30 septiembre 2017

UN DISCURSO DESCORREIZANTE


Arq. Vicente Vargas Ludeña
La gran burguesía, y buena parte de la clase media cultivó un odio político visceral al régimen de Rafael Correa. Por su parte el ex-Presidente asentó todo el poder que el Estado de derecho le permitió. Diez años de tensiones por las dinámicas de vértigo en la gestión del gobierno y en la institucionalización que le imprimió a la nación; los extremistas de la facha derecha, como los trasnochados izquierdistas, los mestizos vestidos de indios, se quedaban sin capacidad de reacción. El ejercicio del poder del Gobierno, iba más rápido que los entuertos de baja catadura moral de sus detractores. Naturalmente, nunca abandonaron el delirio del GOLPE, como la trampa para su desaparición física. Todo estaba en el menú. Un día como hoy, el 30/S – 2010, fue el episodio más cercano al golpe y el más cruento, que los poderes fácticos, mercenarios políticos y uniformados armados lo intentaron.
Las contradicciones de la dialéctica, en un juego de infinitas combinaciones el sueño de los odiadores, de los que aspiran al poder, de los que desbordan de riqueza y aseguran que el poder les pertenece; sus sueños, hoy sin mérito alguno, lo ven más cerca que nunca. Otros ya lo acarician con algunas lisonjas y concesiones que el Presidente Lenin Moreno Garcés les extiende la mano.
Decodificar el discurso, los gestos, la cosmovisión y la personalidad del Presidente es complejo. El calificativo de traidor que le endilgaron desde el primer día, es simplista, no deconstruye la estructura de poder que como mandatario lo rodea, ni su personalidad.
La corrupción fue el principal caballo sobre el que se montó a cabalgar para enfrentarse contra los molinos. Fungió de Quijote junto a la burguesía y los medios.
El nuevo estilo bondadoso, ecuménico, pluralista, tolerante; dialogante y conciliador. En oposición al pasado lleno de incuria, resentimiento, radical autoritarismo y otros traumas.
El pueblo reclama una consulta popular para tratar enmiendas fundamentales: la derecha las ha pedido a gritos hace mucho tiempo. La brillante oportunidad para que la derecha le meta un penal, no a él, al Pueblo.
Correa ha sido el mejor mandatario de la historia contemporánea. Hay Presidentes que no comprenden que dejaron de serlo. “A los políticos y a los pañales hay que cambiarlos con la misma frecuencia y por la misma razón”.
 Contradictor de cualquier rasgo ideológico. Lo ha expresado sin ningún reparo. Sin sexo, como los ángeles. Al día siguiente de su posesión, ripostó contra Julián Assange. Salió refundiendo la moral y la ideología anti-imperialista de este periodista y patriota universal.
Otra cualidad, sobre todo acerbamente crítico, coincidente con la oposición al gobierno de Correa en el que, él jamás estuvo al margen; la frase: LA DÉCADA PERDIDA que esgrimen: Lenin Moreno la alimentó.
¡Sin percatarse!, se convirtió en un RENEGADO. Porque los diez años de mieles del poder que ejerció fueron primaverales. Hoy nada vale, nada es bueno, patriota, cívico. El pasado es una pesadilla, un aborto. Razones sobradas para la derecha: descalificar las acciones del Gobierno anterior.
Su bonhomía la utiliza como compensación a su síndrome traumático. –Hablaré de esto más adelante-.
