31 agosto 2017

¡HOY O NUNCA!


Arq. Vicente Vargas Ludeña
La demolición controlada de estructuras arquitectónicas, viales o industriales es un proceso técnico moderno, que no deja de asombrar a los espectadores paganos en esas artes que observan cómo el objeto se desintegra matemática e instantáneamente; construido, también, sistemáticamente en el tiempo, con refinados y precisos cálculos matemáticos. Pero hay destrucciones inesperadas, propiciadas por fuerzas telúricas, o cualquier otro fenómeno imponderable.
La destrucción de objetos, sueños individuales o colectivos, construidos en el tiempo con la participación de la sociedad: es un proceso rápido, casi instantáneo. A veces no exige ni una migaja de talento. Un delirio bastardo, es suficiente.
La historia de los imperios es elocuente: llegaban a las cumbres del poder, la riqueza, el bienestar y la gloria. Aquél emperador que conquistaba  extendía su brazo gobernante hasta los mismos límites del planeta. El sucesor -por lo regular de la misma estirpe- resultaba un idiota incurable, que se encargaba de dilapidar lo que había encontrado. Entrando el imperio, en una casi irreversible decadencia.
Entonces la dialéctica contradicción de construir en el tiempo una estructura de logros colectivos; y la destrucción instantánea de esas conquistas, no es fácilmente asimilable por la gente corriente, especialmente en el mundo del poder político. Para construir se requiere un marco ideológico. Para destruir: cualquier patología emocional y psicopática es suficiente para demoler los sueños y las aspiraciones de los pueblos.
Todos los prolegómenos antes señalados están sucediendo en el Ecuador. EL Presidente recién electo: Lenin Moreno ha devenido en dinamitero del proyecto político que durante diez años se bregó; y que algunos resultados positivos estaba dando para la sociedad ecuatoriana. Más, lo extraño es que él mismo fue actor de esa obra social, política y económica. Sin embargo reniega del pasado, y traiciona –debería ser a su conciencia también, pero parece que antes de postrarse de hinojos a la derecha, debió matarla primero; el felón, antes de sus perversas acciones. Debe bloquear su yo, para luego tomar impulso en el cumplimiento de su magna obra- con su propio “estilo” a los que creyeron en él; a los que durante mucho tiempo fueron compañeros de ruta en el quehacer político del País. La traición de Lenin Moreno es bíblica: primero, lo entrega al Sanedrín –Llámese Plutocracia- a su ex compañero Rafael Correa. Estos sabios lo juzgan y sentencian: NO HABRÁ REELECCIÓN PRESIDENCIAL. Luego echan a todo un pueblo a la vorágine de la oligarquía y el neoliberalismo, ya fracasado.
Las exigencias corporativas de los beneficiarios, la derecha que ha venido reclamando su patrimonio durante diez años, ya los tiene en carpeta. Todos son de naturaleza económica y financiera. La promoción de una Consulta Popular, o una Constituyente será para poner cerrojos al porvenir político, social y económico, y flexibilizar todo lo que sea redituable para sus vidas sacrificadas; como ya lo han hecho en otras ocasiones. Lo singular de este nuevo estatuto es que nunca más asome un atisbo de cambios profundos, peor revolucionarios. El Senado de los Estados Unidos será su asesor y garante del nuevo porvenir jurídico de esta geografía agreste, ribereña y amazónica. Brasil es hoy un paradigma de lo que el imperio requiere para gobernar la región sin amenazas de insurrecciones populares; los poderes políticos, económicos y estratégicos los manejan una turba de gamberros hijos de sectas religiosas aberrantes y hampones sin nombre. Pero garantizan que Lula no volverá.
 Concluyendo: ahora sí, Lenin Moreno tiene la MESA SERVIDA con algunos convidados de fina casta, y agentes  de inteligencia repujados en grandes conflictos mundiales: hijos de la CIA.

