Arq. Vicente Vargas Ludeña
Algunos lectores de la Parte I de este título lo consideraron
pesimista y derrotista. Si, ese semblante tenía. Pero era realista. Esta Parte
II, el mismo pulso tiene, no hay razones para graficarlo de otra manera. Es
más, los tambores de guerra retumban en los frentes mediáticos, anunciando clarinadas del
“Nuevo Orden Mundial”.
El Nuevo Orden Mundial que busca montar el Imperio, tiene su
origen en remotas épocas. Pocos de sus mentores viven todavía para ver como su
engendro emerge de las entrañas de la civilización. El fin de esta creación, no
es un objeto, sino un sistema de gobierno planetario; circunstancia que impide
ser perceptible fácilmente por el trajinado ciudadano. Académicos, políticos e
intelectuales no avisados o decididamente reaccionarios se niegan a aceptar el
gran Plan Imperial para someter a los pueblos y a las naciones. Esta urdimbre
de dominación se teje en las altas cumbres del poder, fundamentalmente, del
dinero, los otros poderes sucumben a su primacía…su praxis lleva la impronta
del “Top Secret”. La estructura sintáctica de su gramática es cabalística,
hermética, clandestina, subrepticia; a veces invade los linderos de la
metafísica, y hasta del esoterismo: masonería, Illuminati…y no se sabe cuantas
sandeces más, que utilizan para engañar y divertir a algunos con su literatura
de tranvía.
La comprensión cabal del Proyecto Civilizatorio que el
Imperio tiene para el mundo, solo se lo percibe en los escombros y el hambre de
pesadilla que deja a su paso aplicando sus recetas: hoy económicas,
financieras, políticas; mañana de sabotajes, atentados, conspiraciones…y
militares cuando las circunstancias obligan. “La Doctrina del Shock”, el auge
del capitalismo del desastre, como llama Naomi Klein a esta crónica analítica,
es el abecedario de la puesta en marcha del Nuevo Orden Mundial.
Los titulares, las imágenes, los artículos de opinión, los
políticos, académicos e intelectuales todos recurren a frases hechas y lugares
comunes para informar, explicar o interpretar la crisis económica y política
que Europa y EE.UU. viven desde hace mucho tiempo, pero que ahora, ha estallado
en la cara de explotadores y explotados. ¡Que el vendaval de la crisis se
llevará a todos! Falso. Los que están quedando en hilachas son el 99%, el 1%
está y será salvo. Existe un solo mantra: ritualizar desde el poder mediático
el culto al inapelable destino de los pueblos sometidos a la divinidad del
dinero.
Es infamante escuchar, actualmente, la grotesca bufonada al
gobierno derechista de España, con su tan pulida vocalización: que ahora si, se
están sentando las bases políticas, económicas y financieras para crear riqueza
y un verdadero desarrollo de la Nación. Pero, previo a ese futuro que se espera
en las próximas décadas, lleno de esperanza y abundancia, en el presente, llega
una locomotora cargada de desastres, paquetes de medidas y ajustes, que vienen
desde gobiernos extranjeros y entidades de créditos multilaterales. Paquetes
conocidos y manidos en América Latina ya superados en varios Países: el mismo
amargo purgante, la misma lavativa y el mismo supositorio sin lubricante –La
Doctrina del Shock-: flexibilización laboral, reducción de salarios y
pensiones, privatización de la salud, educación, seguridad social, y así, hasta
el infinito donde se esconda la democracia y se la pueda privatizar. Si España,
alguna vez alcanzó medianamente el Estado de Bienestar, hoy, de un solo
Rajoynazo retornaron a la etapa franquista: pobreza, migración y oscuridad. Tal
es así, que la poderosa Iglesia Católica Española abrió sus claustros, para
aliviar el desempleo galopante, propiciando el ingreso vocacional de los
futuros sacerdotes emprendedores; cuando este mismo colectivo ha parasitado
históricamente el cuerpo social, económico e ideológico de ese País. Igualmente
las escuelas de fútbol, de cantantes y bailarinas preparan las futuras
estrellas del entretenimiento. Pero, como si a esto le faltase una indulgencia
más, llega a Madrid y a Barcelona –no se sabe aún cual será la meca- un magnate
trashumante que ofrece construir una Sodoma y una Gomorra del juego y el placer
–vino, barajas y mujeres- se llamará: Eurovegas. Estos episodios, que parecen
anecdotarios, pero no lo son, dibuja la semblanza de una España africana. A
pesar que Rajoy reniegue, arguyendo que España no es Uganda
¡Pobre España! Trae a conmiseración su presente y futuro.
