28 diciembre 2016

LAS CLOACAS DEL IMPERIO


Arq. Vicente Vargas Ludeña
Las fuerzas hegemónicas –militares, económicas, financieras, culturales y políticas- cubren todo el espectro que los sentidos, las emociones y los sentimientos; y hasta la vida misma puede ser afectada en el empeño de someter a los pueblos que siempre estuvieron por debajo los límites de la incertidumbre  de ser o no: Estados-Nación soberanos, autónomos e independientes.
Desde los centros del poder global se distribuyen las acciones, los programas los objetivos de lo que se desea, mañana, sería el Nuevo Orden Mundial. Los pensadores tanque, no crean nada nuevo y diferente fuera de los conceptos venideros desde el esclavismo, pasando por el coloniaje. Son los mismos instrumentos de dominación contra las naciones salidas de intereses burgueses y oligárquicos. Es decir, utilizan las mismas luchas de contrarios, para penetrar y someter. Solo cuando asoman fuerzas libertarias envían toda su panoplia de guerra y masacran a los rebeldes y a los otros, también.
Este año 2016, para rociar de santidad las acciones genocidas, recomponer sus catastróficas relaciones de poder mundial, y detener a sus súbditos que están huyendo en bandada de sus garras, los Estados Unidos recurren a la satanización de la mitad del Planeta. Los que no están con ellos son habitantes del averno; su misión, en actos de piedad cristiana es  recurrir a su salvación. Rusia, China, Irán y Corea del Norte entre las naciones más importantes están gobernados por ángeles infernales, y los gobernados son seres impávidos y merecedores del cualquier destino fatal.
Rusia, por ejemplo ya no es el oso salvaje y depredador del comunismo como lo calificaron en la época de la Unión Soviética. Hoy los enemigos le asignan lacras  originarias  de otras plagas: amenaza militar global, conquista a los Países vecinos, peligro nuclear, ansias de volver a sus sueños imperiales y un largo rosario de estupideces. Washington ha declarado a la Federación Rusa un peligro para su propia seguridad. Ahí se han concentrado todos los males de la civilización. Hasta un diablo gigante llamado Putin ha emergido de las entrañas del infierno. Tan malo es este pequeño Estadista mundial, que descalabró el triunfo electoral de la Zorra H. Clinton, y al Negro Nobel lo convirtió en un zombi y gamberro planetario.
Para América Latina el dueño de la vecindad –Patio Trasero- tiene destinadas las mismas recetas que al resto del globo, resistente a la domesticación: Sangre, Miseria y Desigualdad. Mirad a Colombia, convirtiéndose en modelo sin guerrilla, lo que mañana será: cabecera de playa de la OTAN.
La existencia de pocos Gobiernos soberanos que surgieron en este siglo, en nuestra América es un fenómeno que no debe repetirse jamás en el devenir de la historia. No se puede regresar al GORILISMO UNIFORMADO, de las décadas pasadas del siglo pasado. Aunque esa especie antropoide no ha desaparecido, ahora, como ayer, saben disparar sus armas que para eso sus instintos están preparados, para nada más. Su enajenación cerebral anticomunista aún late en sus toscas neuronas. Ahora el Golpe Blando: con terno y corbata en los parlamentos, y calentado la calle, se cambian Gobiernos soberanos y progresistas.
El Breviario –aunque no es de rezo, pero tiene la misma connotación- en vigencia para rediseñar nuevas estructuras de poder y de gobiernos, el imperio y sus genios exhiben con toda la impudicia y hediondez sus cloacas morales que solo el capitalismo ha podido crear y asignarle su propia marca: LA CORRUPCIÓN DESDE EL PODER. El fútbol y sus parafernalias de funcionamiento, no es un deporte, sentimiento o parte de la cultura estadounidense, sin embargo en sus archivos de Inteligencia se encuentra lo que caracteriza el afán de lucro: sordidez y putrefacción moral. El dopaje prohibido en las prácticas deportivas de competencia, se vuelve otro estigma. ¿Dónde? En Rusia. ¿Por qué? Ahí será el próximo campeonato mundial de fútbol.
Vendrán luego Los Papeles de Panamá. Putin encabeza los titulares de la mass media mundial. ¡Bueno, no es él, es un amigo cercano! Da igual. Claro, también están personajillos de las Repúblicas Bananeras. Así como Putin, guardando las debidas distancias y proporciones, en Ecuador hay un mandatario Vicepresidente útil presa de la oposición, convertido en sabroso aderezo con el cual se almorzarían al gobierno de Rafael Correa. Referido al affaire de la FIFA, ya habitan algunos ecuatorianos bribones en capilla rezando por sus pecados de riquezas inmorales.
Acaban de exhibir otra pestilente Cloaca del Imperio, desde donde se maceran, pudren y miden los niveles de éxito del capitalismo: Washington. El monstruo aborta permanentemente engendros tal cual describe la mitología: Serpientes marinas descomunales, Leviatanes salidos de las profundidades, Medusas gigantes. La nueva Cloaca putrefacta se llama: ODEBRECHT. Pestilente estructura contaminadora de todo lo que se aproxime. Impresiona, para el imperio no hay lugar donde esconderse. Sin embargo los gánsteres financieros y de los otros están a la vuelta de la Casa Blanca. El destino manifiesto le otorga poder sobre la “justicia infinita”. Todos, en cualquier parte deben ser sometidos a sus omnipresentes y omniscientes designios. Todos deben peregrinar hasta sus santuarios del bien universal y responder al Júpiter tonante.
Debemos permanecer en vigilia, ya aparecerá otro monstruo corrupto que ha convivido en nuestros vecindarios sin haberlo detectado. “En el imperio, la corrupción está en todas partes. Es la piedra angular y la clave de la dominación. Reside adoptando diferentes formas, en el gobierno supremo del imperio y sus administraciones vasallas, en las fuerzas policiales administrativas más refinadas y las más corruptas, en los lobbies de las clases dirigentes, en las mafias de grupos sociales emergentes, en las iglesias y las sectas, en los perpetradores y perseguidores de los escándalos, en los grandes conglomerados financieros y las transnacionales económicas de todos los días. A través de la corrupción, el poder imperial extiende una pantalla de humo a lo largo del mundo y ejerce su dominio sobre la multitud en medio de esta nube pútrida, en ausencia de la luz y la verdad.” Imperio. M. Hardt y A. Negri.
Los atracos bancarios y financieros en los cenáculos del capitalismo del 2008, principalmente, en los Estados Unidos, superaron los mil billones de billones. Solamente un descuidado intermediario financiero de la Bolsa, fue procesado judicialmente. Los dioses del Olimpo del divino dinero salieron con grandes alforjas repletas de indemnizaciones a disfrutar en sus paraísos terrenales.
La corrupción de toda índole es un estigma que hiere la sensibilidad de los pueblos. En el Gobierno de Rafael Correa ha sido una herida incurable, como el pie diabético, impide caminar avanzando en las conquistas, impide levantar la mirada con altivez. La comparación con el pasado oprobioso de la derecha plutocrática que hemos vivido no es suficiente.
EL GOBIERNO QUE VENDRÁ, DE LENIN MORENO,  DEBE SER SANGUINARIO CON EL CORRUPTO Y LA CORRUPCION.


07 diciembre 2016

DOS POLÍTICOS IDIOTAS


Arq. Vicente Vargas Ludeña
Son salidos de la misma matriz: con muchas riquezas, y practicantes de sacristanes del Poder político. Esto ya lo he dicho, pero cada día tiene más justificación y cumplimiento. Guillermo Lasso y Álvaro Noboa nacen políticamente en el mismo nido, aunque de progenitores diferentes.
Abdalá Bucaram cuando asume la Presidencia, para pagar a sus contribuyentes de la campaña electoral lleva a la Presidencia de la Junta Monetaria a “Alvarito”. Cargo que tenía el rango de Ministro.
Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez hacen lo mismo con Guillermo Lasso. Es preciso retribuir las inversiones realizadas en las jornadas electorales. Los inversionistas no esperan, están en la cúpula. Saben cuánto y dónde les toca. Lasso tiene lasos más largos y antiguos con la toda la plutocracia guayaquileña. Los social cristianos han sido siempre beneficiarios del poder económico del banquero.
La presencia de estos Fouche´s criollos por las estancias y pasillos de Carondelet –Casa del Gobierno- les correspondió presenciar y testimoniar acciones y actores de la más insólita y variopinta laya: Banqueros, Arzobispos, Diplomáticos, Truhanes, Peloteros, Guarda espaldas, Narcos, Galleros y demás pelafustanes de que estaban constituidos esos gobiernos. Sus mismos jefesazos –los Presidentes- podrían compendiar los archivos y galerías policiales.
Los políticos idiotas de nuestro cuento son una rara especie en ese mundillo. Y ellos mismos se abrumaban de su presencia en esos lugares. No por la prosapia de la representación que encarnaban; sino por su poder y riquezas, junto a una multitud de muertos de hambre, que por azares de los caminos, compartían la majestad de la República.
Sus existencias estaban marcadas. Dejarían de pertenecer al montón de ricos y empezarían a construir los caminos que conducen a las cumbres del poder: La Presidencia de la República del Ecuador. Ricos, Tontos y Crédulos: Sus áulicos los rodeaban y los hacían soñar.
No me atrevo a diagnosticar quien tiene mejor Q.I. ¡Qué Idiota! Sus incoherencias son del mismo tamaño y gravedad. Su gramática, a pesar de contratar retóricos eruditos, es groseramente infantil. La gestualidad aprendida y ensayada repetidamente para estos menesteres, no motiva al más impávido. ¡Ah! Y sus Programas y Proyectos de campaña: “Todos, con la ayuda de dios vivirán en casas de hormigón armado, tendrán su automóvil, salud y educación gratuita” -dice uno-. “Se acabó la sequía, conmigo beberemos cervezas bien frías los domingos; subiremos los impuestos y bajaremos los salarios; y crearemos un millón de empleos; les daremos un fusil a cada campesino” –dice el otro-.
La pasta con la que Alvarito adoba su idiotez es más indulgente y peregrina; poco agresiva. Se arrodilla, reza, implora al cielo; por allá carga al hombro un saco de arroz, por aquí regala alguna chuchería, o lanza una chanza simplona. “Alvarito”, diminutivo de su propia insignificancia intelectual, ya está en el imaginario colectivo, no como líder, tampoco como político, más bien como la representación grotesca del rico del pueblo. Se podría llamar: el idiota bueno.
Guillermo Lasso empaca su mensaje en falacias torpes e inescrupulosas; con alta dosis de perversa malicia. ¡Cuidado! Es un idiota peligroso. No porque sean sus creaciones. No. Tiene tras de sí, hay un comando de “pensadores tanque” extranjeros que no reparan en absoluto el logro de sus objetivos.

