Arq. Vicente Vargas Ludeña
Los últimos comunistas que han sobrevivido con ese remoquete,
en sus mocedades leyeron con devoción los manuales de marxismo. Luego, cual
diletantes pontífices, como ellos lo hacen con sus doctrinas de la fe, terminan
resignados también; ellos solos, dueños de entelequias. La nueva etapa que
viven, igual que la clerecía; cada tarde que muere en la noche, reflexionan con
nostalgia, haber dedicado una vida en creencias que jamás practicaban, y que
tampoco creían, porque su racionalidad
les decía que fueron solo quimeras y mitos sus creencias. Los comunistas a
diferencia, leían con pasión y militaban en rincones asamblearias y en el café,
para satisfacer ciertas inquietudes intelectuales. Con rasgos de rebeldía,
anarquismo, posturas libertarias y todo
cuanto se oponga a lo establecido. Posturas propias y justificadas de la
inteligencia y la juventud en formación. Todo sin compromiso, ni comprensión.
Con la llegada del otoño en sus vidas, dejaron de llamarse
comunistas, se conformaban con progresistas; o, también de izquierda. En fin,
asimilaron varias adjetivaciones. Después de la caída del Muro de Berlín se
quedaron sin catecismo. Entraron en una zona de umbra, carecían de luz y de
discurso por donde caminar.
Surgen en América
Latina Gobiernos diferentes al pasado reciente: patriotas, independentistas,
soberanistas, con visión social colectiva; claras prácticas para cambiar las
relaciones de poder: político, económico, social… Encuentran –como las sectas
religiosas otras versiones de la biblia- la oportunidad de sacar sus manuales
del marxismo y denostar a estas nuevas expresiones de autodeterminación de los
pueblos. El camino lo trocaron en un “nihilismo”, mimético; camuflando sus teorías
de acuerdo a las circunstancias políticas. Para terminar en brazos del
capitalismo salvaje, aliados de la extrema derecha. Renegando de los gobiernos
que intentaban soltar amarras de esos pasados ignominiosos. Siempre con sus
manuales, vuelven al apostolado y sentencian que ese no es el camino de la
revolución. Se concluye que son ellos los poseedores de la teoría y la praxis
para llegar al poder transformador; y crear la nueva sociedad, que estos
gobiernos progresistas, -con defectos, si- no eran sino acumuladores de capital
empresarial; y reprimerizadores del viejo modelo. Es decir Repúblicas Bananeras.
Nada más. El deseo y la intención revolucionaria de este siglo y el pasado
quedaron en papel mojado, para nadie existió. La derecha recalcitrante está
reconquistando sus cotos de poder, en América Latina y en nuestro País con el
peonazgo de los “comunistas”.
En el presente son útiles al sistema, al imperio, y todas las
formas de aburguesamiento. Con sus prácticas oportunistas hacen el juego
macabro a la derecha cavernaria. A cambio reciben mendrugos que caen de la mesa
del poder oligárquico. No hago referencia al ex MPD, como marxistas, porque
aquello es semejar, al bucaramato, como una escoria de la racionalidad política
y moral.
Las teorías de Marx, Engels y Vladimir Lenin, son válidas en
el momento presente. Son categorías epistemológicas que se sustentan en la dialéctica
de la historia. La lucha de clases, todas las formas de acumulación del
capital, el valor de la renta del suelo, el plus valor del trabajo, la concepción
materialista del mundo, las incompatibles relaciones de poder en las sociedades
brutamente inequitativas. La soberanía y autodeterminación de los pueblos; la
lucha armada como recurso sellante de los procesos antiimperialistas. Utilizar
los instrumentos del poder de las burguesías para alcanzar algunas etapas en la
politización e ideologización de las masas. Romper con los modelos de a
culturización del imperio; muchas
concepciones y prácticas que el desarrollo de la ciencia, las fuerzas productivas, las tecnologías de la comunicación
y la información nos ponen en la mesa.
El mundo está en construcción, no ha concluido el “Fin de la Historia
y el del Ultimo Hombre”. Bolivia es un
ejemplo de la teoría y praxis en la transformación de los Estados y las
sociedades. Leer, escuchar a un verdadero revolucionario e intelectual: Álvaro García
Linera, Vice-Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia.
APOSTILLAS
Viene en camino la II PARTE DEL TEXTO: “LENIN, ABRE LAS
PUERAS DEL INFIERNO”.
Solo a efectos de asombro, risa, cabreo, rechazo al que está
sentado en una silla metálica en Carondelet; transcribo u Twitter creación del
esperpento acerado, que se colocará en el frontis de las puertas del averno: “NOSOTROS NO HAREMOS ACUERDOS CON LA DERECHA.
LA DERECHA ES LA ANTÍTESIS DE NUESTRO PENSAMIENTO IDEOLÓGICO. DEBEMOS
TRANSPARENTAR TODOS LOS COMPORTAMIENTOS DE GOBIERNO”. ¿Entendió? Yo
tampoco.
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