11 agosto 2017

MANIFIESTO CORRUPTO


Arq. Vicente Vargas Ludeña
Hoy, 10 de agosto del presente año, los periódicos del País con enfáticos adjetivos y gruesa caligrafía, publican un MANIFIESTO, firmado por alrededor de 700 personas. Nombres de elevada alcurnia, de severa casta; plumíferos ganapanes. Y una miscelánea jorga de truhanes y zafios traficantes de todo lo imaginable que el hombre produce para el bien y para el mal. La síntesis y objetivo de ese bodrio es el MAYESTÁTICO ODIO que tienen a Rafael Correa. Lo otro es un atajo para acortar los tiempos, que según ellos, el poder perdido se les acerca más; con el novísimo aliado que consiguieron, sin querer-queriendo.
El argumento de la plaga -solo de esta década- es “la corrupción” del Gobierno  anterior. Y las sarnosas –tienen esta epidemia porque es contagiosa- sospechas sobre el Vicepresidente de la República. Aupadas, también, por el principal Mandatario: Lenín Moreno. Según los apóstoles del bien, el Ecuador se convirtió en el inventor, o reinventor de la corrupción.
 El árbol del bien y del mal posee múltiples ramales. Tomemos dos: la corrupción, y la prostitución, profesión de bíblicas prácticas. Pero la cerrazónica derecha facha, por algún pudor cristiano no maldice, condena o combate esa práctica inherente a la condición humana, tan vergonzosa como la corrupción política. También muy practicada en las cumbres del poder. No se les –falta poco- ocurre decir: que la putería del presente en el País tiene las dimensiones de Sodoma y Gomorra. Simple. Eso no agrega nada a sus ambiciones de poder. Las putas de la 18 –con sus permisos- pueden vivir por siglos de los siglos en esas condiciones. Las castas, a lo mejor se polvean por ahí, con todo su deleite. Pero el poder no se mezcla con nada que no sea lo político.
El atraco bancario del 98 realizado por los patricios firmantes de ese mamotreto, jamás pasaron por los tribunales de justicia, peor pagaron penas carcelarias. Muchos huyeron a tiempo. Ese atraco fue el fin de muchas vidas y el lastre del País. Sin embargo, aquello no fue un acto de corrupción: fue “UNA CRISIS”. En el mundo financiero y bancario la diferencia entre crisis y corrupción es: que lo primero viene desde los cielos, es un castigo; por lo cual no hay culpables. Las fortunas se amasan en lugares sacrosantos. La corrupción es un acto voluntario, sigiloso y cabrón; el dinero se lo camufla en “caletas”, colchones y un sinfín de espacios mimetizados. Para ambas circunstancias dios testimonia y también perdona.

Los personajes firmantes, todos –unos más, otros menos- componen una interminable lista de mediocres, hampones, narcos y malandros. Sus pendones gastados y descoloridos ya no les sirven. El País es otro. Cambió. Si Lenin les ofreció el vuelto, o la vuelta al pasado; se equivocan, y él pagará caro su felonía.  
Esta reflexión, ni de lejos intenta exculpar a nadie de sus actos que lo condenen. No se puede aceptar que las oligarquías cebadas en los golpes de Estado, como siempre lo hicieron, construyan un ambiente propicio para desterrar el Proyecto Político y a su líder iniciado hace diez años. Con defectos, sí, pero nada parecido al pasado.

