27 septiembre 2016

¡PROGRAMAS ELECTORALES!


Arq. Vicente Vargas Ludeña
La derecha ecuatoriana, aristocratizada por sus escudos y pendones nobiliarios siempre ha tenido pujos, o, por lo menos se han considerado CASTA. Por su tradición heredada desde la colonia, conservada en la república;  perdida, desorientada y líquida en la posmodernidad. Su pasado desde el siglo anterior pesa en la rutina de sus corruptas trapacías históricas en  el manejo del poder político, económico y social que le ha correspondido administrar, desde hace algunos centenarios. Sin embargo, su abolengo se desplomó en el post neoliberalismo; y, después de diez años ha despertado de su letargo, de la molicie que la caracteriza, y ha emprendido en recuperar el mando del Estado en las elecciones que se aproximan. Se auto convocan en conciliábulos elitistas, para diseñar estrategias, tácticas; los estrategas locales y extranjeros frente al Mapa del País sopesan triunfos y derrotas. Y repasan los recorridos del capitalismo y del mercado. Contando con aliados financieros y políticos: el FMI, BM, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, alianzas y apoyos de las bases militares que rondan los mares de América Latina.
La izquierda delirante, espasmódica –después de levantar los adoquines de la calle para convertirlos en armas de los  “picapiedras” y lanzarlas contra todo lo que esté al frente-; retornan a sus casas hasta una  nueva convocatoria  de combates de gases y cascotes- coincide con la casta. Según los manuales: agudizando las contradicciones, previas a la toma del poder. Carecen de imaginación, creatividad; y empiezan a recoger pedazos, escombros que les ha quedado después de no haber podido sobrevivir con sus armas pétreas, maderos y periódicos trancones en las ciudades con sus pupilos; por cualquier causa o razón.  Posturas caducas y oportunistas de las peregrinas lecturas de Marx y Engels y revoluciones de papel. Se vuelven ecologistas, se oponen a la minería, y a todo lo que pueda extraerse de las entrañas de la naturaleza. El futuro se lo imaginan con el mazo como arma, la caverna como  hogar, y las pieles de la caza como membranas para cubrirse.
El sector indígena ecuatoriano, fue tragado ideológicamente por el mestizaje. Perdieron la conciencia de clase, abandonaron a sus  congéneres, los masificaron, cosificaron, los dividieron y los dejaron postrados en su milenaria miseria. Los dirigentes de baja estofa en sus narrativas contra Correa construyen un falso Estado al que se debe gobernar. En esa imaginaria realidad, existe un perverso e inmoral “juego de tronos”. Cada cual más enano moral e intelectual que el otro, se empina para ser el elegido. Deben existir sus contrarios: inteligentes, patriarcales, llenos de experiencia y sobre todo honestos y decentes; pero aquellos están fuera del juego del poder. Con esa conciencia mestiza, los que se han lanzado en pos del poder son fáciles presas de la plutocracia. Ahora mismo han sido atraídos a sus elegantes protocolos y grandes Salones, como lo hicieron los conquistadores españoles: con espejitos y abalorios.
Además, en vísperas electorales, surgen grupúsculos o personajillos de variada ralea. Montan un Kiosko en algún lugar de la ciudad, lo amurallan con fotos del profeta, instalan una mesa y una silla. Y, la central política del Pelagatos esta lista. Entonces sale a golpear puertas de sus semejantes. Y estos lo reciban con a-precio y valor.
Esta pléyade de astros que brillan en el firmamento político: respiran profundo, por tanto aspiran a las alturas. En consecuencia manejan el discurso radical; anuncian quienes son, que han hecho; y principalmente que harán… ¿-??? cuando se sienten en una silla con mucho simbolismo.
Los opositores de los Gobiernos en ejercicio en Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela; son exactamente una fiel copia entre ellos: Mediocres, aristocráticos, intelectuales de callejón; eso sí, repletos de ambiciones y añoranzas de sus gloriosos pasados parasitarios.
 Cada uno exhibe argumentos baladís: luchas interminables cuerpo a cuerpo con el autoritarismo; contra la persecución política, las restricciones financieras, bancarias; rigidez laboral, falta de libertad, de pensamiento y expresión, de prensa… Negación de la democracia, libertad ciudadana y un largo listado de cuentas negras como el rosario que beatas mascullan en la iglesia. También las hay, oposiciones golpistas, el 30/S fue un episodio más, de los golpismos en Ecuador. En consecuencia dispuestas a cualquier enfrentamiento violento, tal como en Venezuela; EE. UU. les prometió que pronto ellos estarán gobernando el País, pero hasta la fecha no se ha cumplido. Eso los Tiene “arrechos” –como ellos mismos se endilgan- los desmanes callejeros de malandros asalariados son la rutian diaria, sin descartar el magnicidio. Lo curioso es que, no tienen un proyecto alternativo de Gobierno; salvo el que la Embajada de los Estados Unidos les tiene preparado.
