23 diciembre 2015

¡RENACERÁ ESPAÑA!


Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                                          22/12/15
La presencia de España no ha estado alejada históricamente de nuestras regiones.  Acostumbrados a  conocer semblanzas de los conquistadores, colonos y curas. La Iglesia Católica como mantra presente en la cotidianidad de nuestras vidas, repartiendo –léase vendiendo- bendiciones e indulgencias; a cambio de metales preciosos que provocaban placeres y bienestar en la Península; y también, como aparato ideológico reproductor del poder político.
Después de la independencia,  las elites locales no encontraban en la metrópoli imperial ninguna identificación con el pensamiento moderno. El referente intelectual,  cultural y de placer se trasladó a Paris. Hoy, para esas clases sociales es Miami; no precisamente culta e intelectual, esa ciudad es basurero moral de la región y gran parte del mundo.
Sin embargo debe reconocerse que la Guerra Civil española, expulsó por el mundo: guerreros por la libertad, filósofos, científicos, artistas y pensadores que contribuyeron a elevar la estima de algunos Países donde se radicaron. En la posmodernidad no ha cambiado mucho, a pesar que no existen espejitos ni abalorios; hoy deambulan por estos lares, políticos de pequeña estatura, conspicuos usuarios de las puertas giratorias, que se bajan del poder y entran a la nómina de las trasnacionales a ejecutar su influencia para corromper a gobiernos de países dependientes. Felipe González, Aznar entre otros,  son invitados  a divulgar democracia, libertad, derechos humanos y otras monsergas. Es de  fácil deducción la calidad de estadistas de estos esperpentos que gobernaron España por largos periodos. Feli-pillo en la cumbre de su racionalidad comparó a Pinochet como un monje trapense, frente al fascista y asesino de Nicolás Maduro. Aznar es otra triste figura de vergonzoso papel: lacayo de George W. Bush y Tony Blair en la aventura genocida en Irak.
España siempre vivió lejos de Europa. Ha existido un enorme deseo y frustrados proyectos de compartir el desarrollo científico-técnico, la capacidad industrial y financiera de las grandes metrópolis de la centralidad europea. Pero sus rémoras medievales  subsisten hasta hoy. El parangón fatal que existe entre México y España es patético. Ambas naciones con pasados esplendidos, en el devenir les correspondió vecinos de otras dimensiones: Estados Unidos y Europa, en uno y otro caso. Ninguno asimiló ni por osmosis como fenómeno químico o por contagio como peste, el impetuoso desarrollo de las Naciones de Norte.
La transición de la muerte, a la vida. De la negra tiranía, a la libertad. Del miedo, al valor. De la dictadura a la democracia. Del retraso, al progreso. De la esperpéntica vida política, al orden y respeto al poder. La sociedad española y el mundo estuvieron pendientes, como si fueran sus propios destinos. Pero un País pobre, dependiente, condenado por primigenios destinos, no podía aspirar a otro cosa que, las potencias le brindarían: un nuevo gobierno fraguado en cenáculos de las elites del capitalismo global, y lo que el Club Bilderberg diseñaran. Felipe González salió seleccionado para encarar el suigeneris orden jurídico-político de la democracia española: monarquía a la carta y gobierno parlamentario. Debía ser “socialista”, era preciso borrar las pisadas de la bestia.
Este engendro ha pervivido cuarenta años. Europa integró a España a su seno, algunas cosas cambiaron con el impulso de las naciones del norte. Pero en lo esencial nada cambió. Las elites patrimonialistas y rentistas se modernizaron; los caminos fáciles de enriquecimiento se pavimentaron con nuevos billetes; el Estado siguió siendo una cantera para extraer riquezas personales; la aristocracia siempre cerril a los cambios, jamás comprendió que se vivía en otra época; la Iglesia, ¡Ah la Iglesia! Con todo su boato púrpura  oleando al poder político de las burguesías. Hasta que un día todos los jardines colgantes de Babilonia se desprendieron. Volvió la realidad lacerante, despertando a todos de un sueño, que habían vivido en un “País de Jauja”.
La cuestionada Primavera Árabe, también pisó tierra en la Península. Además pocas diferencias existen con los países donde se inició. Aunque la aristocracia española se rascaba el trasero, porque el fenómeno, según ellos, no era igual de desgraciado de los otros pueblos del Mediterráneo. A pesar, que las características socio-económico y político tenían los mismos rasgos. Tal vez la indignación de los “indignados” del 15M, fue más creativa e intelectual. Menos contagiada por manos perversas del imperio, y ajena a los fanatismos religiosos; cosa que en los pueblos árabes la consigna era: el islam y la presencia de fuerzas oscuras extranjeras.
El punto de quiebre de esa bastardía de una España caricaturesca, es que la multitud se tomó los lugares públicos en diferentes ciudades; y se asentaron por largos periodos de tiempo. La multitud es plural; se compone de innumerables diferencias internas que nunca podrán reducirse a una unidad, ni una identidad única. Hay diferencias de cultura, raza, etnicidad, genero, sexualidad, formas diversas de trabajo, de vivir, de ver el mundo y diferentes deseos. La multitud de esas acampadas, luego se propagan al otro lado del mar: a Occupy Wall Street. Es una multiplicidad de tales diferencias singulares. Es importante señalar este fenómeno posmoderno porque de aquí saldrán diferentes escenarios y actores políticos. Podemos en España, Syriza en Grecia, guerras y destrucción fanática en Medio Oriente. En América Latina hay algo de esto con nuevas formas de ejercer el poder del Estado y su relación desde la multitud. Multitud no es masa, ni el ambiguo pueblo.
El verdadero rostro de España lo desvelaron los indignados -la multitud-. Sin embrago no es fácilmente comprensible, que habiendo conmovido los cimientos del poder, y su sistema jurídico político, tres meses más tarde, en un proceso electoral regular como tantos del pasado; la historia se repita con toda su sorna tragicómica. Eligieron abrumadoramente al Partido Popular -PP-. Alguien en un twitter me respondió que los habían traicionado; que su programa de campaña decía una cosa y en el poder estaban haciendo otra. Yo, le respondí que los traidores fueron los electores, porque los elegidos estaban para eso: Traicionar.
Han transcurrido cuatro años -2011/ 2015- desde que los protagonistas de la transición y herederos de Franco, en compañía de una monarquía patuleca y corrupta concluyeran la tarea iniciada por otro partido político de la misma ralea: el PSOE. Descoyuntaron la Nación, atracaron sin pudor los dineros de las gentes, los echaron de sus casas, se acabó el empleo, cada quien debió tomar el mejor camino que tenía por delante. Rajoy, no es que no sea decente, como le dijera Pedro Sánchez; es que, es un canalla y ladrón. En una sociedad organizada, este rufián no merecía permanecer una semana más en la dirección del Gobierno; porque además, junto a él, hacían fila mensualmente otros funcionarios, recibiendo  cohechos de los contratistas. Es antológica la cara de sinvergüenza saludando y dando la mano a otros mandatarios de la región escarnizando, de ese modo, al pueblo español. Se ha burlado de todos. Miente que el País está saliendo de la crisis por las medidas implementadas por su gobierno. El jamás diseñó ninguna medida social o económica, todas vinieron del Banco Central Europeo, del Fondo Monetario Internacional, y el ajuste fiscal de la Comunidad Económica Europea. Su gestión en el gobierno, desmanteló cualquier asomo de dignidad y soberanía, y está a punto de saltar por los aires la integridad territorial con las aspiraciones secesionistas de varias regiones.
Para ratificar la incomprensión sobre la voluntad de la gente de votar por esos especímenes: PP y PSOE; hoy vuelven a ser las estructuras políticas más aceptadas en las elecciones del domingo 20 de este mes. Pero esta vez, apareció un detalle: PODEMOS. Será la tercera vía. Será el comienzo del ALBA europeo.
 Esto ratifica lo que sostengo desde hace tiempo: España tiene un pie en su pasado medieval geocéntrico; y el otro, en la sepultura de Franco. Al pueblo la monarquía le otorga nobleza; y la Iglesia Católica miedo al infierno. Los murales de la Capilla Sixtina están poblados imaginariamente por españoles. Muchos se ven reflejados en esos colores celestiales.  Los réprobos, incrédulos e iconoclastas blasfeman a escondidas

14 diciembre 2015

“ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ”


Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                               Mayo, 24 del  2011
“Los toros, la siesta, el ajo, el aceite y el odio entre hermanos, todo muy pintoresco, muy español”. Es una expresión narrativa en la estupenda novela de María Dueñas: “El tiempo entre costuras”, que delata como los extranjeros percibían la España previa a la guerra civil 1939; y hasta, con cierta ironía sobrellevaban la tensión entre derechas e izquierdas, la influencia total que la iglesia católica tenía sobre el Estado y la sociedad en general. Más aún, cuando se instauró la República destronando la monarquía, el papel de los curas fue decisivo para agudizar las contradicciones. Esta visión desde el mundo hacia España y los españoles, en la actualidad, poco ha cambiado.
Pocos pueblos de Europa soportaron la influencia musulmana, como lo hiciera España; 800 años, ni un día más, como diría un gallego. Simultáneamente a su liberación de los moros, se encontraron un continente, que luego depredarían: la raza y sus riquezas, por 300 años, a la vez.
Cuando Europa se iluminaba con la ILUSTRACION Y LA RACIONALIDAD, los españoles holgazaneaban con la riqueza encontrada en América; no la producían, solamente la recogían rufianes, la transportaban rufianes y la disfrutaban holgazanes. Mientras los enciclopedistas franceses se esforzaban por acopiar el conocimiento, la sabiduría de la humanidad; los españoles se empeñaban en perfeccionar, en nombre, siempre, de dios y la virgen santísima: la Santa Inquisición. Es decir marchar en sentido opuesto de la luz, adentrándose, siempre, en la oscuridad de la caverna.
Tampoco la revolución industrial del norte de Europa, modificó los paisajes y sus ancestrales campiñas de viñedos y olivares. No tenían urgencias para reemplazar la yunta de bueyes en el arado por una máquina para roturar la tierra. Por supuesto, tampoco, les importaba ninguna diletencia ontológica -su leitmotiv ha sido eternamente teológico- inventar, investigar, etc. La vida contemplativa plagada por la religión y la molicie, les consumía los sesos. Salvo unos pocos pensadores de menor cuantía y artistas -especialmente de la plástica- que han aportado al acervo universal.
En mayo de 1968, el mundo bullía en rebeldía, especialmente la juventud, porque los sistemas sociales y económicos de ese entonces, lo mismo que ahora, no daba abasto a un pensamiento  sin límites que se había abierto a la posmodernidad. Esta vez, España, tampoco estaba presente. Los españoles seguían bajo la férula de Franco, Caudillo por la gracia de dios,  regresándolos al Medioevo y los sojuzgándolos 40 años ¡Qué resistencia!... Ya lo demostraron con los moros.
Cuando la gran Europa decide mancomunarse, debe, obligadamente incorporar a España. No es bueno tener un vecino haraposo, mientras los otros visten futremente; para lo cual inyectan ingentes  recursos económicos para mejorar la vestimenta del vecino pobre. Eh ahí, su falso esplendor económico. Eh ahí, su moderno pasado histórico. Hemos repasado su trayectoria, no ha estado, no está, ni lo estará en el tren de los vencedores de la pobreza, tampoco en el vagón del desarrollo científico- técnico.