La selección de su binomio, Andrés Páez es la quinta esencia de la villanía, y demuestra que está dispuesto a cualquier lance de oprobios en el “juego de tronos”. El escándalo del libelo, La Estrella de Panamá es una muestra de su obra. El dueño del pasquín origen libanés, admitió que su amigo “el banquero panameño Guillermo Lasso difundió esa noticia”. Eligió un compañero de gobierno, no para armar un equipo de gobernanza de calidad moral, técnica, administrativa y política. Lo buscó y encontró al sicario de la moral pública; al asesino de lo poco bueno que exista en el País. Su misión es envenenar a la sociedad, sus aspiraciones, su presente y futuro. Es un ariete de la retórica, cualidades que Lasso no posee El blanco de sus propósitos es demoler a Rafael Correa, a su gobierno… ¡Y, cómo no! también desde lo local cumplir funciones de agente del Departamento de Estado de los Estados Unidos, desprestigiando y erosionando gobiernos similares. Guillermo Lasso anticipa que su triunfo en las elecciones: es aleatorio.

11 noviembre 2016

DECLIVE DE LOS ESTADOS UNIDOS


Arq. Vicente Vargas Ludeña
El Contrato Social que  los pueblos del mundo tienen celebrado con sus respectivas elites, ha caducado. Las garantías que en otros tiempos se otorgaban, algo funcionaba medianamente; se conformaban, porque el invento ateniense de convivencia y relaciones de poder llamada: democracia, los hacía soñar con horizontes desconocidos y halagadoras esperanzas. Hoy, esto ha dejado de existir. El neoliberalismo despedazó el principio de Rousseau. La democracia quedó reducida a una caricatura, una marca, un producto político-electorero.
Las Naciones se disuelven, literalmente se derriten. Europa gira vertiginosamente en un vórtice que se traga todo el bienestar de sus pueblos. Estados Unidos,  con las recientes elecciones, acaba de enseñarnos sus entrañas corrompidas. El País del presente es un atrofiado gigante que perdió el rumbo en la dogmatización de su Destino Manifiesto. La dialéctica de la historia y sus leyes de las contradicciones es implacable; el auge, apogeo hegemónico imperial,  en la posmodernidad, ya no es de siglos; como si lo fue en épocas históricas; los imperios casi eran eternos: los persas, egipcios, griegos, romanos…Hasta los británicos gozaron de prolongados tiempos y extensas geografías en sus dominios.
El triunfo electoral de Donald Trump en los Estados Unidos es una prueba de los asertos que prolongan esta reflexión. La contienda entre dos personajes diferentes en género, mas no, en estructura moral y política. El destino mercader, tahúr y ególatra del uno; y la foto taxia de la otra, atraída como los insectos por la luz con graves amenazas de ser calcinada por el calor, siempre revoloteando alrededor del poder político y sus prácticas subsidiarias. Casi toda su vida está marcada por el “juego de tronos”, con todas sus consecuencias de glorias y derrotas bañadas por corruptos enjuagues.  
El sistema mundo de nuestra civilización se encuentra como el cosmos, en permanente y eterna expansión; desde el origen mismo –su Big Bang-. Pero ese fenómeno de la humanidad y su desarrollo que va apareciendo, es angustiosamente lento y prolongado. De ahí, la expresión totalizadora de Antonio Gramsci: “Lo viejo no termina de marcharse, como lo nuevo no termina de llegar”. Claro, no hablamos de ciclos, son viajes sin retorno hacia nuevos horizontes civilizatorios; aunque eso signifique conflagraciones exterminadoras de una parte de la especie. Es semejante a la evolución de determinados antropoides que se quedaron clasificados simplemente como antecesores del homo sapiens. Puede parecer apocalíptico pero no lo es. Es el inexorable desarrollo de la las fuerzas internas de la dialéctica. Es marxista y darwiniana la tesis, pero hay leyes que mueven el viaje y el de sus pasajeros.
La interpretación de triunfo electoral de Trump para llegar a la Presidencia de su Nación tiene varias vertientes. Así como la adjetivación a cada uno de los aspirantes, es poliédrica. En el País de la ciencia y la tecnología, de ciertos avanzados derechos, el machismo se expresó con toda su rudeza. Hillary Clinton fue más escrutada por su misma sociedad que Trump. Independiente de sus debilidades, en una sociedad machista y misógina estas se agigantaron. Trump se desempeñó con la solvencia del macho alfa en la manada. El elector norteamericano no tiene los mismos valores que otras regiones: Europa o América Latina; donde permanente son elegidas mujeres. Cuidado, no es la causa primaria ni única, de los resultados electorales.
La diferencia aritmética del voto popular entre uno y otro, es de un empate técnico: H. Clinton 47.7 %; D. Trump 47.5 %. En cualquier lugar del planeta, la ganadora habría sido la Clinton. Son millones de votos, a pesar que la participación ciudadana es de más o menos el 50 %. Sin embargo el sui generis sistema electoral de esa Nación; es aplastante la diferencia de los 538 Electores que debían compartir. Trump se llevó 306. Resulta peregrino el circunloquio, que unos pocos pequeños dioses definan con su dedo olímpico quien será el Presidente. Esa trampa histórica montada para evitar que se filtre algún advenedizo libertario o esclavo cimarrón; hoy es su propia tragedia y vergüenza. Esta clave es fundamental para comprender la falsedad del concepto de  democracia que practica ese País. Y lo peor, es que eso, lo convierte en leitmotiv para agredir  a otros pueblos del mundo.
Las maldiciones por el triunfo de Trump que hoy se escuchan por todas partes, se multiplican, mientras sus votantes retozan a la sombra esperando sin saber qué esperan. Sería deseable que aquello sucediera, porque están seguros y convencidos que se perdió una oportunidad de que la otra candidata contendora sería superior en el ejercicio del poder. Pero se equivocan. Porque en términos del bien común Hillary Clinton es de la misma estatura moral. Recordad siempre: la ética y la política son inseparables; hasta lo estético puede ser diferido a otras sensibilidades. Pero la moral debe ser el motor. Se escucha por todas partes que es la autovaloración de si mismo que Trump se trazó la meta, desde casi, su infancia. No es convincente esa aseveración, porque su vida zigzagueante en la salvaje selva del dinero, él ha salido ganador; en aquello es exitoso porque el sistema lo aúpa.
Si, con Trump más hay preguntas que respuestas en la población. El aprendió y explicó todas las respuestas  que el elector deseaba escuchar. Ahora esas preguntas  que nadie se las ha cambiado, ahora debe responderlas satisfactoriamente, desde el poder. Jamás en las campañas electorales los candidatos detallaban los problemas y soluciones de su País, se ocultaba conscientemente, y se pasaba a frivolidades… la política banal. Las estadísticas de un debate se remitían al traje, la sonrisa, los gestos; nunca a la profundidad de las ideas, ni los diagnósticos y las propuestas. ¿Qué ha cambiado, para que todo cambie en la presentación de la política en los Estados Unidos? Trump elaboró un relato que acariciaba los oídos de los potenciales votantes. Es Ulises en su encuentro con las sirenas encantadoras, él se amarró al palo mayor, y la tripulación  se taponaron con cera los oídos, otros cayeron en al canto embriagador.
Aquí vale una digresión. Las derechas que están en la oposición en América Latina y sur  de Europa, se limitan a manosear monsergas: la democracia, la libertad, los derechos humanos, libertad de expresión, prensa y todo el libertinaje financiero y bancario, etc. Son aspirantes al poder sin: aliento, discurso narrativo, ideas, peor inteligencia.
Armado el discurso unívoco e inequívoco, según sus arúspices y patrocinadores, se lanza a buscar ingenuos y de los otros, que lo sigan. Lo consigue exitosamente. ¿Quiénes son?
Los blancos (WAP) son los primeros que receptan y decodifican el mensaje. Interpretan con claridad que ocho años más, y el peligro de continuarlo con Hillary Clinton, sería su extinción. Se presentó la oportunidad de su recuperación supremacista. Debemos advertir que la violencia futura por el poder político, no nacerá de los negros, inmigrantes u otras minorías. Serán los blancos que iniciarán, cuando las contradicciones se agudicen, la lucha armada. Para este sector social, es imprescindible regresar a sus primigenias epistemologías de una sociedad exclusivista y predestinada por los Padres fundadores. La escala no cuenta: pobres, profesionales, comerciantes o banqueros, todos consideran que llegó la oportunidad. El arco que la historia, desde la fundación habían construido; todos los presidentes debían ser blancos y pertenecientes a las élites; de pronto se rompió con la presencia de Obama: negro y de padre extranjero, su único activo era el talento y su inteligencia. Eso no es indispensable para ser Presidente. Ya lo ha precedido una manga de zafios. Sobre aquella fractura la presencia de una mujer ponía en riesgo la estabilidad. Como en el Imperio romano en decadencia podría aparecer un Julio César dictador.
Retazos de la clase obrera que sobrevive, especialmente en las zonas depauperadas del pasado industrial. Ofreció el retorno de la parafernalia manufacturera; los viejos que vivieron esas agitadas jornadas en las fábricas, le creyeron como al hechicero. Claro, ese discurso lo adobo con complicadas políticas internacionales de comercio mundial: NAFTA y otros mandamientos de la globalización.
El segmento  que ocupa la nula educación, cultura o práctica política en ese País: los jóvenes, víctimas y victimarios a la vez de un sistema estragado por la frivolidad, banalidad que se subsumen en un mundo falso; buscando en la industria del entrenamiento y otras compuertas de escape la explicación y justificación a sus propias existencias. Sin embargo en estas elecciones algunos empezaron a comprender su rol ciudadano. B. Sanders tenía explicación para ellos. Más, terminaron votando por Trump, explicando algunos su íntima decisión.
La multitud de inmigrantes de todos orígenes, con un universo repleto de incertidumbres sobre su futuro jugaron con la moneda echada al aire: “sello o cara”. Obama los había traicionado durante ocho años ¿Por qué no lo haría su coidearia? En ese azar siempre ganó “cara”: la de Trump. Cada vez vemos que los pecados del Negro Nobel se convertían en fardo en la espalda de la Clinton.
Con los negros sucedió lo mismo. Se vieron traicionados por su sangre ¡Qué más da! También la decisión está en la moneda. Al parecer tenía la misma “cara” la de sus antepasados verdugos. No hay interrogantes en esa marginalidad. El pan debe estar en la mesa, no importan los caminos que recorra. Por la diestra o la siniestra. Sus existencias no llevan seguros de vida. Un policía lo puede tirar, estando en el poder un blanco o un negro; republicano o demócrata.
El voto vergonzante se paseó por todas las ciudades y todos los sectores pacatos. Especialmente en esa enorme y demencial estructura religiosa y la multitud de variopintas sectas. Este lastre que arrastra la posmodernidad impide el surgimiento del pensamiento colectivo y ciudadano. Estas aberraciones místicas se asumen dirimentes entre el cielo y la tierra provocando una metástasis social, cultural, ideológica y política. Estado Unidos es el semillero de estos abortos mentales, que están proliferando por él todas partes. Brasil, acaba de exhibir sus lacras morales en las curules parlamentarias, los creyentes y practicantes de esas estupideces se impusieron con los evangelios en la mano.
También están presentes en este abanico de votantes, ignorantes crasos. Parte importante de la incultura política de ese pueblo.
 La señora Clinton, sus últimos días debe  dedicarlos a la pastelería y otras delicias culinarias. En esa sociedad machista ella no cabe. Por su marido, tampoco tendrá preocupación, celos o angustias, el canario de Bill quedó muerto en la Casa Blanca. Además, ya no tiene jaulas para el gorjeo.
Qué dios y el Júpiter tunante elegido para reinar en el Olimpo, Donald Trump, se apiaden de los Estados Unidos. Y al mundo no lo jodan.

