociedades, ni naciones. Que los árabes están patológicamente enfermos con la plaga islámica, llevado esto a verdad suprema, ninguna duda cabe, lo mismo que los españoles lo están con la religión católica que asumen tener el único dios. Aunque la actual generación perdida española, es bastante refractaria a la tradición religiosa, pero tampoco tiene plena conciencia filosófica. Resulta paradójico que algunos estamentos de la sociedad española: prensa burguesa, algunos intelectuales trasnochados así como cierta aristocracia enmohecida, reniegan de sus semejanzas con los países árabes; marcando distancias y diferencias con las protestas de Egipto, Tunes, Libia y otras naciones que se encuentran empeñadas en demoler esas viejas estructuras. A la juventud árabe la mueve exactamente, las mismas frustraciones que los plantones de Madrid y Barcelona: falta de una verdadera democracia, participación plena en las decisiones del Estado, educación pública de calidad, oportunidades en las dinámicas productivas. En fin, un rosario de atrasos negados por sus estructuras de poder patrimonialistas y rentistas. Los panegiristas del voto electoral, reducen la democracia a la papeleta que se introduce en un cubo, de metal, cartón o acrílico. Mientras las protestas de hoy rechazan ese reduccionismo de la democracia, porque sabido es, que, ese es precisamente el modelo por donde se cuelan los políticos oportunistas, corruptos y vendedores de ilusiones.
La juventud tiene identificado plenamente quienes son los causantes de la tragedia global: los políticos de baja estofa, la banca y los banqueros, las corporaciones sin patria, las religiones teístas y las consumistas –la misma cosa son: alienantes-. Párrafo aparte merece la genética nobleza enraizada en la cultura histórica. Realeza e iglesia. La lengua es diacrónica por eso el habla en esos contextos es útil hasta para la blasfemia: “me cago en diez –eufemismo de dios-; me cago en la hostia… Y en uso, un grueso diccionario del argot monárquico y eclesiástico.
Las elecciones del domingo 22 de mayo, fueron la espita que permitió aflorar el sentimiento trágico de una generación sin horizonte y de una sociedad que se consume sin esperanza. El auto convocatorio de la multitud que lograron aglutinar alrededor de un sueño, se convirtió en eso. Nada más. Sin un marco ideológico  y doctrinario como combustible para incendiar la lucha, no irá muy lejos ese sueño. El altruismo sincero y quijote no basta. Eso es, domar la fiera para que se la coman las siempre carroñeras hienas.
PD. Han transcurrido cuatro años desde que fue escrito este texto y colgado en el Blog.     El pueblo español eligió al Partido Popular para un mandato, que fenece ahora en diciembre. No repetiré lo que el mundo conoce. Una España del tercer mundo. Un gobierno líder en corrupción. Más de cinco millones de parados, el 50% de la juventud sin esperanza. La monarquía semejante a los sátrapas africanos: decadente, parasita, rufianesca. ¡Qué más puede caber en un País sin horizontes, a punto de despedazarse en pequeños territorios; y una memoria feudal y fascista! Pero lo infame de los pueblos adocenados, es que, el partido político que se burlado de sus esperanzas, en función de la elites –la casta la llaman Podemos- sea nuevamente gobierno. Cada cual tiene lo que merece.




