22 febrero 2016

LO DIARIO Y LO SIMPLE SE VUELVE UTOPIA


Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                 22/02/2016
Los procesos de soberanía, integración e independencia, nadie los interpretó mejor en su momento, que Hugo Chávez. Y nadie los ha ejercido con más talento transformador y moral combativa, que Evo Morales; con tangibles resultados políticos, económicos y sociales. El imperio y las oligarquías serviles de Bolivia, habían condenado al infierno a ese pueblo. El colonialismo sobrevenía en su más pura expresión: los blancos y los indios. Dos mundos perfectamente creados a imagen y semejanza del principio divino que el conquistador no descifraba ¿Acaso los indios tendrían alma? Poderosa incógnita para justificar y perennizar la dominación.
Hoy, al imperio le importa un carajo la existencia del alma en sujeto alguno. El principio y fin de todas las cosas, es preservar su hegemonía absoluta sobre la larga y lánguida lengua de pueblos que nacen al sur del Rio Bravo y terminan en la Patagonia. Nadie debe ni puede escaparse a la poderosa ley gravitacional cuyo centro es Washington. Porque de pronto surgieron gobernantes díscolos, cuyo delito es auto gobernarse sobreramente.
Ningún País, en este hemisferio, ha sido gobernado tan eficazmente como Bolivia; rompiendo todos los esquemas del capitalismo salvaje. Otorgándole a su pueblo altiva dignidad. Los países que el neoliberalismo los exhibe como modelos: México, Colombia, Perú, Chile…; viven su propia tragedia, y sin esperanza. Corruptos, lacayos, oligárquicos e inequitativos. Esas cualidades convirtieron a Evo Morales en objetivo político y hasta militar por el Departamento de Estado de los EE. UU.
El resto de las tareas antipatria, lo acaban de realizar en el referéndum: la gran burguesía, la clase media ignara -“entre lo que cree ser y lo que es / media una distancia medio grande” M. B.-, la izquierda enfermiza y los desclasados que dicen pertenecer a etnias indígenas: negarle a Evo una nueva oportunidad en la Presidencia.
En estos pueblos el pasado está presente. El gobierno debe administrarlo la plutocracia.  Al pueblo lo que es del pueblo: la MISERIA. A las castas, lo que es de ellas: el PODER.
Lo diario y lo simple se vuelve utopía en nuestras realidades.