27 octubre 2016

OBSCENIDADES DE LA DERECHA POLITICA


Arq. Vicente Vargas Ludeña
La candidatura presidencial de Guillermo Lasso es un fenómeno inescrutable. De ambiciones incompatibles con su bajo nivel intelectual y moral. Es un emulo de Álvaro Noboa: Acaudalado, tonto y crédulo: sus áulicos lo han convencido que cualquiera puede ser Presidente y él, siendo cualquiera, merece ser Presidente. Es un huracán, arrastra toda la basura que encuentra a su paso. La selección de su compañero de fórmula presidencial no puede ser más evidente y sospechosa. La tarea crapulosa la desempeñará este sujeto. Es necesario desprestigiar al gobierno de Correa hasta el paroxismo. El será muy funcional y eficiente en esa faena, que Lasso por su limitado discurso hasta para insultar es soso, lo necesitará para la diatriba en la que, el binomio, ha demostrado excelencia. Pero juega con candela porque de ser Presidente, un supuesto no consentido, la formación moral que tiene su compañero, la felonía y ser venal es privilegio de los tránsfugas políticos.  Siempre es la primera arma que usa el crápula traidor. Será, el del trabajo sucio de la campaña. Es deseable que el candidato Lasso, exponga las cualidades morales, intelectuales, políticas y otros valores por los que eligió a esta persona.
El otro escenario lleno de desaguisados son las traiciones, anticipados desastres en el coto de caza de Jaime Nebot: el Parido Social Cristiano. El mayorazgo ejercido sin oposición está claudicando y su final se dibuja desoladoramente triste. Lo es, porque después de tantos años, conjuntamente con su mentor, látigo en mano arriaron los poderes y las Instituciones en el País a su antojo y caprichos hasta el desastre. Hoy, ni  su MUCHACHA, siempre útil para cualquier mandado, se le escapó de su órbita; ahondando su soledad.
La danza de los arlequines politicastros de un escenario y una comparsa determinada, terminan en otro escenario bailando otra zarzuela con otros fondos musicales. En tosco castellano, el tránsito de tránsfugas migrando de un grupo a otro en busca de un “puestito” en las candidaturas: es hilarante. Pero demuestra lo sinvergüenzas que son estos patriotas. Sin rubor pasan de una tienda a otra; dando mil explicaciones que ni ellos mismos las creen ni las entienden.

La demostración de esta tragedia moral que vive la sociedad ecuatoriana, es que la calidad moral, la estolidez, la carencia ideológica, sus desaforados fines abyectos, la escatológica importancia que tiene la Patria para estos granujas; es una tarea, también moral de la sociedad. Comprender los alcances de la tragedia  de la Nación, de las instituciones políticas, económicas, culturales, y de estos actores políticos que se reproducen cíclicamente. Y participar en el conocimiento del fenómeno interviniendo en las decisiones comunitarias, y principalmente adquiriendo educación y cultura política; para evitar que estos malandros se burlen de nuestra ingenua pasividad. 

25 octubre 2016

R.I.P. el P.S.C.

“Requiescat in pace, el Partido Social Cristiano”

Arq. Vicente Vargas Ludeña
Después de la caída del Muro de Berlín, el imperio reacomodó sus estructuras: militares, económicas, hegemónico-políticas, mediáticas e ideológicas –desarrollaron denodados esfuerzos por desaparecer la ideología de la conciencia colectiva, permutándola por consumismo-; el universo lo volvieron uno y único para las elites mundiales. Al neoliberalismo lo diseñaron y construyeron como marca de consumo planetario. Todos los rincones de la tierra lo cundieron y plagaron de un nuevo orden material; y por supuesto, también de un “hombre nuevo”. Con sangre y fuego marcaron a las naciones y a sus pueblos. Medio Oriente, hoy, es una bestial desgarradura, desvergonzado e implacable afán de hegemonía global. En América Latina quedaron girones de sus pueblos y naciones desde la década de los sesenta con gobiernos sátrapas impuestos por los Estados Unidos –los militares de cada País fueron los cancerberos y representantes-. Algunas Naciones están restañando esas heridas, mientras otros siguen afincados  -Chile, Perú, Colombia (enfermo terminal), México y otros- en el modelo marcado por el FMI, y el Departamento de Estado de Norte América. También hay de aquellos –Argentina y Brasil… que regresaron cual hijos pródigos al regazo del sistema financiero global y a compartir sus actividades gubernamentales con la Embajada correspondiente.
 La izquierda se licuefactó. La dialéctica de la historia, y la epistemología del sistema mundo presente, quedó atrapada en los manuales del marxismo más ortodoxo. Mientras el capitalismo cambiaba a un rostro más inhumano y despiadado. Conforme hemos repetido: con el 3 % de electores se volvieron rosca con la derecha. En ese idílico abrazo, hasta hoy, fueron felices.
Debemos admitirlo, el neoliberalismo, expresión suprema del capitalismo, también animal fagocitario de su propio engendrador, terminó venciendo. Sus victorias contra los enemigos son con armas, el hambre y la pobreza. Los derrotados por ese monstruo: la clase media, trabajadores y los marginados. En las protestas en Chile por la mega estafa de la seguridad social, un viejo jubilado impotente aceptó su derrota frente al capitalismo salvaje impuesto a sangre, terror y vidas. “Nos ha vencido el sistema, hoy lucho por los que vienen atrás”, dijo. Hoy todas estas víctimas, son fichas marcadas de un tablero podrido. Son objetos abandonados en las calles de las ciudades enseñando sus lacaras de la derrota. Con toda su razón el magnate del mundo financiero, Soros: afirmaba que su clase social, está ganando todas las luchas.
A pesar de tan lóbrego horizonte para el 99 %; las estructuras políticas partidarias del establishment no están respondiendo mecánicamente, como si sucedió en el paroxismo de miedo que el imperio aplicó a las naciones y a sus pueblos. El sistema no puede expresarse en las masas y en las estructuras políticas conocidas tradicionalmente. Los partidos políticos carecen de un discurso que los fortalezca, o por lo menos sostenga a esas agrupaciones en el mismo hilo conductor histórico. Cada vez son más débiles y en vías de extinción. Las campañas mediáticas despolitizadoras e desideologizadoras, están tallando a las organizaciones sociales y políticas quedando al juego de las contingencias geoestratégicas, económicas etc. Mientras el miedo, también, va cambiando de bando. Las masas están repensando su propia existencia, con nuevos brotes de expresión política.
El balancín partidario en Ecuador que subían y bajaban del poder y en la Región  hemisférica, se desequilibró. El guinguiringongo: liberal-conservador del pasado se trasladó; o mejor, estas fueron penetradas, por estructuras ideológicas europeas: Social Democracia, Democracia Cristina, Social Cristiano, Verdes o el Arco Iris. En cada País le pusieron su propio apellido. En Ecuador ID, DC, SC y sus derivados hermafroditas: CFP. PRE, PC, MPD. Tal vez cuando nacieron alguna impronta ideológica los diferenciaba. Más tarde el neoliberalismo necesitaba funcionar cual Frankenstein. En consecuencia  terminó fagocitando toda traza de partido ideológico. El fenómeno que bosquejo de los partidos políticos en Ecuador, es semejante con menor peculiaridad folklórica que en Europa o EE. UU.
La campaña electoral actual en Estados Unidos, está revelando que la democracia, fraternidad y libertad que Alexis de Tocqueville tanto admiró y se convirtió en panegirista del naciente País en memoria de su Francia revolucionaria, dejó de existir. Donald Trump se encargó de desnudar a la Dama y apagar la antorcha de la Estatua de La Libertad. Un candidato bribón y una compulsiva y maníaca aspirante a la Presidencia, continuaron demoliendo el bipartidismo que con W. Bush ya dio pasos a su desaparición. Claro, el Partido Republicano es el laboratorio en descomposición de una estructura partidaria. Es universal que la campaña Trump-Clinton es un vertedero de inmundicias que solo se veía en América Latina. En Estados Unidos lo político subyace a la cotidianidad del consumismo, y poco, o casi nada importante es, en la vida de la sociedad. ¿Cuán trascendente es la existencia de dos partidos políticos en el contexto  de un nuevo sistema económico, si ambos agendan los mismos intereses corporativos; y especialmente el infernal juego financiero que debe administrarse desde las metrópolis del dinero? La virtud del bribón de Trump le corresponde a su discurso ajustado al pasado histórico de trapacías de su Nación,  y empezó a demoler al Partido que había inspirado y alentado sueños imperiales. El Partido después de esta faena electoral no volverá a ser el mismo.  Categorías similares valen para el Partido Demócrata. En el Nuevo Orden Mundial estos esquemas políticos son obsoletos.
En España se replica el fenómeno. El PSOE –Parido Socialista Español- es otro escombro, camino al basurero del quehacer político-ideológico. Su trayectoria mimetizada en el contexto del poder de un Estado que todo está pegada con remembranzas imperiales semifeudales. Es objeto de conocimiento la trayectoria de aquella agrupación política; para concluir que no es socialista, ni obrero, ni española. Su origen  está en Europa del Este, Alemania en concreto. El inefable Felipe González es delfín y sepulturero, a la vez. Por supuesto que las epistemologías que anuncia el neoliberalismo son la cicuta para el exterminio. El Partido Popular es una estructura mafiosa siciliana. Vive de la memoria del fascismo franquista y de los poderes fácticos que se han multiplicado. La monarquía no merece desperdiciar un pensamiento. Esta fuera de tiempo y lugar.
El reinado del Partido Social Cristiano en Ecuador, también fue sometido a las inexorables leyes de la dialéctica. Después de 32  años de omnipresencia de esta representación oligárquica en el poder central, un periodo de cuatro años, primero, y después de la toma del Municipio de Guayaquil desde el cual irradiaban a todo el País su fuerza y capacidad plutocrática, agotaron hasta los rescoldos los espacios y sus discursos vacíos y atrabiliarios en los dominios corruptos. Su poder oligárquico iba cambiando  de manos, eliminando por generación espontánea a los segundones y demás acólitos de los rituales del poder. La muerte de su más importante mentor, Febres Cordero, significó también la agonía del P.S.C. Nebot jamás fue un líder, un guía, un conductor: fue un vulgar capataz, un simple arriero –con una pequeña diferencia que no eran acémilas los arriados- de su cada vez más lánguida cofradía de creyentes, convencidos que también algún día podrían pertenecer a esas elites.
El omnímodo poder de la burguesía social cristiana, en este proceso electoral agotó todo el combustible que lo promocionaba. Hoy, no solamente se ha quedado más solo que nunca, sino que su partida de defunción está sellada, como las de sus contertulios históricos: CFP, PRE, ID, DC, MPD, PC y otras malezas que debieron ser borrados de los registros del Supremo Electoral.
El momento que vive la sociedad global es una oportunidad para organizar una estructura ideológica partidaria que interprete la crisis mundial; alertarse a los peligros y amenazas que acechan desde el imperio de un desastre bélico de alcance planetario. Las miserias morales, intelectuales, cognitivas; provocan pesimismo, frustración; descalifican al sujeto social, indignan. La gavilla de hampones de Petroecuador, es un ejemplo que avergüenza a todos, a pesar que otros celebran por tener una oportunidad electoral para la bronca. Las circunstancias históricas para una revolucionaria organización política exigen: una elevada condición ética, un deseable nivel intelectual –Alvarito y Lasso son antípodas de lo exigido-, rigurosa formación académica de los protagonistas, -no basta, con no ser muerto de hambre como señala una sílfide de derecha y de las pasarelas, participante de CREO-; imprescindible una recia y sólida estructura ideológica; y una entrega hasta el sacrificio. Bolivia está marcando los senderos que se deben transitar, por supuesto que están llenos de abrojos y abismos.
 El Nuevo Orden Mundial requiere de organizaciones diferentes, nacidas de la acumulación de fuerzas sociales, con fuertes liderazgos, y un conocimiento exhaustivo de la realidad contemporánea. No para hacer la revolución, sino solo, para detener el exterminio de la población. Ya, la humanidad encontrará  nuevos senderos.