Es compleja una decodificación de un mensaje caracterizado por la falacia. La falacia es ofensiva, apela a la fuerza, a la autoridad, al pueblo despertando, a la ignorancia. La falacia es un argumento que no es válido, pero se presenta de una manera en la que aparenta serlo, pretendiendo engañar al receptor. Eso no niega realidades objetivas, como la corrupción. Pero este mismo fenómeno real puede transformarse en una falacia. Porque corrupción es todo aquello que oculta la verdad y derrumba los valores. Que el corrupto debe pagar con la ignominia, la cárcel, el desprecio social, es un anhelo de la mayor parte se la sociedad, que no lo es. Pero el tratamiento que los sectores más atrabiliarios y corruptos le otorgan al actual momento se llama: falacia. Por ejemplo escuchar a los social cristianos, Guillermo Lasso, a la tribu lumpen-hampón de los Bucaram es una deconstrucción del discurso más falas e inmoral.
El atraco bancario, hasta ahora, ha sido la apoteosis de la corrupción en el País. Sin embargo los autores y beneficiarios no fueron objeto del acecho popular o legal, peor mediático. Más bien aparecieron como víctimas del maldito destino. Hoy todos aquellos artífices de esa tragedia griega, se envejecen plácidamente al borde de sus piscinas rodeados de su parentela. Solo a CAPACO y CAPAYA los sacaron de sus encantos vivenciales.
El fenómeno político, jurídico, social tiene piezas de una torre babilónica. Hasta de folklore con sus rituales religiosos. Imaginemos una procesión con el tañer de las campanas, encabezada por el cura del pueblo, cubierto con todo su boato y sus hábitos de filos bordados llevando en las manos, en acto de ofrenda la cabeza del Vicepresidente; seguido por una inmensa multitud rabiosa de oligarcas, la canalla mediática, izquierdistas cerrazonicos, clase medieros, odiadores incurables; todos ellos blasfemando y excretando por todos los orificios sus fluidos corporales. Ese imaginario virtual Lenin Moreno lo está editando. Aunque con mucha habilidad; solo con sintagmas gramaticales  genera esa babilonia, que los unos refuerzan con odio, otros permanecen perplejos, los demás funcionarios–otrora fieles a Rafael Correa- se volvieron sacristanes del Presidente. La consigna en el marketing, es que el pueblo debe sacarse de un solo cuajo, en su imaginario, la presencia ni en fotografía del Mashi
La pregunta salta del subconsciente al plano de lo cotidiano ¿Qué gobierno hemos elegido? ¿A dónde vamos con ese Santón en el poder? ¿Habrá una ruta y un destino a dónde llegar? Los que colaboran en las entrañas del poder, antes “revolucionarios”, en esa cosa llamada gobierno ¿Podrán ir a sus casas y conciliar el sueño en las noches? ¿Acaso esperan que mañana doblarán el brazo al Presidente, retornándolo a los principios que los electores ilusionados lo eligieron? Sueñan, porque la derecha lo estrechó con su abrazo mortal.
Existe una teoría sobre la personalidad del ser humano: “El síndrome de Quasimodo”. El nombre deviene de una obra literaria de Víctor Hugo, llevada al cine con Anthony Quinn y Gina Lollobrigida, “El Jorobado de Nuestra Señora”. No describiré al personaje ni el argumento. Pero, este fenómeno psicopático, llamado también dismorfobia, es un trastorno mental muy peligroso conocido por aquellos pensamientos intrusivos sobre un defecto físico de la persona muy sobrevalorado por el individuo e incluso imaginario. La baja autoestima que un tiempo lo atrapó lo  compensa con altos niveles de audacia, desdén, prepotencia, prevalencia de sus caprichos, agresividad, enconos refundidos en lo profundo de su yo. Lector estimado, concluya usted, a quien  corresponde esta patología.