19 febrero 2016

DESPUES DE MÍ, EL DILUVIO


Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                             16/02/16
Las críticas a Rafael Correa, no al Presidente, pueden parecer acerbas. Pero no encuentro otro manual para el trato, después de la cuestionada, mil veces, decisión de no optar por la reelección.
Un nuevo período le hubiera permitido cambiar y renovar todo el equipo de su actual gobierno que ya está formolizado para la ciudadanía. Con pocas y valiosas excepciones. Siempre se ha planteado, que el gobierno actual, es un conjunto de colaboradores tecnócratas, cosa que no se critica; pero cuando un proceso  reformista, aspira a convertirse en revolución, se requiere de políticos éticos, y no solo de buenas gerencias públicas. Además, con tangibles lazos populares; porque es la multitud la protagonista de la historia. La construcción de una estructura orgánica que se refleje en cualquier forma de expresión, debidamente ideologizada y politizada; es una tarea que nunca se emprendió. La vigencia del proyecto social, económico y político siempre estuvo esperanzado: en el carisma, la empatía y el mesianismo. En el momento actual se  sentirá la falta de esta maquinaria partidista que evitaría, de alguna manera, la migración de tránsfugas, que es, lo que más abunda en esta Ínsula Barataria.
Es lo que debe hacer cualquier candidato subrogante. Porque de lo contrario, vendrá la consigna masiva: “que se vayan todos”. Además, el triunfo del susodicho reemplazo de Alianza País, no está garantizado.
Todo el panorama se presenta siniestro, ante la amenaza de la vuelta al pasado. Las oligarquías locales, y las fuerzas del imperio no dejaran pasar esta oportunidad, al encontrarse con un “PODER” abandonado. Ya lo demostraron las elecciones municipales en las principales ciudades del País. Especialmente la ciudad de Quito, donde un candidato apenas conocido, con el 3% de votos a nivel nacional: se llevó la alcaldía. Las patológicas fuerzas de derecha, y una mixtura de rabiosas izquierdas sonámbulas, se coaligaron; y lograron su propósito: eliminar un alfil del tablero ajedrezado de la Revolución Ciudadana.
Es una frase histórica, pero relevante en el momento político que vive el Ecuador: “DESPUES DE Mí, EL DILUVIO “. En otra reflexión, sobre lo mismo, planteaba que al presente, Correa lo desconcierta con más preguntas que respuestas. La justificación doméstica que esgrime linda con la moral intima del sujeto. Esta moral personal, luego, se vuelve una compleja inmoralidad colectiva. Si no, fijémonos en las aves carroñeras que empezaron a contaminar el horizonte político. Sobrevuelan, ya, sobre los síntomas de la enferma República; y se posarán sobre ella para terminar de devorarla.
Molesta referir a ellos, pero es necesario, porque la memoria, la indiferencia, la incultura política y más, terminarán gritando: “todos son iguales”. Nuevamente un Bucaram entra en el escenario tomando la posta del padre. Entre otros bártulos con los que asoma para el debate, son membrecías académicas. De logro y calidad dudosos. Y, claro, “lo que natura no da, Salamanca no presta”; aquello que la genética ha negado, no podrá ser reemplazado por acumulación de pergaminos. Un ex alcalde de Quito motejaba a este apellido como una: “tribu de los desiertos arábigos”. Presentes en la vida del País desde los años 70, con Assad Bucaram y su descendencia. Y más tarde, con toda la pléyade de su estirpe. El concepto de predestinados e imprescindibles lo llevan en sus genes beduinos. Se han obstinado en trascender tras  dinastías. La última mohicana: Roldós-Bucaram, tiene el mismo empaque que sus filiales familiares.
La eternidad, encontrará a Guillermo Lasso en pos de la Presidencia de la República; de quien huyen los socialcristianos. Siempre lo he parangonado con Alvarito: rico, tonto y crédulo. Sus áulicos lo han convencido que llegará a la meta que ha soñado. Con dinero todo se puede. O, casi todo.
Ramiro González, es otro personaje salido de las catacumbas del oportunismo y arribismo; coronado recientemente como un insigne felón.
Los extremistas de “izquierda” –ex MPD- insisten neciamente con un discurso acedo e indigesto, logrando con esto, facilitarle la minga electoral a la derecha. Siempre lo han hecho. Lo seguirán haciendo, conviven en armonía. Es la patología global de la izquierda: sectaria, dogmática, irracional…; los militantes de este séquito, en nada se diferencian de los creyentes que te apuntan con la Biblia para matarte la razón.
El movimiento indígena y sus dirigentes no dejarán de desempeñar la función incaica: simplemente guandos; cargando sobre sus hombros al patrón, al gamonal… a la burguesía dominante. Se engañan, y lo hacen con los demás; la consigna de “quinientos años de épica resistencia” se disuelve en sus aberraciones y falsas interpretaciones de su rol en la sociedad. Inconscientes de su papel, se extrañan de la lucha de clases; y no se dan cuenta de su inclusión social y prácticas ideológico-políticas, como mestizos.
La gran oligarquía y sus pensadores tanques en el exterior, se afanan en la búsqueda del candidato con el perfil ideal, con suficiente pedigrí, que se diferencie de todos; soldado combatiente en las batallas del mercado, comprobado neoliberal y presto a privatizar cualquier bien o servicio público. Pero que no se distancie de las masas. Al fin, la masa elige.

Este es el huracán que se aproxima después de diez años de posibles sueños. O si se quiere graficar como un ataque a la salud, los cuadros antes descritos, son la verdadera peste negra; igual a la que asolaba a Europa en la Edad Media. O, si mejor se aprecia bíblicamente: será el diluvio apocalíptico para esta República que renacía. Y, al líder, autor de los logros y los sueños, ahora ya no le importa; porque sus urgencias domésticas lo requieren. Según sus propias expresiones.

