Arq. Vicente Vargas Ludeña
En el verano boreal, cubierto por una espesa y prolongada
sombra, debido a un extraño fenómeno atmosférico donde no hubo estación estival;
Mary Shelley, en el año de 1818, hace doscientos años, publica una novela cuya
prolongación en el tiempo nos recuerda y nos advierte. Y claro, nos divierte
con su lectura y sus varias interpretaciones por todos los medios realizados
hasta hoy; porque su personaje se replica semánticamente a través de los
tiempos. La novela se titula FRANKENSTEIN
o el moderno PROMETEO. El
trabajo de Mary lo realiza en Suiza, rodeada de talentosas figuras de las
letras y la filosofía inglesa. Disfrutando a la vez de remansas lagunas y
escarpadas colinas que adornan al Lago que avecindaban.
En los años 2014 y 2016, en la Suiza donde nació Frankenstein,
vive otra réplica del monstruo de Mary Shelley, fungiendo representaciones diplomáticas de una nación del
otro lado del mundo. Víctor crea ese engendro de hilachas y restos de cadáveres
humanos, extraídos de ladrones y delincuentes, insuflándole vida como el Frankenstein.
El delegado diplomático, aunque su postración en una silla de ruedas y sus incapacidades
físicas lamentan las sensibilidades -las mentales, también lamentables, la
exhibió más tarde- nos trae a la memoria aquel monstruo objeto de la voluntad
de su creadora. Su vida, como la del
monstruo, transcurre por los mismos senderos: aprecio, desprecio, lástima y un
final, hasta hoy, incierto.
Lo singular del relato es que en esa civilizada Nación, se
construyen los engendros: uno de ficción, Frankenstein; el otro de concreta
realidad, lo llamaremos el Moderno Prometeo. No es ficción la existencia de
este enano físico y mental –un esperpento y espectro de gobernante-, tampoco
sus acciones presentes y una lastimera montaña de patologías que lo
caracterizan, como una triste figura salido de mentes afiebradas –un montón de
trapos cargado como carreta de bultos.
Su compañero de ruta de diez años: Rafael Correa reconoció
que este sujeto, era un individuo sin principios; pero hasta entonces no había
resquebrajado su statu quo, o renegado la vida que había elegido; hasta ahora,
solo comparada a los Califas árabes. Era lo que buscaba afanosamente sin
límites éticos, morales ni intelectuales. Muchos lo advertimos. Pero nadie
descubrió, lo que, con el sigilo de verdadero agente, en conjunto con otros
personajes del álbum delictivo de la política nacional estaban construyendo el verdadero
monstruo: El moderno Prometeo.
Vive dos años a miles de kilómetros de su Patria, repito, de
nada material tenía que preocuparse. Conoce bien, que es el “as” del naipe
electoral presidencial por venir; se vuelve indispensable en el juego del
poder. También los saben los enemigos del Proyecto de Rafael Correa.
El moderno Prometeo está constituido de material magnético y
de retazos morales. Atrae al álbum de todas las fuerzas políticas neoliberales
que han caído en un insomnio eterno, acariciando sueños de ver a Correa y su
vida en el despeñadero. Existen facciones de toda naturaleza: políticas,
sociales -son los odiadores incurables- económicas, agentes de la Embajada Yanqui,
que lo acosan sin cesar. Su compromiso ético, moral y de Programas de un futuro
para el País, con los que había llegado al poder, no lo inmutan. Sus espacios
en la suiza del reloj, era el Vaticano de los creyentes que el moderno
Prometeo, podría cambiar el curso de la historia en Ecuador.
Diseñaron con mucha antelación a las elecciones presidenciales,
un complot con los enemigos del Proyecto de Correa, esto no constituía para el
moderno Prometeo, una piedra en el camino. Sin dudar la colusión para el
complot, debía ser el marco de una estructura mafiosa. La ética y la moral está
negada en estos procesos. No podía ser con ingredientes contemplativos o
benignos, debía ser radical. Lo sucedido en Brasil con Dilma y Lula es un
referente de lo grotesco de la infamia.
En el crimen organizado, y los Golpes de Estado hay unas
fuerzas oscuras que impulsan, dinamizan, direccionan los objetivos políticos y
económicos de los grupos involucrados: Reunión de grupos, de personas de manera
permanente para ciertos delitos; Estructura jerarquizada; Sometimiento a las reglas premios y castigos; Capacidad para
actuar de manera eficaz mediante la violencia, la amenaza y la intimidación; el
sigilo es una condición y cualidad de los involucrados. Las actividades
delictivas tienen fuertes repercusiones sociales. Para empezar: los periodistas
asesinados en el frontera colombo-ecuatoriana y lo que vendrá, la tipología de delitos
que la mafia lleva a cabo son múltiples.
El Moderno Prometeo es un delincuente. Está bajo juramento en
los códigos de la mafia. Ha cumplido con lealtad lo acordado con la derecha y
banca mafiosa en el despacho de su Agencia Diplomática en Suiza. La traición y
la felonía a su camarada Rafael Correa, es el alfa y omega de esta tragedia
nacional. A la víctima de la traición no se
puede dejarlo suelto. Hay dos caminos: la cárcel, estilo Lula; o la
inmolación, estilo Eloy Alfaro. Mientras el viento no se lleve la última traza
de ceniza del cuerpo incinerado, no se detendrán en este macabro carnaval.
El Moderno Prometeo, igual que el Doctor Frankenstein fue
deglutido por su propio engendro, también será combustible de la pira ardiente
que el pueblo levantará para sanear esto que se llama Ecuador.
En el Ecuador no hubo, no hay un cambio de gobierno, o de
régimen si alguien quiere denominar así lo que está sucediendo en el País. No.
A la Nación la están destruyendo como si fuera Patria de algún enemigo. O el
reducto de un Cartel de narcotraficantes. Solo a guisa de pistas en lo
expuesto: Los Isaías desde Miami han demostrado su carácter mafioso desde el
día que huyeron; pronto los tendremos saludando al Prometeo. Jaime Nebot en
recientes tiempos, negaba con enfado cuando le preguntaban una posible
candidatura a la Presidencia; hoy con socarrona sonrisa contesta “bueno… hay
que esperar… ver el futuro….” Hoy está más cerca ese sueño. Porque el “maldito
Correa” ya no existe más –debería ser su respuesta-. Todos los hechos
políticos, económicos, sociales, de coyuntura están expuestos para que
cualquier ojo avizor los descubra. La entrega de la soberanía está en camino,
pronto llegará. La estructura jurídico-político, debe tener rasgos de una
comunidad mafiosa desde los gestores del poder, con actores mafiosos: el Estado
de derecho tiene por el momento, tres poderes jurídicos-constitucionales: el
Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, La Asamblea Nacional, y la
Corte Constitucional. Tres escenarios con una multitud de actores patriotas,
cada cual dice defender con más ahínco los intereses populares. Marionetas de
los carteles. Eso son.
¿Alguien lo cree? ¡He ahí, la estructura mafiosa que El
Moderno Prometeo ofreció a sus nuevos aliados! Son verdaderos carteles que
desprecian la vida, a la sociedad, corrompen la conciencia ciudadana, sus
herramientas para el logro de sus objetivos son: la traición, la felonía y
cuando las circunstancias lo requieran con sangre irán tapizando el destino de
la Nación.
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