España tiene un extraño parangón con México. México es a Estados Unidos, lo que España es a la gran Europa. Si alguna relevancia tuvo en el pasado, el uno, con su enorme civilización mesoamericana; el otro, con sus aportes al imperio romano y algún otro rasgo en la conformación de los Estados en Europa; en la modernidad, ni por ósmosis percibieron el avance arrollador de sus vecinos de arriba de sus fronteras. En el un caso, Europa caminó impetuosamente hacia delante sin regresar a ver. De ahí, el decir: que África empieza al sur de los Pirineos, tiene su razón. Peor papel harían los mexicanos con su vecino, también del norte, que los absorbió hasta el exangüe. Lo curioso del parangón es que, México y España persisten en su incapacidad de asimilar la civilización de ningún tipo de sus desarrollados vecinos. Esto, los conduce a la paradoja de mahoma y la montaña. Como no han podido traer a sus naciones la ciencia, la tecnología, el bienestar etc.; emigran, mejor, a esos paraísos. Así lo han hecho históricamente. Y lo seguirán haciendo.
En la era global las estructuras económicas, políticas y militares adquirieron nuevas formas de organización geopolíticas y de dominación. Hoy mismo -27 de mayo- Barak Obama, representante militar del imperio, en su visita a una parte de sus aliados en Europa, ha expresado que las iniciativas del liderazgo mundial les pertenecen, y que no han delegado a ninguna potencia sus dominios. El cambio de fichas en el tablero político de los países árabes, es la tarea inmediata, acompañada del sambenito del terrorismo; justificación que les permite la intervención militar en cualquier lugar del planeta. Es decir: “en el mundo se hace, lo que nosotros diseñamos de acuerdo a nuestros intereses”. Este  panorama de diagnostico reservado para los países en la zaga, como España, Portugal, Grecia, Irlanda y otros, poca esperanza de autonomía económica y política les queda. La consecuencia de esa dependencia, es la incompatibilidad del poder jurídico-político de los Estados con el poder corporativo y financiero mundial. El nuevo orden económico planetario ni siquiera requiere de los Estados para organizar las sociedades grandes o pequeñas, ricas o pobres. Los gobiernos actuales son los encomenderos del sistema global, son los que intermedian a través de sus naciones el capital financiero, bancario, el mercado y el consumidor. No existe el ciudadano. El contenido de la sociedad no es ontológico. Es mercado y consumidor. Toda esta macabra parafernalia, organiza, independiente de la voluntad de los individuos y los gobiernos, el peldaño último, que remata en la cúspide de la pirámide: el bíopoder. Antiguo derecho de vida y muerte que el soberano –hoy el mercado- detenta, convirtiendo la vida en objeto administrable por parte del poder. Frente a este acorazado global, poco pueden hacer indefensos países atravesados por una historia decadente, sin iniciativas científico-técnicas, corruptos, domeñados por creencias religiosas alienantes y poblados por políticos de baja catadura.
“España, aparta de mí este cáliz”…, dice César Vallejo en su desgarrador poema, frente a la amenaza fascista de la falange  de la extrema derecha cavernaria. Y, como aquél mito del cristo en el Gólgota, con el miedo al sufrimiento y la muerte, no desea saborear el desastre futuro de la madre patria. Pero, una madre, es una madre. …“y si cae España, -digo, es un decir-, /salid, niños del mundo, id a buscarla”. Termina el poema invocando en su lamento el futuro inmediato de España.
Eso es, lo que la juventud española esta haciendo desde el 15M en la plaza, La Puerta del Sol en Madrid y demás lugares de otros pueblos; buscando una España, que, cuando nacieron les dijeron que les pertenecía. Más, cuando crecieron, la habían secuestrado cuatro tunantes: los políticos, los banqueros  -¡cuándo no! y ¡dónde no!- la santa madre iglesia católica -siempre tan santa- y el imperio.

Los españoles no son árabes, eso esta claro; aunque los últimos, demasiadas huellas dejaron. Pero España, no tiene marcadas diferencias con los musulmanes, no solo por su pasado colonial, sino porque tampoco, ninguno, ha podido construir estables y prosperas sociedades, ni naciones. Que los árabes están patológicamente enfermos con la plaga islámica, llevado esto a verdad suprema, ninguna duda cabe, lo mismo que los españoles lo están con la religión católica que asumen tener el único dios. Aunque la actual generación perdida española, es bastante refractaria a la tradición religiosa, pero tampoco tiene plena conciencia filosófica. Resulta paradójico que algunos estamentos de la sociedad española: prensa burguesa, algunos intelectuales trasnochados así como cierta aristocracia enmohecida, reniegan de sus semejanzas con los países árabes; marcando distancias y diferencias con las protestas de Egipto, Tunes, Libia y otras naciones que se encuentran empeñadas en demoler esas viejas estructuras. A la juventud árabe la mueve exactamente, las mismas frustraciones que los plantones de Madrid y Barcelona: falta de una verdadera democracia, participación plena en las decisiones del Estado, educación pública de calidad, oportunidades en las dinámicas productivas. En fin, un rosario de atrasos negados por sus estructuras de poder patrimonialistas y rentistas. Los panegiristas del voto electoral, reducen la democracia a la papeleta que se introduce en un cubo, de metal, cartón o acrílico. Mientras las protestas de hoy rechazan ese reduccionismo de la democracia, porque sabido es, que, ese es precisamente el modelo por donde se cuelan los políticos oportunistas, corruptos y vendedores de ilusiones.
La juventud tiene identificado plenamente quienes son los causantes de la tragedia global: los políticos de baja estofa, la banca y los banqueros, las corporaciones sin patria, las religiones teístas y las consumistas –la misma cosa son: alienantes-. Párrafo aparte merece la genética nobleza enraizada en la cultura histórica. Realeza e iglesia. La lengua es diacrónica por eso el habla en esos contextos es útil hasta para la blasfemia: “me cago en diez –eufemismo de dios-; me cago en la hostia… Y en uso, un grueso diccionario del argot monárquico y eclesiástico.
Las elecciones del domingo 22 de mayo, fueron la espita que permitió aflorar el sentimiento trágico de una generación sin horizonte y de una sociedad que se consume sin esperanza. El auto convocatorio de la multitud que lograron aglutinar alrededor de un sueño, se convirtió en eso. Nada más. Sin un marco ideológico  y doctrinario como combustible para incendiar la lucha, no irá muy lejos ese sueño. El altruismo sincero y quijote no basta. Eso es, domar la fiera para que se la coman las siempre carroñeras hienas.
PD. Han transcurrido cuatro años desde que fue escrito este texto y colgado en el Blog.     El pueblo español eligió al Partido Popular para un mandato, que fenece ahora en diciembre. No repetiré lo que el mundo conoce. Una España del tercer mundo. Un gobierno líder en corrupción. Más de cinco millones de parados, el 50% de la juventud sin esperanza. La monarquía semejante a los sátrapas africanos: decadente, parasita, rufianesca. ¡Qué más puede caber en un País sin horizontes, a punto de despedazarse en pequeños territorios; y una memoria feudal y fascista! Pero lo infame de los pueblos adocenados, es que, el partido político que se burlado de sus esperanzas, en función de la elites –la casta la llaman Podemos- sea nuevamente gobierno. Cada cual tiene lo que merece.




Tomado del Blog, http//: vargasludena.blogspot.com ANACORETA

10 diciembre 2015

UN PIE EN EL ESTRIBO


Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                             09/12/2015
La apabullante victoria electoral parlamentaria de la derecha política en Venezuela, es sencillamente inédita, inesperada, y desconcertante para sus mismos patrocinadores.  Humillante para el Gobierno del Presidente Maduro. No es fácil a priori un diagnóstico de dicho fenómeno. Se requiere el manejo de varias categorías y especialidades: sociológicas, políticas, marketing, comunicacionales, semióticas y hasta de inteligencia. Hay indicios de circulación de dinero por el voto. Los simplones, oficiosos y baldíos mentales de la política y del mundo que les rodea, concluirán ingenuamente: que el comunismo, el socialismo –como los zafios confunden y mezclan en alarde estigmatizador- están desapareciendo y que los pueblos prefiere el pasado conocido, al presente opresor sin libertad. Claro está, para aquellos, sus conocimientos del mundo exterior lo abrevan de la única fuente: la mass media. Sin embargo, en un galimatías ultramontano, algunos se atreven a sostener que en Estados Unidos existe un régimen socialista; razón del apocalipsis de los pueblos. Y que los refugiados de los conflictos regionales son inútiles y mendigos trashumantes del  mundo.
Aplicando un proverbio chino, intentemos ilustrar los dilemas que este fenómeno político nos presenta: “Si uno no entra en la guarida del tigre ¿Cómo podrá apoderarse de sus cachorros?” Esta sabiduría oriental expresa con claridad el camino para el conocimiento de la verdad: fundamentado en la práctica, las categorías y los conceptos teóricos; en los sucesos electorales que nos preocupa.
 La lucha política en Venezuela tiene un marcado carácter de clase. La lucha de clases en pleno apogeo y vigor; las contradicciones de la sociedad en toda su magnitud. Las oligarquías y sus herederos aupados incondicionalmente por resortes imperiales del Norte y Europa en feroz batalla por regresar al pasado de sus ancestros históricos; y al edén de sus devaneos y festines interminables con la riqueza de la Nación. Por  otro lado, el Gobierno y sus integrantes como expresión de clase marginal de cualquier poder: económico, social o político; que deberá dirimir el conflicto en las calles, porque jamás tuvieron otros espacios para el logro de sus objetivos. Los que ignoran el marxismo, -que son multitud de palurdos; o los que lo reniegan de él, verán hoy más que en otro momento y lugar contemporáneo el enfrenamiento por el poder. Estaremos ante una Comuna de Paris 1871; un Kérensky menchevique y Lenin; o el Chile de Allende y el gorilismo pinochetista. O, las guerras de Liberación de la segunda mitad del siglo pasado. Si acaso el Gobierno de Maduro y las masas están dispuestos a desafiar al fascismo internacional y dar batalla de cualquier magnitud.
 El proceso de cambios y transformaciones que Hugo Chávez emprendió, chocaron con duras vicisitudes, atentados, golpes; y una oligarquía que jamás resignó sus privilegios y su poder  en la inmensidad de la riqueza petrolera; de ahí su carácter patrimonialista y rentista de esa casta.
 La visión ideológico política, en el manejo gubernamental por  parte de Chávez, nunca estuvieron muy claros los senderos hacia la construcción de una moderna y revolucionaria Venezuela. El aparato burocrático pendulaba entre la planificación y la improvisación. La administración orbitaba verdaderos agujeros negros: la seguridad ciudadana; la contemplación con el desclasado moral que su miseria lo precipita al delito, el sistema carcelario y sus sucedáneos: la justicia, la policía; el manejo indiscriminado de los subsidios; se alimentaba con ligereza la plaga de la posmodernidad: el consumismo y fomentaba el hedonismo caribeño, en un País donde la banalidad y la frivolidad es la ideología dominante que reemplaza valores trascendentes; la nunca salida del rentismo petrolero; la omnipresencia del estado benefactor sin ninguna capacidad de conciencia de clase del beneficiario; la incomprensión de la amenaza delincuencial colombiana, azuzada por refinados personajes amorales -Álvaro Uribe y su combo de narco paramilitares, por ejemplo-. Y otros errores están fracturando el presente, con serias amenazas de una cruenta salida.
Sin embargo es paradigmático el papel de Hugo Chávez en una nueva concepción del Estado frente a las desigualdades sociales y económicas. Luchó con ahínco para reducirlas, aunque desde una perspectiva paternalista. De ahí que los enemigos lo calificaran de populista. La inclusión de las fuerzas armadas a los quehaceres ciudadanos en mancomunidad cívico militar alertaba y asustaba a los inmovilistas. Las energías que consumió hasta el ultimo día de su vida en la integración Regional no tiene parangón en Latino América y el Caribe, salvo en los sueños de Bolívar. Ese solo pergamino es suficiente para competir y compartir con las tabletas de arcilla de la colosal Babilonia.
Hoy, Venezuela entró en un túnel sin tiempo con el triunfo electoral de la extrema derecha para la Asamblea Nacional. Ya lo demostraron en las pocas horas que fueron gobierno el 11 de abril de 2002, tras el Golpe de  Estado encabezado por el comerciante Carmona Estanga, fue similar a “La Noche de los cuchillos largos” ideada por Hitler y ejecutados por sus hordas nazis. Desataron todos los demonios ocultos en sus entrañas persiguiendo hasta los fantasmas del chavismo. A Diosdado Cabello lo condenaron a comerse hasta la alfombras, porque el cerco que le tendieron en la Embajada de Cuba, era para matarlo de inanición.
Durante años, estos personajes de compleja descripción por su mediocridad, estructura mental fascista, negados a cualquier iniciativa creadora; han acariciado y a veces poseído migajas de poder, han pasado por alcaldías, gobernaciones sin lograr trascendencia alguna, además a ellos no les interesaban los  gobiernos locales, no se conformaban con pequeñas presas, solo  poseyendo  a la bestia viva,  saciarían su hambre  -como decía un personajillo ecuatoriano de arrabales políticos en ese entonces del CFP, sobre las troncha en el mantel  y las migajas en el suelo -. Hoy tienen “un pie en el estribo del poder total. De él no se bajaran, hasta no desmontar del corcel a Maduro. Tampoco les será fácil. Pero, ya conocen el olor de la sangre, y la fiera cuando huele ese fluido afila sus garras. 
Lo extrañamente miserable es que el túnel, este sí con tiempo histórico, que esta casta de burgueses han construido desde las guerras de la independencia, solo han generado un País para unos. Llanuras y montañas para otros. Ciudadanos los unos, cimarrones, aborígenes y emigrados los demás. El mismo modelo de todo Hispano América. Pero la Venezuela que se edifica desde la década del cincuenta del siglo pasado, es la apoteosis de la riqueza y el poder de las élites. Caracas es el ombligo de la región, la arquitectura adquiere niveles de vanguardia porque se construye la metrópoli del esplendor. Emigran arquitectos de escuelas reputadas y profesionales de todos los conocimientos. Así mismo va apareciendo el desclasado, la mano de obra, el emigrante, y toda la composición social que organiza la cultura de la pobreza, como la llaman algunos antropólogos, el lumpen proletariado en lenguaje de los sociólogos que construye el tugurio –barrio miseria o como quiera denominárselo- más grande de Latino América que se llama Petare. Las mismas elites que ahora ofrecen un futuro de luces son las que, en conjuro con las transnacionales del Norte despojaron la dignidad y la miserable supervivencia que el pueblo se forjó. El Caracazo fue una explosión de rabia y rebeldía.
Un sector de la Venezuela pre-chavista, era, sigue siendo, nada ha cambiado, un remedo grosero y vulgar del american wife of life. La cultura de ricos y famosos trasladada en su más conspicua Fashion week. En consecuencia la frivolidad y la banalidad como súmmum de la cultura en general. Y por qué no, en ideología. Los padres engendran reinas de belleza, no hijas; peor ciudadanas. Hollywood vive en la atmósfera del jet set. La evocación envidiable y babosa de la chusma de la idílica vida de esas estrellas.

