27 febrero 2019

ANATOMÍA DE LA TRAICIÓN


                                                                                                                                            Arq. Vicente Vargas Ludeña

En Ecuador, Lenin Moreno Garcés no inventó, tampoco inauguró la traición. Si, la reconstituyó, fortaleció y practicó en su más acabada expresión Filosófica y Política. De la traición –cuyas cualidades las conservó desde su génesis- hizo la perfecta herramienta para la culminación de su zigzagueante y fangoso camino. Es inocultable aquí y allá la estatura moral de este personajillo tan característico como Mandatario –macabro juego del destino en esta asquerosa comedia-. No era difícil equivocarse en la valoración de este sujeto como ciudadano. Debo confesar, nadie tenía una cabal compresión del futuro País que nos depararía, frente a su presencia. De lo que si estoy seguro, es que solo la CIA., conocía la ruta y destino de nuestra insignificante Nación.
La traición se volvió sistémica y sistemática en las estructuras del Estado y en los intersticios de la sociedad; desde los Judas Iscariote hasta las Malinches. Batallones de traidores van y vienen, entran y salen de los espacios del poder. Se auto titulan Ejército de Salvación Moral. Pero, cargan sobre sus espaldas la mediocridad intelectual como marca del nuevo poder; amorales sin contemplación, eso los fortalece en su heroísmo traidor. Se solazan filosofando en el ejercicio de la felonía y la deslealtad. Las denuncias de corrupción al PASAJERO DE LA SILLA RODANTE y su familia en las intrincadas redes de chantaje y coimas, se practican con solvencia en la multitud de sus clones que le empujan el asiento metálico.
En la ley inglesa, la alta traición era castigable con una ejecución, los (hombres) ejecutados en la horca; las mujeres quemadas en la hoguera, aunque la decapitación podía ser sustituida por el mando real (por lo general por la realeza y la nobleza). Estas sanciones fueron suprimidas en 1814, 1790 y 1973, respectivamente.
Bruto mató a Julio César porque llegó a la conclusión de que su mentor se había convertido en un tirano que quería acabar con la República de Roma; esa muerte provocó el cambió del curso de la civilización occidental. La traición no es, ni puede ser, rebelión, disidencia o reniego, sino profunda deslealtad y ruptura con los vínculos más estrechos que uno tiene con sus amigos, su familia o su pueblo. El traidor es, ante todo, alguien que está dispuesto a venderse por treinta monedas de plata. La traición consiste en una conducta desleal hacia la Patria. El Pueblo soporta más la ausencia provocada por la muerte que la duda o la traición. Efialtes, igualmente que Bruto, cambió el balance de una batalla traicionando a un guerrero batallón de 300 espartanos.
En la célebre Obra de “La Divina Comedia” escrita magistralmente por Dante Alighieri,  concibe imaginariamente el Infierno conformado por nueve círculos de tormento y castigo, de manera eterna para los seres humanos, que de acuerdo a como vivieron su vida, a como desarrollaron sus actos y acciones, a como materializaron sus sueños orientados a su familia, a la Patria a los amigos; e incluso a cómo llegaron a manejar el Poder, les tocaría, en ese infierno eterno sin fin, un círculo de castigo, ante el desarrollo de sus bajas pasiones y sentimientos inferiores. Sentimientos que los seres humanos nunca llegaron a trascender y que dejaron surgir las bestias humanas, por hacerse de un lugar en la sociedad, sin importar quiénes son vejados, relegados, burlados y acabados moral o físicamente, en honor a la sobrevivencia, desprovista, además de todo sentimiento ético y moral republicana. No es entonces por casualidad que Minos le asigna a las y los traidores, el circulo número 9, es allí, en esa zona donde permanece atrapado El Diablo o Satanás o Lucifer.
La traición no es parte de la Filosofía Política, sino de la Filosofía Moral. Pero las grandes traiciones en la historia estuvieron indefectiblemente vinculadas al Poder Político en sus diferentes acepciones, manifestaciones e influencias.