27 septiembre 2016

¡PROGRAMAS ELECTORALES!


Arq. Vicente Vargas Ludeña
La derecha ecuatoriana, aristocratizada por sus escudos y pendones nobiliarios siempre ha tenido pujos, o, por lo menos se han considerado CASTA. Por su tradición heredada desde la colonia, conservada en la república;  perdida, desorientada y líquida en la posmodernidad. Su pasado desde el siglo anterior pesa en la rutina de sus corruptas trapacías históricas en  el manejo del poder político, económico y social que le ha correspondido administrar, desde hace algunos centenarios. Sin embargo, su abolengo se desplomó en el post neoliberalismo; y, después de diez años ha despertado de su letargo, de la molicie que la caracteriza, y ha emprendido en recuperar el mando del Estado en las elecciones que se aproximan. Se auto convocan en conciliábulos elitistas, para diseñar estrategias, tácticas; los estrategas locales y extranjeros frente al Mapa del País sopesan triunfos y derrotas. Y repasan los recorridos del capitalismo y del mercado. Contando con aliados financieros y políticos: el FMI, BM, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, alianzas y apoyos de las bases militares que rondan los mares de América Latina.
La izquierda delirante, espasmódica –después de levantar los adoquines de la calle para convertirlos en armas de los  “picapiedras” y lanzarlas contra todo lo que esté al frente-; retornan a sus casas hasta una  nueva convocatoria  de combates de gases y cascotes- coincide con la casta. Según los manuales: agudizando las contradicciones, previas a la toma del poder. Carecen de imaginación, creatividad; y empiezan a recoger pedazos, escombros que les ha quedado después de no haber podido sobrevivir con sus armas pétreas, maderos y periódicos trancones en las ciudades con sus pupilos; por cualquier causa o razón.  Posturas caducas y oportunistas de las peregrinas lecturas de Marx y Engels y revoluciones de papel. Se vuelven ecologistas, se oponen a la minería, y a todo lo que pueda extraerse de las entrañas de la naturaleza. El futuro se lo imaginan con el mazo como arma, la caverna como  hogar, y las pieles de la caza como membranas para cubrirse.
El sector indígena ecuatoriano, fue tragado ideológicamente por el mestizaje. Perdieron la conciencia de clase, abandonaron a sus  congéneres, los masificaron, cosificaron, los dividieron y los dejaron postrados en su milenaria miseria. Los dirigentes de baja estofa en sus narrativas contra Correa construyen un falso Estado al que se debe gobernar. En esa imaginaria realidad, existe un perverso e inmoral “juego de tronos”. Cada cual más enano moral e intelectual que el otro, se empina para ser el elegido. Deben existir sus contrarios: inteligentes, patriarcales, llenos de experiencia y sobre todo honestos y decentes; pero aquellos están fuera del juego del poder. Con esa conciencia mestiza, los que se han lanzado en pos del poder son fáciles presas de la plutocracia. Ahora mismo han sido atraídos a sus elegantes protocolos y grandes Salones, como lo hicieron los conquistadores españoles: con espejitos y abalorios.
Además, en vísperas electorales, surgen grupúsculos o personajillos de variada ralea. Montan un Kiosko en algún lugar de la ciudad, lo amurallan con fotos del profeta, instalan una mesa y una silla. Y, la central política del Pelagatos esta lista. Entonces sale a golpear puertas de sus semejantes. Y estos lo reciban con a-precio y valor.
Esta pléyade de astros que brillan en el firmamento político: respiran profundo, por tanto aspiran a las alturas. En consecuencia manejan el discurso radical; anuncian quienes son, que han hecho; y principalmente que harán… ¿-??? cuando se sienten en una silla con mucho simbolismo.
Los opositores de los Gobiernos en ejercicio en Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela; son exactamente una fiel copia entre ellos: Mediocres, aristocráticos, intelectuales de callejón; eso sí, repletos de ambiciones y añoranzas de sus gloriosos pasados parasitarios.
 Cada uno exhibe argumentos baladís: luchas interminables cuerpo a cuerpo con el autoritarismo; contra la persecución política, las restricciones financieras, bancarias; rigidez laboral, falta de libertad, de pensamiento y expresión, de prensa… Negación de la democracia, libertad ciudadana y un largo listado de cuentas negras como el rosario que beatas mascullan en la iglesia. También las hay, oposiciones golpistas, el 30/S fue un episodio más, de los golpismos en Ecuador. En consecuencia dispuestas a cualquier enfrentamiento violento, tal como en Venezuela; EE. UU. les prometió que pronto ellos estarán gobernando el País, pero hasta la fecha no se ha cumplido. Eso los Tiene “arrechos” –como ellos mismos se endilgan- los desmanes callejeros de malandros asalariados son la rutian diaria, sin descartar el magnicidio. Lo curioso es que, no tienen un proyecto alternativo de Gobierno; salvo el que la Embajada de los Estados Unidos les tiene preparado.
 Los enemigos del régimen de Lula y Dima, en Brasil, es otro paradigma de las alianzas conspirativas internas y externas. Una congregación de creyentes en las más dispares teologías, miembros del Parlamento decidieron dar un Golpe de Estado, para luego  enfilar por los caminos de neoliberalismo salvaje y el entreguismo; también enriquecer sus alforjas de dinero, como ya las tienen en este momento. ¿Cuáles es el Plan de gobierno de esta panda de pastores religiosos ladrones? Ninguno. Diariamente viajan desde los centros de poder a ese País, escuadrones de los “hombres de negro”, para formatear un gobierno que responda a intereses corporativos, y sea un aliado incondicional del imperio. Y desde luego, desechar para siempre futuros intentos de mandatarios independientes y progresistas. Argentina es otro paradigma de los enemigos odiadores de Cristina Kirchner; Macri llegó al poder con el  Breviario del FMI, la plutocracia local, los buitres y la esperanza de los milagros que la corte celestial pueda recurrir a su salvación. Al día siguiente de su posesión de un plumazo los empobreció y humilló con el “tarifazo”. El pueblo está volviendo a ser desgraciado y miserable como lo dejó el dandi y neoliberal, Carlos Menen.
En Ecuador los que respiran y aspiran, maldicen al Gobierno actual. Nadie expone cual sería el País manejado por ellos. La derecha eternamente es recalcitrante, obscena, depredadora y corrupta. Rafael Correa es un obstáculo de miedo para sus propósitos, por eso lo odian. Está sobrentendido, que  ellos son así: aristócratas, mucho glamour, ajenos a las masas. Ellas son útiles y visitadas en la manigua cuando mendigan el voto. No necesitan presentar ningún Programa o Plan de Gobierno a sus electores. Ellos son el Programa, la solución y el modelo. Son el “Cambio” de Argentina, o la “Unidad” de Venezuela y Ecuador. Y, Punto. Los banqueros, el FMI, el Departamento de Estado de EE. UU. y el Pentágono lo tienen diseñado; ellos se someterán incondicionalmente.
 Sus Programas y Planes de Gobierno lo traducen en eslogan, consignas o frases hechas desgastadas. El primer candidato en firme Paco Moncayo, enarboló su plan supremo: conquistar La Soberanía; debe referirse a la territorial, como ex militar que es. Pero existen muchas soberanías, no explica a cuál defenderá.
Otros deliran con recuperar la democracia, la libertad de pensamiento, de expresión, de prensa y más libertades conculcadas en este tirano gobierno. Los social cristianos prometen combatir la corrupción ¡Ironías! Deberían construir hornos para su propio holocausto. Porque si de corruptos se trata, estos son una multitud.
Guillermo Lasso con su folklor mental, bastante limitado, promete que la gente pueda “chupar su cerveza los Domingos”; para servirse con un crocante cocolón, porque las ollas sobre las cocinas de inducción de Correa producen un mazacote.
Que el soberano vuelva a escribir una nueva Constitución. Esta no les calza. Es otro grito de guerra, de los odiadores.
Que la riqueza desperdiciada por el Presidente Correa, regrese a sus arcas. Ellos la reconstruirán y volverla a acumular.
Que combatirán al tirano, al autócrata, al déspota. Devolviendo la paz, tranquilidad y especialmente la libertad., y la verdadera democracia.
La educación y las universidades volverán a ser cenáculos del saber; aderezadas con palos y piedras.
Existe un desafío existencial como Republica. Avanzamos por el camino iniciado, muchas cosas  han cambiado en el Ecuador. Son necesarias severas rectificaciones  persiguiendo a los corruptos hasta sus alcantarillas. O, entregamos el País a los que rapiñaron, humillaron y casi destruyen la Nación. Sabemos quiénes son, donde están. A, ir por ellos y darles un escarmiento.
APOTILLAS: Los jubilados que han recibido el Bono de Retiro –son muchísimos- puede ser negociado en el Mercado de Valores, o ejecutado con el cumplimiento de la edad respectiva que contempla la ley. Si en el acto no consentido, que la derecha llegara al poder; ese documento lo convertirán en BONO BASURA, al día siguiente. Aparecerán  buitres canjeándolo por el precio de huevo de rana. Es decir: NADA. Recordar, en la quiebra bancaria los CDR,  los convirtieron paja. La razón: el FMI no acepta, subsidios, regalías, bonos, reconocimientos económicos para los pobres. Solo los bancos, las corporaciones son acreedoras de esos premios económicos, conjuntamente con las privatizaciones de todo lo que tenga enorme valor.
!NO VOLVERÁN¡