05 agosto 2017

DOS PODERES PARALELOS


Arq. Vicente Vargas Ludeña
Era poco imaginable para la sociedad ecuatoriana, la que sigue cotidianamente el desarrollo de los acontecimientos políticos; y para la gran masa, indiferente y desconocedora de su realidad, peor aún: la implosión política en el epicentro del poder de la República; con características de cataclismo.
El triunfo Moreno-Glas fue inobjetable. Los derrotados –Lasso a la cabeza- portadores del neoliberalismo acedo, se arrinconaron a rumiar su derrota. Pero a la vez iban mordiendo los hilos de la venganza con ayuda del Departamento de Estado de los Estados Unidos. En el menor tiempo calculado por sus pensadores empezó a dar fruto sus empeños: retorcer lo alcanzado hasta hoy, y cambiar de rumbo y destino del País. Apoderarse de lo que les faltaba para el goce pleno de su enriquecimiento infinito.
El corsi e ricorsi de Giambattita Vico se aplica en este fenómeno, con refinada pureza. Las esperanzas deshechas de los pueblos y el desvelo de algunos patriotas, se ven grotescamente reeditados por aventureros y oportunistas.
Estos dos personajes que intentaré fotografiar desde sus originarios rostros. Son dos gemelos desde las entrañas de sus mismas regiones, y a lo mejor, también de sus ancestros: Lucio Gutiérrez y Lenin Moreno.
Ambos llegan a la Presidencia de la República. El uno alega que transformará al País desde la visión opuesta de la derecha. Reniega del stablisment político, social y económico. Abandona el uniforme militar entrega su arma y se lanza a la conquista del poder. El otro, desde lo humanamente bueno y cristianamente practicante, lo invitan a la lucha política. Igualmente desde la  orilla izquierda. Él no desea lo alcanzado, se lo piden, lo conminan –según sus confesiones-. Para Moreno la Presidencia no es un sueño.
En los planes  y campañas electorales están: los Programas, las alianzas, las metas, las ideologías, las estrategias. En fin, toda la parafernalia necesaria para ir al encuentro del enemigo,  con sus ejércitos de simpatizantes y militantes. Las alianzas son el súmmum de la lucha política, con ellos se acuerdan mingas de ideas, de manos, andanzas y ofrecimientos. La ética, la moral pública no consta en las agendas. De nadie. Según unos, está implícita en la práctica y personalidad de cada quien.
Lucio Gutiérrez –está confirmado por sus excoidearios- en la Primera Vuelta electoral, ya traicionó a sus aliados: Pachakutik, MPD, y otros crédulos que caímos en la trampa. Se convirtió en vivo retrato del bíblico judas: traidor. Pateó el tablero programático, rasgó los párrafos escritos de lo que sería su gobierno. Y se convirtió en el mejor aliado de los Estados Unidos y de las burguesías locales.
Lenin Moreno, rompe el récord en su giro a la derecha. En 60 días -no patea el tablero- atropella y arrolla las esperanzas de los compañeros de ruta. Y provoca un cisma implosivo en el corazón de la organización que lo llevó al triunfo. El drama tiene el sabor amargo de la traición y la felonía. Confirma contundentemente que en su expresión y semblanza de hombre bueno, estaba oculta la ninguna ideología que jamás esgrimió. Además lo dice: que la ideología no es indispensable. Que ésta se irá corporizando en las acciones que deberán realizarse. Ahí, está el detalle. El Presidente carece de ideología. Es como los ángeles, están exentos de sexo. Con la soberanía no se come sentenció otro ilustre analfabeto político: Gustavo Noboa Bejarano; claro que éste si conoce dónde el linaje lo parió: en la burguesía.
Lucio Gutiérrez poseía el mismo talante: ni de izquierda, ni de derecha. Yo, no sabría decir, por las nociones políticas que exponen, si intelectualmente se encuentran se encuentran en el mismo baremo del IQ.
Hemos mencionado las contradicciones que los caracterizan: las felonías, ruptura con sus aliados, sumisión a la Embajada yanqui y a la plutocracia. Pero lo singular de estas mafiosas hazañas, es que regresan al basurero del espectro político nacional y seleccionan lo más corrompido y putrefacto: el lumpen bucaramista, los social cristianos y alguno que otro prioste que los aplauda en la fiesta santoral. “Se comprometen cogobernar en el más amplio escenario partidista y pluralista, defendiendo los intereses de los pobres”.
Gutiérrez pagó caro su felonía y traición, porque sus nuevos aliados no estaban para emprender la construcción de un verdadero país. Ellos mismos se vuelven mercenarios tirándole piedras en el techo de vidrio de la Presidencia. El lamentable final del militar de marras, convertido en político y del País igualmente, fue la replicada des institucionalidad del Estado. Igual que en el pasado.
Las acciones caóticas, con amargos sabores de Patria descuartizada tempranamente, realizadas por el flamante Presidente Lenin Moreno; han dejado estupefactos a nacionales y extranjeros. Con el pretexto del diálogo, reconciliación, unidad, y otras monsergas; estrecha lazos con nuevos aliados de la peor calaña, crápulas de marca por sus cuatro costados y fósiles de la vieja partidocracia. Existe un enigmático y sombrío episodio, de una delegación que viaja a Panamá, jardín del Edén del adalid de la podredumbre política y moral. Parece que de ahí sale y se plasma la conformación de una verdadera pandilla. El resultado es inmediato: el Sistema Eléctrico del país se lo entregan para sus futuros festines.
Preguntas sobran frente a semejante y brutal bofetada lanzada a la cara del pueblo ecuatoriano ¿Qué aportes esperaba de este grupo rufianesco en el desarrollo del Programa de Gobierno del nuevo Mandatario? ¿Qué elementos ideológicos los vinculaba para ese maridaje? ¿Cuántos ejecutivos brillantes, académicos con liderazgo traían la tribu beduina? ¿Cuánta lucidez, sólida ética y moral, patriótica poseen las fichas de esa estructura prontuariada? ¿Cuánta muchedumbre, aunque sea lumpesca pueden aportarle al nuevo líder Moreno? ¿Qué exquisitez de gobernanza, o relaciones internacionales son capaces de suministrar al poder de Lenin Moreno?
Todas estas preguntas se quedan flotando. Más bien será el cortejo, como el de Lucio Gutiérrez que lapidará la mansedumbre del hombre bueno. La conclusión sin reparos: es que Lenin Moreno carece de personalidad. Su pasado como instructor de Motivación y Superación de los que han caído en el foso, y también de los que aspiran y esperan la cima del éxito, para lo cual recurre con frecuencia a lo axiológico, en la ejercicio de lo político no funciona. Las variables son múltiples, diversas y no olvide Señor Presidente, que aunque,  su idealismo lo niegue: la lucha de clases existe independiente de su conciencia o la mía. Los valores no se enseñan, se practican y en el proceso se modela el hombre nuevo.