Sintetizando, la gran burguesía ha herido de muerte al proyecto de Hugo Chávez, apoderándose de la Asamblea aplastantemente en las elecciones. Ellos no están ahí, para legislar o fiscalizar a los otros poderes. Están para demoler lo que el chavismo ha construido.  Si en actos pasados la derecha derrochaba violencia, creo que desde el chavismo el vuelto será mayor. No es imaginable que se dejen arrebatar el poder en aras de falsas banderas de paz. Estas no han existido jamás. 

25 noviembre 2015

RUIDO DE SABLES


PORQUÉ CALLAR, SI NACÍ GRITANDO

Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                 24/11/15
Algún día, alguien  dedicará sus capacidades intelectuales para escribir los procesos militares y políticos que caracterizaron históricas épocas en Latino América. Hoy, solo existen breves semblanzas de las pretéritas fuerzas armadas. Más bien, de la época contemporánea, por su cercanía temporal tenemos en la memoria  los recuerdos más sombríos en el hemisferio hispano: plagaron de satrapías militares el Continente. Desde las guerras de  independencia, hasta inicios del siglo XX,  nos han contado de épicas batallas y héroes helenos, buena parte de esos relatos fueron quimeras o mitos. Claro que hubo combates, vencedores y vencidos, vidas cegadas y esperanzas rotas. Pero, también hubo beneficiarios.
Las fuerzas armadas y sus miembros han estado omnipresentes en la vida de las sociedades; siempre como una estructura del poder y como aparato represivo de los Estados. Esta característica es la más controvertida en la historia. Independiente de su implícita función parasitaria en el seno de las naciones.
Estas cualidades exhibieron hace pocos días militares activos ecuatorianos del alto mando con todas sus galas  en una audiencia judicial pública que se juzga a ex militares implicados en crímenes de lesa humanidad; y el más rancio, y patético sector de efectivos retirados; rezagos escolares de la Escuela de las Américas, pupilos de sabios maestros en estrategias antisubversivas de Estados Unidos. Rostros y retóricas sedientas de patriotismo, dignidad, civismo, heroísmo y otras monsergas  propias del lenguaje militar. Valores que según ellos, son consustanciales, solo en la vida militar.
Este ruido de sables nos despierta y anuncia que el gorilismo made in USA no está muerto. Lo singular del fenómeno es que los miembros activos, presentes en el acto, fueron para la época de los crímenes que se juzgan, a lo mejor, solo bachilleres; y los carcamales, que periódicamente protestan carecen de autoridad moral para solidarizarse en públicos reclamos en los momentos actuales. La motivación era otra, en la exhibición de doradas charreteras y filosos sables: la reelección de Rafael Correa.
La reelección de Correa es una amenaza continental, sin que tenga el más remoto rasgo de bolchevique ni musulmán. Pero por razones regionales es necesario desmigajar esos gobiernos progresistas.
Sin embargo surge de pronto imponderables, y el asediado aspirante a la reelección patea el fichero de candidaturas y propone un galimatías político electoral de difícil interpretación; y deja al cotarro desconcertado. Las especulaciones ante esa espesa neblina reelectiva son múltiples, como lo son, los posibles escenarios de corto, mediano y largo plazo. Así mismo, hasta el momento existen más preguntas que respuestas.
¿El miedo se convirtió en pánico ante las acechanzas internas y externas de la derecha?
La crisis económica del País o el Leviatán financiero mundial lo arrinconaron contra las cuerdas y amenazan con el manejo del dólar como patrimonio del imperio. A pesar que a éste le conviene. Sin embargo sin moneda el Ecuador se consumiría en brazas ardientes.
¿Se volvió inmanejable el circulo de felones y corruptos, como le sucedió al Papa anterior, que prefirió retirarse a los claustros a rezar por los pecadores?
¿El ruido de espuelas y sables le infundió otra variedad de pánico?
¿Se agotó el discurso revolucionario y soberano de este siglo?
¿Apareció el desencanto y el cansancio?
Correa no comprende que si la derecha recupera el poder, como lo están haciendo en otros Países, él será la primera víctima propiciatoria. O, es que, ya está negociada la huída a los cuarteles de invierno y cubierta la retirada. Porque algunos lobos hambrientos lo tienen en su menú.
¿El problema existencial y ontológico, no le es compatible con una sólida y verdadera ideología para transitar y trascender por el poder?
¿Se consumió el marketing y desaparecieron los estrategas de imagen?
Acaso están sobredimensionando y confundiendo la imagen, con la devoción de las masas a las imágenes de las Vírgenes que se veneran y peregrinan en el País. Los pueblos no logran diferenciar las características intrínsecas de los modelos políticos, y se descarrían con facilidad por donde la mercadotecnia los arrastra. Precisamente la orfandad cultural y la manipulación de la derecha despolitiza y desideologiza a las masas, concluyendo: todos son iguales.
Lenin Moreno, es la carta que el movimiento gobernante tiene para este naipe marcado, dicen vocerías oficiales. El ex Vicepresidente Moreno, es la expresión vivida de un hombre bueno. Nada más. Si Correa es un heterodoxo ideológico, un Splenda  que endulza pero sin calorías. Lenin Moreno es más radical, como los ángeles, sin sexo: negado ideológicamente. No existe el poder sin una estructura política apuntalada  con ética y doctrina. Alianza País dice que dispone de otros cuadros para enfrentar una presidenciable, son sueños de medio día dormido de pie en cualquier esquina. La derecha con el ejército de mediocres y rufianes que abundan en sus cuadros les gana la elección presidencial.  Los social cristianos desempolvan de sus prontuarios y maquillan las “fichas”, con los que han llenado históricamente el Parlamento, y con esos granujas repletan la Asamblea.
Alianza País no tiene una estructura política, en consecuencia carece de cuadros políticos. Se negaron a la formación de una organización política. Ojo, no señalo partido. El movimiento político existente es una muchedumbre amorfa, que entran empujándose unos a otros. Tiene recursos humanos técnicos, pero no políticos. El mismo Correa está adquiriendo un titulo de tercer nivel político desde el poder y en la calle, lo que antes no lo hizo. En la etapa estudiantil balbuceaba políticamente en los pasillos del claustro universitario. Y eso, era solo asomarse a la ventana del mundo de la política. Es importante ser académico, inteligente, activista; pero en el poder ser político es supremamente importante. El Presidente Putin de Rusia está dando lecciones del manejo político global en una coyuntura peligrosa, enfrentándose al imperio. Y con sabias posturas maneja hasta los límites al fascismo  que intenta devorar al planeta.
Evo Morales es un paradigma, en este momento crucial para América Latina. Sin los recursos  y especulaciones teóricas, académicas, financieras y más, ha montado una estructura política de gran envergadura y sólidos principios ideológicos. El conoce por dónde debe conducir a esa Nación, Bolivia. A pesar de tener como compañero un  Vicepresidente de elevada estatura moral, política e intelectual: Álvaro García Linera, aún no lo exhibe como su potencial reemplazo. Analogía que no existe en Ecuador. Es el mismo Evo, que se lanza nuevamente en busca de lo que está iniciado y no lo puede abandonar. Tampoco nadie debe reemplazarlo, no hay razones para ello. Evo es la efigie contemporánea de milenarias y ciclópeas arquitecturas  humanas.
No se requiere de disquisiciones teoréticas, filosóficas o metafísicas para saber lo que acontecerá de aquí en adelante en la pugna por la primera magistratura. La derecha ha vencido en sus propósitos: orillar a Rafael Correa como candidato, lo cual, su camino se vuelve llano para transitar a la meta. La seudo izquierda, como siempre, será el cancerbero mientras las oligarquías festinan la Patria. Amén.