09 septiembre 2016

MIEDO


Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                                         15-01-2015
La arquitectura de las emociones en la conducta humana es milenariamente rica y múltiple, desde la caverna, pasando por todas las formas que la civilización ha construido, hasta la modernidad líquida que nos habla Z. Bauman, y en la cual estamos zambullidos. Son estadios que objetivamente se expresan entre la naturaleza  y el artificio que las crea.
¿Cuáles son las emociones que carcomen y edifican al ser humano? ¿De qué sustancia están constituidas? Son varias las emociones que diariamente taladran la conciencia del individuo: miedo, ira, tristeza, repugnancia, alegría, satisfacción, entre las principales matrices que a su vez tejen variados y diferentes sentimientos. Sin embargo el miedo es el más atronador, cunde en todas las especies animales, y hasta se diría en el reino vegetal. Claro, la emoción es una reacción consciente del sujeto. Todas destruyen, pero también construyen porque llevan implícito su contrario; al miedo se opone el valor.
El miedo pertenece al sistema defensivo de la naturaleza, protege del peligro; el temor es subsidiario del miedo, azuza la huída, también limita, paraliza. La lucha por la vida organiza una amplia panoplia de instrumentos y procedimientos de protección. El repertorio defensivo de un  animal constituye un sistema tan necesario para su supervivencia como pueda serlo el sistema cardiovascular; porque incluye componentes sensoriales que detectan el peligro, componentes motores para la lucha o fuga; respuestas celulares, hormonales, secreciones miméticas, características estructurales como armaduras, caparazones, espinas etc. El miedo es una constante debilidad de la esperanza de una vida pletórica que amenaza naufragar en cualquier ruta hacia metas y logros. El miedo a la muerte es el tormento eterno desde que le encontramos sentido a la vida.
El miedo cuando se vuelve pesadilla construye su propia madriguera, ahí se refugia, crece, desarrolla y se convierte en angustia. La angustia se vuelve energía del absurdo existencial y esencia del ser humano; en ella caben todos los miedos, temores, terrores, pavores, aversiones, vergüenzas ansiedades, pánicos, perturbaciones. También languidecen la medrosa esperanza, la sombría melancolía, “el lobo estepario”; nuestros sórdidos miedos en el brumoso inframundo. Es prodigiosa para el deleite la literatura, y añadiría la filosofía existencial, desde Dostoievski, Kafka, Hesse, Camus, Sartre hasta Kierkergaard.
Entonces, razones sobradas existen para salir al encuentro del miedo, no para enfrentarlo, si, para conocerlo, para navegar por sus meandros, descubrir sus arsenales de destrucción masiva; y que sea esto, también, debo admitirlo, un ejercicio de exorcismo de mis propios infiernos.
El miedo es un sentimiento corruptor, el canalla conoce la debilidad de su víctima por eso la humilla, ofende, la somete; canjea el miedo por sus objetivos, el afectado se vuelve cómplice para evitar el suplicio; de ahí nace el síndrome de Estocolmo. El miedo es un sentimiento con causa conocida; la angustia es un sentimiento sin causa conocida. En el mundo del miedo la esperanza es una alegría inconstante surgida de una cosa pretérita cuya realización dudamos pero nos aferramos. También juega con la tristeza, la melancolía; construyendo sentimientos  inconstantes de angustiosas eternidades: la espera secular del amor perdido, o la infame fatalidad de los apóstoles predestinadores  del devenir apocalíptico.
Las religiones son la industria del miedo. Sus dioses son verdugos a tiempo completo, esperan que sus feligreses se revuelquen en sus debilidades y pesares para blandir la flamígera espada del infierno maldito. La biblia dice: “Dios es la salvación” ¿De qué promete salvarnos? J. A. Marina sostiene: “Para ligar al hombre a los dioses, nada mejor que el miedo”. El siguiente párrafo podría ser un manifiesto musulmán de los momentos actuales, y, por qué no, también de la Casa Blanca en Washington; pero lo es de 1513 en la cristiana Florencia del Renacimiento:”Habrá sangre en las calles, sangre en el rio, las gentes navegarán sobre lagos de sangre, sobre ríos de sangre. En el cielo han sido dejados en libertad dos millones de demonios, porque se han cometido mas maldades en el curso de estos últimos dieciocho años que en el curso de cinco mil precedentes”. Para diseñar la doctrina de la fe y darle un halo filosófico, los doctos del cristianismo se fundamentaron  en el pensamiento griego: crearon un hombre ideal, divino; lo llamaron Jesucristo enviado de Dios, sin embargo el miedo era una constante en su devenir; lo mismo podría decirse de la Biblia, es un extenso y verdadero tratado del miedo. El parangón que construyeron con la vida y muerte de Sócrates-Cristo es opuesta radicalmente. Sócrates murió serenamente -pudiendo haberse salvado- para acatar las leyes de la ciudad, fue durante siglos ejemplo de integridad y valor; Cristo en el Gólgota suda sangre fría y pide al “Padre” piedad. La conducta de los islamistas contemporáneos la constatamos diariamente, aun, es más aberrante.  Su yo, no existe, está plagado de angustia y de miedo, su inmolación es una colectiva catarsis eterna. La falta de argumentos políticos, no divinos,  su pobreza instrumental para la lucha y la vida lo lleva a estallar su cuerpo contra el enemigo, el miedo lo convierte en terror y este en un infernal terrorista.
N. Maquiavelo sostiene, “que el príncipe debe ser temido y amado, pero si tiene que elegir, es mejor que sea temido”. Continua: “El Amor emana de una obligación que queda rota ante cualquier motivo; mientras que el temor emana del miedo al castigo, el cual jamás te abandona”. Añade: “Hacerse amar es difícil e incierto. En cambio, hacerse temer es muy fácil”. T. Hobbes  también completa el concepto de Estado y el poder en la urdimbre del miedo: “Los pactos que no descansan en la espada no son más que palabras, sin fuerza para proteger al hombre, en modo alguno”. El hombre como el lobo, tiene garras y dientes. “En todos los lugares en que los hombres han vivido en pequeñas familias, robarse y expoliarse unos a otros ha sido un comercio, y lejos de ser reputado contra la ley de naturaleza, cuanto mayor era el botín obtenido, tanto mayor era el honor”. Para Hobbes  la multitud unida en una persona es el Estado: El Leviatán, monstruo apocalíptico capaz de someter la fiereza y anarquía de los individuos. Ese Leviatán es el poder, el soberano político. Sin embargo el fin del Estado no es dominar, per se,  a los hombres ni obligarlos mediante el temor a someterse al derecho ajeno, sino, al contrario, liberar a cada uno del temor a fin de que pueda vivir en plenitud. Napoleón defendía: “Cubre tu mano de acero con un guante de terciopelo”.
El poder es, en esencia amoral. La práctica y su ejercicio es un permanente aprendizaje de las circunstancias que rodean los hechos independientes del bien y del mal, como en el juego, no se juzga a los contrincantes por sus intenciones sino por el efecto de sus acciones. El tablero de ajedrez es un campo donde cada pieza se mueve por la acción de la pieza enemiga, independiente de su magnitud. Pero el poder no surge de infusiones divinas, ni de ángeles o arcángeles portadores del cetro; nace en la eterna lucha entre los individuos. En esa lucha, triunfa la élite que acumuló bienes materiales, armas, astucia mágica o religiosa, y fundamentalmente domina el miedo como instrumento de sometimiento. Esto no es de ayer, es hoy y será siempre. En consecuencia la clase social que ejerce poder conoce el sistema nervioso del miedo. La aristocracia presumía de excelsas cualidades de valentía, los caballeros medievales despreciaban a los siervos de la gleba por carecer de valor y ser posesos del miedo. En esas condiciones estaba garantizado el triunfo del ganador en el juego del poder.
Pocas veces en la historia humana, ese miedo ha cambiado de cancha y de bando. La modernidad creó nuevas formas de poder político, pero el Leviatán sigue siendo el mismo. Rebeliones,  revoluciones y otras formas convulsas de pugna han sometido a prueba esa  dialéctica de la sociedad y la historia.
En la modernidad liquida –según Bauman- donde todo está disuelto por la incertidumbre del miedo al miedo, los procesos políticos adquieren propiedades informes, nada es estable ni duradero; los modelos socio-económicos y políticos del pasado no se repetirán; lo único, que sin tener forma estable es la globalización financiera depredadora que azolará pueblos el primer mundo hasta los Iglús del Polo Norte. Nadie escapa al poder militar y del dinero.
Sin embargo, en las entrañas de las relaciones de poder las contradicciones se vuelven antagónicas y el miedo se asusta de sus propias sombras históricas y emigra lentamente de campo y de bando. La consigna del EZLN en 1994 de México:”Nos hemos despojado del miedo, ahora es la gran burguesía que se apodera del miedo”. Es el anuncio de lo que está sucediendo en gran parte de América Latina, en España con PODEMOS, Grecia con SIRYZA y otros pueblos con sus todas sus potencialidades.