Tomado del Blog, http//: vargasludena.blogspot.com ANACORETA

10 diciembre 2015

UN PIE EN EL ESTRIBO


Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                             09/12/2015
La apabullante victoria electoral parlamentaria de la derecha política en Venezuela, es sencillamente inédita, inesperada, y desconcertante para sus mismos patrocinadores.  Humillante para el Gobierno del Presidente Maduro. No es fácil a priori un diagnóstico de dicho fenómeno. Se requiere el manejo de varias categorías y especialidades: sociológicas, políticas, marketing, comunicacionales, semióticas y hasta de inteligencia. Hay indicios de circulación de dinero por el voto. Los simplones, oficiosos y baldíos mentales de la política y del mundo que les rodea, concluirán ingenuamente: que el comunismo, el socialismo –como los zafios confunden y mezclan en alarde estigmatizador- están desapareciendo y que los pueblos prefiere el pasado conocido, al presente opresor sin libertad. Claro está, para aquellos, sus conocimientos del mundo exterior lo abrevan de la única fuente: la mass media. Sin embargo, en un galimatías ultramontano, algunos se atreven a sostener que en Estados Unidos existe un régimen socialista; razón del apocalipsis de los pueblos. Y que los refugiados de los conflictos regionales son inútiles y mendigos trashumantes del  mundo.
Aplicando un proverbio chino, intentemos ilustrar los dilemas que este fenómeno político nos presenta: “Si uno no entra en la guarida del tigre ¿Cómo podrá apoderarse de sus cachorros?” Esta sabiduría oriental expresa con claridad el camino para el conocimiento de la verdad: fundamentado en la práctica, las categorías y los conceptos teóricos; en los sucesos electorales que nos preocupa.
 La lucha política en Venezuela tiene un marcado carácter de clase. La lucha de clases en pleno apogeo y vigor; las contradicciones de la sociedad en toda su magnitud. Las oligarquías y sus herederos aupados incondicionalmente por resortes imperiales del Norte y Europa en feroz batalla por regresar al pasado de sus ancestros históricos; y al edén de sus devaneos y festines interminables con la riqueza de la Nación. Por  otro lado, el Gobierno y sus integrantes como expresión de clase marginal de cualquier poder: económico, social o político; que deberá dirimir el conflicto en las calles, porque jamás tuvieron otros espacios para el logro de sus objetivos. Los que ignoran el marxismo, -que son multitud de palurdos; o los que lo reniegan de él, verán hoy más que en otro momento y lugar contemporáneo el enfrenamiento por el poder. Estaremos ante una Comuna de Paris 1871; un Kérensky menchevique y Lenin; o el Chile de Allende y el gorilismo pinochetista. O, las guerras de Liberación de la segunda mitad del siglo pasado. Si acaso el Gobierno de Maduro y las masas están dispuestos a desafiar al fascismo internacional y dar batalla de cualquier magnitud.
 El proceso de cambios y transformaciones que Hugo Chávez emprendió, chocaron con duras vicisitudes, atentados, golpes; y una oligarquía que jamás resignó sus privilegios y su poder  en la inmensidad de la riqueza petrolera; de ahí su carácter patrimonialista y rentista de esa casta.
 La visión ideológico política, en el manejo gubernamental por  parte de Chávez, nunca estuvieron muy claros los senderos hacia la construcción de una moderna y revolucionaria Venezuela. El aparato burocrático pendulaba entre la planificación y la improvisación. La administración orbitaba verdaderos agujeros negros: la seguridad ciudadana; la contemplación con el desclasado moral que su miseria lo precipita al delito, el sistema carcelario y sus sucedáneos: la justicia, la policía; el manejo indiscriminado de los subsidios; se alimentaba con ligereza la plaga de la posmodernidad: el consumismo y fomentaba el hedonismo caribeño, en un País donde la banalidad y la frivolidad es la ideología dominante que reemplaza valores trascendentes; la nunca salida del rentismo petrolero; la omnipresencia del estado benefactor sin ninguna capacidad de conciencia de clase del beneficiario; la incomprensión de la amenaza delincuencial colombiana, azuzada por refinados personajes amorales -Álvaro Uribe y su combo de narco paramilitares, por ejemplo-. Y otros errores están fracturando el presente, con serias amenazas de una cruenta salida.