12 noviembre 2015

ODIO Y DESASOSIEGO

PORQUÉ CALLAR, SI NACÍ GRITANDO

Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                                            10/11/2015
La cotidianidad planetaria es el cráter de un volcán, donde materia y energía jamás tienen reposo. Los fenómenos físico-químicos acumulan fuerzas incontenibles que explotan luego de cierta e inquieta calma. La dialéctica de la sociedad cumple con sus propias  leyes: la economía, la política, la religión, y todo el contingente ontológico que define al ser: los valores, aspiraciones, ideología, fines y otros que organizan a los individuos en Naciones y Estados, siendo la expresión vívida de un mundo en conflicto permanente, eterno y fatal.
Las potencias hegemónicas, para el logro de sus objetivos, practican la teoría reduccionista del bien contra el mal. –Estados Unidos en un acto de desprecio al mundo y a la inteligencia, se autocalifican de “imprescindibles” por el carácter manifiesto otorgado por alguna divinidad desconocida-. Entonces, el problema es nada más que ético. Así, si la humanidad siguiese los decálogos éticos emanados de la centralidades imperiales, reinaría sobre la faz: la armonía, solidaridad, libertad y la tan “anhelada “democracia. Los genocidios que obligadamente  se deben cumplir en aras de la paz universal, son nada más que breves y pequeños tropezones en la marcha triunfal hacia el bien infinito. Las aporías del bien que nos machaca el imperio, son eso, una inviabilidad a cualquier razonamiento.
Estamos viviendo el ápice del desarrollo y aplicación de las leyes  de la sociedad civilizada, en las que salieron ganando las más primitivas: “el hombre lobo del hombre”. La destrucción, muerte y estampida que el imperio provoca, ahora, en Medio Oriente, en nada se diferencian de las atrocidades que  el Tercer Reich provocó en la Segunda Guerra Mundial. La presencia de las mismas Naciones,  la complicidad y colaboración, es igual. Solo cuando el plomo de sus propias armas llegó hasta sus goteras, solo ahí, enfrentaron al monstruo que habían engendrado. Hoy, cuando famélicas multitudes sin destino pisan sus fronteras, miden la dimensión del genocidio que están provocando en esa región.
Igual que ayer el imperio invade, destruye con todo su poder de fuego pueblos enteros, dejando fantasmas de odio que desfilan por sus calles de escombros sin rastros humanos. Aplica todo su breviario militar, político y económico. Tras esto, le sigue una trashumancia interminable de seres que caminan cual zombis de un continente a otro. Luego se enfrentan al vértigo de otro continente xenófobo que se niega a compartir, ahondando el desprecio a los otros que ellos mismos flagelaron.
Una vez más, Europa es causante y escenario de migraciones sin rumbo y ni fin, que no buscan cobijo y pan, solamente, sino que sus vidas pasadas, en sus pueblos pasados ya no existen. Se escaparon de la muerte. Nada llevan consigo: solo desasosiego
Estados Unidos es el artífice de este Nuevo Orden Mundial. A pesar de esto, no sufre más que la afrenta y vergüenza -que además le vale mierda- de ser un Estado Canalla. A sus playas, el mar no le expulsa bellos niños muertos, que  tormentas oceánicas arrebatan de los brazos a sus lánguidos y extenuados padres en la huída del apocalipsis. A sus playas le llegan gusanos, traidores, ladrones y toda la basura humana que escapan de los Pueblos que buscan dignidad y soberanía; esas estirpes son trofeos que exhiben al mundo; luego los convierten en agentes y verdugos de los lugares que abandonaron. Las guerras que provoca su “imprescindible destino manifiesto” de nación, a la que todos deben someterse, las lleva a cabo en otras geografías, lejos de su apacible y placentero amarican way of life.
Lo que sucede en el planeta mundo, se replica en Estados débiles, llenos de contradicciones internas; y que en algún  momento fueron presas de ambiciones imperiales; dividiéndolas en miniaturas territoriales de acuerdo a sus riquezas naturales y a la geopolítica mundial. Ecuador, Colombia o Perú por ejemplo, ¡Cuan diferente son!  Ahora mismo, responden al mismo patrón económico, cultural, político; están incrustados en la misma matriz hegemónica. Sus existencias están atadas,  marcadas y arrastradas al paso de los éxitos o derrumbes financieros y económicos que  viva el imperio. Pero, el estigma de la decadencia esta camino hasta llegar al maldito destino; porque la orgia moral que se ha propuesto vivir, es el inicio de la destrucción total de las sociedades. La historia lo confirma: Babilonia, Roma… terminaron su esplendor, nada más que en la memoria.
Los frenéticos áulicos que han gobernado a placer estos Países siguiendo lo decálogos del capitalismo rapaz, no otorgan un instante de tregua a quien intente construir una alternativa de esperanza. ¡Qué pequeña y laxa es nuestra memoria! Estrellas pop del desastre económico, social y político, están saliendo a la escena pública a exhibir desvergonzadamente sus recocidas recetas toxicas del neoliberalismo con las cuales ellos gobernaron; provocando hambre, pobreza, desamparo de las mayorías, y enriquecimiento -del ahora aritméticamente- comprobado 1 %. Esto no debe suceder. Estos personajes deben estar donde los jueces un día los situaron, pero nunca se dejaron agarrar, en la cárcel.
La estructura surgida en estos avatares, ahora en Ecuador, los medios constituyen las armas de destrucción masiva; lo popes del neoliberalismo, son como los técnicos del tiempo atmosférico, pitonisan el Armagedón económico, sin acertar jamás. La trinchera mediática hace lo suyo, De aquí, como la pólvora, se disemina la pirotecnia del odio; no de las elites, ellos saben que nunca pierden en los cataclismos financieros y económicos, a ellos solo les llega lejana la onda expansiva, como viento boreal; es a los pobres que los escombros del desastre los mata. Esa tragedia intentan revivirla desde la las teorías económicas del FMI.
La estupidez humana no tiene límites ni fronteras; si ayer una gavilla de rufianes destruyó económicamente el País, en una nueva oportunidad los volverán a llamar al gobierno. En España es más patética la tragedia, después de un extraordinario movimiento popular: El 15 M, de características asamblearias en la Puerta del Sol; volvieron a elegir a los mismos que antes habían depredado a la nación, pero ahora, lo hicieron con más vehemencia y desvergüenza. Todo el neoliberal Gobierno actual está imputado y prontuariado por su pasado y presente rapaz. Cuando la moral desde el poder se derrumba la Nación desaparece. “La secesión de Cataluña y otras regiones es inevitable. España es una entelequia. Franco así la ideó: en la Edad Media”.
 Existe una ley de atracción moral entre el pueblo y las oligarquías corruptas. En el Momento más álgido de la vida, donde la miseria se adueña de los individuos, se pierde el horizonte moral, se extingue el sentido de pertenencia, autoestima, acervo político-ideológico y demás valores: los que vengan a gobernar ya no importa. Ecuador ha caído varias veces en ese corsi e ricorsi maldito. Para vergüenza y escarnio fueron Presidentes entre otras fichas: Bucaram, Alarcón, Gutiérrez y otros del mismo pelaje; como símbolo del pantano que nos hundíamos y advertencia de buitres al acecho.
La clase media en los países del tercer mundo, es una amenaza a su propia existencia. Viven satisfechos con lo que han alcanzado, les aterra regresar al pasado, no les es grato las reminiscencias de sus barios bajos; algunos no pierden el sueño de seguir escalando otros espacios urbanos de mejor calidad, con vecinos de mejor calidad. Su cultura política es elemental, su educación la reciben de los medios, esa es su fuente nutricia del odio y la pasión. Son maleables y títeres de sus propios sueños, mentalmente se mimetizan en las clases altas, piensan como ellas y terminan siendo útiles a ellas. En cada región del País adquieren su propio rasgo: en Guayaquil se asimilan al regionalismo, leitmotiv de la plutocracia costeña, y tensan la cuerda entre mono y  serrano. A pesar de la mayoría tener: de inga o de mandinga. En este segmento social, se ha incubado el odio más reactivo a Rafael Correa, sin beneficio de inventario. Ya advertimos, las oligarquías no lo odian a Correa, lo ignoran; ellos tienen sus propias estrategias para volver al poder. La clase media de nuestras sociedades, sabe que nunca estará en el poder, les basta reptar para deambular por los muros. Con aquello consagra sus sueños de perro.

 El lumpen proletario es indiferente; salvo sindicalistas u obreros que valoran la utilidad de una visión  política. Los marginados crean su propia cultura de la pobreza -según Oscar Lewis- ellos no son diletantes de ideología o política, salvo cuando brigadas burguesas los invaden con  promesas a cambio del voto. En ellos existen otras urgencias cotidianas, el odio y la pasión no está en su menú. El odio está latente desde que nacen, porque ese mundo que les tocó vivir es injusto y cruel.

19 octubre 2015

REALIDADES CANALLAS


Arq. Vicente Vargas Ludeña
No es la conciencia del ser lo que determina su existencia, es el ser social el que determina su conciencia. Es, este axioma de la dialéctica que ha permitido desbancar el ideal platónico reconstruido y recocido por las religiones monoteístas: judaísmo, islamismo y cristianismo. Asignándole al humano la dignidad y soberanía necesaria para armar su realidad existencial.

Sin embargo, la construcción plena de la conciencia social no es un camino sencillo de recorrer en el complejo tejido de cualquier sociedad. La realidad se presenta a los individuos de múltiples formas y circunstancias. La religión, por ejemplo, es una concepción ingenua y falsa del mundo. En el proceso cognoscitivo de la realidad que rodea al ser, está la noción, como la unidad más simple y sencilla en la escala de la interpretación y comprensión del mundo. La idea elemental de ese microcosmos se convierte en ideología, la misma que, luego, pasa a ocupar un puesto privilegiado en la conciencia individual y social; convirtiéndose en la norma interpretativa de la realidad.

La sociedad en su conjunto no discrimina, entre conciencia social e ideología dominante con facilidad; ese fenómeno es objeto de largos y complejos procesos de aprendizaje. Son las estructuras del poder, las que se encargan de construir, desde el sistema dominante, los aparatos ideológicos, que deberán ser reproducidos y reconstituidos históricamente. La cosecha del arroz, su comercialización y consumo, no es posible, si no se repite el ciclo reproductivo: el suelo, la semilla, el agua, la cosecha… y demás pasos a la reproducción infinita; caso contrario esa gramínea se extinguiría. Los aparatos ideológicos del sistema, son los muros de contención de las masas, y nutrientes, a la vez, que alimentan al sistema político, económico y social. Es decir al poder total. Los aparatos ideológicos del sistema son múltiples, en cualquier sociedad. En el pasado eran disímiles, en la globalización se uniformizan por las nuevas tecnologías de la comunicación y la información. El consumismo, como modelo ideológico global, por ejemplo.

En el capitalismo, todos los aparatos ideológicos funcionan al unísono, en concierto. Adquieren cierta autonomía por su diferenciación funcional en el contexto de la sociedad, pero todos apuntan a fortalecer y reproducir el sistema. El mercantilismo, forma económica que convierte la mercancía en fetiche, erige al consumo en una estructura ideológica. El misterio y miedo abrasador de la muerte, y el negro infinito del más allá, consagra la aventura mítica de los dioses en ideología a la religión. La mujer en la sociedad, en el pasado y presente,  ha jugado y juega el papel que los procesos en el seno de las formas de producción le asignaron desde la niñez; la prepararon para madre y esposa, con las muñecas y los juguetes domésticos, y por supuesto con una buena dosis de coquetería; mas tarde la convierte modelo y símbolo sexual. Así, podríamos ir encontrando, como la realidad de un mundo aparente se va convirtiendo en ideología. Estructura inmaterial indispensable, para que funcione el sistema dominante la sociedad y los individuos.