 Los enemigos del régimen de Lula y Dima, en Brasil, es otro paradigma de las alianzas conspirativas internas y externas. Una congregación de creyentes en las más dispares teologías, miembros del Parlamento decidieron dar un Golpe de Estado, para luego  enfilar por los caminos de neoliberalismo salvaje y el entreguismo; también enriquecer sus alforjas de dinero, como ya las tienen en este momento. ¿Cuáles es el Plan de gobierno de esta panda de pastores religiosos ladrones? Ninguno. Diariamente viajan desde los centros de poder a ese País, escuadrones de los “hombres de negro”, para formatear un gobierno que responda a intereses corporativos, y sea un aliado incondicional del imperio. Y desde luego, desechar para siempre futuros intentos de mandatarios independientes y progresistas. Argentina es otro paradigma de los enemigos odiadores de Cristina Kirchner; Macri llegó al poder con el  Breviario del FMI, la plutocracia local, los buitres y la esperanza de los milagros que la corte celestial pueda recurrir a su salvación. Al día siguiente de su posesión de un plumazo los empobreció y humilló con el “tarifazo”. El pueblo está volviendo a ser desgraciado y miserable como lo dejó el dandi y neoliberal, Carlos Menen.
En Ecuador los que respiran y aspiran, maldicen al Gobierno actual. Nadie expone cual sería el País manejado por ellos. La derecha eternamente es recalcitrante, obscena, depredadora y corrupta. Rafael Correa es un obstáculo de miedo para sus propósitos, por eso lo odian. Está sobrentendido, que  ellos son así: aristócratas, mucho glamour, ajenos a las masas. Ellas son útiles y visitadas en la manigua cuando mendigan el voto. No necesitan presentar ningún Programa o Plan de Gobierno a sus electores. Ellos son el Programa, la solución y el modelo. Son el “Cambio” de Argentina, o la “Unidad” de Venezuela y Ecuador. Y, Punto. Los banqueros, el FMI, el Departamento de Estado de EE. UU. y el Pentágono lo tienen diseñado; ellos se someterán incondicionalmente.
 Sus Programas y Planes de Gobierno lo traducen en eslogan, consignas o frases hechas desgastadas. El primer candidato en firme Paco Moncayo, enarboló su plan supremo: conquistar La Soberanía; debe referirse a la territorial, como ex militar que es. Pero existen muchas soberanías, no explica a cuál defenderá.
Otros deliran con recuperar la democracia, la libertad de pensamiento, de expresión, de prensa y más libertades conculcadas en este tirano gobierno. Los social cristianos prometen combatir la corrupción ¡Ironías! Deberían construir hornos para su propio holocausto. Porque si de corruptos se trata, estos son una multitud.
Guillermo Lasso con su folklor mental, bastante limitado, promete que la gente pueda “chupar su cerveza los Domingos”; para servirse con un crocante cocolón, porque las ollas sobre las cocinas de inducción de Correa producen un mazacote.
Que el soberano vuelva a escribir una nueva Constitución. Esta no les calza. Es otro grito de guerra, de los odiadores.
Que la riqueza desperdiciada por el Presidente Correa, regrese a sus arcas. Ellos la reconstruirán y volverla a acumular.
Que combatirán al tirano, al autócrata, al déspota. Devolviendo la paz, tranquilidad y especialmente la libertad., y la verdadera democracia.
La educación y las universidades volverán a ser cenáculos del saber; aderezadas con palos y piedras.
Existe un desafío existencial como Republica. Avanzamos por el camino iniciado, muchas cosas  han cambiado en el Ecuador. Son necesarias severas rectificaciones  persiguiendo a los corruptos hasta sus alcantarillas. O, entregamos el País a los que rapiñaron, humillaron y casi destruyen la Nación. Sabemos quiénes son, donde están. A, ir por ellos y darles un escarmiento.
APOTILLAS: Los jubilados que han recibido el Bono de Retiro –son muchísimos- puede ser negociado en el Mercado de Valores, o ejecutado con el cumplimiento de la edad respectiva que contempla la ley. Si en el acto no consentido, que la derecha llegara al poder; ese documento lo convertirán en BONO BASURA, al día siguiente. Aparecerán  buitres canjeándolo por el precio de huevo de rana. Es decir: NADA. Recordar, en la quiebra bancaria los CDR,  los convirtieron paja. La razón: el FMI no acepta, subsidios, regalías, bonos, reconocimientos económicos para los pobres. Solo los bancos, las corporaciones son acreedoras de esos premios económicos, conjuntamente con las privatizaciones de todo lo que tenga enorme valor.
!NO VOLVERÁN¡