15 septiembre 2017

ESTETIZACION DE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA

Hoy las elites del poder colombiano
trajeron a su País al Papa, para que testimonie
el silencio de las armas y la falaz firma de la paz que dicen buscar.
Mañana podrán traer a Jesucristo, y nada habrá cambiado.
Colombia seguirá siendo un NARCO ESTADO.

Arq. Vicente Vargas Ludeña
Nada se nos predica más en los últimos tiempos que el exterminio de los monstruos, pero nadie se pregunta qué hace que en una sociedad surjan sin cesar tantos enemigos del orden público, porque década tras década hay que salir a pacificar el País de nuevas cruzadas de exterminio que siempre nos dejan asombrados ante la magnitud del mal y nos insensibilizan ante las atrocidades de los resultados.
La gran burguesía dominante colombiana denodadamente se pregunta cuál es la causa de tantos males que cunden a la sociedad. Siempre encuentran una histórica explicación del flagelo: el bandolerismo de los cincuenta; el mal se expandió y se convirtió en guerrillas; el comunismo fue otro virus, sin embargo la URSS desapareció; estructuras complejas delincuenciales aparecieron: los cárteles del narcotráfico.
El detalle es la sempiterna pregunta: quien arrojó a los guerrilleros a la insurgencia, a los delincuentes al delito, a los pobres a la pobreza, a los mafiosos al narcotráfico, a los paramilitares a depredar, a los sicarios a su oficio mercenario. La clase dominante cierra las puertas a ese mundo en el que ellos también participan, sin poner en riesgo su existencia. Entonces descifrar la realidad resulta enigmático cuando hay cosas que no se deben decir, sectores de los que no se puede sospechar. W. Ospina dice: “La dirigencia colombiana es como Edipo: señala culpables a diestra y siniestra para no tener que preguntarle al vidente quien es el causante de las pestes de Tebas”.
Colombia desde sus orígenes 1810, las rivalidades, confrontaciones, felonías entre los independistas y los federalistas ya sembraron la escuela de la violencia. La consagración de las traiciones como arma política se consumó con Francisco de Paula Santander, compañero de las luchas de independencia con Simón Bolívar. La Iglesia católica aliada y participe de un estancamiento semifeudal y violento; luego los grupos oligárquicos a dentellada filuda se enfrentan por el poder supremo. Estos serán  -no se sabe hasta cuándo- los dominadores absolutos. Hoy en la modernidad lo serán con más ahínco. Los vencidos, los dominados, los pobres se volvieron resignadamente cómplices en la vorágine de su supervivencia, apuntalando un capitalismo secuas y depredador, sobre todo criminal y desgarrador.
Si alguna vez ese pueblo tuvo alguna esperanza mesiánica fue con la voz de Jorge Eliecer Gaitán. La bestialidad ya enseñoreada lo mató. El utopismo era la otra cara de la moneda, dotando a la sociedad y al individuo de caracteres criminales, listos para conquistar el futuro, y el mundo; sin importar una higa los ríos de sangre que se requieran para derramar sobre la tierra.
La devastación moral de las aristocráticas elites, hasta perder todo límite, adquiere formas y tamaños sobrecogedores en una modernidad cada vez más pródiga para esas prácticas de la droga como sustrato existencial. Locales primero, regionales después y planetarias hoy. Este fenómeno dominante en la sociedad adquiere estatuto de cultura, filosofía de vida. En Colombia no existe un grupo social, económico, político, religioso, familiar que no esté contaminado con esa práctica: sea en el involucramiento –consumo, tráfico-. Es un código social, estético, económico, una soterrada relación coloquial, Etc.
La breve descripción de un fenómeno urbano en la ciudad de Bogotá  nos permitirá dimensionar el tamaño de la descomposición de una sociedad y el  manejo de significantes y significados en la semiótica del sub mundo de la droga. Bronx le denominan a un rincón de la ciudad, a pocas cuadras de todos los centros del poder del Estado. Fue hasta hace un año, un dantesco círculo infernal de la degradación humana. Cualquier inmundo estercolero, era un Boulevard comparado con ese inframundo que monstruos asesinos habían creado. Las autoridades lo confinaron con estacas y cintas, para diferenciar el espacio urbano, de estos residuos de personas que vivían al filo de sus vidas. Se estima que tres mil personas pisaban o residían diariamente en aquel inframundo, intercambiaba millones de pesos diarios, su plurifuncionalidad le otorgaba un lugar seguro para el que pisaba; nadie preguntaba, solo vas a lo que vas, o te llevan a desvanecerte en un tanque de ácidos, por sapo. La ley, periféricamente veía y oía los acontecimientos, con una mordida, miraba para otro lado. Los medios del hemisferio jamás refirieron una nota a esa monstruosa pocilga humana. Haber derribado ese infierno recientemente, el Presidente de la Republica y el Alcalde de Bogotá, consideraron una épica conquista. Esto es revelador, decidieron aquello, porque amenazaba al poder y al establishment en sus propias goteras. Una vez más la modernidad del capitalismo salvaje, sin contemplación se convierte en huracán devastando vidas, asienta sus pisadas de dominadores. Los dominados y vencidos serán esparcidos por la ciudad. El urbanismo de nueva generación exige esos espacios infectados ayer, hoy limpios para la inversión inmobiliaria.
Las categorías: cultura, identidad, pertenencia y otras, naturales en cualquier sociedad, aquí adquieren la contradicción de: contracultura, contra identidad y contra pertenencia, porque los valores indispensables para sobrevivir socialmente desaparecen. Las clases dominantes moldean su propia axiología; la plebe, los pobres y los dominados, también la asumen como suya, se convierten en cómplices y aliados.
De aquí surge la estetización de la violencia en un mundo complejo. El poder político es sometido por los otros poderes fácticos del crimen, convertidos en leitmotiv de la estética. La literatura, la televisión, el cine, y todas las manifestaciones de la cultura de masas están presentes en el entretenimiento, en la creación del objeto estético. Escritores de rango han recurrido a la violencia criminal para  narrar “la verdad de las mentiras”. La televisión colombiana se ha vuelto exportadora de la narrativa que hemos descrito aquí, como expresión de una cultura y fetichización del consumo. ¡¿Cómo explicar que un  criminal, con funciones de segundón –apodado Popeye- en el cartel del capo de la droga Pablo Escobar, después de haber cumplido una pena de cárcel de 22 años por el asesinato de más de un centenar personas; hoy esté convertido en una estrella pop de toda la Nación.!?
Colombia tiene dos planos: el que hemos descrito, como NARCO ESTADO y su consiguiente cultura delincuencial; y el otro, como un Estado inmerso en un conjunto de Naciones sometidas por el imperio y plataforma militar, presta para la agresión de otros países. Su membresía en la OTAN y las Siete Bases Militares norteamericanas emplazadas en su territorio, ratifican su destino fatal y fascista que lo caracteriza.