Tampoco, nunca fue próspera y desarrollada; sus taras históricas, lastran el
presente: su coloniaje musulmán de ocho siglos, la aplicación exitosa de la
inquisición religiosa, su holgazanería al amparo de la depredación colonial de
América; su ceguera cual Mito de la Caverna de Platón, le impidió acercarse al
siglo de las luces de sus vecinos europeos y a la ilustración
científico-técnico; su gran capacidad de aguante a cuarenta años de dictadura
fascista de Franco; Gibraltar debería ser un puñal en la Patria, en la
soberanía y en la dignidad del pueblo y la Nación. El desconcierto que viven
los españoles originado por la crisis económica y política, se expresa
diariamente en los debates políticos y mediáticos; son conscientes de su frágil
estructura Nacional plagada de secesionismos, dado su origen heterogéneo:
vascos, catalanes, gallegos etc. sumados a los antecedentes ya señalados. Todo
aquello ha dejado hondas huellas. Hoy, y siempre pagará su precio. Conspicuos
súbditos del reinado, atribuyen su existencia y disfrute de la democracia al
monarca de los Borbón. Le atribuyen una heroica y patriótica batalla en el
vergonzoso y abortado plan conspirativo para tirar abajo la transición por un
grupo de Franquistas. Pero estos vasallos no reparan, que podrido y patuleco el
Rey, corrompida la Corte; la soberanía, solo los pueblos la ejercen. Si antes
lo necesitaban, por su conciencia lacaya lo cual les asignaba identidad de
súbditos, ahora estorba. En consecuencia, la desaparición de la monarquía exige
la construcción de una Republica; cosa que no la podrán hacer. La cercanía de
una balcanización de España es inevitable en el nuevo mapa de Europa y del mundo.
Los estados autonomistas –vascos, catalanes y otros- no tienen mejor
oportunidad, como ahora, para bregar por su independencia política, jurídica y
soberanista. El pueblo español contemporáneo, quedó aplanado después de la
guerra civil: Aceptaron la monarquía porque así lo había condicionado el
Dictador; Zapatero ganó una elección por el síndrome del terrorismo del 15M;
Rajoy ganó también su elección, por el terror a la pobreza que se avecinaba.
La descripción descarnada que atraviesa España es el
paradigma de otras naciones, Grecia es otra tragedia como las que vivió su mítico
pasado; que con sus peculiares circunstancias históricas, siguen rindiendo
homenaje que el Nuevo Orden Mundial exige a través del neoliberalismo
corporativo, financiero y consumista. Alguna vez recorría por Europa y el mundo
un fantasma de ideas y luchas: era la revolución social, como esperanza cercana
a la implacable explotación. Hoy hemos retrocedido a la era preindustrial, ese
fantasma ahora, es el hambre, la pobreza, la desigualdad y las conflagraciones.
Son realidades que conmocionan y soliviantan el alma más serena. Algunos
aceptan con resignación su nueva situación, otros con indignación; los hay
también aquellos, que lo asumen como irremediable, porque no existen ni conocen
otros caminos; y, los cancerberos del sistema, como la única y mas saludable
solución para avanzar en el gran propósito Imperial.
Los promotores del holocausto global, efectivamente, cuentan
con un inmenso poder económico, militar, mediático, etc. El verdadero Leviatán.
Además suman, en cualquier lugar del planeta con las burguesías locales, grupos
oligárquicos e “informantes” –según WikiLeas- que colaboran en el empeño de
dominación extranjera. El último episodio sangriento en Libia y el asesinato de
Gadafi, transmitido por televisión en
tiempo real, demuestran la crueldad, y el ningún reparo para llevar a cabo sus
propósitos. En Siria e Irán no cejaran hasta cumplir con la parte del Plan:
decapitar esos gobiernos. Serán Realties mediáticos de perplejidad, a los
cuales nos están acostumbrando.
El colapso del capitalismo financiero global es real, lo
presenciamos diariamente; sin embargo, no esta consumido. La economía mundial
esta contaminada desde las metrópolis, ejes del sistema financiero y monetario
con su dios el dólar, hasta la selva más ignota del planeta, porque ahí se
encuentran las reservas de las materias primas que el desallorismo del consumo
requiere.
No todos los pueblos viven el frenesí del capitalismo
salvaje, aunque contagiados por el consumismo, los Estados no han abandonado su
papel regulador frenando la desbocada carrera de “las leyes del mercado,
América Latina lo esta demostrando, ha elegido caminos constituyentes nuevos,
rescate de sus propias capacidades humanas y materiales; independencia y
soberanía nacional, fundamentalmente. Sin embargo se debe estar claro, aquello
no es suficiente. La interdependencia es atenazadora, no hay escapatoria,
frente al modelo del consumo capitalista infinito, secular, divino y alienante;
no existe una alternativa de corto plazo que vaya reemplazando esos vacíos
existenciales que deja el consumismo. El Socialismo Light que se esgrime como
arma variante en la lucha, carece de fundamentos teóricos y prácticos para
ejercerlo. La postura anticapitalista, antiimperialista, antiburguesa no son
suficientes.
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