23 mayo 2020

A CIEGAS, NOS CALLAMOS


Arq. Vicente Vargas Ludeña
Si el arte es reflejo de la realidad, esta se vuelve multiforme; entre lo real y lo imaginario. Se crea un poliedro de “mil caras”. Anoche distraje la pesadilla de la pandemia que vivimos, y que la tenemos  en nuestras goteras, en Netflix, con la película “A CIEGAS”, -Título en español-.
Es un pueblo atrapado por un destino fáunico: su propia autodestrucción. No existen bacterias, ni virus; es el síndrome del suicidio que los precipita, atrae, cautiva. Es la radiante luz que muestra la realidad exterior a sus conciencias, volviéndose arma mortal para buscar la muerte. -Existe una especie animal, que por indefinidas circunstancias, colectivamente, buscan el acantilado y se precipitan-. A diferencia de nosotros, hoy, estamos obligados a usar “TAPABOCAS”; ellos, los que aman la vida, usan “VENDAS” en los ojos, para prohibirse  a sí mismos la tentación de la muerte. Pocos sobreviven, pero ciegos, en una reducida colonia; intentando repoblar la tierra.
Hace pocos días, en una característica zona comercial de Guayaquil –La Bahía- una abigarrada multitud, propia de un laberinto, se abrían paso angustiosamente, unos; bizarros, otros. Regresaban donde el dinero, no importa su origen, es un manantial. Era la apoteosis del retorno, desconociendo por completo las causas de su alejamiento, y las mismas de su perentorio regreso.
En ese caos organizado como se desenvuelve ese lugar, con el adulo perverso desde el poder local, una mortífera partícula acechaba a la multitud. Pocas horas transcurrieron y el VIRUS DE LA MUERTE, tomó posición de combate frente a la vida. Y el lugar se transformó en escenario de guerra: “La bolsa o la vida”.
Los primeros caídos, aparecen en las redes en truculentos escenarios. Los heridos, sin rendirse se retiraron a sus cuarteles, llevando en sus cuerpos los perdigones de una guerra inútil.
 Parangonado con la película A CIEGAS, la venda en los ojos, impedía el destello de la luz y su realidad, y el final del ente. El tapabocas de unos, y el desafío estúpido de otros; provocó que ese campo de guerra quede fuera de futuros trajinares. Todo, y todos están CONTAMINADOS.

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