04 marzo 2017

EL ALCALDE DE GUAYAQUIL


Arq. Vicente Vargas Ludeña
Jaime Nebot, político descendiente genéticamente de la jorga del VELASQUISMO. Su padre fue actor y protagonista de una era oscura y perversa en la segunda parte del siglo pasado. (Revisar “El gran ausente” de Robert Norris, biografía de José M. Velasco Ibarra). Luego, se incorpora a  otra negra época: el FEBRESCORDERATO. Es por doble vía que le llega el “discreto encanto de la burguesía” y los placeres del poder.
Sin ser actor ni candidato en estas elecciones protagonizó episodios de un “experto” marrullero; haciendo prevalecer su desconfigurado rostro de CAPATAZ. Siempre su imagen la fundió en el miedo y la amenaza –“ven para mearte hijo  de puta”-. Su proyecto tramposo de unidad se derrumbó estrepitosamente. En su balance, que debió hacerlo, descubrió que lo que queda de su imperio parroquial cada vez se reduce a la nada. Solo  escombros quedan de la populista y mañosa estructura política Social Cristiana y Madera de Balsa.
Fue dócil y aprovechado discípulo de su mentor: Febres Cordero, éste fue prepotente y cobarde a la vez –Taura lo consagró como tal-. A Nebot le está negada la lucidez e inteligencia, que sospechosamente Rafael Correa le reconoce. Jamás ha escrito una cuartilla de sus epistemas sobre la vida y el ser; o sobre la sociedad y sus complejas categorías, como la política que argumenta construir. Proclamar que su doctrina de la economía, sociedad,  la política e ideología están en las invisibles manos del mercado capitalista; es como explicar y hacer vivir, para un creyente, en los misterios y dogmas que las religiones arteramente crean para subyugar a las masas.
La gran burguesía guayaquileña y su parafernalia mediática le otorgaron la categoría de “líder”; desconociendo los principios básicos de un  verdadero conductor, que se convierte en líder. Su heredada prepotencia, y su mediocre formación académica lo transforma en nada más que en un arriero de los suyos (burgueses) y una parte de la plebe para mantenerse en el control de su coto de caza. Nada ha aportado al concepto de modernidad urbana, o a la conurbación que el crecimiento de la región lo propicia con urgencia. Podrá liderar las canonjías de los de su clase; pero jamás el futuro de los pueblos. El conoce que fuera de la parroquia, ni en los más frecuentados, eróticos y pachangueros CHONGOS de los arrabales lo reconocen y lo aceptan. Ahora ha pasado a desempeñar funciones de segundón en la campaña del gemelo de Alvarito rico, tonto y crédulo: Guillermo Lasso. Su objetivo es claro: seguir pastoreando el rebaño, porque mañana los deshechos de oligarquía original guayaquileña ya nada queda. La riqueza que heredaron los hoy ideólogos del buen vivir, se la birlaron. La academia para ellos, fue un castigo; Miami era su destino banal. Por esa razón, la política fue su refugio para recuperar algo de los oropeles de sus vidas.
Su proyecto de prolongar los privilegios de clase, con la frustrada elección del banquero Lasso será nuevamente cavar más profunda su fosa.

PORQUE NO VOLVERÁN.

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