06 septiembre 2016

GUERRA Y RELIGIÓN

La religión no es la causa de las guerras; es la excusa.
Jasper Fforde
Si quieres saber quién te domina simplemente averigua a quien te está prohibido criticar
Voltaire
La guerra es una masacre entre personas que no se conocen, para provecho de personas que si se conocen pero que no se masacran.
Paul Valéry
Según el contradictorio paladar de algunos intelectuales – que afirman el igualitarismo romántico por un lado y simultáneamente el multiculturalismo global por el otro – Occidente es demasiado monocromo. De qué forma y manera el igualitarismo sociopolítico y el multiculturalismo sociocultural podrían llegar a establecer una convivencia pacífica, eso sigue siendo un misterio envuelto en la nube de una retórica ideológica. Frente a ello, la contradicción intrínseca de igualdad con diversidad es uno de esos "constructos" intelectuales que choca de frente con la realidad de todos los días. Y sucede no solo porque es una contradicción en los términos sino porque, además, es un imposible etnocultural.
Sin embargo y a pesar de ello (o justamente por eso) son múltiples las instancias que promueven esa utopía de lo imposible. La oligarquía plutocrática, los demócratas utópicos, los ecologistas del tipo sandía (esos que son verdes por fuera pero rojos por dentro), los derecho humanistas intelectualosos, los medios masivos principales y todos los ilusos que creen poder evitar una guerra mediante el simple expediente de no quererla, todos ellos forman – de modo consciente o inconsciente – parte de un lobby que ya hace más de una generación trata de imponer en todo el mundo el modelo social multirracial y multicultural norteamericano pasando olímpicamente por alto e incluso escondiendo el hecho que ese modelo hasta en los EE.UU. ya ha demostrado ser una distopía como lo demuestran los tiroteos, los enfrentamientos y los reiterados conflictos raciales y sociales que registra la crónica cotidiana norteamericana.
El "crisol de razas" que – teóricamente – constituiría la esencia del modelo sociopolítico norteamericano simplemente no es tal cosa. Los EE.UU. tienen la rara virtud de ser muchas cosas contradictorias en forma simultánea. Por un lado son un país como cualquier otro pero, por el otro lado, una estructura minoritaria y muy poderosa los impulsa a cultivar aspiraciones imperiales siendo que, simultáneamente, carecen de las virtudes más básicas que han caracterizado siempre a los grandes constructores de imperios. Por un lado pregonan el igualitarismo y la inclusión social mientras que, por el otro lado, constituyen de hecho un conglomerado de guetos en el cual, por ejemplo, la integración de los negros a la sociedad de los blancos ha fracasado estrepitosamente a pesar de una convivencia de siglos y a pesar de más de medio siglo de experimentos de inclusión poco menos que forzada como los intentados con la llamada "discriminación positiva" o "acción afirmativa".
En los EE.UU. la proporcionalidad étnica de la totalidad de la población ha variado y sigue variando, entre muchas otras cosas también por tasas de natalidad fuertemente diferentes. Consecuencia de ello es que cada vez se hace más evidente y nítida la línea separadora existente entre blancos, negros e hispano-mestizos y esto a pesar de un acervo cristiano común a grandes rasgos aunque debilitado por los divisionismos de las sectas protestantes. Estas tendencias centrífugas ya por sí mismas serían suficientes para provocar en el largo plazo el surgimiento del etnocentrismo, el fortalecimiento de los impulsos separatistas y, en última instancia, el desmembramiento del país.
Por ahora es imposible prever cómo se producirá exactamente el proceso. Considerando la Historia y toda una serie de hechos actuales no es muy arriesgado pronosticar que será traumático y violento. En todo caso las tendencias demográficas y geopolíticas actuales apuntan a que, a más tardar durante el siglo próximo, los EE.UU. dejarán de existir en su composición actual. Claro que las tendencias suelen ser bastante caprichosas y pueden variar, pero una proyección lineal de las tendencias actuales indicaría justamente eso.
Tampoco hay razones para ser demasiado optimistas respecto del resto de Occidente. A la presión a favor de la colonización étnica – que viene durando ya varias décadas y que apunta a destruir en forma definitiva la relativa coherencia cultural de Occidente – se le ha sumado en los últimos tiempos un conflicto religioso. Los nuevos inmigrantes y desplazados no solo no comparten los valores etnoculturales occidentales sino que directamente los rechazan, lo cual hace que la asimilación de los recién llegados se convierta en imposible. Y este enfrentamiento esencialmente cultural viene, para colmo, agravado por una clara disposición a la intolerancia religiosa.
La intolerancia en materia religiosa es un rasgo común a todas las religiones surgidas originalmente en Medio Oriente. En forma contraria a lo que sucede en el Lejano Oriente – en donde son prácticamente desconocidos los conflictos religiosos al punto en que no es infrecuente que distintos templos de diferentes religiones compartan la misma feligresía –  tanto el judaísmo como el islam y hasta el mismo cristianismo se han considerado tradicionalmente depositarios exclusivos de la Verdad Absoluta e históricamente han tolerado bastante poco –  cuando han tolerado  –  cualquier desviación al respecto.
La Historia de Occidente registra varios casos en dónde la religión ha sido al menos parte del conflicto. Sin ánimo de ser exhaustivos podríamos citar:
   Las guerras de Carlomagno contra los sajones y eslavos paganos.
    Las guerras de la península ibérica entre los visigodos cristianos y los moros mahometanos.
    Las guerras del Bizancio cristiano contra los árabes y luego contra los otomanos   mahometanos.
    Las expediciones punitivas de los Caballeros Teutones en el Báltico contra las tribus paganas de prusianos, eslavos y lituanos.
    Las cruzadas dirigidas hacia el sur de Francia, hacia Italia y hacia los Balcanes para erradicar las herejías de los cátaros, los patarinos y los bogomilos.
    La guerra campesina alemana 1524-1525
    Las guerras religiosas francesas 1562-1598
    La Guerra de los Treinta Años 1618-1648
    Las guerras civiles y de la Reforma en Inglaterra, Escocia e Irlanda 1639-1651
    La Guerra de los Nueve Años 1688-1697
    Las guerras del Imperio Otomano en los Balcanes y en Hungría.
En la actualidad el criterio políticamente correcto exige afirmar que las "guerras de religión" ya no existen. La ilusión es desmentida, sin embargo, por los 140.000 muertos y los 4.000.000 de desplazados de la Guerra de los Balcanes (1991-1999). Serbios ortodoxos, croatas católicos y bosnios musulmanes se masacraron mutuamente a pesar de que, en realidad, todo los unía: su etnia, su idioma y su Historia. Se pueden, por supuesto, hallar las fuerzas impulsoras no-religiosas en la serie de conflictos que caracterizó esta guerra pero convengamos en que se necesita afinar bastante el análisis para encontrarlas y en la mayoría de los casos el factor religioso aparece como tentadoramente relevante.
Los bosnios, por ejemplo, son descendientes de herejes bogomilos que durante la ocupación otomana adoptaron la religión mahometana. Sería interesante investigar por qué no estuvieron dispuestos a renunciar a su sectarismo dentro de la civilización cristiana – negándose tercamente a ingresar al catolicismo, al protestantismo o a la Iglesia Ortodoxa – pero después no tuvieron mayores inconvenientes en convertirse al Islam. Algo muy similar ocurrió con los pomacos búlgaros.
Varias de las guerras citadas han sido denominadas "guerras de religión" por la historiografía oficial. La verdad es que en todos los casos relevantes la religión no fue más que un pretexto enarbolado por los poderes políticos de la época para justificar  ambiciones por demás mundanas. Es que la guerra es un hecho político que responde a una decisión política. Hablando en forma absolutamente estricta, no hay "guerras de religión" así como en realidad tampoco hay "guerras económicas". Lo que la Historia registra son guerras disparadas por cuestiones de conquista, expansión o consolidación del poder político en las cuales han intervenido factores religiosos, económicos, etnoculturales, históricos, pasionales, o cuestiones de alguna otra índole – que en la mayoría enorme de los casos no fueron más que factores concurrentes con la voluntad política – enarbolados para justificar una guerra decidida por motivos completamente diferentes.
La guerra es un hecho político; la religión es un fenómeno cultural. La guerra refleja una cuestión de poder, ya sea para conquistarlo, para mantenerlo o para consolidarlo. La religión refleja una cosmovisión, una metafísica de la vida más allá de las cuestiones mundanas. Ambos se interrelacionan y en las estructuras teocráticas hasta se fusionan, pero son fenómenos diferentes. El político no puede ignorar la expresión religiosa de su pueblo y la religión no puede evitar el "darle al César lo que es del César".
En cuanto a nuestra situación actual, según lo que el Papa mismo manifestó: estamos en guerra. Pero en guerra ¿contra quién? Sinceramente no sabría decir con precisión satisfactoria exactamente quién es el enemigo. Lo único que puedo precisar con un grado razonable de certeza es donde está el enemigo. Porque, aun cuando congrega reclutas de todas partes y tiene simpatizantes en todas partes, sus núcleos principales están en Afganistán, en vastas regiones de Irak, en Siria…
Cosa curiosa. En Afganistán, en donde los norteamericanos hace años que libran una guerra que aparentemente no pueden ganar. En Irak, en donde los norteamericanos supuestamente ganaron una guerra contra un tirano que tenía armas de destrucción masiva que nunca se encontraron y donde, desde entonces, la gente vive en un estado de crisis y conflictos perpetuos. En Siria, en donde los norteamericanos quisieron echar del poder al actual gobernante, armando y organizando supuestos grupos moderados, tan solo para darse cuenta de que los moderados no eran moderados en absoluto cosa que los rusos aprovecharon para hacerse fuertes en la zona, consolidar su base naval de Tartús y, de paso, probar los chiches de su última tecnología militar.
O sea: los principales baluartes del enemigo están justo en territorios que los norteamericanos han invadido militarmente en los últimos años o en los que han operado – u operan – para lograr el control de la zona.
Raro, ¿no?
¿Casualidad?
Lo dudo mucho.
El Islam es, indiscutiblemente, una religión combativa y se presta fácilmente a ambiciones agresivas. Después de estudiar la biografía de Mahoma uno no termina de tener en claro si el hombre fue un gran profeta, o un gran líder militar, o ambas cosas a la vez. La conquista y la dominación por la espada están en el ADN del mahometanismo aunque más no sea por la misma trayectoria de su fundador. Es un caso similar al de Moisés, aunque Moisés aparece más como caudillo político que como líder militar.
Pero aun así, se trata de una religión y las religiones, en sí y de por sí, no deciden una guerra por lo que ya dijimos: la guerra es una decisión política y no una decisión religiosa. La India tiene más de 174 millones de musulmanes (un 16% de la población total), en Kazajistán hay más de 7 millones (47% de la población), en Kirguistán son más de 4 millones (80% de la población) y en ninguno de estos países – y podría citar a unos cuantos más – hay Emiratos Islámicos operando en pié de guerra. Los voluntarios de estos países con ganas de incorporarse al terrorismo islámico tienen que emigrar a Irak, o a Siria, o dado el caso a Afganistán,  o bien jurar lealtad al ISIS y operar en el país en que se encuentran.