La traición es la ruptura de los principios, de los valores, de la solidez ética y moral del sujeto. La traición casi siempre es un acto en solitario. La asociación es peligrosa en la huida. El traidor fija  su foco en un punto de fuga. Para Dante, como ya lo vimos, es el más grave de todos los delitos; porque con la traición, el traidor o traidora no se enloda solamente a sí mismo o misma, sino que arrastra con él a muchos inocentes y en su galope desenfrenado, destruye varios de los motores que mueven los hilos del universo, la fe, la seguridad, la confianza y la credibilidad en la alteridad. Este sentimiento mal interpretado puede conducir peligrosamente al nihilismo o lo que es lo mismo, cuando el ser humano pierde la confianza en el ser humano
La traición es irremediablemente una violación a los derechos humanos, es una violación a ese acto íntimo que implica la amistad, donde se desconoce la ética de la relaciones, es un acto cargado de inmoralidad, deshonestidad y deslealtad, donde de manera premeditada, racional, espontánea y calculadora se violan los pactos, los contratos, los proyectos, los sueños, los sentimientos y las utopías compartidas. La traición, luego es, la transgresión a la confianza que se deposita en una persona, por tanto solo se puede traicionar a los amigos y amigas, a los seres amados, a la Patria, a los compañeros, al Pueblo y a los propios sentimientos, valores y principios personales de vida.. La traición proviene de personas no solamente mentirosas, manipuladoras y de mentes mediocres como lo dice José Ingenieros, (ver perfil del hombre mediocre) también deviene de personas brillantes, inteligentes, responsables, cultas y con genio, pero ambos se unen en la línea emocional que acobija la soberbia, la auto estima sobrevalorada, la indisciplina, la ausencia de voluntad de compromiso con lo que se traiciona, acompañado de la envidia, el desapego, el desamor; y sobre todo se aloja  irremediablemente un sentimiento de pérdida, de influencia en los demás y de menoscabo de los espacios y escenarios de poder, para incidir en los cambios o transformaciones que el traidor considera necesario imponer, sin importar el costo que ello implique.
La traición en una persona, pasa por momentos de crisis ético-moral, de remordimientos, del mea culpa para luego posicionarse en una fase de frialdad cognitiva, calculadora, egoísta y desprovista de análisis estratégico, sentimental y humano; y se llega a un punto de quiebre donde no importa la destrucción de la patria, de la sociedad, de las instituciones, de los partidos, de las comunidades y de la familia en particular. Pero no todas o todos los que practican la traición la realizan imbuidos solo por la fama y el dinero, pero si comparten objetivos de grandeza, orgullo, influencia y poder.
Hay traiciones soterradas, planificadas de manera meticulosa y racionalmente llenas de maldad y de odio, son las traiciones a largo plazo, donde el actor traicionero se llena de paciencia, asume una actitud de servilismo, lisonjero, eficiente, se hace sentir indispensable, está en todas partes, escondido o semi-ignorado, buen escucha, perceptivo, detallista, solo propone cambio de actores y tácticas pero nunca hace alertas para prevenir los escenarios difíciles, los conflictos y las amenazas, pues estos forman parte de su plan de “la salida o de la caída” que necesita, para “aprovechar” las circunstancias, potenciar el sentido de la oportunidad y la participación de terceros, que a veces los utilizan como tontos útiles y colocar el timón a su favor. Un alto funcionario del gobierno de Rafael Correa, confesaba, lo que aquí se detalla: Lenin Moreno, cuando habían reuniones importantes, este terminaba abandonando el lugar argumentado que era “urgente su curación”. Cuando su fracaso es inminente maneja la situación empleando subterfugios conspiraciones, involucrando actores de manera inescrupulosa para desviar la atención hacia su persona. Esta es la traición más rastrera, felona y malévola. Ejemplo clásico de este tipo de Traidores en la historia tenemos a Fouché, donde lo que más le importaba era su sobrevivencia por mantenerse en el poder