09 septiembre 2016

MIEDO


Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                                         15-01-2015
La arquitectura de las emociones en la conducta humana es milenariamente rica y múltiple, desde la caverna, pasando por todas las formas que la civilización ha construido, hasta la modernidad líquida que nos habla Z. Bauman, y en la cual estamos zambullidos. Son estadios que objetivamente se expresan entre la naturaleza  y el artificio que las crea.
¿Cuáles son las emociones que carcomen y edifican al ser humano? ¿De qué sustancia están constituidas? Son varias las emociones que diariamente taladran la conciencia del individuo: miedo, ira, tristeza, repugnancia, alegría, satisfacción, entre las principales matrices que a su vez tejen variados y diferentes sentimientos. Sin embargo el miedo es el más atronador, cunde en todas las especies animales, y hasta se diría en el reino vegetal. Claro, la emoción es una reacción consciente del sujeto. Todas destruyen, pero también construyen porque llevan implícito su contrario; al miedo se opone el valor.
El miedo pertenece al sistema defensivo de la naturaleza, protege del peligro; el temor es subsidiario del miedo, azuza la huída, también limita, paraliza. La lucha por la vida organiza una amplia panoplia de instrumentos y procedimientos de protección. El repertorio defensivo de un  animal constituye un sistema tan necesario para su supervivencia como pueda serlo el sistema cardiovascular; porque incluye componentes sensoriales que detectan el peligro, componentes motores para la lucha o fuga; respuestas celulares, hormonales, secreciones miméticas, características estructurales como armaduras, caparazones, espinas etc. El miedo es una constante debilidad de la esperanza de una vida pletórica que amenaza naufragar en cualquier ruta hacia metas y logros. El miedo a la muerte es el tormento eterno desde que le encontramos sentido a la vida.
El miedo cuando se vuelve pesadilla construye su propia madriguera, ahí se refugia, crece, desarrolla y se convierte en angustia. La angustia se vuelve energía del absurdo existencial y esencia del ser humano; en ella caben todos los miedos, temores, terrores, pavores, aversiones, vergüenzas ansiedades, pánicos, perturbaciones. También languidecen la medrosa esperanza, la sombría melancolía, “el lobo estepario”; nuestros sórdidos miedos en el brumoso inframundo. Es prodigiosa para el deleite la literatura, y añadiría la filosofía existencial, desde Dostoievski, Kafka, Hesse, Camus, Sartre hasta Kierkergaard.
Entonces, razones sobradas existen para salir al encuentro del miedo, no para enfrentarlo, si, para conocerlo, para navegar por sus meandros, descubrir sus arsenales de destrucción masiva; y que sea esto, también, debo admitirlo, un ejercicio de exorcismo de mis propios infiernos.
El miedo es un sentimiento corruptor, el canalla conoce la debilidad de su víctima por eso la humilla, ofende, la somete; canjea el miedo por sus objetivos, el afectado se vuelve cómplice para evitar el suplicio; de ahí nace el síndrome de Estocolmo. El miedo es un sentimiento con causa conocida; la angustia es un sentimiento sin causa conocida. En el mundo del miedo la esperanza es una alegría inconstante surgida de una cosa pretérita cuya realización dudamos pero nos aferramos. También juega con la tristeza, la melancolía; construyendo sentimientos  inconstantes de angustiosas eternidades: la espera secular del amor perdido, o la infame fatalidad de los apóstoles predestinadores  del devenir apocalíptico.
Las religiones son la industria del miedo. Sus dioses son verdugos a tiempo completo, esperan que sus feligreses se revuelquen en sus debilidades y pesares para blandir la flamígera espada del infierno maldito. La biblia dice: “Dios es la salvación” ¿De qué promete salvarnos? J. A. Marina sostiene: “Para ligar al hombre a los dioses, nada mejor que el miedo”. El siguiente párrafo podría ser un manifiesto musulmán de los momentos actuales, y, por qué no, también de la Casa Blanca en Washington; pero lo es de 1513 en la cristiana Florencia del Renacimiento:”Habrá sangre en las calles, sangre en el rio, las gentes navegarán sobre lagos de sangre, sobre ríos de sangre. En el cielo han sido dejados en libertad dos millones de demonios, porque se han cometido mas maldades en el curso de estos últimos dieciocho años que en el curso de cinco mil precedentes”. Para diseñar la doctrina de la fe y darle un halo filosófico, los doctos del cristianismo se fundamentaron  en el pensamiento griego: crearon un hombre ideal, divino; lo llamaron Jesucristo enviado de Dios, sin embargo el miedo era una constante en su devenir; lo mismo podría decirse de la Biblia, es un extenso y verdadero tratado del miedo. El parangón que construyeron con la vida y muerte de Sócrates-Cristo es opuesta radicalmente. Sócrates murió serenamente -pudiendo haberse salvado- para acatar las leyes de la ciudad, fue durante siglos ejemplo de integridad y valor; Cristo en el Gólgota suda sangre fría y pide al “Padre” piedad. La conducta de los islamistas contemporáneos la constatamos diariamente, aun, es más aberrante.  Su yo, no existe, está plagado de angustia y de miedo, su inmolación es una colectiva catarsis eterna. La falta de argumentos políticos, no divinos,  su pobreza instrumental para la lucha y la vida lo lleva a estallar su cuerpo contra el enemigo, el miedo lo convierte en terror y este en un infernal terrorista.
N. Maquiavelo sostiene, “que el príncipe debe ser temido y amado, pero si tiene que elegir, es mejor que sea temido”. Continua: “El Amor emana de una obligación que queda rota ante cualquier motivo; mientras que el temor emana del miedo al castigo, el cual jamás te abandona”. Añade: “Hacerse amar es difícil e incierto. En cambio, hacerse temer es muy fácil”. T. Hobbes  también completa el concepto de Estado y el poder en la urdimbre del miedo: “Los pactos que no descansan en la espada no son más que palabras, sin fuerza para proteger al hombre, en modo alguno”. El hombre como el lobo, tiene garras y dientes. “En todos los lugares en que los hombres han vivido en pequeñas familias, robarse y expoliarse unos a otros ha sido un comercio, y lejos de ser reputado contra la ley de naturaleza, cuanto mayor era el botín obtenido, tanto mayor era el honor”. Para Hobbes  la multitud unida en una persona es el Estado: El Leviatán, monstruo apocalíptico capaz de someter la fiereza y anarquía de los individuos. Ese Leviatán es el poder, el soberano político. Sin embargo el fin del Estado no es dominar, per se,  a los hombres ni obligarlos mediante el temor a someterse al derecho ajeno, sino, al contrario, liberar a cada uno del temor a fin de que pueda vivir en plenitud. Napoleón defendía: “Cubre tu mano de acero con un guante de terciopelo”.
El poder es, en esencia amoral. La práctica y su ejercicio es un permanente aprendizaje de las circunstancias que rodean los hechos independientes del bien y del mal, como en el juego, no se juzga a los contrincantes por sus intenciones sino por el efecto de sus acciones. El tablero de ajedrez es un campo donde cada pieza se mueve por la acción de la pieza enemiga, independiente de su magnitud. Pero el poder no surge de infusiones divinas, ni de ángeles o arcángeles portadores del cetro; nace en la eterna lucha entre los individuos. En esa lucha, triunfa la élite que acumuló bienes materiales, armas, astucia mágica o religiosa, y fundamentalmente domina el miedo como instrumento de sometimiento. Esto no es de ayer, es hoy y será siempre. En consecuencia la clase social que ejerce poder conoce el sistema nervioso del miedo. La aristocracia presumía de excelsas cualidades de valentía, los caballeros medievales despreciaban a los siervos de la gleba por carecer de valor y ser posesos del miedo. En esas condiciones estaba garantizado el triunfo del ganador en el juego del poder.
Pocas veces en la historia humana, ese miedo ha cambiado de cancha y de bando. La modernidad creó nuevas formas de poder político, pero el Leviatán sigue siendo el mismo. Rebeliones,  revoluciones y otras formas convulsas de pugna han sometido a prueba esa  dialéctica de la sociedad y la historia.
En la modernidad liquida –según Bauman- donde todo está disuelto por la incertidumbre del miedo al miedo, los procesos políticos adquieren propiedades informes, nada es estable ni duradero; los modelos socio-económicos y políticos del pasado no se repetirán; lo único, que sin tener forma estable es la globalización financiera depredadora que azolará pueblos el primer mundo hasta los Iglús del Polo Norte. Nadie escapa al poder militar y del dinero.
Sin embargo, en las entrañas de las relaciones de poder las contradicciones se vuelven antagónicas y el miedo se asusta de sus propias sombras históricas y emigra lentamente de campo y de bando. La consigna del EZLN en 1994 de México:”Nos hemos despojado del miedo, ahora es la gran burguesía que se apodera del miedo”. Es el anuncio de lo que está sucediendo en gran parte de América Latina, en España con PODEMOS, Grecia con SIRYZA y otros pueblos con sus todas sus potencialidades.


