30 abril 2020

EL MISMO PATRON, LA MISMA TRAGEDIA

Arq. Vicente Vargas Ludeña

La geometría esférica de nuestro mundo nos somete a inexorables leyes de la dinámica: la rotación. Partiendo desde un punto, en su redondez del recorrido, llegamos al punto de partida.
Hollywood expone una película: “Barry Seal –Solo en América- que en el tiempo, une la década de los ochenta del siglo pasado, con nuestros aciagos días. Une regiones del hemisferio con certezas sin par: Nicaragua, y una banda de asaltantes y criminales: “Los Contra”; y en Venezuela, las Castas –llámese oposición- se envalentonan y asaltan las riquezas, justificando que requieren el poder político que históricamente les pertenece. Es la triste historia, perversa y genocida, que los Estados Unidos protagoniza contra los pueblos que buscan su propio destino.
El Parlamento estadounidense prohibió al Presidente –Ronald Reagan-, ninguna aventura militar en el continente, por el temor de convertir un Vietnam en sus propias goteras. En consecuencia, le quitó los recursos y las armas. Sus Agencias: la CIA, el FBI, la DEA y demás estructuras guerreristas, reemplazaron al Estado y montaron sus propias estrategias, tácticas; y por supuesto el aparato económico. El objetivo: desmantelar el Gobierno Sandinista de Nicaragua. La Agencias y los pensadores tanque recurrieron al crimen organizado: narcotráfico, –con el Patrón del mal Pablo Escobar- y demás Gobiernos títeres y corruptos: Noriega de Panamá, Colombia y todas los gobiernos “democráticos” que en América Latina abundan. USA organizó grupos desclasados, lumpen y aventureros de todo pelambre. Recordar el mítico Comandante Cero, luego arrepentido. Hoy, parte del gobierno de  Daniel Ortega. La pléyade de combatientes que las Agencias yanquis montaron no comprendían para que estaban en la selva. Los promotores llevaron 1500 potenciales guerrilleros para entrenarlos en territorio de USA, la mitad desertó, filtrándose en ese País. Regresó solo la mitad.
El gobierno de los Estados Unidos, jamás pudo derribar al poder Sandinista. No cesó en el afán, con elecciones logró reemplazar a Daniel Ortega.
En la Venezuela de hoy, centenares de pequeños burgueses, renegados, traidores, oportunistas, y un sinfín de pitiyanquis, se refugiaron en Miami, Bogotá, Madrid u otras ciudades, que sus gobiernos se declararon antichavistas, tras múltiples fallidos “Golpes de estado”. Toda esta multitud, vive fuera de Venezuela conspirando con el inefable y democrático gobierno de los Estados Unidos. Desde ahí, se ha barajado todas cartas sobre la mesa: militar, conspiración asesina, guarimbas, sanciones de todo orden… Algo faltaba, como en Nicaragua: dinero; que alentaría y alimentaría el pasado corrupto de los gobiernos de la Cuarta República -no exculpo deshonestidad y latrocinio en el chavismo- Todos esos “patriotas” en el exterior, reclamaban fondos económicos para la lucha, chantaje, atentados; y sobre todo forjarse, “estos patriotas”, un presente y futuro de castas.
Es el momento que el imperio saca sus cartas y dilapida las propiedades de Venezuela en los EE. UU. Son cantidades de dinero que, un País quebrado del Tercer Mundo lo pondría de pie, con un solo cheque, sumando a eso el ORO secuestrado en el Reino Unido.
Nada de aquello ha vencido al gobierno de Maduro. Como en Nicaragua, vendrán otras borrascas, que faciliten lo tan ansiado por el imperio, y la plutocracia venezolana. Hollywood estará atento para replicar el bodrio de Nicaragua.

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