o mejor dicho detrás del poder, independientemente de quién lo detente. Desde allí se maneja y tejía su red de influencias, para colocar los escenarios a su favor. Tenía una ambición desmedida, era frío calculador, paciente, impenetrable, no era orador ni mantenía conversaciones de interés, Fouché no tenía una personalidad relevante de allí su fortaleza en su conducta sinuosa y escurridiza. Igual apoyaba a los rebeldes, a los ilustrados, a los científicos, a los masones, a los monarcas y al Emperador Napoleón como casi al mismo tiempo al ver que perdían poder se pasaba hacia el otro bando y promovía conspiraciones, asesinatos, componendas, engaños, destituciones y desapariciones. En las memorias de Napoleón este escribió: “Si la historia tiene un Traidor, este sin duda es Fouché”. Hasta hoy día no se sabe si Fouché algún día sintió arrepentimiento por su rastrera e indigna posición de traidor.
En la Obra: “El traidor en la ciudad”, Cicerón describe lo siguiente: “Una nación puede sobrevivir a sus locos y hasta a sus ambiciosos; pero no puede sobrevivir a la traición desde dentro. Un enemigo que se presente frente a sus muros es menos formidable, porque se da a conocer y lleva sus estandartes en alto; pero el traidor se mueve libremente dentro de los muros, propaga rumores por las calles, escucha en los mismos salones oficiales; porque un traidor no parece un traidor y habla con un acento familiar a sus víctimas, teniendo un rostro parecido y vistiendo sus mismas ropas, apelando a los bajos instintos que hay ocultos en el corazón de todos los hombres”. "Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar." Cicerón habría destacado estos rasgos en el perfil del Esperpento: “La cámara oculta en el despacho, La mesa está vacía, sin mí la corrupción se enseñoreó etc”.
La traición habita entre el fuego y el hielo, entre la niebla y el fango, ella sola despierta pasiones inferiores, innobles y perversas, pero con una fuerza capaz de cambiar el curso de la historia, la naturaleza de las personas y el imaginario popular. Los traidores serán siempre rechazados por el Pueblo y junto a la Historia les han dado en el devenir de los acontecimientos una justa y deleznable posición. Recordemos otra vez, Moreno irá a la tumba, satisfecho de su obra perfecta de la traición, y el cambio de rumbo histórico del Ecuador. Cumplió rigurosamente los postulados de su amoralidad; el delincuente adormece primero su conciencia antes de arremeter con el crimen, este ESCOMBRO ya no requería ese trance. Solo faltaban los 30 denarios.
JUEGO DE TRAIDORES -SEÑALE LA APLICACIÓN QUE CORRESPONDA, AL ESCOMBRO Y SUS CLONES-
Retractación: apostasía, negación, traición y objeción
Engaño: treta, traición, astucia, amaño, falsía, trampa, artería
Maquinación: complot, confabulación, conjura, conjuración, traición, engaño, traición, apostasía, engaño, enredo, conspiración
Deserción: abandono, infidelidad, huida, separación, traición, apostasía, defección
Insidia: falsedad, traición, mentira, engaño, murmuración, pesimismo, derrotismo
Defección: abandono, huida, abjuración, traición, apostasía, felonía, deserción
Infidelidad: traición, indignidad, falsedad, ingratitud, vileza, deslealtad
Felonía:trastada, maldad, infamia, indignidad, alevosía, deslealtad, traición, fechoría 
Indignidad: traición, infidelidad, deslealtad, perjurio, villanía, felonía         
Sacrilegio: apostasía, error, impiedad, cisma,  traición, perjurio, deserción, herejía 
Deslealtad: traición, indignidad, alevosía, deserción, falsedad, infidelidad
Perfidia: asechanza, intriga, traición, trampa, garlito, maquinación, insidia 
Alevosía:deslealtad, infidelidad, felonía, perjurio, indignidad, ingratitud, deserción, traición                                                                                                                                                  NOTA: “Disección de la traición” y otras consultas.                                                                                                                                                                                                                  

