05 enero 2018

¿LEALTAD O IGNOMINIA?


Arq. Vicente Vargas Ludeña
La Canciller María F. Espinosa argumenta que Guillaume Long, delegado a la ONU, ha tenido siete meses y no reaccionó ante el cataclismo ético-político, que ahora, su Esperpento líder estaba provocando en el País. Otros, con el mismo razonamiento, le endilgan a ella y la cohorte de funcionarios que se arrellanaron en sus escritorios aplaudiendo el nuevo curso de la historia política ecuatoriana. Fueron diez años, se debe recordar, que se sumergieron en el gobierno anterior. Y fueron exitosos y felices.
Seamos sensatos. Los diez años les valieron mucho, demasiado.  Pero luego, decidieron entrar en contubernio con lo más retrógrado de la derecha, otros politiqueros y el lumpen bucaramista. Para dar esos pasos se requería: 1.- adormecer la conciencia; Y, 2.- apalear los principios. Elegir el camino de la felonía y la traición; negar el pasado, volverse un reaccionario y sobretodo falaz.

El delegado ante la ONU le requirió siete meses para dimensionar la patraña, describirla, condenarla, y obedecer a su conciencia: “RENUNCIAR CON DIGNIDAD Y LEALTAD” al estropicio que amenazaba llevárselo a la ignominia. Hay una abismal diferencia: temporal, cualitativa y cuantitativa.

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