En otras palabras: tienen que ir a – o relacionarse con – la zona que estuvo, o sigue estando, bajo el dominio militar norteamericano y sus aliados. Entre los cuales se halla el Estado de Israel, su principal aliado en la zona. Hasta los núcleos terroristas del África como Boko Haram en Nigeria han manifestado su lealtad al ISIS.
Es cierto: estamos en guerra.
Pero ¿quién es el enemigo aquí?  ¿Quién le ha declarado la guerra a quién? ¿Quién ha hecho estallar incluso los sectarismos internos del Islam logrando que musulmanes maten hasta a otros musulmanes? ¿A quién le conviene todo esto? ¿A quién le conviene debilitar a Occidente; especialmente a Europa y a su cultura milenaria?
No pretendo tener la respuesta a todas y cada una de estas preguntas. La guerra que se está librando es terriblemente compleja y – ¡cuidado! – es muy fácil equivocarse.
Pero las preguntas quedan planteadas.
Y para buscar las respuestas yo no iría a Bagdad, ni a Damasco, ni a Kabul. Ni siquiera iría a Riad aunque allí seguramente hallaría al menos algunas pistas. Así como no iría a Moscú, a París, ni tampoco a Londres o a Berlín porque creo que no tendría mucho sentido hurgar en la periferia una respuesta que se halla mucho más hacia el interior.
En resumen: yo apostaría por buscar las respuestas en Nueva York, Washington, Tel Aviv y Jerusalén.
Puedo estar equivocado. Pero no lo creo.
¿Ustedes qué piensan?

denesmartos.blogspot.com


05 septiembre 2016

BRASIL Y LA GEOPOLITICA DEL CAOS: UN GOLPE DE ESTADO AL CORAZÓN DE AMÉRICA DEL SUR

El proceso de impeachment de la Presidenta Dilma Rousseff no se trata de un acto aislado por motivos exclusivamente domésticos, lo que no nos exime de realizarnos los latinoamericanos una profunda autocrítica. Más que nunca resuenan las palabras de Juan Domingo Perón, "la única política es la política internacional", y que hemos desarrollado en obras escritas sobre el pensamiento ya la acción CONTINENTALISTA de Perón.
Estados Unidos, ante su crisis de retroceso estratégico ante la alianza euro asiática, necesita revitalizar su patio trasero para concentrarse en la isla mundial y ampliar su anillo de seguridad panamericano, que descuidó para centrarse en la isla mundial en la lógica Geopolítica de Mackinder.
Un golpe liso y llano de estado en Brasil es amputar, por su condición geopolítica de país semi continental, la mitad de América del sur, y herir de un infarto masivo nuestra integración, única condición para ser soberanos en el siglo XXI.
Hay y existen indicios graves de que los EE.UU quieren implantar dos bases militares en Argentina. Una en Ushuaia, en la provincia de Tierra del Fuego, cuyos límites se extienden hasta la Antártida. La otra en la mal llamada Triple Frontera -categoría geopolítica inventada por la CIA para acusar que, desde el HITO DE LAS TRES FRONTERAS, su verdadero nombre, se financia al terrorismo internacional-. Esta categoría, como la de "Estados fallidos" y "áreas sin gobierno", fueron creadas por el Pentágono en el 2004, -nos referimos a las zonas limítrofes de Argentina, Paraguay y Brasil, en verdad, una ambición de los EEUU a título de combatir el terrorismo y el narcotráfico para apoderarse del Acuífero Guaraní. Según el gran historiador y geopolítico Alberto Moníz Bandeira, los grandes Bancos de los EEUU y Europa -Citigroup, UBS, Deutsche Bank, Crédit Suisse, Macquarie Bank, Barclays Bank,The Blackstone Group, Allianz e HSBC Bank, y otros-, compraron vastas extensiones de tierras.
Como decíamos, los EEUU están tratando de recuperar su hegemonía en América del Sur, .En Argentina existe un cambio de su reorientación geopolítica a partir de un triunfo electoral -a causa de este avance y de errores propios, el peor defecto seria huir para adelante, en lo que hace a incapacidades estratégicas nuestras-, y la crisis social en Venezuela -donde también se juntan errores propios, más una ofensiva potente de los EEUU financiada por la CIA, USAID y ONGs. Los EEUU poseen bases en Colombia y en Perú, haciendo presencia en los Andes y en el Pacifico oriental. Con las bases en Argentina completarían un cerco virtual, al norte y al sur, al lado del Pacifico y del Atlántico.
Desde el fin de la segunda guerra mundial es un objetivo estratégico del Pentágono dominar la entrada del Atlántico. Para eso, es vital controlar sobre todo a Brasil, y acabar con el Mercosur y la Unasur, y ratificar la alianza argentina brasilera desde una nueva lógica, subordinada a los EEUU, con Macri y Temer.
La destitución de Dilma puede permitir a Washington colocar a un apoderado para sustituirla. Además, a los EEUU le pone muy inquietante que Brasil integre el bloque de los BRICs y sea uno de los miembros del Banco con sede en Shangai para competir con el FMI y el Banco Mundial.
La campaña contra la corrupción en los términos del Procurador-General Rodrigo Janot y el juez Sergio Moro, apuntan contra Petrobras y a las grandes empresas constructoras nacionales -y nos parece muy bien ir a fondo contra la corrupción y en especial contra el delito de cuello blanco-, donde paradójicamente no se salva casi nadie de los parlamentarios acusadores y sí Dilma, famosa por su honestidad -parece un chiste-. Sin embargo, las empresas extranjeras ni siquiera fueron investigadas, y están también metidas de lleno en la corrupción de políticas de corrupción.
Es como que EEUU creó una extraña doctrina de la impunidad, que apunta a los hechos de corrupción existentes en las empresas nacionales -que existen- y no con las empresas extranjeras.
Retomamos a Moñiz Bandeira, y él no duda en afirmar que existen fuertes indicios de que el capital financiero internacional, esto es, de que Wall Street y Washington fortalecieron la crisis institucional en Brasil. Y el dinero que corrió en la campaña por el impeachment fue impresionante y grave, incluso la mayoría de los legisladores no sabía ni qué votaba.
Moñiz compara con la caída de Vargas, cuando el 24 de agosto el presidente Getulio Vargas denunció en su carta testamento antes de suicidarse: "La campaña subterránea de los grupos internacionales se alió a la de los grupos nacionales sublevados contra el régimen de libertad y garantía del trabajo". Dilma, en su defensa, manifestó que estaban cometiendo un asesinato político.
Este Golpe de estado en el marco de la geopolítica del caos de reactualizar la Doctrina Monroe, tiene directamente la influencia de los Estados Unidos a través de los vínculos del juez Sergio Moro, que conduce el proceso de Lava-Jato. Él realizo cursos en el Departamento de Estado -2007-, pasó un mes de entrenamiento -2008- en el programa especial de la Escuela de Derecho de Harvard. Y, llamativamente, fue nombrado uno de los diez hombres más influyentes del mundo por la revista Time (Amersur, Entrevista al Profesor Luis Alberto Moñiz Bandeira, El Impeachment a Dilma y la implantación de bases de los Estados Unidos en Argentina .16 de junio de 2016 www.amersur.org)
El golpe de estado es un golpe al Brasil que nos puede costar si no realizamos la autocrítica del siglo XXI y XXII: el programa anunciado por Temer consiste en vender al extranjero todo lo que sea posible, comenzando por Petrobras, y adecuar la legislación y los programas sociales a los intereses y conveniencia del gran capital. El Brasil está en medio de una guerra geoeconómica, una segunda guerra fría, peleada como dijimos por EEUU para preservar su hegemonía y concentrarse en la isla mundial, sustentada por el dólar como única moneda de reserva internacional. En el fondo, Brasil es el mayor socio comercial de China y, como dijeron Nixon y Kissinger, para donde vaya Brasil irá toda América Latina. Por eso, este golpe de estado abierto. Y no blando, sino DURO.

Esto nos obliga a las autocríticas, y hay que darlas, para que las causas internas no sean agilizadas desde afuera. Porque es un grave error culpar todo al imperialismo como si fuéramos un centro de estudiantes. La situación estratégica nos obliga ya a esa autocrítica .
Sin poseer las recetas las enumero citándolas solamente:
- La planificación estratégica de nuestros Estados nos obliga a acelerar la integración, optando diez puntos claves. Esto implica estudio estratégico, no solo discursos, presidencias, listas que quedan en la nada y se agotan.
- La política implica gestión económica. No hemos podido diversificar nuestras economías, cuando llegó la ola en contra de la depreciación de las materias primas. Fundemos un Instituto de Políticas Económicas "Felipe Herrera" para insumo de estrategias de macro y micro economía de Unasur. Pasado el viento a favor estamos en el mismo punto de partida.
- La política en el fondo es la lucha por el monopolio del sentido común, que significa que no hemos llevado a cabo un capítulo cultural y por lo tanto educacional del sentido de auto pertenencia regional en un mundo de espacios regionales y culturales. Telesur fue lo único, y es un invento del Comandante Hugo Chávez. No hay ni siquiera universidades binacionales y no se reconoce la acreditación de títulos, símbolo máximo de nuestra debilidad.
- El único capital político que no debe perder, es el capital moral. Si nos vencen en ese plano, no porque la Republica imperial sea más honesta, sino porque atacaran ese talón de Aquiles, nos vencen espiritualmente. Y no puede existir ese capital moral, previo a la política, si nos enferman espiritualmente, y allí se combinan la macro corrupción y la micro corrupción a través de la Republica del peaje. Es la batalla cultural. La madre de todas las batallas.
- Si no encaramos una lucha integral contra el crimen organizado, que no existiría sin la complicidad de sectores del sistema financiero, político, policial y empresarial, las NARCODEMOCRACIAS vencerían al ESTADO CONTINENTAL, y seríamos, como nos advirtió Helio Jaguaribe, basureros de la Historia.
Por eso, hay que hablar sin medias tintas, porque no hay lugar para tibios, sino saber que estamos, tal vez, en la mayor batalla de nuestra historia, y no es casual, si entendemos de una vez por todas que los mal llamados bicentenarios deben ser la hora de nuestra independencia definitiva.

Prof. Dr. Miguel Ángel Barrios (Argentina). Dr. en Educación, Dr. en Ciencia Política. Autor de más de 20 obras de referencia bibliográfica latinoamericana y referente del pensamiento latinoamericano

26 julio 2016

Los asombros del río.

Este texto es una lectura personal de la novela "Rio de sombras", escrita por Jorge Velasco Mackenzie. El domingo, 24 de julio del 2016, la sección cultural CARTÓN PIEDRA, del diario EL TELÉGRAFO, lo publicó.