06 septiembre 2016

GUERRA Y RELIGIÓN

La religión no es la causa de las guerras; es la excusa.
Jasper Fforde
Si quieres saber quién te domina simplemente averigua a quien te está prohibido criticar
Voltaire
La guerra es una masacre entre personas que no se conocen, para provecho de personas que si se conocen pero que no se masacran.
Paul Valéry
Según el contradictorio paladar de algunos intelectuales – que afirman el igualitarismo romántico por un lado y simultáneamente el multiculturalismo global por el otro – Occidente es demasiado monocromo. De qué forma y manera el igualitarismo sociopolítico y el multiculturalismo sociocultural podrían llegar a establecer una convivencia pacífica, eso sigue siendo un misterio envuelto en la nube de una retórica ideológica. Frente a ello, la contradicción intrínseca de igualdad con diversidad es uno de esos "constructos" intelectuales que choca de frente con la realidad de todos los días. Y sucede no solo porque es una contradicción en los términos sino porque, además, es un imposible etnocultural.
Sin embargo y a pesar de ello (o justamente por eso) son múltiples las instancias que promueven esa utopía de lo imposible. La oligarquía plutocrática, los demócratas utópicos, los ecologistas del tipo sandía (esos que son verdes por fuera pero rojos por dentro), los derecho humanistas intelectualosos, los medios masivos principales y todos los ilusos que creen poder evitar una guerra mediante el simple expediente de no quererla, todos ellos forman – de modo consciente o inconsciente – parte de un lobby que ya hace más de una generación trata de imponer en todo el mundo el modelo social multirracial y multicultural norteamericano pasando olímpicamente por alto e incluso escondiendo el hecho que ese modelo hasta en los EE.UU. ya ha demostrado ser una distopía como lo demuestran los tiroteos, los enfrentamientos y los reiterados conflictos raciales y sociales que registra la crónica cotidiana norteamericana.
El "crisol de razas" que – teóricamente – constituiría la esencia del modelo sociopolítico norteamericano simplemente no es tal cosa. Los EE.UU. tienen la rara virtud de ser muchas cosas contradictorias en forma simultánea. Por un lado son un país como cualquier otro pero, por el otro lado, una estructura minoritaria y muy poderosa los impulsa a cultivar aspiraciones imperiales siendo que, simultáneamente, carecen de las virtudes más básicas que han caracterizado siempre a los grandes constructores de imperios. Por un lado pregonan el igualitarismo y la inclusión social mientras que, por el otro lado, constituyen de hecho un conglomerado de guetos en el cual, por ejemplo, la integración de los negros a la sociedad de los blancos ha fracasado estrepitosamente a pesar de una convivencia de siglos y a pesar de más de medio siglo de experimentos de inclusión poco menos que forzada como los intentados con la llamada "discriminación positiva" o "acción afirmativa".
En los EE.UU. la proporcionalidad étnica de la totalidad de la población ha variado y sigue variando, entre muchas otras cosas también por tasas de natalidad fuertemente diferentes. Consecuencia de ello es que cada vez se hace más evidente y nítida la línea separadora existente entre blancos, negros e hispano-mestizos y esto a pesar de un acervo cristiano común a grandes rasgos aunque debilitado por los divisionismos de las sectas protestantes. Estas tendencias centrífugas ya por sí mismas serían suficientes para provocar en el largo plazo el surgimiento del etnocentrismo, el fortalecimiento de los impulsos separatistas y, en última instancia, el desmembramiento del país.
Por ahora es imposible prever cómo se producirá exactamente el proceso. Considerando la Historia y toda una serie de hechos actuales no es muy arriesgado pronosticar que será traumático y violento. En todo caso las tendencias demográficas y geopolíticas actuales apuntan a que, a más tardar durante el siglo próximo, los EE.UU. dejarán de existir en su composición actual. Claro que las tendencias suelen ser bastante caprichosas y pueden variar, pero una proyección lineal de las tendencias actuales indicaría justamente eso.
Tampoco hay razones para ser demasiado optimistas respecto del resto de Occidente. A la presión a favor de la colonización étnica – que viene durando ya varias décadas y que apunta a destruir en forma definitiva la relativa coherencia cultural de Occidente – se le ha sumado en los últimos tiempos un conflicto religioso. Los nuevos inmigrantes y desplazados no solo no comparten los valores etnoculturales occidentales sino que directamente los rechazan, lo cual hace que la asimilación de los recién llegados se convierta en imposible. Y este enfrentamiento esencialmente cultural viene, para colmo, agravado por una clara disposición a la intolerancia religiosa.
La intolerancia en materia religiosa es un rasgo común a todas las religiones surgidas originalmente en Medio Oriente. En forma contraria a lo que sucede en el Lejano Oriente – en donde son prácticamente desconocidos los conflictos religiosos al punto en que no es infrecuente que distintos templos de diferentes religiones compartan la misma feligresía –  tanto el judaísmo como el islam y hasta el mismo cristianismo se han considerado tradicionalmente depositarios exclusivos de la Verdad Absoluta e históricamente han tolerado bastante poco –  cuando han tolerado  –  cualquier desviación al respecto.
La Historia de Occidente registra varios casos en dónde la religión ha sido al menos parte del conflicto. Sin ánimo de ser exhaustivos podríamos citar:
   Las guerras de Carlomagno contra los sajones y eslavos paganos.
    Las guerras de la península ibérica entre los visigodos cristianos y los moros mahometanos.
    Las guerras del Bizancio cristiano contra los árabes y luego contra los otomanos   mahometanos.