Existen marcadamente dos realidades en el mundo perceptual de los ciudadanos. Son como en la dinámica de fuerzas: dos potencias de diferentes magnitudes, dan como resultado una tercera. La realidad, que el sistema a través de sus aparatos ideológicos -religión y medios entre los mas descollantes y eficaces para lograr la alienación necesaria- nos somete, lleva en sus entrañas diversidad de realidades; desde el realismo mágico garciamarquiano propiedad de nuestras impías realidades latinoamericanas; pasando por el surrealismo, en el cual, el inconsciente es la región del intelecto donde el ser humano no objetiva la realidad sino que forma un todo con ella; realidad, que más que ello: es un sueño. Hasta el hiperrealismo descarnado y amarillista, con crónicas e imágenes que ofenden a la más insensible de las  conciencias; páginas y pantallas amarillas, llenas de sangre y semen. La religión nos embauca y atrapa en el miedo con el Apocalipsis bíblico, y la maldita prensa nos narra y dibuja una País en el que no vivimos, porque niega toda realidad esperanzadora, traza una sociedad que se consume y desgarra en nuestra presencia. Nada, ni nadie acierta, tampoco comprende el camino que hemos elegido, peor, a soñar una Patria para todos. Según los aparatos ideológicos del sistema que nos abruman, estamos desfilando como corderos por las rejillas de las alcantarillas rumbo al inframundo de los excrementos. Mundo del que somos muy merecedores, por aceptar sin sus mediaciones el futuro que nos otorga el nuevo destino político. Abrir las páginas de los periódicos, ver la televisión, o acercarse a otros medios el ciudadano se encuentra que el supremo hacedor, se marchó de vacaciones, o este coto, no es de su pertenencia, porque el  caos se apoderó de esta Patria desolada. A esto debe sumarse la fuerza demoledora de los grandes medios globales: la creación y combate de un enemigo que lo intentan compartir con todo el planeta: el terrorismo. “Monstruo mítico”, contra quien se debe luchar sin discriminación, el lucifer que reemplazó al comunismo del siglo pasado.

Así mismo, hay, la cotidiana realidad de los seres que bregan sin cesar en la lucha de sus existencias, que lleva y trae, angustias, desdichas, alegrías, horizontes plenos para el encuentro con la felicidad. Es la vida real, verdadera, que se desarrolla ajena al mundo de infamia que narran o dibujan los poderes fácticos. Pero, tampoco esa vida objetiva y real, es la que podemos y debemos escribirla, porque no quedará registrada en la historia.

 Existe una tercera realidad, que es el resultado de la ficción tramposa creada por los aparatos ideológicos del sistema y la vida rutinaria de los ciudadanos, diseñada por los grandes y sagrados poderes y es la que se grabará en la memoria colectiva. Como dice, Vargas Llosa: “la verdad de las mentiras”, concepto válido en literatura, pero aplicable al mundo mediático. Verdades que jamás se conocerán, verdades trucadas y truncadas, mediatizadas, orientadas al beneficio de los grandes intereses, principalmente económicos. Finalmente, estamos condenados a consumir realidades canallas, con las que será imposible construir una sociedad con justicia, equitativa, propositiva y moral.

El último episodio en la agresión imperial a Libia, nos demuestra fehacientemente, el realismo que debemos consumir y aceptarlo, como hechos consumados. Los aparatos ideológicos deben aportar con sus recursos técnicos, estéticos, teatratales en la representación de lo que esta sucediendo, y luego de lo que vendrá. En un plató de televisión se monta el decorado, simulando la estructura militar del enemigo que deberá ser tomada por asalto en la batalla; así mismo se busca actores y extras para dramatizar la perversidad del enemigo e infundir el odio necesario en el receptor, para justificar la invasión. El imperio a través de la OTAN, vendió la realidad más canalla que se pueda oír, la defensa de los rebeldes que buscaban la cabeza de Muamar el Gadafi. Mientras garrapateo estas líneas, la nueva sede del imperio: París, y su nuevo Emperador Sarkozy, está trazando nuevas líneas geoestratégicas militares en el globo. Siria e Irán serán los nuevos objetivos de la agresión, lo cual indica el inicio de una gran conflagración mundial, con su consecuente reparto del planeta. En tiempos no muy lejanos, los colegios de educación media, deberán aprender una nueva geografía física y política. Si en el pasado, era incomprensible la actitud demencial de Hítler, ahora, nos será más fácil comprenderlo.

Apostillas. Los apologistas, sustentadores y padrinos de los aparatos ideológicos y represivos del sistema, que han delinquido en el Ecuador se han refugiado en  los santuarios de Centro y Norte América; han huido de la forma más vergonzosa y cobarde. Todos infundieron pavor y marketizaron sus imágenes como paradigmas de prohombres, cuando se los veía actuar aquí: valientes, inteligentes, honrados impolutos, llenos de verdades… pero silenciosamente fugaban, cuando se encontraban frente a su inminente captura, condenados  por sus delitos. En eso deben aprender de Fujimori, actuó como un samurai; voluntariamente desde sus ancestros japoneses, regresó al Perú, y se entregó a la justicia ¡¿Será un problema de raza?!...


Este artículo fue publicado el 1 de septiembre del 2011, en mi Blog, que fue contaminado -vargasludena.blogspot.com/2001/09realidades-canallas-arq.html-. Lo replico porque la realidad global no ha cambiado, además porque el texto permaneció muy poco tiempo en la red.

15 octubre 2015

ESTADOS UNIDOS, GUIÑAPO

Arq. Vicente Vargas Ludeña                                                                          Marzo, 30 de 2015
Las burguesías Latinoamericanas han sobrevivido exitosamente desde la Colonia. En aquellos tiempos medraban riqueza y algún  poder que la aristocracia les otorgaba. La liberación e independencia de las Metrópolis consolidó sus ámbitos territoriales, políticos, sociales; y en maridaje con la Iglesia Católica, fue para siempre que gobernó estos pueblos. Casi ininterrumpidamente.
Las élites primigenias fueron terratenientes, principalmente;  de arraigada conciencia feudal, bajo nivel cultural, visión pastoril del mundo, intérpretes del pensamiento escolástico como referente único y más próximo que tenían: la Iglesia y los frailes. Los conceptos de República, Estado-nación, democracia, eran balbuceos de abecedario desconocido, o por lo menos mal aprendido. Las naciones Europeas y Estados Unidos construían un corpus de Estados Modernos que sirvió de modelo al resto de naciones. Poco ha variado en el tiempo los esquemas de dominación. Pero la posmodernidad anuncia nuevos órdenes políticos.
Por doble vía, Estados Unidos se convirtió para el sur del Rio Grande en: tutora política y patrulla militar, modelo de libertad, democracia; aunque de vez en cuando engendraba un sátrapa “hijo de puta” que sin escrúpulos  lo reconocía. Para las burguesías locales los decálogos a imitar y  obedecer era lo que la gran potencia del norte impartía, esto las ubicaba en la línea del poder que necesitaban para mantenerse en él. Los pobres emigraban y los ricos extendían sus patrimonios.
La decadencia de los imperios es análoga a la vejez humana, el deterioro es progresivo y múltiple, va arruinando sistemáticamente el esplendor vital, hasta terminar en escombros. El Imperio Romano resistió doscientos años hasta derrumbarse la última piedra. Claro, los bárbaros que acechaban al imperio, para acabar con los ejércitos enemigos debían acercarse a tiro de flecha hasta las murallas, lo cual tomaba mucho tiempo. Hoy la caída puede ser estrepitosa; las mismas armas creadas al amparo del ingenio pujante se pueden volver contra sus patrocinadores. La serie televisiva “House of cards” estampa fugazmente el juego político en el corazón de la capital norteamericana. Todos los poderes del Estado envilecidos por ambiciones y veleidades sin límites. La felonía, vicios, adicciones, hasta la eliminación física de los incómodos actores que obstruyen el libre camino al poder total, son cotidianidades en el ajedrez político.
Estas prácticas en la serie no son fantasía pura, son extraídas de la constante realidad que viven los protagonistas de esa nación. Además la posmodernidad ha diseñado otras relaciones de “poder en el poder”. El Presidente Barak Obama no gobierna, el poder le es mezquino. No lo tiene. Tampoco las otras Instituciones republicanas ejercen soberanía: los poderes fácticos controlan el verdadero reino: interno y externo. El “sistema” financiero, bancario, mediático, la industria militar, el corporativismo empresarial que deambula por el mundo sometiendo a débiles gobiernos junto a rapaces halcones, son los únicos mandatarios. El Negro Nobel no gobierna.
Dado el carácter de Estado canalla que ha adquirido  por sus permanentes agresiones militares alrededor de la esfera terrena y su política exterior injerencista, ha salido en busca de aliados por doquier, especialmente europeos y otros de poca monta, creando monstruos para la muerte: La OTAN y otras organizaciones con eufemísticos apelativos. Su futuro no está seguro en ninguna parte. En consecuencia el País va rumbo a una conflagración para reafirmar su hegemonía imperial, si antes, a lo mejor, en el camino no asoma un invierno nuclear y cambian para siempre las agujas del destino.
Las campañas políticas y las elecciones en Estados Unidos son cada vez copia burda del tercer mundo -algunos Países, como Venezuela ha dejado en la prehistoria a EE. UU.-. Su clase política parece salida de un País africano: simplistas, superficiales, mediocres, mixtura de santones y gánsteres. Existen varias explicaciones: el voto no es obligatorio lo que prostituye la legitimidad de sus representantes elegidos; unos pocos eligen los demás delegan su voto, y otros, por perjuicios satánicos lo niegan. La concentración de la riqueza crea una falsa conciencia en la población: la política es sucia, complicada, jamás la ha ejercido el individuo; en consecuencia solo la deben practicar los de siempre. Es decir las élites. Solo ellos entienden ese otro mundo. Esta es una clave para comprender la supina ignorancia de la política de la sociedad norteamericana. El 99% de las personas adultas saben y practican más la religión y la santería de sectas que la política. El manoseo religioso actual, es un recuerdo ominoso del pasado hispanoamericano en los procesos político-electorales; es otro indicador de la decadencia del sistema. Todos los poderes son el resultado de groseros asaltos a la razón, cuya deslegitimación es elocuente: Tribunal Supremo 23%, Presidencia 11%, Congreso 5%. No podía faltar  el espíritu violento y guerrerista que han creado, las Fuerzas Armadas tienen el 50% de aceptación.
Otra lacra vigente y es la única en el mundo: la ilimitada generosidad de los donantes de dinero para las campañas electorales es una deshonesta trampa constitucionalmente vigente. No averigua procedencia del dinero. No son limosnas: son mega-inversiones. En el ejercicio del poder se debe redituar los gastos a toda costa y con creces. Según reportes, en las últimas elecciones de medio tiempo se invirtieron 4 mil millones de dólares. Las elecciones de Eisenhower en 1956 el costo fue de 13 millones de dólares. Se estima que las elecciones de 2016 estarán por los 5 mil millones. Cada elección supera a la anterior.
Los panegiristas de la excelencia empresarial la volvieron doctrina filosófica global. El Estado en el neoliberalismo se volvió una entelequia -cosa irreal-, y un obstáculo para el gobierno ilimitado corporativo. EE. UU., después de su harakiri terrorista del 9-11, justificó todas las infamias que vendrán luego: privatización del Estado, políticas de Seguridad Nacional, guerras y agresiones sin par. La doctrina de la excelencia empresarial y la inutilidad del Estado en la creación de riqueza es un mito que nos han hecho tragar universalmente. No existe riqueza sin Estado. Hasta hoy la sociedad no ha inventado otra forma de organización jurídico-política. Recordar que cuando asoman las catástrofes económicas por efectos de la rapiña corporativa, es el Estado que sale a poner los reales quitándole a su población para el salvataje financiero.
El auge del Estado de Seguridad Nacional y su marco legal correspondiente es un síntoma de un poder que se escapa a sus propias madrigueras; con lo cual modifica la legitimidad y la legalidad de los poderes Republicanos. Surgió un cuarto poder de facto. El País debe militarizarse, condición sine qua non, para la vigilancia, control de su población y del planeta. Este tipo de cosas son habituales en una era en la que el Estado de Seguridad Nacional no ha hecho más que fortalecerse, elaborando, duplicando y solapando una y otra vez las distintas partes de su creciente estructura laberíntica. Bases militares esparcidas por el globo, 17 Agencias de inteligencia y organizaciones subsidiarias y un  presupuesto militar demencial, son los agregados, entre otros, con los que el “sistema” beberá su propia cicuta.  
La desmovilización del pueblo, la búsqueda de subsidiarios espirituales: la religión y el complejo sistema de sectas, la delirante cotidianidad consumista como refugio al vacío comunitario; diagnostican,  procesos de desmoralización de la sociedad;  alejamiento de lo vital en el devenir; la feroz represión ante las protestas y reclamos de derechos legítimos de la población: son también  claves de una sociedad alienada y cosificada. En el siglo pasado frente a los excesos de las élites, la gente salió a la calle ante la guerra de Vietnam. Hoy el movimiento ciudadano Occupy Wall Street, se plantó en las Plazas para demostrar que no son ajenos a la desigualdad  social y económica que ha surgido de la entrañas del infierno: el 1% contra el 99%; inmediatamente fue anulado por la maquinaria represora en el nuevo marco legal, amenazando al inconforme protestante de podrirse en algún calabozo privatizado.
Barak Obama y la OTAN están aturdidos, dicen, niegan, se camuflan, entran, salen como la vieja loca de la casa. Mientras Putin se pasea por la plaza.