«La ficción no es la vida vivida —dice Vargas Llosa— sino otra vida fantaseando con los materiales que aquella suministra y sin la cual la vida verdadera sería más sórdida y pobre de lo que es»; esta, la ficción, es el suelo donde se cimenta y levanta esta laberíntica edificación, Río de sombras, de varios niveles y construida de varias sustancias: el agua, la tierra, el manglar y la sombra etérea; habitados por seres nihilistas, esperpénticos, estragados por la incertidumbre, la misma que adquiere razón práctica en la existencia de estas criaturas que esperan su irremediable destino fatal: ser devorados por la sombra.
Los objetos y la ciudad adquieren en la novela dimensiones caleidoscópicas, ensoñadoras, impregnadas para siempre en la memoria, gracias a la ficción, confeccionada con todos los remiendos de la «vida vivida». Aquí debemos incorporar la nuestra, porque se trata de la ciudad que habitamos. Esta misma esquina en que nos encontramos hoy es parte de la ciudad que Velasco Mackenzie se endemonió reconstruir en Río de sombras.
Reflexionemos un momento: ¿Cómo encontrar las poéticas ensoñaciones en una ciudad, descrita turísticamente, es decir, como reflejo de una fría realidad, enumerando un listado de sitios de «interés»?; será rica y agradable para algunos, en la mayoría, despistados y sosos. Si es el lugar de trabajo, cuando este lo «hizo Dios como castigo» —como dice el son—, ¿qué sensaciones y placer puede despertar? Peor, cuando subyacen bajo el oropel, miles de seres buscando un mendrugo en los basurales, desde donde nacen las formas de la abyección y marginalidad. Todo eso es real y patético pero no es la ciudad que debemos soñar; los ensueños que nuestra cotidianidad urbana cimenta en la conciencia son el producto de esa realidad, hasta hostil a veces, más la fantasía que alimenta las utopías; somos hilachas de las urdimbres que la ciudad teje en las redes urbanas y como en la polis cual fragua se templa el zoom político, el filósofo, el sabio, el héroe —también los antihéroes—, el placer y la tragedia: materiales necesarios para construir una vida. Todos los nombres que se reconocen en Río de sombras son hijos de la ficción, pero también pueden ser hijos de esta realidad temporal.
La historia de la ciudad del sur que narra el ciego Morán es la ciudad-puerto impregnada de aventura y señorío, rescoldo de pólvora dejada por los bucaneros, de riqueza y asombro por todo lo que venían de allende los mares; desde el barco mismo, que por su colosal tamaño desafiante, su fugaz y enhieste figura, hundida en el río, el ronco, pero potente llamado a los suyos que en las noches gemía, era señal urgente de que mañana ya no estaba. Todo eso constituía pujanza, novedad, perplejidad, urgencia, abolengo, sudor, esperanza, atracción; a los suyos y visitantes.
La prosapia marinera de la ciudad circulaba en el torrente cultural de sus habitantes, la nave, el barco, la lancha, la panga, la piragua, el vapor, la canoa son significantes de una forma y hasta un estilo de vida. El constructor urbano, el arquitecto, antes que aquello eran armadores de barcos: el arquitecto que ocasionalmente llegó por estas riberas solo trabajaba con barro y piedra, y este material era lo que menos había. Por lo tanto, el barco es resultado de la nobleza de la madera, aquella expresión formal del material y la expresión final de la forma adquirían dimensión canónica en la construcción de edificios de la ciudad. El constructor era un «carpintero de ribera», él y solo él sabía sacarle a la madera sus cualidades físicas y estéticas. Esta impronta marinera es la génesis y el telos, el alfa y el omega, de estos rezagos de generaciones en Río de sombras. Regresar al mar, venir del mar, navegar el golfo, bogar por el río de norte a sur, de sur a norte, por los meandros que forman las islas, cuyas islas están pobladas por aves y todas las formas de vida que alimentan el manglar. Retornar al manglar, a buscar fantasmas por encargo de Lavinia; construyendo catedrales y falansterios, laberintos de este enmarañado ramaje, es precisamente esa conciencia fantasmal de la que se preñan los que medran en la soledad y en la vastedad del mar. Ahora mismo, regresó un hijo mío de sus prolongados periplos marinos, claro que no es capitán ni marinero, sus afanes técnicos lo tienen hasta sesenta días en el mar, quince días en tierra; en el medio blando, el aislamiento y la soledad los obliga a alimentarse del mito, y sus relatos me han sacado momentáneamente de mi asiento firme y mis referentes urbanos.
«Barcos carboneros que jamás han de zarpar. Torvo cementerio de las naves que al morir piensan que a otros mundos ya jamás han de partir», rasga la letra del tango lastimero que llora la pena de cascarones moribundos, llenos de nada, cargadas sus bodegas de repleto silencio, arropados por la sombra del olvido, naves cancerosas de herrumbre, naufragando en los recuerdos de sus torvas travesías, chapaleando la quilla sobre espumosas olas y desafiando ciclones, polifemos y sirenas, para —cual Ulises— regresar a casa. La imagen del barco naufragado en la orilla, escorado en la arena, es el drama de enormes reminiscencias, es la representación trágica del poder y la nada... escenarios patéticos de toda ciudad porteña. ¿Serán acaso íconos y símbolos de Guayaquil que no retornarán? ¿Serán las últimas reminiscencias que Jorge Velasco Mackenzie nos ofrece, para después de esto, voltear la página y cerrar el libro? A lo mejor es un camino para reinventar la ciudad, lo dicen sus narradores, hasta juegan en un tablero como un dominó quitando y poniendo trozos de ciudad de acuerdo a su real entender y saber. Debemos recordar que la historia tiene cifradas las ciudades que se han agotado, envejecidas; sería mejor: que agonizan, que han muerto y desaparecido, como la hermosa Troya y la sagrada Teotihuacán. La ciudad es un organismo vivo, no el espacio reticular ajedrezado, tampoco las fajas negras de asfalto —a mayor faja mejor whisky—, ni los amasijos de hormigón armado, la ciudad es eso, más la multitud secular de sus habitantes y las ficciones; de esto ya halamos.
«La ciudad —dice Arnold Toynbee— es una agrupación humana cuyos habitantes no pueden producir, dentro de sus límites, todo el alimento que necesitan para subsistir». Guayaquil se caracterizó por ser intermediaria de sí misma y de otros pueblos regionales, su hinterland magnetizó por décadas a todos los pueblos que se satelizaron hasta el presente. Pocos han logrado liberarse de esa atracción gravitatoria. Quevedo sería el más notable, un poco Milagro, etc. Pero hablemos de la ciudad acorralada por el río, esteros y marismas, como la ciudad amurallada del medioevo, para traspasar esos límites, pasar del caserío a la polis, de esta a la metrópolis, edad donde hoy estamos asentándonos, de aquí a la megalópolis, y lo que nosotros ya jamás viviremos, la ecumenópolis. La historia es el bálsamo del entendimiento que nos ayuda a comprender el lugar que ocupamos, para reforzar sentimientos de identidad y pertenencia indispensables en el ejercicio de la virtud vital y creadora.
La ciudad que encontramos en Río de sombras es, a no dudarlo, núcleo y crisol de identidades, que no tienen urgencias y más bien es una urbe que atraviesa con lentitud la transición que el tardío desarrollo industrial provocó, a un proceso de conurbación que no se detiene ni se detendrá, hasta la conurbe regional, es decir el crecimiento como hongos de las megalópolis que se ven en los países desarrollados hacia la fusión en una ecumenópolis. Este fenómeno que el urbanismo denomina conurbación, en Río de sombras adquiere dimensiones macondianas. El ciego Morán, narrador de esta fábula, relata las luchas heroicas de cómo fueron urbanizados por los propios invasores los guasmales del sur, pertenecientes a un poderoso terrateniente Don Juan X —equis, no por anónimo, sino, por décimo, de dinástico—. La necesidad, la urgencia de espacio vital para construir un hogar, despierta a esta masa humana: coraje, tenacidad y talento; el trazado de calles, la lotización de la tierra de cada cual, lo realizan a tanteo de piola y estaca. Para constancia documental, lo estampan como plano regulador en una enorme sábana, como lienzo sagrado de un sueño materializado.
El autor de la novela mueve a sus engendros en una ciudad que se agota en la memoria —de los años cincuenta o sesenta para mí—, traza una poligonal y cierra un triángulo equilátero, de cuyos lados, uno lo limita y define el Río de sombras, amenazado de ahogarse por la umbra; los otros lados de la figura geométrica se encuentran difusos en sus límites. El cerro al norte, desde donde bajan los recuerdos de sus habitantes, Basilio y sus panas, constituye un vértice. Al sur, la cantina y la fonda del Mercado Sur y el parque de los cien años, son los otros dos vértices de esta figura bidimensional de la ciudad. Cada lugar está poblado por íconos, que se transforman en hitos y nodos urbanos: son también nuestros referentes en el lenguaje de la ciudad. La torres del reloj como faro del tiempo cronológico y del tiempo histórico, en el malecón. El sátiro y la bacante en el parque, donde sensualidad, erotismo y lascivia son los estímulos para el comercio de la carne, no de la vacuna precisamente. El parque de los cien años, es otro referente urbano, desde donde llegan y parten, citas y encuentros furtivos; las cuatro puertas son las coordenadas de una estatuaria que se encuentra en la columna central, alumbrando libertad; el tráfago de este espacio público, es incesante, abrumador. Toda la ciudad, cada día se plaga: de agoreros, santones, hermanitos, bíblicos que anuncian el fin del mundo, energúmenos, rufianes, maricones, putas, cabrones y toda la abyección que van costrificando las calles y plazas públicas. Por supuesto que existe otra costra humana parasitaria y rapaz, en los espacios hiperprivados: clubes, bancos, corporaciones, cámaras, gremios, repugnante y abyecta, también.
La novela que nos ocupa hoy es una profunda reflexión antológica de sus criaturas marcadas por la tragedia: el destino y la fatalidad, son frías cadenas que los atrapan y esclavizan; la adversidad, la incertidumbre son coordenadas difusas de estos antihéroes. Si la visión trágica del héroe es la consideración eficaz de la libertad, que no admite fatalismo ni superstición y está más cerca en la plenitud de su sentido; el ethos de Basilio y sus congéneres carece de libertad, está impedido de hacer lo que quiera y de desear lo que quiera. Ser libre no significa obtener lo que se quiera sino determinarse a querer (capacidad de elegir) por sí mismo, sostenía Sartre. No ser libre es no tener opción de elegir, es caer en manos de la suerte y el destino, con la visión trágica del pesimista. El carácter de las criaturas que habitan Río de sombras está en manos del albur, la suerte y sus vidas: son, de principio a fin, azarosas. «El héroe —dice Savater— aspira a la perfecta nobleza, es decir a que su deber no se le imponga como una coacción exterior, sino que consiste en la expresión más vigorosa y eficaz de su propio ser». Por eso, el esplendor y la tarea del héroe se aprecia cuando su vida cae vencida, no por el destino aciago, sino por luchar. El héroe es aristócrata y noble porque es aportador de la virtud, porque entrega parte de sí, «una joya, un resplandor», prácticas, que son más fáciles de comprender que de expresar. Es la que en lenguaje comercial ahora llaman excelencia, pero no es eso a lo que me refiero. La existencia antológica de las criaturas de la novela lleva la impronta de la visión trágica, del antihéroe, de tal manera que a esas vidas —como son de sueño, es decir, de muerte de la memoria, como aquellos «barcos carboneros que jamás han de partir»— la desmemoria se encarga de apagarlas como una lánguida vela de cebo.
Velasco cierra esta visión trágica de la libertad imposible del antihéroe y de la memoria desvanecida. En los últimos minutos del día, Basilio pesca desde el fondo del mar, su propia historia y la ciudad que siempre estuvo buscando a pesar de tenerla a sus pies. En materiales fantasmagóricos y caligrafías casi dactilares se reconoce que es él mismo, y que «adelante está la ciudad, una ciudad gris en las tierras del sur». Su increíble encuentro lo lleva a dudar una vez más de su existencia y se pregunta: «¿A quién le contaré todo esto si no me lo van a creer?». «A nadie», se responde a sí mismo, «pero no importa, se lo contaré a mis palabras». El recorrido sinuoso por las páginas de este libro, que he tratado de entender no para la razón, pero sí para la emoción, ha sido lento para llegar a apocalipsis que no existen, a seres inmateriales (hechos solo del verbo), a la memoria colectiva que se opone a olvidar, a la ciudad como recuerdo presente y al inagotable mundo de todas las percepciones cognitivas y sensibles de tantas «cosas inútiles», que nos conmociona el placer de la lectura de un gran escritor como Jorge Velasco.