    Las expediciones punitivas de los Caballeros Teutones en el Báltico contra las tribus paganas de prusianos, eslavos y lituanos.
    Las cruzadas dirigidas hacia el sur de Francia, hacia Italia y hacia los Balcanes para erradicar las herejías de los cátaros, los patarinos y los bogomilos.
    La guerra campesina alemana 1524-1525
    Las guerras religiosas francesas 1562-1598
    La Guerra de los Treinta Años 1618-1648
    Las guerras civiles y de la Reforma en Inglaterra, Escocia e Irlanda 1639-1651
    La Guerra de los Nueve Años 1688-1697
    Las guerras del Imperio Otomano en los Balcanes y en Hungría.
En la actualidad el criterio políticamente correcto exige afirmar que las "guerras de religión" ya no existen. La ilusión es desmentida, sin embargo, por los 140.000 muertos y los 4.000.000 de desplazados de la Guerra de los Balcanes (1991-1999). Serbios ortodoxos, croatas católicos y bosnios musulmanes se masacraron mutuamente a pesar de que, en realidad, todo los unía: su etnia, su idioma y su Historia. Se pueden, por supuesto, hallar las fuerzas impulsoras no-religiosas en la serie de conflictos que caracterizó esta guerra pero convengamos en que se necesita afinar bastante el análisis para encontrarlas y en la mayoría de los casos el factor religioso aparece como tentadoramente relevante.
Los bosnios, por ejemplo, son descendientes de herejes bogomilos que durante la ocupación otomana adoptaron la religión mahometana. Sería interesante investigar por qué no estuvieron dispuestos a renunciar a su sectarismo dentro de la civilización cristiana – negándose tercamente a ingresar al catolicismo, al protestantismo o a la Iglesia Ortodoxa – pero después no tuvieron mayores inconvenientes en convertirse al Islam. Algo muy similar ocurrió con los pomacos búlgaros.
Varias de las guerras citadas han sido denominadas "guerras de religión" por la historiografía oficial. La verdad es que en todos los casos relevantes la religión no fue más que un pretexto enarbolado por los poderes políticos de la época para justificar  ambiciones por demás mundanas. Es que la guerra es un hecho político que responde a una decisión política. Hablando en forma absolutamente estricta, no hay "guerras de religión" así como en realidad tampoco hay "guerras económicas". Lo que la Historia registra son guerras disparadas por cuestiones de conquista, expansión o consolidación del poder político en las cuales han intervenido factores religiosos, económicos, etnoculturales, históricos, pasionales, o cuestiones de alguna otra índole – que en la mayoría enorme de los casos no fueron más que factores concurrentes con la voluntad política – enarbolados para justificar una guerra decidida por motivos completamente diferentes.
La guerra es un hecho político; la religión es un fenómeno cultural. La guerra refleja una cuestión de poder, ya sea para conquistarlo, para mantenerlo o para consolidarlo. La religión refleja una cosmovisión, una metafísica de la vida más allá de las cuestiones mundanas. Ambos se interrelacionan y en las estructuras teocráticas hasta se fusionan, pero son fenómenos diferentes. El político no puede ignorar la expresión religiosa de su pueblo y la religión no puede evitar el "darle al César lo que es del César".
En cuanto a nuestra situación actual, según lo que el Papa mismo manifestó: estamos en guerra. Pero en guerra ¿contra quién? Sinceramente no sabría decir con precisión satisfactoria exactamente quién es el enemigo. Lo único que puedo precisar con un grado razonable de certeza es donde está el enemigo. Porque, aun cuando congrega reclutas de todas partes y tiene simpatizantes en todas partes, sus núcleos principales están en Afganistán, en vastas regiones de Irak, en Siria…
Cosa curiosa. En Afganistán, en donde los norteamericanos hace años que libran una guerra que aparentemente no pueden ganar. En Irak, en donde los norteamericanos supuestamente ganaron una guerra contra un tirano que tenía armas de destrucción masiva que nunca se encontraron y donde, desde entonces, la gente vive en un estado de crisis y conflictos perpetuos. En Siria, en donde los norteamericanos quisieron echar del poder al actual gobernante, armando y organizando supuestos grupos moderados, tan solo para darse cuenta de que los moderados no eran moderados en absoluto cosa que los rusos aprovecharon para hacerse fuertes en la zona, consolidar su base naval de Tartús y, de paso, probar los chiches de su última tecnología militar.
O sea: los principales baluartes del enemigo están justo en territorios que los norteamericanos han invadido militarmente en los últimos años o en los que han operado – u operan – para lograr el control de la zona.
Raro, ¿no?
¿Casualidad?
Lo dudo mucho.
El Islam es, indiscutiblemente, una religión combativa y se presta fácilmente a ambiciones agresivas. Después de estudiar la biografía de Mahoma uno no termina de tener en claro si el hombre fue un gran profeta, o un gran líder militar, o ambas cosas a la vez. La conquista y la dominación por la espada están en el ADN del mahometanismo aunque más no sea por la misma trayectoria de su fundador. Es un caso similar al de Moisés, aunque Moisés aparece más como caudillo político que como líder militar.
Pero aun así, se trata de una religión y las religiones, en sí y de por sí, no deciden una guerra por lo que ya dijimos: la guerra es una decisión política y no una decisión religiosa. La India tiene más de 174 millones de musulmanes (un 16% de la población total), en Kazajistán hay más de 7 millones (47% de la población), en Kirguistán son más de 4 millones (80% de la población) y en ninguno de estos países – y podría citar a unos cuantos más – hay Emiratos Islámicos operando en pié de guerra. Los voluntarios de estos países con ganas de incorporarse al terrorismo islámico tienen que emigrar a Irak, o a Siria, o dado el caso a Afganistán,  o bien jurar lealtad al ISIS y operar en el país en que se encuentran.