Los crímenes que provocan en el mundo les importan un rábano; solo la oleada de refugiados que están llegando a los patios de sus casas los asusta y despierta de los sueños imperiales. Dominarán el mundo cuando ya no haya a quien saquear, tampoco a quien vender sus chucherías; ya todos habrán desaparecido. Mientras Putin se pasea por la plaza.

09 octubre 2015

CRISIS DE LA CIVILIZACION -II


Arq. Vicente Vargas Ludeña
Algunos lectores de la Parte I de este título lo consideraron pesimista y derrotista. Si, ese semblante tenía. Pero era realista. Esta Parte II, el mismo pulso tiene, no hay razones para graficarlo de otra manera. Es más, los tambores de guerra retumban en los frentes mediáticos, anunciando clarinadas del “Nuevo Orden Mundial”.

El Nuevo Orden Mundial que busca montar el Imperio, tiene su origen en remotas épocas. Pocos de sus mentores viven todavía para ver como su engendro emerge de las entrañas de la civilización. El fin de esta creación, no es un objeto, sino un sistema de gobierno planetario; circunstancia que impide ser perceptible fácilmente por el trajinado ciudadano. Académicos, políticos e intelectuales no avisados o decididamente reaccionarios se niegan a aceptar el gran Plan Imperial para someter a los pueblos y a las naciones. Esta urdimbre de dominación se teje en las altas cumbres del poder, fundamentalmente, del dinero, los otros poderes sucumben a su primacía…su praxis lleva la impronta del “Top Secret”. La estructura sintáctica de su gramática es cabalística, hermética, clandestina, subrepticia; a veces invade los linderos de la metafísica, y hasta del esoterismo: masonería, Illuminati…y no se sabe cuantas sandeces más, que utilizan para engañar y divertir a algunos con su literatura de tranvía.

La comprensión cabal del Proyecto Civilizatorio que el Imperio tiene para el mundo, solo se lo percibe en los escombros y el hambre de pesadilla que deja a su paso aplicando sus recetas: hoy económicas, financieras, políticas; mañana de sabotajes, atentados, conspiraciones…y militares cuando las circunstancias obligan. “La Doctrina del Shock”, el auge del capitalismo del desastre, como llama Naomi Klein a esta crónica analítica, es el abecedario de la puesta en marcha del Nuevo Orden Mundial.

Los titulares, las imágenes, los artículos de opinión, los políticos, académicos e intelectuales todos recurren a frases hechas y lugares comunes para informar, explicar o interpretar la crisis económica y política que Europa y EE.UU. viven desde hace mucho tiempo, pero que ahora, ha estallado en la cara de explotadores y explotados. ¡Que el vendaval de la crisis se llevará a todos! Falso. Los que están quedando en hilachas son el 99%, el 1% está y será salvo. Existe un solo mantra: ritualizar desde el poder mediático el culto al inapelable destino de los pueblos sometidos a la divinidad del dinero.

Es infamante escuchar, actualmente, la grotesca bufonada al gobierno derechista de España, con su tan pulida vocalización: que ahora si, se están sentando las bases políticas, económicas y financieras para crear riqueza y un verdadero desarrollo de la Nación. Pero, previo a ese futuro que se espera en las próximas décadas, lleno de esperanza y abundancia, en el presente, llega una locomotora cargada de desastres, paquetes de medidas y ajustes, que vienen desde gobiernos extranjeros y entidades de créditos multilaterales. Paquetes conocidos y manidos en América Latina ya superados en varios Países: el mismo amargo purgante, la misma lavativa y el mismo supositorio sin lubricante –La Doctrina del Shock-: flexibilización laboral, reducción de salarios y pensiones, privatización de la salud, educación, seguridad social, y así, hasta el infinito donde se esconda la democracia y se la pueda privatizar. Si España, alguna vez alcanzó medianamente el Estado de Bienestar, hoy, de un solo Rajoynazo retornaron a la etapa franquista: pobreza, migración y oscuridad. Tal es así, que la poderosa Iglesia Católica Española abrió sus claustros, para aliviar el desempleo galopante, propiciando el ingreso vocacional de los futuros sacerdotes emprendedores; cuando este mismo colectivo ha parasitado históricamente el cuerpo social, económico e ideológico de ese País. Igualmente las escuelas de fútbol, de cantantes y bailarinas preparan las futuras estrellas del entretenimiento. Pero, como si a esto le faltase una indulgencia más, llega a Madrid y a Barcelona –no se sabe aún cual será la meca- un magnate trashumante que ofrece construir una Sodoma y una Gomorra del juego y el placer –vino, barajas y mujeres- se llamará: Eurovegas. Estos episodios, que parecen anecdotarios, pero no lo son, dibuja la semblanza de una España africana. A pesar que Rajoy reniegue, arguyendo que España no es Uganda

¡Pobre España! Trae a conmiseración su presente y futuro. Tampoco, nunca fue próspera y desarrollada; sus taras históricas, lastran el presente: su coloniaje musulmán de ocho siglos, la aplicación exitosa de la inquisición religiosa, su holgazanería al amparo de la depredación colonial de América; su ceguera cual Mito de la Caverna de Platón, le impidió acercarse al siglo de las luces de sus vecinos europeos y a la ilustración científico-técnico; su gran capacidad de aguante a cuarenta años de dictadura fascista de Franco; Gibraltar debería ser un puñal en la Patria, en la soberanía y en la dignidad del pueblo y la Nación. El desconcierto que viven los españoles originado por la crisis económica y política, se expresa diariamente en los debates políticos y mediáticos; son conscientes de su frágil estructura Nacional plagada de secesionismos, dado su origen heterogéneo: vascos, catalanes, gallegos etc. sumados a los antecedentes ya señalados. Todo aquello ha dejado hondas huellas. Hoy, y siempre pagará su precio. Conspicuos súbditos del reinado, atribuyen su existencia y disfrute de la democracia al monarca de los Borbón. Le atribuyen una heroica y patriótica batalla en el vergonzoso y abortado plan conspirativo para tirar abajo la transición por un grupo de Franquistas. Pero estos vasallos no reparan, que podrido y patuleco el Rey, corrompida la Corte; la soberanía, solo los pueblos la ejercen. Si antes lo necesitaban, por su conciencia lacaya lo cual les asignaba identidad de súbditos, ahora estorba. En consecuencia, la desaparición de la monarquía exige la construcción de una Republica; cosa que no la podrán hacer. La cercanía de una balcanización de España es inevitable en el nuevo mapa de Europa y del mundo. Los estados autonomistas –vascos, catalanes y otros- no tienen mejor oportunidad, como ahora, para bregar por su independencia política, jurídica y soberanista. El pueblo español contemporáneo, quedó aplanado después de la guerra civil: Aceptaron la monarquía porque así lo había condicionado el Dictador; Zapatero ganó una elección por el síndrome del terrorismo del 15M; Rajoy ganó también su elección, por el terror a la pobreza que se avecinaba.

La descripción descarnada que atraviesa España es el paradigma de otras naciones, Grecia es otra tragedia como las que vivió su mítico pasado; que con sus peculiares circunstancias históricas, siguen rindiendo homenaje que el Nuevo Orden Mundial exige a través del neoliberalismo corporativo, financiero y consumista. Alguna vez recorría por Europa y el mundo un fantasma de ideas y luchas: era la revolución social, como esperanza cercana a la implacable explotación. Hoy hemos retrocedido a la era preindustrial, ese fantasma ahora, es el hambre, la pobreza, la desigualdad y las conflagraciones. Son realidades que conmocionan y soliviantan el alma más serena. Algunos aceptan con resignación su nueva situación, otros con indignación; los hay también aquellos, que lo asumen como irremediable, porque no existen ni conocen otros caminos; y, los cancerberos del sistema, como la única y mas saludable solución para avanzar en el gran propósito Imperial.

Los promotores del holocausto global, efectivamente, cuentan con un inmenso poder económico, militar, mediático, etc. El verdadero Leviatán. Además suman, en cualquier lugar del planeta con las burguesías locales, grupos oligárquicos e “informantes” –según WikiLeas- que colaboran en el empeño de dominación extranjera. El último episodio sangriento en Libia y el asesinato de Gadafi, transmitido por televisión  en tiempo real, demuestran la crueldad, y el ningún reparo para llevar a cabo sus propósitos. En Siria e Irán no cejaran hasta cumplir con la parte del Plan: decapitar esos gobiernos. Serán Realties mediáticos de perplejidad, a los cuales nos están acostumbrando.

El colapso del capitalismo financiero global es real, lo presenciamos diariamente; sin embargo, no esta consumido. La economía mundial esta contaminada desde las metrópolis, ejes del sistema financiero y monetario con su dios el dólar, hasta la selva más ignota del planeta, porque ahí se encuentran las reservas de las materias primas que el desallorismo del consumo requiere.

