Arq. Vicente Vargas Ludeña
La gran burguesía, y buena parte de la clase media cultivó un
odio político visceral al régimen de Rafael Correa. Por su parte el ex-Presidente
asentó todo el poder que el Estado de derecho le permitió. Diez años de
tensiones por las dinámicas de vértigo en la gestión del gobierno y en la
institucionalización que le imprimió a la nación; los extremistas de la facha
derecha, como los trasnochados izquierdistas, los mestizos vestidos de indios, se
quedaban sin capacidad de reacción. El ejercicio del poder del Gobierno, iba más
rápido que los entuertos de baja catadura moral de sus detractores. Naturalmente,
nunca abandonaron el delirio del GOLPE, como la trampa para su desaparición
física. Todo estaba en el menú. Un día como hoy, el 30/S – 2010, fue el
episodio más cercano al golpe y el más cruento, que los poderes fácticos,
mercenarios políticos y uniformados armados lo intentaron.
Las contradicciones de la dialéctica, en un juego de
infinitas combinaciones el sueño de los odiadores, de los que aspiran al poder,
de los que desbordan de riqueza y aseguran que el poder les pertenece; sus
sueños, hoy sin mérito alguno, lo ven más cerca que nunca. Otros ya lo
acarician con algunas lisonjas y concesiones que el Presidente Lenin Moreno
Garcés les extiende la mano.
Decodificar el discurso, los gestos, la cosmovisión y la
personalidad del Presidente es complejo. El calificativo de traidor que le endilgaron
desde el primer día, es simplista, no deconstruye la estructura de poder que
como mandatario lo rodea, ni su personalidad.
La corrupción fue el principal caballo sobre el que se montó
a cabalgar para enfrentarse contra los molinos. Fungió de Quijote junto a la
burguesía y los medios.
El nuevo estilo bondadoso, ecuménico, pluralista, tolerante;
dialogante y conciliador. En oposición al pasado lleno de incuria, resentimiento,
radical autoritarismo y otros traumas.
El pueblo reclama una consulta popular para tratar enmiendas
fundamentales: la derecha las ha pedido a gritos hace mucho tiempo. La
brillante oportunidad para que la derecha le meta un penal, no a él, al Pueblo.
Correa ha sido el mejor mandatario de la historia
contemporánea. Hay Presidentes que no comprenden que dejaron de serlo. “A los
políticos y a los pañales hay que cambiarlos con la misma frecuencia y por la
misma razón”.
Contradictor de
cualquier rasgo ideológico. Lo ha expresado sin ningún reparo. Sin sexo, como
los ángeles. Al día siguiente de su posesión, ripostó contra Julián Assange.
Salió refundiendo la moral y la ideología anti-imperialista de este periodista
y patriota universal.
Otra cualidad, sobre todo acerbamente crítico, coincidente
con la oposición al gobierno de Correa en el que, él jamás estuvo al margen; la
frase: LA DÉCADA PERDIDA que esgrimen: Lenin Moreno la alimentó.
¡Sin percatarse!, se convirtió en un RENEGADO. Porque los
diez años de mieles del poder que ejerció fueron primaverales. Hoy nada vale,
nada es bueno, patriota, cívico. El pasado es una pesadilla, un aborto. Razones
sobradas para la derecha: descalificar las acciones del Gobierno anterior.
Su bonhomía la utiliza como compensación a su síndrome
traumático. –Hablaré de esto más adelante-.
Es compleja una decodificación de un mensaje caracterizado
por la falacia. La falacia es ofensiva, apela a la fuerza, a la autoridad, al
pueblo despertando, a la ignorancia. La falacia es un argumento que no es
válido, pero se presenta de una manera en la que aparenta serlo, pretendiendo
engañar al receptor. Eso no niega realidades objetivas, como la corrupción.
Pero este mismo fenómeno real puede transformarse en una falacia. Porque
corrupción es todo aquello que oculta la verdad y derrumba los valores. Que el
corrupto debe pagar con la ignominia, la cárcel, el desprecio social, es un
anhelo de la mayor parte se la sociedad, que no lo es. Pero el tratamiento que
los sectores más atrabiliarios y corruptos le otorgan al actual momento se llama:
falacia. Por ejemplo escuchar a los social cristianos, Guillermo Lasso, a la
tribu lumpen-hampón de los Bucaram es una deconstrucción del discurso más falas
e inmoral.
El atraco bancario, hasta ahora, ha sido la apoteosis de la
corrupción en el País. Sin embargo los autores y beneficiarios no fueron objeto
del acecho popular o legal, peor mediático. Más bien aparecieron como víctimas
del maldito destino. Hoy todos aquellos artífices de esa tragedia griega, se
envejecen plácidamente al borde de sus piscinas rodeados de su parentela. Solo
a CAPACO y CAPAYA los sacaron de sus encantos vivenciales.
El fenómeno político, jurídico, social tiene piezas de una
torre babilónica. Hasta de folklore con sus rituales religiosos. Imaginemos una procesión
con el tañer de las campanas, encabezada por el cura del pueblo, cubierto con
todo su boato y sus hábitos de filos bordados llevando en las manos, en acto de
ofrenda la cabeza del Vicepresidente; seguido por una inmensa multitud
rabiosa de oligarcas, la canalla mediática, izquierdistas cerrazonicos, clase
medieros, odiadores incurables; todos ellos blasfemando y excretando por todos
los orificios sus fluidos corporales. Ese imaginario virtual Lenin Moreno lo está
editando. Aunque con mucha habilidad; solo con sintagmas gramaticales genera esa babilonia, que los unos refuerzan
con odio, otros permanecen perplejos, los demás funcionarios–otrora fieles a
Rafael Correa- se volvieron sacristanes del Presidente. La consigna en el
marketing, es que el pueblo debe sacarse de un solo cuajo, en su imaginario, la
presencia ni en fotografía del Mashi
La pregunta salta del subconsciente al plano de lo cotidiano
¿Qué gobierno hemos elegido? ¿A dónde vamos con ese Santón en el poder? ¿Habrá
una ruta y un destino a dónde llegar? Los que colaboran en las entrañas del
poder, antes “revolucionarios”, en esa cosa llamada gobierno ¿Podrán ir a sus
casas y conciliar el sueño en las noches? ¿Acaso esperan que mañana doblarán el
brazo al Presidente, retornándolo a los principios que los electores ilusionados
lo eligieron? Sueñan, porque la derecha lo estrechó con su abrazo mortal.
Existe una teoría sobre la personalidad del ser humano: “El
síndrome de Quasimodo”. El nombre deviene de una obra literaria de Víctor Hugo,
llevada al cine con Anthony Quinn y Gina Lollobrigida, “El Jorobado de Nuestra
Señora”. No describiré al personaje ni el argumento. Pero, este fenómeno
psicopático, llamado también dismorfobia, es un trastorno mental muy peligroso
conocido por aquellos pensamientos intrusivos sobre un defecto físico de la
persona muy sobrevalorado por el individuo e incluso imaginario. La baja
autoestima que un tiempo lo atrapó lo compensa
con altos niveles de audacia, desdén, prepotencia, prevalencia de sus
caprichos, agresividad, enconos refundidos en lo profundo de su yo. Lector
estimado, concluya usted, a quien
corresponde esta patología.