En otras palabras: tienen que ir a – o relacionarse con – la zona que estuvo, o sigue estando, bajo el dominio militar norteamericano y sus aliados. Entre los cuales se halla el Estado de Israel, su principal aliado en la zona. Hasta los núcleos terroristas del África como Boko Haram en Nigeria han manifestado su lealtad al ISIS.
Es cierto: estamos en guerra.
Pero ¿quién es el enemigo aquí?  ¿Quién le ha declarado la guerra a quién? ¿Quién ha hecho estallar incluso los sectarismos internos del Islam logrando que musulmanes maten hasta a otros musulmanes? ¿A quién le conviene todo esto? ¿A quién le conviene debilitar a Occidente; especialmente a Europa y a su cultura milenaria?
No pretendo tener la respuesta a todas y cada una de estas preguntas. La guerra que se está librando es terriblemente compleja y – ¡cuidado! – es muy fácil equivocarse.
Pero las preguntas quedan planteadas.
Y para buscar las respuestas yo no iría a Bagdad, ni a Damasco, ni a Kabul. Ni siquiera iría a Riad aunque allí seguramente hallaría al menos algunas pistas. Así como no iría a Moscú, a París, ni tampoco a Londres o a Berlín porque creo que no tendría mucho sentido hurgar en la periferia una respuesta que se halla mucho más hacia el interior.
En resumen: yo apostaría por buscar las respuestas en Nueva York, Washington, Tel Aviv y Jerusalén.
Puedo estar equivocado. Pero no lo creo.
¿Ustedes qué piensan?