No todos los pueblos viven el frenesí del capitalismo salvaje, aunque contagiados por el consumismo, los Estados no han abandonado su papel regulador frenando la desbocada carrera de “las leyes del mercado, América Latina lo esta demostrando, ha elegido caminos constituyentes nuevos, rescate de sus propias capacidades humanas y materiales; independencia y soberanía nacional, fundamentalmente. Sin embargo se debe estar claro, aquello no es suficiente. La interdependencia es atenazadora, no hay escapatoria, frente al modelo del consumo capitalista infinito, secular, divino y alienante; no existe una alternativa de corto plazo que vaya reemplazando esos vacíos existenciales que deja el consumismo. El Socialismo Light que se esgrime como arma variante en la lucha, carece de fundamentos teóricos y prácticos para ejercerlo. La postura anticapitalista, antiimperialista, antiburguesa no son suficientes.

07 octubre 2015

CRISIS DE LA CIVILIZACIÖN - l

                                              
Arq. Vicente Vargas Ludeña
Existe cierto paralelismo en la trayectoria histórica entre el cristianismo cerril y el capitalismo salvaje contemporáneo, en tanto estructuras ideológicas en las vecindades del poder político. Religión y Política son elementos inseparables del poder, -“Todo hombre que intente ser bueno todo el tiempo terminará arruinado entre la gran cantidad de hombres que no lo son”, N. Maquiavelo-; para modificar aquello se requiere: poder. Para difundir su credo y poder, en el cristianismo surgió de una jerarquía unos manuales jamás escritos, llamados: Antiguo y Nuevo Testamentos. De aquí nacen, a su vez, los predicadores de la fe: los evangelistas, que tampoco nadie los conoció. La creación de la Iglesia católica es obra de la degradación de las culturas antiguas más insignes de la humanidad: la greco-latina. Emergió la Institución católica, y se irguió como Estado para ejercer el poder necesario sobre la sociedad. Disputaron esos centros, el Vaticano y Avignon, triunfó el primero como sede Papal. Sin embargo, los sabios y príncipes de la iglesia, indistintamente se reunían en conclaves para decidir el destino divino de la humanidad; el curso que debía seguir la evangelización con toda su parafernalia teológica de la tierra, el cielo y el infierno, incluido todo lo inmaterial, invisible y metafísico que pueda comprender o imaginar el resignado peregrino. Como todo lo que el hombre crea tiene fundamentalmente una base material, la explotación del “miedo” y la “incertidumbre existencial” del ser fue la clave para la reproducción del capital y la riqueza que administrará la Iglesia en el futuro, tal cual lo hace el mercado financiero contemporáneo. El pulpito, la sacristía, el altar, el atrio de la iglesia, el baptisterio, el convento; en fin, todo espacio era propicio para ofrecer los “derivados financieros” que iban creando en la medida que inventaban cada vez otros misterios que nadie comprendería, pero que cundían de miedo y terror a la gente, adquiriendo diferentes denominaciones: diezmos, primicias, sacramentos, indulgencias, herencias, incluidos bienes y servicios que ofertaban; y que todos debían comprar, tributar o hipotecar en función de la salvación celestial, independiente de lo crápula que haya sido esa vida. Toda una Bolsa de Valores espirituales regulados por el mercado del alma, cuyo destino será irremisiblemente el cielo o el infierno. O, por el alma del mercado, como se quiera apreciar.
La paradoja entre el cristianismo teológico aberrante y el capitalismo salvaje, es que, si bien son creaciones humanas, tienen el aura metafísica de la confianza emprendedora en el mercado financiero y el miedo en la religión. Son entelequias que se mueven en un mundo suprarracional –irracional-, etéreo, incomprensible para cualquier persona medianamente informada. Los creadores de ese mundo de ficción, están plenamente convencidos que la realidad material se vuelve intangible, irrevocable e irreductible al conjuro del dinero y la riqueza. ¿Cómo explicar en esa entelequia universal de la teología y el mercado financiero global, la búsqueda de la felicidad en el más allá, el uno; y el otro, en el consumo en el más acá?
La ideología convertida en sublime objeto, parafraseando a Slavoj Zizek. Marx ya lo decía: “ellos no saben lo que hacen, pero lo hacen”, el falso reconocimiento de sus propios presupuestos, una distancia, una divergencia entre la llamada realidad social y nuestra representación distorsionada, nuestra falsa conciencia de ella. Pero el modo de funcionamiento de la ideología es cínico. Es lo que hacen, el Vaticano y Wall Street, están al tanto de la máscara y de la realidad social; “ellos saben muy bien lo que hacen, pero aun así lo hacen”. La razón cínica ya no es ingenua, como a veces aparece, sino una paradoja de una falsa conciencia ilustrada: uno sabe de sobra la falsedad, está muy al tanto de que hay un interés particular oculto, pero aun así, no renuncia a ella: se vende y compra ilusiones. He ahí, la perversidad de la crisis planetaria.
La teoría de la crisis cíclica del capitalismo, experimentada, vivida y sufrida por las sociedades  en los actuales momentos, nuevamente, nos convoca a testimoniarla y a reflexionar. Las dos guerras mundiales del Siglo pasado, fueron resultado de ese corsi e ricorsi del sistema. Cada una hizo lo suyo, la muerte y el sufrimiento fueron su denominador; también surgió un nuevo mapa geográfico global, y con resignación la humanidad siguió  adelante en su camino. La dialéctica de la sociedad y el complejo mundo hegeliano de las contradicciones, advertidas por Lenin, especialmente, nos alertan de la próxima conflagración mundial que está por venir. Eventos bélicos de esas magnitudes incuban próximos escenarios de agresión, la guerra fría por ejemplo, inmediatamente se apaga el último fogonazo del cañón; pero, la cercanía del desastre de la guerra no ha estado tan a la mano como en los últimos diez años. ¡Las razones! Todos las conocemos desde la periferia: crisis económica, política, social, medioambiental y otras de naturaleza geoestratégicas. Además, la guerra es consubstancial en el género humano. La onda expansiva de las crisis señaladas antes, y las amenazas de una tercera conflagración  que vive el mundo capitaneada por el Imperio, por el momento nos llega a través de los medios; la pólvora de la conflagración llega a nuestras goteras, a pesar que,  América Latina ha cambiado su mirada hacia el  Sur y eso le permite recibir nuevas brisas y mirar otro paisaje. No es de fácil digestión por la sociedad en general, la urdimbre perversa que se ha tejido en su seno;  inclusive en los epicentros de la catástrofe, no fue perceptible oportunamente, sino hasta que los muros del silencio se rompieron, el abandono e incertidumbre de los pueblos, juventudes desgarradas de su existencia se enteraron que no tenían trabajo, casa, futuro… Habían dejado de tener Patria que los cobije. Grecia, España, Irlanda, para mencionar unos, son lóbregos ejemplos.
La dinámica del capitalismo es vertiginosa, arrolladora, civilizadora; pero a la vez depredadora de la naturaleza y del hombre. En cada estadio de su desarrollo entraña una contradicción destructora. La riqueza creada por el capital y el trabajo no fue suficiente para los grupos corporativos que emergieron después de la Segunda Guerra Mundial. El dinero adquirió autonomía, se aisló de la razón fundamental que lo crea, el intercambio y el trabajo; luego, se refunde en estructuras económicas, financieras y politicas, donde reinará cual Dios omnipresente y omnipotente en el ares del consumo. En el universo económico y financiero, el dinero que conocemos, metálico y billetes, se metaboliza, en solo papeles: cheques, acciones, bonos, tarjetas y demás derivados; hasta transformarse por la codicia, en solo, papeles basura, que terminan intoxicando a la humanidad. El parangón de la religión y el neoliberalismo es unívoco: crear mundos suprarracioneles –o irracionales, para el caso es igual- para ejercer su dominio imperial.
 El capitalismo alcanzó su máximo grado de salvajismo en las academias. Específicamente en la Facultad de Economía de la Universidad de Chicago, liderada por una inteligencia privilegiada: Milton Friedman. Parece paradójico ¡Inteligencia, Academia, Universidad! ¡Salvaje!. “En mi opinión, el mayor error – escribió Friedman a Pinochet en 1975 - consiste en creer que es posible hacer el bien con el dinero de los demás”. Esta es la clave, del pensamiento del Premio Nobel de Economía, “los demás” es el Estado. El Estado del bienestar –New Deal- que había promovido Franklin D. Roosevelt para salir de la Gran Depresión de los años treinta resultaba obsoleto, inicuo, y opuesto a los intereses de los nuevos ricos -dígase manada de lobos- que estaban a la espera  que el pastor suelte las ovejas. La educación pública, el salario mínimo, la seguridad social entre otros logros del Estado del bienestar, constituían una herejía socialista. El fundamentalismo en la más preclara inteligencia. Todo lo que tiene sabor a dinero en la sociedad, es un derecho inmanente a los sujetos corporativos.
“La doctrina del Shock” – El auge de capitalismo del desastre - de Naomi Klein, es una monumental obra de crítica económica y política, principalmente. Escritora canadiense que recorre el mundo testimoniando los estragos de las crisis de la civilización; con un impresionante equipo de especialistas ponen al alcance toda una visión del desastre. “En este libro –dice N. Klein- es un desafío contra la afirmación más apreciada y esencial de la historia oficial: que el triunfo del capitalismo nace de la libertad, que el libre mercado desregulado va de la mano de la democracia. En lugar de eso, demostraré que esta forma fundamentalista del capitalismo ha surgido en un brutal parto cuyas comadronas han sido la violencia y la coerción, infligidas en el cuerpo político colectivo así como en innumerables cuerpos individuales. La historia del libre mercado contemporáneo y el auge del corporativismo, en realidad, ha sido escrita con letras de shock.”
M. Friedman busca  la aplicación de sus teorías, pero estas solo pueden aplicarse en el cuerpo social; lamentablemente, no es, como en las ciencias naturales: en los objetos. Es para el cuerpo social y en estado de shock que está preparada la receta. “Solo una crisis – real o percibida - da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable”. La Escuela de Chicago crea todo un nuevo y solido pensamiento alrededor del liberalismo clásico, “dejar hacer, dejar pasar”, que hasta la época, había tenido vigencia y éxito para el desarrollo del capitalismo. Radicaliza el papel del sector privado en el juego del mercado y se vuelve contrarrevolucionario contra el Estado keynesiano del New Deal y otros Estados desarrollistas, especialmente en América Latina, que venían construyendo un relativo bienestar para sus pueblos. El objetivo era y sigue siendo en algunos Países, desmantelar al Estado precautelador del bienestar de su sociedad y convertirlo en nada mas que, gendarme y guardián de los nuevos ricos que surgían a su amparo. Los teóricos e ideólogos del nuevo liberalismo, ahora llamado “neoliberalismo”, diseñaron un manual del libre mercado que se aplicaría en el mundo entero, junto al cual iban constituyéndose estructuras ideológicas, culturales, de consumo, políticas etc., que apuntalarían al sistema y le darían el rostro de la nueva humanidad, y “El Fin de la Historia y el último hombre” según F. Fukuyama, entre otros intelectuales de ultimo cuño que nacían en prestigiosas Universidades de los Estados Unidos.