14 febrero 2019

REALIDAD O FANTASÍA


Arq. Vicente Vargas Ludeña
El realismo mágico, energía vital en la metafísica de nuestra América Hispana narrado por una casta de escritores de estas mismas tierras. Les debemos a ellos: identidad reconocida, poderosos sincretismos culturales; y la memoria como impronta en nuestros devenires históricos. La parte sustantiva de aquellos relatos está asentada en el mudo retrato de gobernantes sátrapas esparcidos en esta geografía “amerindia”. Larga es la lista de esa estirpe que engendraron aquellas creaturas. Solo por mencionar algunos: García Márquez, Carpentier, Roa Bastos, Vargas  Llosa, Asturias, Valle Inclán…creador de la imagen del ESPERPENTO.
Guardando las proporciones, las distancias, las categorías estéticas y la ficción literaria; en Ecuador hemos reeditado el realismo mágico en la posmodernidad: la satrapía, el zafio, el canalla, el traidor, el felón, el amoral sin límites, el oportunista, el agente; el corrupto sin trazas de escrúpulos; se encuentra sentado sobre un vehículo-mueble metálico, como símbolo de su asquerosa majestad. Para otorgarle más fantasía mágica, no ya, al relato, sino al realismo crudo; un inválido fue investido con todo el poder mandatario por un pueblo, también inválido políticamente. La compasión, la conmiseración, la sensación metafísica de la bondad feliz, más allá, del mundo real; hacia la desvalidez de un enmascaramiento del “hombre bueno”.
Hoy en EL PALACIO DEL INVALIDO, las vacas no se comen los gobelinos, ni los gallinazos se posan sobre los decretos firmados por el ESCOMBRO que regalan dólares a los más harapientos morales: empresarios y banqueros. Tampoco, en la soledad del poder que habita, son las pisadas de la bestia gigante sobre las tablas, que hacen eco, retumbando. Porque, más bien, es silencioso el desplazamiento de las ruedas de la silla metálica, en la inmensidad de un mundo en una gobernanza que terminará en los infiernos. No es “EL OTOÑO DEL PATRIARCA” de G. M, lo descrito, arriba. Es nuestra inequívoca realidad desquiciante que vivimos en el País que se deshilacha, ante la impavidez amoral de un ESCOMBRO HUMANO, y la indiferencia del pueblo.

09 febrero 2019

¡VENEZUELA…VIETNAM, SIRIA, LIBIA…!


Arq. Vicente Vargas Ludeña.
Venezuela es una amenaza “inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional y a la política exterior de los Estados Unidos; era la orden ejecutiva firmada por el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama… Encubriendo una hipócrita declaración de guerra del Imperio contra Venezuela.
 Cuando en la mesa se depositan todas las opciones para castigar a la Nación subversiva o indómita elegida, la guerra es la última opción. Porque su recorrido y senderos cubrirán de sangre, destrucción y muerte donde se lleve a cabo. En la postmodernidad nadie queda excluido de las acciones y efectos de la guerra, tampoco el espectador frente a cualquier dispositivo inteligente.
Los verdaderos poderes del Imperio y su figura títere en el gobierno han recurrido a todas las formas y métodos de presión y chantaje, ya aplicados, con relativo éxito en otras partes del mundo, pero en Venezuela no hay resultados palpables todavía. La parafernalia diplomática y política global no ha funcionado. Tampoco los Organismos Multilaterales han dado el fruto deseado al Imperio. Aisladamente gobiernos y élites sumisas y subalternas, abdicando su soberanía, han seguido como sabuesos olfateando el camino trazado para sumarse contra la Nación Sur Americana, Venezuela.
Donald Trump en su mensaje al Parlamento a la Nación eludió el tratamiento militar contra Venezuela; en treinta segundos expuso de todo y de nada sobre esa Nación. Sencillo, nadie le aprueba el presupuesto y construcción del Muro Fronterizo. Levantar el muro para el mercader de la Casa Blanca es anticiparse a lo que sucederá si declara un estado de guerra contra Venezuela; acciones bélicas que se extenderían hasta límites inimaginables en el Continente. No habrá ejércitos, pared o farallones que  detengan a los refugiados huyendo de los infiernos que las armas del imperio van dejando destrucción, muerte y desesperanza en busca de la democracia, que, por último, jamás la encuentran. Solo queda “LA SOLUCION FINAL” para esa masa humana al pie de la frontera. Campos de concentración, cámaras de exterminio y fusilamientos. –Sin salir a buscarlo, regresó HITLER-. La explosión de refugiados sería incontenible, incomparable con las peregrinaciones hacia el norte y sur del Hemisferio que se dan hoy; viviendo la región tiempos de paz. La Europa contemporánea es un ejemplo de esa incontenible, dramática, y trágica expulsión de africanos, árabes y musulmanes de sus orígenes. A guisa de recuerdos fatales en las diásporas árabes hacia  Europa en la agredida Siria, recurro a la memoria triste e insondable de aquel hermoso niño, muerto y expulsado por las olas a la orilla del mar.
Eduardo Galeano dice:
“Las guerras mienten. Ninguna guerra tiene la honestidad de confesar: yo mato para robar. Las guerras siempre invocan nobles motivos: matan en nombre de la paz, en nombre de la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia y, por las dudas, si tanta mentira no alcanzara, ahí están los medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero”.