Arq. Vicente Vargas Ludeña.
Para empezar recordemos
la frase que lapida a los CANALLAS: “En tiempo de bárbaras naciones, colgaban
de una cruz a los ladrones. Hoy, siglo del progreso y de las luces, del pecho
del ladrón cuelgan las cruces”.
Al CANALLA que gobierna
esta comarca, nada le es ajeno, pisa con seguridad en su triunfo, se fija y
copia el precavido camino de los felinos, que no acostumbran al dar pisadas en
falso; sin perjuicio de saltar como ellos, lanzándose sobre su codiciada presa
cuando están seguros del éxito. Nadie, creo pone en duda, la mortandad de
camaradas que ha dejado en el camino, heridos y sangrando. Fijaos, desde una silla
móvil.
El CANALLA posee gran
capacidad para disimular el conocimiento previo de los grandes dolores morales
de la Patria. Organiza Comisiones Internacionales contra la Corrupción, por
ejemplo; porque ello hará aparecer más real la rabia e impotencia de nuestras
condolencias, que parecerán brotar de improviso de nuestras almas, quitándole
toda apariencia de estudio y premeditación.
Resulta esperpéntica,
grosera y mojigata a la vez, la presencia del CANALLA en la
pantalla de televisión, cuánto debe mostrarse ofendido en la majestad que
representa con cualquier acto inmoral que sus corifeos, mangantes, pequeños
canallas, y que la propia realidad resulta inocultable, siendo ante él, que se
relate. Siempre alardea en las pantallas, de su extrañeza de que existan seres
de ruindad moral capaz de cometer hechos indignos. LOS INA PAPERS, hijos de su paternidad,
no son, sino, inventos de un pandillero.
La humildad, la bondad
que muestra ante los demás, es conveniente al CANALLA, porque no es, a menudo, más que una
fingida sumisión de la que se habrá de servir para someter a otros. Es un
artificio del orgullo, que se baja para elevarse, y aunque la vanidad se
disfrace de mil maneras, ninguna más capaz de engañar que la que se oculta bajo
la figura de humildad. La felonía, la traición, la falsedad, la miseria que
anida: vender la Patria por treinta denarios es un acto de los que, solo los
CANALLAS lo realizan sin erizarse la
piel.
Como la humanidad no
juzga a los hombres nada más que por sus éxitos y su fortuna, el CANALLA de
nuestro breviario, cada día hallará mayor confianza y fe en él, por parte de
las personas con quien trate. La CIA, Pompeo, lazos de banqueros, las plutocracias
que antes jamás departió. Nadie de esas estirpes se queda fuera del banquete.
El CANALLA cada día se acerca a sus cotos, palacetes y boatos. En la
canallería, quien a ella pertenece, aunque sea de un modo inconsciente y hasta
contra su voluntad, una vez dentro de la corporación subirá como la espuma. No
hay que confundir al CANALLA con otras especies de la fauna social.
Muchos de los que letrean estas líneas recordarán
aquellos episodios de los MEGA-ATRACOS de los Empresarios y Banqueros en las últimas
décadas del siglo pasado causando tragedias y diásporas por el mundo ¡Menudos
negocios se hicieron por entonces a la sombra del desastre nacional! ¿Qué caso
tiene con el CANALLA contemporáneo? Si, ese pasado estuvo lleno de canallas y
hampones, hoy con el liderazgo del PERFECTO CANALLA, allá se irán a depositar
nuestras esperanzas.
Obsérvese cómo el académico
de la canallada, convertido en un PERFECTO CANALLA, siempre que va a ejecutar
un acto indigno, evoca su honradez. A nosotros nos da pavor el oír a alguien
blasonar de hombre honrado, y sin darnos cuenta nos arreglamos el cuello de la
camisa.
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