 En Ecuador estuvimos flagelados mucho tiempo, por grupos económicos y poderes fácticos que buscaban desmantelar al Estado; si no lograron su objetivo total, si alcanzaron traumatizar la economía y la sociedad, agudizando la pobreza y la emigración. El proyecto de desnacionalización del País que buscaban las oligarquías privatizadoras alcanzó sus objetivos con la dolarización; su hada madrina, fue una perfumada dama de bárbica figura y vilcabánica edad –en la farándula politiquera la llaman la Barbie de Vilcabamba-. Este personaje tenía un enorme poder ubicuo y mediático: la televisión, los periódicos, las Cámaras de la Producción, marchas con crespones negros, las academias y rutilante estrella empresarial latinoamericana; hoy su ausencia, es un gran bálsamo para la sociedad ecuatoriana. En fin, las oligarquías se habían transformado en verdaderos gobiernos paralelos, su agenda económica y política era impuesta sobre gobiernos títeres que caían sucesivamente. El pueblo en busca de su propio destino, echó una mirada atrás y dijo. Basta. El Ecuador en la actualidad, marcha con firmeza en pos de su identidad y reconocimiento de sus capacidades, desde hace siete años.
Entre los postulados primordiales del neoliberalismo consta que los gobiernos deben eliminar  todas las regulaciones y reglamentos que dificulten la acumulación de beneficios. Los Estados debe vender todo activo que posean y que pudiera ser operado por una empresa y dar beneficios; deben recortar drásticamente los fondos asignados a programas sociales; los impuestos si deberían existir, deben ser bajos, ricos y pobres debían pagar la misma tasa fija; las empresas debían vender sus productos en cualquier parte del mundo y los gobiernos no deberían hacer el menor esfuerzo por proteger a las industrias o propietarios locales. Los famosos Tratados de Libre Comercio TLC, que tanto aspiran las transnacionales y los grupos locales, deben suscribirse sin restricciones entre los Países. La fuerza de trabajo y su valor debe regularlo el mercado, no debe existir ningún salario básico. Privatizar la sanidad, la educación, las pensiones, el correo; es decir todos aquello que requiere la economía de escala y reporte utilidades  de rápido enriquecimiento. El mercado se encargará de armonizar esa dinámica de fuerzas de distinto origen y tensión, él manejará cual Poseidón, las embravecidas aguas de la mar océana,  volverlas calmas y transparentes para que la vida se reproduzca infinitamente Con este menú en la mesa había que esperar donde aplicarlo, por medio de la Doctrina del Shock; esto podría ser: por fuerzas endógenas, golpes de Estado, o invasiones militares como Irak.
El 11 de septiembre de 1973 es el fin de un gobierno que pretendía construir un Estado socialista por la vía pacífica, era el Presidente de Chile, Salvador Allende, el que ofrendaría su vida en aquel sueño. El asalto encabezado por Pinochet y los militares fue frutal, demoledor, no había contemplaciones de ninguna clase, la consigna: hacer tabla rasa del País. No fue un golpe de Estado, fue una guerra contra un enemigo casi invisible; sus efectos fueron tan reales como cualquier guerra civil o invasión extranjera: superaron los 3.200 ejecutados o desaparecidos, 80.000 encarcelados y 200.000 huyeron del país.  Había un guión ya trazado por el imperio: escarmiento, terror, no dejar sillares en pie que permitan reconstruir el viejo Estado, ellos tenían uno ya diseñado. La Escuela de Chicago, a través de una nación Latino Americana, ofrecía al mundo un nuevo modelo de sociedad. El 12 del mismo mes y año los generales complotados miembros del nuevo gobierno, tenían ya sobre la mesa del Gabinete el Plan Económico que abriría como por encanto la alborada de otro amanecer. Periodistas que cubrían los sucesos, no se explicaban ¿De dónde salió y quién había elaborado semejante texto bíblico? Para distinguirlo lo llamaron “ladrillo”. Chile se convertía en la primera nación del globo en abrazar el neoliberalismo y Pinochet en su mascarón de proa. Eduardo Galeano certera y ácidamente, dice: “Las teorías de Milton Friedman le dieron el Premio Nobel; a Chile le dieron el general Pinochet”. El modelo se convirtió en referente de desarrollo, modernidad, riqueza etc.; oligarquías de otros países peregrinaban para admirar, el milagro económico que había nacido de un shock brutal y que se lo mantenía a sangre y fuego. Es más, en cada país, grupos oligárquicos soñaban con un Pinochet en casa, “para que ponga las cosas en orden”, decían. Cuarenta años después, el milagro se ha convertido en pesadilla, las grietas del sistema amenazan con estadísticas más bien de espanto: inequidad, abismal desigualdad, pobreza, carestía de la vida, educación privilegiada, sociedad lastimada por cicatrices sin sanar. Claro está, también tiene otros rostros: barrios exclusivos, clubes exclusivos y ricos del primer mundo. Por último, como diría  Mario Benedetti, “los canallas viven mucho, pero algún día se mueren”; el General, después de no ser útil para el sistema, pasó a ser un convicto internacional y prontuariado senil; y en su país, debió recurrir a la minusvalía física y mental, para no morir en la cárcel.
El modelo funciona para sus panegiristas, es urgente reproducirlo; América Latina sigue siendo el laboratorio. En Bolivia (1985) las condiciones son propicias: desfile de dictadores militares, inflación sideral, pobreza generalizada, narcotráfico, devaluaciones sistemáticas, emigración descontrolada; un verdadero cáncer, merecedor de la terapia del shock. Los Chicago Boys estaban al acecho para entrar en acción. En el gobierno de un presidente progresista, Víctor Paz Estenssoro se aplicó el Plan neoliberal, redactado en la sala de la mansión de un magnate boliviano educado desde la niñez en los Estados Unidos, cuyo español tenía un fuerte acento gringo: Gonzalo Sánchez de Lozada. La historia es conocida del fin del modelo y  su padrino Sánchez de Lozada. Naomi Klein señala que “el shock económico funciona con acuerdo a una teoría similar: la premisa es que las personas pueden desarrollar respuestas a los cambios graduales –un recorte en un programa sanitario por aquí  o un acuerdo comercial por allá-  pero si los que se les viene encima son decenas de cambios desde todas las direcciones y al mismo tiempo, lo que les invade es una sensación de inutilidad y la población acaba por cansarse y ablandarse”. Fenómeno que sucedió en Ecuador, cuando el Titánic se hundió –metáfora usada para prevenir los efectos del shock-: quiebra bancaria, congelación y salvataje bancario, devaluación coronada con la dolarización, y un paquete de privatizaciones por venir. El pueblo no sabía por dónde correr, a quién recurrir, unos murieron, otros emigraron y los demás nos resignamos.
El mundo se plagó de esta epidemia provocando desastres desgarradores y cruentos, de una parte, porque también hay beneficiarios: los nuevos ricos y sus inmensas fortunas; la revista Forbes cada vez tiene más páginas, por la larga lista de mil millonarios. Así mismo la nomina de Países que se sometieron a la terapia  de Shock es abundante: Argentina, Rusia, Polonia, los Cuatro Tigres Asiáticos, México, Brasil…; cada cual con sus peculiaridades, pero el tratamiento, el mismo. Hoy, Europa y los Estados Unidos, exigen radicalizar la terapia, están quebrados e insolventes. En el viejo continente los pueblos ya no eligen a sus mandatarios, los designan los banqueros y el mercado financiero. Tampoco las elecciones son la cura, son placebos; en La Puerta del Sol en Madrid, un cartel con espontánea sabiduría e decía; “Si votas igual, te jodes igual”. El sistema esta herido de muerte. La indignación de los indignados globales no es suficiente para detener el colapso de sus vidas.
Pero el país insignia del auge del capitalismo del desastre es Irak. Otra fatídica fecha de otoños sombríos, fue el 9-11-2001. La economía del imperio –se denomina así, al conjunto de naciones altamente desarrolladas que están coaligadas y coludidas económica y militarmente en afán de dominación y sometimiento a otros países- se encuentra en el fondo del desastre. Estados Unidos es el gendarme del imperio dada su panoplia y presupuestos militares descomunales; armas que no son de disuasión, son de agresión; además, en cada aventura bélica, se lleva siempre la parte del león. En consecuencia toma la iniciativa de agredir a los pueblos en el corazón del mundo árabe y del petróleo. Para tener una justificación inapelable frente a la comunidad mundial, se auto agrede de la forma más infernal y traumática, para que no quede duda, para, lo que sucede en vivo y en directo supere lo imaginable,  monta un complot con aviones estrellándose en las Torres  Gemelas del World Trade Center de New York -9/11. Acusó del atentado, al terrorismo mundial e inició la cruzada de la libertad duradera. Afganistán es la primera presa, continúa con Irak, desconociéndose, hasta ahora, donde terminará; mientras Libia ya cayó, y en capilla están Siria e Irán. G. W. Bush fletó a su misión de justicia infinita, aviones, barcos y soldados; los mercaderes llevaron Planes económicos, expertos privatizadores, mercenarios, profesionales especialistas y demás parafernalias para quedarse para siempre. La agresión externa es el mejor momento para la terapia de shock, nadie puede negarse que le quiten un dictador de gobernante, nadie se puede negar a recibir una democracia, una libertad, una coca cola, una big mac, una pizza, un estilo de vida completo. No se puede ser tan desagradecido por tanto desvelo. Todo aquello, era parte del equipaje que llevaban los invasores. Después de destruir, era preciso reconstruir; el negocio es redondo, todo es carne: armas, petróleo y negociar lo que cualquier pueblo medianamente civilizado usa para sobrevivir, incluido el agua. En Irak no hubo ni una sola función gubernamental que se considerase tan decisiva como para no dejarla en manos de un contratista. Absolutamente todo se privatizó, tanto las acciones militares como en la reconstrucción física, política e ideológica. Hasta le democracia y la región fueron objeto de negocio, llevaron un grupo poderoso de mormones de Houston para que realice captaciones vocacionales y los saque de sus cerrazónicos principios islámicos. Las compañías contratistas americanas, no compraron ni el cemento local para las construcciones, los materiales venían de fuera, por que todo tenía  el tufo del Estado. La doctrina del shock recetada por M.Friedman y ejecutada por Bush, ha provocado hasta el momento, según estudios confiables 650.000 muertos, 2.000.000 de personas desplazadas, el País destrozado y la sociedad desconcertada sin esperanza. La cruzada de la Escuela de Chicago que surgió con el propósito de desmantelar el Estado del bienestar, por fin había alcanzado la cima.
Consecuentemente, si en el pasado nos era imposible comprender la actitud demencial de Hitler, ahora, creo que hoy, nos será más fácil. La lectura de “La doctrina del Shock” de Naomi Klein, debe ser un texto de estudio en las Escuelas de Ciencias Económicas y Políticas.

¡COMO DETENER A LA BESTIA!                   
 Entre la demencia y la razón, media el objetivo. La demencia está plagada por el delirio y el perpetuo caos que produce su fin. La razón construye con esfuerzo y tesón, armonía y vida. La pesadilla kafkiana y demencial que el imperio ha creado y puesto en práctica global, desconcierta y aterra. Como Josef K... en El Proceso, van ejecutando previo escarnio, a gobernantes cuyo sino fatal fue juzgado y sentenciado en los tabernáculos imperiales. En los Balcanes, Milosevic; en Irak, Sadam Hussein; en Libia, Gadafi; y camino al cadalso llevan en próximos espectáculos mortales, a Bashar Al Assad en Siria y Ahmanideyad en Irán. La lista de procesados, también llegará por nuestros mares. El destino fatal de los pueblos está diseñado ya. No existe fuerza ni razón para detenerlo.
Este texto fue escrito hace dos años, cada día se actualiza; Ucrania no estaba en el escenario todavía, tampoco la OTAN se querellaba con Rusia; y las espadas no se desenvainaban. Hoy solo falta quien gatilla primero. Y el fin de la Historia cerrará su última página.

Guayaquil, 15 de noviembre de 2014