Arq. Vicente Vargas Ludeña
Jaime Nebot, político
descendiente genéticamente de la jorga del VELASQUISMO. Su padre fue actor y
protagonista de una era oscura y perversa en la segunda parte del siglo pasado.
(Revisar “El gran ausente” de Robert Norris, biografía de José M. Velasco
Ibarra). Luego, se incorpora a otra
negra época: el FEBRESCORDERATO. Es por doble vía que le llega el “discreto
encanto de la burguesía” y los placeres del poder.
Sin ser actor ni
candidato en estas elecciones protagonizó episodios de un “experto” marrullero;
haciendo prevalecer su desconfigurado rostro de CAPATAZ. Siempre su imagen la
fundió en el miedo y la amenaza –“ven para mearte hijo de puta”-. Su proyecto tramposo de unidad se
derrumbó estrepitosamente. En su balance, que debió hacerlo, descubrió que lo
que queda de su imperio parroquial cada vez se reduce a la nada. Solo escombros quedan de la populista y mañosa
estructura política Social Cristiana y Madera de Balsa.
Fue dócil y aprovechado
discípulo de su mentor: Febres Cordero, éste fue prepotente y cobarde a la vez
–Taura lo consagró como tal-. A Nebot le está negada la lucidez e inteligencia,
que sospechosamente Rafael Correa le reconoce. Jamás ha escrito una cuartilla
de sus epistemas sobre la vida y el ser; o sobre la sociedad y sus complejas categorías,
como la política que argumenta construir. Proclamar que su doctrina de la
economía, sociedad, la política e
ideología están en las invisibles manos del mercado capitalista; es como explicar
y hacer vivir, para un creyente, en los misterios y dogmas que las religiones
arteramente crean para subyugar a las masas.
La gran burguesía guayaquileña
y su parafernalia mediática le otorgaron la categoría de “líder”; desconociendo
los principios básicos de un verdadero conductor,
que se convierte en líder. Su heredada prepotencia, y su mediocre formación
académica lo transforma en nada más que en un arriero de los suyos (burgueses)
y una parte de la plebe para mantenerse en el control de su coto de caza. Nada
ha aportado al concepto de modernidad urbana, o a la conurbación que el
crecimiento de la región lo propicia con urgencia. Podrá liderar las canonjías
de los de su clase; pero jamás el futuro de los pueblos. El conoce que fuera de
la parroquia, ni en los más frecuentados, eróticos y pachangueros CHONGOS de los
arrabales lo reconocen y lo aceptan. Ahora ha pasado a desempeñar funciones de segundón
en la campaña del gemelo de Alvarito rico, tonto y crédulo: Guillermo Lasso. Su
objetivo es claro: seguir pastoreando el rebaño, porque mañana los deshechos de
oligarquía original guayaquileña ya nada queda. La riqueza que heredaron los hoy
ideólogos del buen vivir, se la birlaron. La academia para ellos, fue un
castigo; Miami era su destino banal. Por esa razón, la política fue su refugio
para recuperar algo de los oropeles de sus vidas.
Su proyecto de
prolongar los privilegios de clase, con la frustrada elección del banquero
Lasso será nuevamente cavar más profunda su fosa.
PORQUE NO VOLVERÁN.
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