denesmartos.blogspot.com


05 septiembre 2016

BRASIL Y LA GEOPOLITICA DEL CAOS: UN GOLPE DE ESTADO AL CORAZÓN DE AMÉRICA DEL SUR

El proceso de impeachment de la Presidenta Dilma Rousseff no se trata de un acto aislado por motivos exclusivamente domésticos, lo que no nos exime de realizarnos los latinoamericanos una profunda autocrítica. Más que nunca resuenan las palabras de Juan Domingo Perón, "la única política es la política internacional", y que hemos desarrollado en obras escritas sobre el pensamiento ya la acción CONTINENTALISTA de Perón.
Estados Unidos, ante su crisis de retroceso estratégico ante la alianza euro asiática, necesita revitalizar su patio trasero para concentrarse en la isla mundial y ampliar su anillo de seguridad panamericano, que descuidó para centrarse en la isla mundial en la lógica Geopolítica de Mackinder.
Un golpe liso y llano de estado en Brasil es amputar, por su condición geopolítica de país semi continental, la mitad de América del sur, y herir de un infarto masivo nuestra integración, única condición para ser soberanos en el siglo XXI.
Hay y existen indicios graves de que los EE.UU quieren implantar dos bases militares en Argentina. Una en Ushuaia, en la provincia de Tierra del Fuego, cuyos límites se extienden hasta la Antártida. La otra en la mal llamada Triple Frontera -categoría geopolítica inventada por la CIA para acusar que, desde el HITO DE LAS TRES FRONTERAS, su verdadero nombre, se financia al terrorismo internacional-. Esta categoría, como la de "Estados fallidos" y "áreas sin gobierno", fueron creadas por el Pentágono en el 2004, -nos referimos a las zonas limítrofes de Argentina, Paraguay y Brasil, en verdad, una ambición de los EEUU a título de combatir el terrorismo y el narcotráfico para apoderarse del Acuífero Guaraní. Según el gran historiador y geopolítico Alberto Moníz Bandeira, los grandes Bancos de los EEUU y Europa -Citigroup, UBS, Deutsche Bank, Crédit Suisse, Macquarie Bank, Barclays Bank,The Blackstone Group, Allianz e HSBC Bank, y otros-, compraron vastas extensiones de tierras.
Como decíamos, los EEUU están tratando de recuperar su hegemonía en América del Sur, .En Argentina existe un cambio de su reorientación geopolítica a partir de un triunfo electoral -a causa de este avance y de errores propios, el peor defecto seria huir para adelante, en lo que hace a incapacidades estratégicas nuestras-, y la crisis social en Venezuela -donde también se juntan errores propios, más una ofensiva potente de los EEUU financiada por la CIA, USAID y ONGs. Los EEUU poseen bases en Colombia y en Perú, haciendo presencia en los Andes y en el Pacifico oriental. Con las bases en Argentina completarían un cerco virtual, al norte y al sur, al lado del Pacifico y del Atlántico.
Desde el fin de la segunda guerra mundial es un objetivo estratégico del Pentágono dominar la entrada del Atlántico. Para eso, es vital controlar sobre todo a Brasil, y acabar con el Mercosur y la Unasur, y ratificar la alianza argentina brasilera desde una nueva lógica, subordinada a los EEUU, con Macri y Temer.
La destitución de Dilma puede permitir a Washington colocar a un apoderado para sustituirla. Además, a los EEUU le pone muy inquietante que Brasil integre el bloque de los BRICs y sea uno de los miembros del Banco con sede en Shangai para competir con el FMI y el Banco Mundial.
La campaña contra la corrupción en los términos del Procurador-General Rodrigo Janot y el juez Sergio Moro, apuntan contra Petrobras y a las grandes empresas constructoras nacionales -y nos parece muy bien ir a fondo contra la corrupción y en especial contra el delito de cuello blanco-, donde paradójicamente no se salva casi nadie de los parlamentarios acusadores y sí Dilma, famosa por su honestidad -parece un chiste-. Sin embargo, las empresas extranjeras ni siquiera fueron investigadas, y están también metidas de lleno en la corrupción de políticas de corrupción.
Es como que EEUU creó una extraña doctrina de la impunidad, que apunta a los hechos de corrupción existentes en las empresas nacionales -que existen- y no con las empresas extranjeras.
Retomamos a Moñiz Bandeira, y él no duda en afirmar que existen fuertes indicios de que el capital financiero internacional, esto es, de que Wall Street y Washington fortalecieron la crisis institucional en Brasil. Y el dinero que corrió en la campaña por el impeachment fue impresionante y grave, incluso la mayoría de los legisladores no sabía ni qué votaba.
Moñiz compara con la caída de Vargas, cuando el 24 de agosto el presidente Getulio Vargas denunció en su carta testamento antes de suicidarse: "La campaña subterránea de los grupos internacionales se alió a la de los grupos nacionales sublevados contra el régimen de libertad y garantía del trabajo". Dilma, en su defensa, manifestó que estaban cometiendo un asesinato político.
Este Golpe de estado en el marco de la geopolítica del caos de reactualizar la Doctrina Monroe, tiene directamente la influencia de los Estados Unidos a través de los vínculos del juez Sergio Moro, que conduce el proceso de Lava-Jato. Él realizo cursos en el Departamento de Estado -2007-, pasó un mes de entrenamiento -2008- en el programa especial de la Escuela de Derecho de Harvard. Y, llamativamente, fue nombrado uno de los diez hombres más influyentes del mundo por la revista Time (Amersur, Entrevista al Profesor Luis Alberto Moñiz Bandeira, El Impeachment a Dilma y la implantación de bases de los Estados Unidos en Argentina .16 de junio de 2016 www.amersur.org)
El golpe de estado es un golpe al Brasil que nos puede costar si no realizamos la autocrítica del siglo XXI y XXII: el programa anunciado por Temer consiste en vender al extranjero todo lo que sea posible, comenzando por Petrobras, y adecuar la legislación y los programas sociales a los intereses y conveniencia del gran capital. El Brasil está en medio de una guerra geoeconómica, una segunda guerra fría, peleada como dijimos por EEUU para preservar su hegemonía y concentrarse en la isla mundial, sustentada por el dólar como única moneda de reserva internacional. En el fondo, Brasil es el mayor socio comercial de China y, como dijeron Nixon y Kissinger, para donde vaya Brasil irá toda América Latina. Por eso, este golpe de estado abierto. Y no blando, sino DURO.