Sin embargo es paradigmático el papel de Hugo Chávez en una nueva concepción del Estado frente a las desigualdades sociales y económicas. Luchó con ahínco para reducirlas, aunque desde una perspectiva paternalista. De ahí que los enemigos lo calificaran de populista. La inclusión de las fuerzas armadas a los quehaceres ciudadanos en mancomunidad cívico militar alertaba y asustaba a los inmovilistas. Las energías que consumió hasta el ultimo día de su vida en la integración Regional no tiene parangón en Latino América y el Caribe, salvo en los sueños de Bolívar. Ese solo pergamino es suficiente para competir y compartir con las tabletas de arcilla de la colosal Babilonia.
Hoy, Venezuela entró en un túnel sin tiempo con el triunfo electoral de la extrema derecha para la Asamblea Nacional. Ya lo demostraron en las pocas horas que fueron gobierno el 11 de abril de 2002, tras el Golpe de  Estado encabezado por el comerciante Carmona Estanga, fue similar a “La Noche de los cuchillos largos” ideada por Hitler y ejecutados por sus hordas nazis. Desataron todos los demonios ocultos en sus entrañas persiguiendo hasta los fantasmas del chavismo. A Diosdado Cabello lo condenaron a comerse hasta la alfombras, porque el cerco que le tendieron en la Embajada de Cuba, era para matarlo de inanición.
Durante años, estos personajes de compleja descripción por su mediocridad, estructura mental fascista, negados a cualquier iniciativa creadora; han acariciado y a veces poseído migajas de poder, han pasado por alcaldías, gobernaciones sin lograr trascendencia alguna, además a ellos no les interesaban los  gobiernos locales, no se conformaban con pequeñas presas, solo  poseyendo  a la bestia viva,  saciarían su hambre  -como decía un personajillo ecuatoriano de arrabales políticos en ese entonces del CFP, sobre las troncha en el mantel  y las migajas en el suelo -. Hoy tienen “un pie en el estribo del poder total. De él no se bajaran, hasta no desmontar del corcel a Maduro. Tampoco les será fácil. Pero, ya conocen el olor de la sangre, y la fiera cuando huele ese fluido afila sus garras. 
Lo extrañamente miserable es que el túnel, este sí con tiempo histórico, que esta casta de burgueses han construido desde las guerras de la independencia, solo han generado un País para unos. Llanuras y montañas para otros. Ciudadanos los unos, cimarrones, aborígenes y emigrados los demás. El mismo modelo de todo Hispano América. Pero la Venezuela que se edifica desde la década del cincuenta del siglo pasado, es la apoteosis de la riqueza y el poder de las élites. Caracas es el ombligo de la región, la arquitectura adquiere niveles de vanguardia porque se construye la metrópoli del esplendor. Emigran arquitectos de escuelas reputadas y profesionales de todos los conocimientos. Así mismo va apareciendo el desclasado, la mano de obra, el emigrante, y toda la composición social que organiza la cultura de la pobreza, como la llaman algunos antropólogos, el lumpen proletariado en lenguaje de los sociólogos que construye el tugurio –barrio miseria o como quiera denominárselo- más grande de Latino América que se llama Petare. Las mismas elites que ahora ofrecen un futuro de luces son las que, en conjuro con las transnacionales del Norte despojaron la dignidad y la miserable supervivencia que el pueblo se forjó. El Caracazo fue una explosión de rabia y rebeldía.
Un sector de la Venezuela pre-chavista, era, sigue siendo, nada ha cambiado, un remedo grosero y vulgar del american wife of life. La cultura de ricos y famosos trasladada en su más conspicua Fashion week. En consecuencia la frivolidad y la banalidad como súmmum de la cultura en general. Y por qué no, en ideología. Los padres engendran reinas de belleza, no hijas; peor ciudadanas. Hollywood vive en la atmósfera del jet set. La evocación envidiable y babosa de la chusma de la idílica vida de esas estrellas.

Sintetizando, la gran burguesía ha herido de muerte al proyecto de Hugo Chávez, apoderándose de la Asamblea aplastantemente en las elecciones. Ellos no están ahí, para legislar o fiscalizar a los otros poderes. Están para demoler lo que el chavismo ha construido.  Si en actos pasados la derecha derrochaba violencia, creo que desde el chavismo el vuelto será mayor. No es imaginable que se dejen arrebatar el poder en aras de falsas banderas de paz. Estas no han existido jamás.