06 septiembre 2017

LA CAJA DE PANDORA


Arq. Vicente Vargas Ludeña
Pandora fue creada por Zeus, en venganza a Prometeo por haber, este robado el fuego a los Dioses. Pandora sería símbolo de la inteligencia y el conocimiento; para ser entregada a los hombres. Vulcano tuvo el encargo de crear una mujer que tuviera todos los dones; pero fuera a su vez portadora del mal y la desdicha de la humanidad. Pues hasta entonces los hombres habían vivido libres de males. Cada Dios del Olimpo tenía el encargo de insuflar sus potenciales fuerzas espirituales. Así, Afrodita la dotó de inigualable belleza y sexualidad; luego como un sistema fordiano iba naciendo la primera mujer.
Zeus la envió al mundo de los hombres, le entregó una “caja”, pero le pidió que no la abriera jamás. Epimeteo se enamoró de Pandora. Se casaron. Pero tras la boda Pandora no pudo evitar la tentación, abrir la “caja”, contenedor de todas las desgracias humanas. Al primer y leve aliento se escaparon todos “los males”, menos uno: la esperanza; por el sorpresivo y rápido cierre de la “caja”.
Aquí surge la duda ¿Es, quizás, la esperanza un mal? ¿Acaso no es la que nos da aliento para seguir luchando? Aunque, tras el fracaso ¿No resulta, tal vez, una pérdida del tiempo cruel?
Estamos viviendo los avatares de las luchas ideológico políticos, en estos momentos en el reino de los Dioses y Titanes: el Ecuador. Donde los Dioses no han podido ser desalojados de sus Olímpicos reinos. Desde ahí han creado Pandoras y miles de “cajas “que no deben ser abiertas porque se les escapa el karma  del que están imbuidos. Los Titanes siempre han sido y serán los mismos: los pobres. Han luchado contra los Dioses pero no han ganado hasta hoy, una victoria.
Ahora mismo, en la Presidencia del Estado habita una semejanza de Pandora y  su “caja” maldita, llena de sorpresas. Día a día que la abre se escapan las perversidades variadas y múltiples, felonías, banqueros, mercaderes, voracidades infinitas de riqueza.
Las cuentas del rosario de deseos y ambiciones que esgrimen las oligarquías, porque ellos conocen mejor que nadie las cuitas humanas, para salir del atraso, oscuridad, corrupción y los otros males que se escaparon de la “Caja” de Lenin, que  la década reciente construyó. Abierta la caja trae a burla, infamia el estigma que echan al pasado; y la conquista de sus futuros planes y proyectos que amasan para hoy y mañana.
Un empresario, alto dirigente de las Cámaras de la Producción de Guayaquil –… Arosemena Marriot- dibuja en piedra su tamaño intelectual del emprendedor. En una charla disertó una apología al emprendimiento, y las duras, costosas, políticas, inteligentes y denodadas batallas que libró él, en procura de una franquicia norteamericana para hacer y vender “sándwiches de pan, legumbres y carnes industriales” en Ecuador. Esa es la estatura de los Dioses que hoy entregan la “caja” no a Pandora, si a Lenin Moreno Presidente de la República del Ecuador.
El contenido de la “caja” que la derecha entregó a Lenin tiene toda la perfidia, burla y ambición que estos hayan podido elaborar. Tiene un abanico de prácticas: económicas, sociales, políticas que han estado soñando estos diez años. Hoy sin haber llegado al poder es la oportunidad de plasmarlas en sus vidas. A pesar que antaño gobernaron a placer desde la independencia de la República.
La “caja” de Pandora quedó vacía; pero como decíamos arriba quedó la esperanza, no pudo fugarse. Con ella hemos quedado, a medio camino. Sentando en el poder a un enigmático personaje que lo han inducido a soñar que la sociedad ecuatoriana es un compacto estrato, sin diferencias. Este Lenin-Pandora que dejó escapar el mal de la “caja”, será devorado por los cancerberos del sistema. Ya lo advertí en otra reflexión: es una réplica de Lucio Gutiérrez.