Esto nos obliga a las autocríticas, y hay que darlas, para que las causas internas no sean agilizadas desde afuera. Porque es un grave error culpar todo al imperialismo como si fuéramos un centro de estudiantes. La situación estratégica nos obliga ya a esa autocrítica .
Sin poseer las recetas las enumero citándolas solamente:
- La planificación estratégica de nuestros Estados nos obliga a acelerar la integración, optando diez puntos claves. Esto implica estudio estratégico, no solo discursos, presidencias, listas que quedan en la nada y se agotan.
- La política implica gestión económica. No hemos podido diversificar nuestras economías, cuando llegó la ola en contra de la depreciación de las materias primas. Fundemos un Instituto de Políticas Económicas "Felipe Herrera" para insumo de estrategias de macro y micro economía de Unasur. Pasado el viento a favor estamos en el mismo punto de partida.
- La política en el fondo es la lucha por el monopolio del sentido común, que significa que no hemos llevado a cabo un capítulo cultural y por lo tanto educacional del sentido de auto pertenencia regional en un mundo de espacios regionales y culturales. Telesur fue lo único, y es un invento del Comandante Hugo Chávez. No hay ni siquiera universidades binacionales y no se reconoce la acreditación de títulos, símbolo máximo de nuestra debilidad.
- El único capital político que no debe perder, es el capital moral. Si nos vencen en ese plano, no porque la Republica imperial sea más honesta, sino porque atacaran ese talón de Aquiles, nos vencen espiritualmente. Y no puede existir ese capital moral, previo a la política, si nos enferman espiritualmente, y allí se combinan la macro corrupción y la micro corrupción a través de la Republica del peaje. Es la batalla cultural. La madre de todas las batallas.
- Si no encaramos una lucha integral contra el crimen organizado, que no existiría sin la complicidad de sectores del sistema financiero, político, policial y empresarial, las NARCODEMOCRACIAS vencerían al ESTADO CONTINENTAL, y seríamos, como nos advirtió Helio Jaguaribe, basureros de la Historia.
Por eso, hay que hablar sin medias tintas, porque no hay lugar para tibios, sino saber que estamos, tal vez, en la mayor batalla de nuestra historia, y no es casual, si entendemos de una vez por todas que los mal llamados bicentenarios deben ser la hora de nuestra independencia definitiva.

Prof. Dr. Miguel Ángel Barrios (Argentina). Dr. en Educación, Dr. en Ciencia Política. Autor de más de 20 obras de referencia bibliográfica latinoamericana y referente del pensamiento latinoamericano