La crítica tiene un solo propósito. Denostar la puesta en práctica ambigua, socarrona y desleal en el ejercicio del poder del Nuevo Presidente. No intento eludir acusaciones corruptas a funcionarios del régimen anterior. Eso tiene otro cauce, otras epistemologías, y otras semióticas. A las que condenó. Pero  reprocho al Presidente su falta de liderazgo para conducir esos hechos. Cayendo ingenuamente en manos de la voraz oligarquía que necesitan su puesto para depredar como siempre lo hicieron. Y Usted Señor Presidente será el sacristán de este Te Deum. Que también, como Gutiérrez, lo rezará y se mortificará con silicios en la intimidad irremediable de su casa. 

02 agosto 2017

DESPERTAR DE LA ANOMIA A LA CCNG


Arq. Vicente Vargas Ludeña
La novela negra diseñada y vivida en el proceso electoral, reciente, en la Casa de La Cultura Núcleo del Guayas; sería un Juez de los Tribunales de Justicia quien le escriba un capítulo más a los vericuetos, que intereses pequeños, pero arteros, la precipitaron. ¿Qué vendrá después? Es parte del desenlace de la trama novelesca escrita por las “inteligencias preclaras”, “los cultos y los artistas”.
El camino  a las elecciones quedó sombrío y marcado por la incertidumbre. Se debió recorrer  atestados pasillos donde  vive la justicia para someterse al “Proceso kafkiano”: misterioso y enigmático. Todo un escenario gótico. Se asombraban. No era la ley que perseguía a alguien. Era alguien que perseguía a la ley.
Aquello debe convertirse –aunque en Guayaquil es sistémica la lucha por migajas de poder- en una lección ejemplar, que nada funcionará si pequeños grupos, anhelan pequeños deseos. La Institución es un fantasma desde tiempos pretéritos. El nuevo marco jurídico y ámbito de sus competencias, puede parecer proletarizador, ya que en el pasado asomaba como reducto de las elites y los intelectuales. Y, ¡ahí está el problema!
El candidato que se elija para dirigir la cultura y el arte tiene un horizonte huracanado; en una mole arquitectónica prostituida de su diseño original, y ubicada en un cruce de rutas que caracterizan a la ciudad. Pero aquél edificio tiene tufo a un húmedo y viejo libro, y a un cuadro de pintura desvanecida.
El nuevo mandatario requiere: talento desbordante, energía volcánica y todo su tiempo deberá volcarlo para despertar en la ciudadanía, lo opuesto a la vulgar materialidad consumista, que logra una sociedad pujante: cuando se mira en lo sublime que le despierta su CULTURA Y SU ARTE.
Fernando Naranjo se ha empeñado terca y ferozmente en alcanzar ese Sillón. Lo conozco desde las aulas de la Universidad. Vive sumergido en el abstracto, mimético –en la pintura, escritura y todo aquello que desafíe la creatividad- y complejo mundo que lo rodea: se empeña en probar que el espíritu puede superar la cosificación que el modelo, sistema social y económico nos han impuesto.