06 febrero 2016

VEJEZ DESECHABLE


Arq. Vicente  Vargas Ludeña                                                04/02/2016
“Los ancianos  viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global, Tenemos que hacer algo ¡YA!” Acaba de sentenciar Christine Lagarde, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional. Igualmente, un tiempo atrás, un ministro correspondiente a la Seguridad Social, en el Japón, sugería y advertía que existe una enorme población envejecida y que deben ir pensando en su futuro; porque aquello resulta contraproducente al sistema Financiero y Fiscal de la Nación. A pesar que Japón es el País con mayores índices de suicidios en el mundo -forma muy dramática de auto eliminarse-; precisamente de adultos mayores. Lo que se concluye en ambos casos, es que, ese lugar que ocupan los viejos en la sociedad contemporánea debe quedar más holgado: abreviando la duración de la vida.
La narrativa del Nuevo Orden Mundial está clara. Madame Lagarde es vocera autorizada del Mega Estado Financiero Global que nos gobierna actualmente desde las sombras. A pesar que el Nuevo Orden, se yergue a nuestros pies sin ser percibido como un mal para el 99% y benéfico para el 1%. Porque detrás de esos mandatos el fuego de las armas imperiales bañan de sangre a los pueblos sin contemplación ni pudor. Al Medio Oriente, el Imperio, lo ha convertido en una despiadada carnicería a cielo abierto.
Entre las categorías de esa nueva realidad está el refinamiento de la sociedad de consumidores. La cultura del consumo es la fortaleza más eficaz y provocadora de felicidad en el capitalismo salvaje. El diseño de la sociedad de consumidores, exige nuevos ejes y aritméticas  poblacionales. El Proyecto ideal es que la humanidad entera celebre diaria y globalmente el orgásmico momento de mayor felicidad: el “BLACK FRIDAY”, –viernes negro-. Pero, eso no es posible, porque más de la mitad de la población mundial vive bajo el umbral de la pobreza. En consecuencia, aparecen los “CONSUMIDORES FALLIDOS”: son los minusválidos del sistema capitalista, no tienen acceso a las catedrales del consumo. El propósito crucial y decisivo del consumo en la sociedad de consumidores, no es satisfacer necesidades, deseos o apetitos, sino convertir  y reconvertir al consumidor en “PRODUCTO”. Objeto-mercancía. Elevar el estatus de consumidores, al de bienes de cambio vendibles.
Los marginados, los integrantes de la Cultura de la Pobreza, según Oscar Lewis, que constituyen las enormes barriadas en las Ciudades de Países del Tercer Mundo; inclusive, en pleno vigor, también, en el Primer Mundo con las crisis económicas voluntariamente provocadas; los inmigrantes y refugiados que arriban, nada más, con sus bártulos a la espalda y su tristeza en el corazón a regiones con mejor estándar de vida; son sobras humanas que la pobreza y la rapiña global, los tira en las fronteras de esos países. Estas sobrepoblaciones que más tienen carácter parasitario, que unidades productivas y consumidoras, no son aptas para retroalimentar el paso: CONSUMIDOR-PRODUCTO, y viceversa. Y así, reciclarse sucesivamente hasta el fin de los tiempos.
El capitalismo crea sus propias epistemologías para lograr organizar el mundo a su medida. Los adultos mayores que son pensionistas porque un día fueron activas unidades de las fuerzas productivas de una Nación, hoy conforme a la ley de la Obsolescencia Programada de la industria, estos sujetos, también, deben ser sacados del carrusel de la vida. Son sabias las razones matemáticas, económicas, financieras, políticas y de poder, que el sistema ha montado para gobernar el universo. El Sujeto Viejo es un Consumidor Fallido en la vorágine de la cultura del consumo. Su caminar es lento y azaroso en las catedrales de los objetos del deseo; se convierte en  mueble de caoba cuando logra un asiento en esos lugares. No es rentable para la oferta de mercancías que encuentra a su paso.
 Por el contrario,  he ahí, las contradicciones dialécticas de la naturaleza y la sociedad: la “puta vejez” convierte al sujeto, en voraz consumidor de fármacos y requiere complejas estructuras y equipamientos costosos para los cuidados de la salud. A eso debe sumársele la pensión económica que el Estado le debe procurar. Todo aquello pinta un cuadro de diagnóstico reservado en la acumulación de capital que los amos del mundo requieren. El sistema, sus creadores y promotores no están dispuestos a modificar el itinerario de la ruta del enriquecimiento infinito. Consecuentemente algunos humanos, sobran en el reparto desigual de la tarta: los ignaros, los pobres, los marginados étnicamente; y por supuesto, sin eufemismos, la aplicación de la sentencia del Fondo Monetario Internacional: los ancianos que viven demasiado.
En Europa, hoy, las primeras y únicas víctimas de las medidas de ajuste económico que acogotan son: a los pobres con los salarios y el costo de la vida; y a los viejos con las pensiones y los prepagos de la salud. Sin embargo piden más: menos parásitos en el sistema digestivo del consumismo. Con eso el mundo será mejor, y seguirá su marcha atrapado en las redes del neoliberalismo